[33001] LOS POSTULADOS DE LA ECONOMÍA CLÁSICA [33002] La mayor parte de los tratados sobre la teoría del valor y de la producción se refieren, en primer término, a la distribución de un volumen dado de recursos empleados en diferentes usos, y a las condiciones que, supuesta la ocupación de esta cantidad de recursos, determinen su remuneración relativa y el relativo valor de sus productos [33003] También se ha sujetado con frecuencia a un procedimiento descriptivo lo relativo al monto de los recursos disponibles (entendiendo por tales el volumen de población susceptible de tomar empleo), los límites de la riqueza natural y el equipo de producción acumulado; pero rara vez se ha examinado detenidamente en la teoría pura, la explicación de lo que determina la ocupación real de los recursos disponibles. [33004] Decir que no se ha considerado en absoluto, seria absurdo, por supuesto; porque todo estudio sobre los altibajos de la ocupación, que han sido muchos, ha tenido que ver con el tema. [33005] No quiero decir que se haya pasado por alto, sino que la teoría fundamental en que descansa se ha creído tan sencilla y evidente que casi no había para qué mencionarla [33006] A mi modo de ver, la teoría clásica de la ocupación -que se supone sencilla y fácil- descansa en dos postulados fundamentales, que casi no se han discutido y son los siguientes: [33007] El salario es igual al producto marginal del trabajo. [33008] Esto es, el salario real de una persona ocupada es igual al valor que se perdería si la ocupación se redujera en una unidad (después de deducir cualquier otro costo que se evitará con esta rebaja de la producción), sujeto, sin embargo, al requisito de que la igualdad puede ser perturbada, de acuerdo con ciertos principios, si la competencia y los mercados son imperfectos. [33009] La utilidad del salario, cuando se usa determinado volumen de trabajo, es igual a la desutilidad marginal de ese mismo volumen de ocupación. [33011] Por desutilidad* debe entenderse cualquier motivo que induzca a un hombre o a un grupo de hombres a abstenerse de trabajar antes que aceptar un salario que represente para ellos una utilidad inferior a cierto limite. [33012] Este postulado es compatible con lo que podría llamarse desocupación "friccional" (o debida a resistencia), porque una interpretación realista del mismo admite legítimamente varios desajustes que se oponen a un estado de ocupación total continua; por ejemplo, la desocupación debida a un desequilibrio temporal de las cantidades relativas de recursos especializados, a causa de cálculos erróneos o de intermitencias en la demanda; o bien de retardos debidos a cambios imprevistos o a que la transferencia de hombres de una ocupación a otra no pueda efectuarse sin cierta dilación, de manera que en una sociedad dinámica siempre habrá algunos recursos no empleados por hallarse "entre oficios sucesivos" ( between jobs ). [33013] El postulado es también compatible, además de con la desocupación "friccional", con la desocupación "voluntaria" que resulta de la negativa o incapacidad de una unidad de trabajo para aceptar una remuneración correspondiente al valor del producto atribuible a su productividad marginal, a causa de la legislación o las prácticas sociales, del agrupamiento para la contratación colectiva, de la lentitud para adaptarse a los cambios económicos, o simplemente a consecuencia de la obstinación humana. [33014] Estas dos clases de desocupación son inteligibles, pero los postulados clásicos no admiten la posibilidad de una tercera, que definiré como "involuntaria". [33015] Hechas estas salvedades, el volumen de recursos ocupados está claramente determinado, conforme a la teoría clásica, por los dos postulados. [33016] El primero nos da la curva de demanda de ocupación y el segundo la de oferta; el volumen de ocupación se fija donde la utilidad marginal del producto compensa la desutilidad de la ocupación marginal. [33017] De esto se deduciría que sólo hay cuatro posibilidades de aumentar la ocupación: [33018] a) un mejoramiento en la organización o en la previsión, que disminuya la desocupación "friccional"; [33019] b) una reducción de la desutilidad marginal del trabajo, expresada por el salario real para el que todavía existe trabajo disponible, de manera que baje la desocupación "voluntaria"; [33021] d) un aumento en el precio de los artículos para no-asalariados, relativamente al de los que si lo son; acompañado por un desplazamiento de los gastos de quienes no ganan salarios, de los artículos para asalariados a los otros artículos. [33022] Ésta es, según mi leal saber y entender, la esencia de la Teoría de la desocupación del profesor Pigou -la única descripción detallada que existe de la teoría clásica de la ocupación. [33023] ¿Es cierto que las categorías anteriores son inteligibles debido a que la población rara vez desarrolla la cantidad de trabajo que desearía con el salario corriente? [33024] Porque debe reconocerse que, por regla general, si se solicitara, se contaría con más mano de obra al nivel existente de salario nominal. [33025] La escuela clásica reconcilia este fenómeno con su segundo postulado aduciendo que, mientras la demanda de mano de obra al nivel existente de salario nominal puede satisfacerse antes de que todos los que deseen trabajar con estos salarios estén ocupados, tal situación se debe a un acuerdo tácito o expreso entre los trabajadores para no trabajar por menos, y que si todos los trabajadores admitieran una reducción de los salarios nominales aumentaría la ocupación. [33026] De ser así, tal desocupación, aunque aparentemente involuntaria, no lo sería en sentido estricto, y debería incluirse en la clase de la desocupación "voluntaria", causada por los efectos de la contratación colectiva, etc. [33027] Esto exige dos observaciones, la primera de las cuales, que se refiere a la actitud de los trabajadores hacia los salarios reales y a los nominales, respectivamente, no es teóricamente fundamental, pero la segunda sí lo es. [33028] Supongamos, por el momento, que los obreros no están dispuestos a trabajar por un salario nominal menor y que una reducción del nivel existente de salarios nominales conduciría, mediante huelgas o por cualquier otro medio, a que parte de la mano de obra realmente ocupada se retirara del mercado. [33029] ¿Se deduce de esto que el nivel presente de salarios reales mide con precisión la desutilidad marginal del trabajo? [33031] En otras palabras, puede suceder que, dentro de ciertos límites, lo que los obreros reclaman sea un mínimo de salario nominal y no de salario real. [33032] La escuela clásica ha supuesto tácitamente que esto no significa una variación importante en su teoría; pero no es así, porque si la oferta de mano de obra no es función del salario real como su única variable, su argumento se derrumba enteramente y deja el problema de que la ocupación será muy indeterminada. 5 Los autores de esta escuela no parecen haberse dado cuenta de que su curva de oferta de mano de obra se desplazará con cada movimiento de los precios, a menos que tal oferta sea función dependiente sólo del salario real. [33033] De este modo, su método está supeditado a sus particulares suposiciones y no puede adaptarse para examinar el caso más general. [33034] Ahora bien, la experiencia diaria nos dice, sin dejar lugar a duda, que, lejos de ser mera posibilidad aquella situación en que los trabajadores estipulan (dentro de ciertos límites) un salario nominal y no real, es el caso normal. [33035] Si bien los trabajadores suelen resistirse a una reducción de su salario nominal, no acostumbran abandonar el trabajo cuando suben los precios de las mercancías para asalariados. [33036] Se dice algunas veces que sería ilógico por parte de la mano de obra resistir a una rebaja del salario nominal y no a otra del salario real. [33037] Por razones que damos más adelante (p. 97), y afortunadamente, como veremos después, esto puede no estar tan falto de lógica como parece a primera vista; pero lógica o ilógica, ésta es la conducta real de los obreros. [33038] Más aún, el aserto de que la falta de ocupación que caracteriza una depresión se debe a la negativa de los obreros a aceptar una rebaja en el salario nominal, no se apoya en hechos. [33039] No es muy exacto decir que la desocupación en Estados Unidos en 1939 se debió a la obstinada negativa del trabajo a aceptar una rebaja en los salarios nominales o a la tenaz demanda de un salario real superior al que consentía la productividad del sistema económico. [33041] Los obreros no son -ni mucho menos- más obstinados en la depresión que en el auge, ni flaquea su productividad física. [33042] Estos hechos de la experiencia son, prima facie , un motivo para poner en tela de juicio la propiedad del análisis clásico. [33043] Sería interesante observar los resultados de una investigación estadística acerca de las verdaderas relaciones entre los cambios del salario nominal y los del real. [33044] En el caso de una modificación privativa de una industria dada uno podría esperar que el cambio en los salarios reales ocurriera en el mismo sentido que en los nominales; pero cuando hay alteraciones en el nivel general de los salarios, se encontrará, según creo, que la modificación de los reales que va unida a la de los nominales, lejos de presentarse normalmente en el mismo sentido, ocurrirá casi siempre en el contrario. [33045] Es decir, que cuando los salarios nominales se elevan, los salarios reales bajan; y que cuando aquéllos descienden, éstos suben. [33046] Tal cosa se debe a que; en periodo corto, los salarios nominales descendentes y los reales ascendentes son, cada uno de ellos por razones privativas, fenómenos ligados a la baja de la ocupación, pues aunque los obreros están más dispuestos a aceptar reducciones en su remuneración al bajar el empleo, los salarios reales suben inevitablemente, en las mismas circunstancias, debido al mayor rendimiento marginal de un determinado equipo de capital, cuando la producción disminuye. [33047] Si efectivamente fuera cierto que el salario real existente es un mínimo por debajo del cual no pudiera contarse en cualquier circunstancia con más trabajo que el empleado en la actualidad, no existiría la desocupación involuntaria, aparte de la "friccional". [33048] Sin embargo, sería absurdo suponer que siempre es así, porque generalmente hay más mano de obra disponible que la ahora empleada al salario nominal vigente, aun cuando el precio de las mercancías para asalariados esté subiendo y, en consecuencia, el salario real bajando. [33049] Si esto es verdad, la equivalencia de tales mercancías con el salario nominal existente no es una indicación precisa de la desutilidad marginal del trabajo, y el segundo postulado no es válido. [33051] El segundo postulado parte de la idea de que 105 salarios reales de los trabajadores dependen de los contratos que éstos celebran con los empresarios. [33052] Se admite, por supuesto, que esos convenios se realizan de hecho en términos monetarios e incluso que los salarios reales-aceptables por los obreros no son enteramente independientes del correspondiente salario nominal. [33053] Sin embargo, se toma este salario nominal, al que se ha llegado por dicho procedimiento, para determinar el real. [33054] De este modo la teoría clásica supone que los obreros tienen siempre la posibilidad de reducir su salario real, aceptando una rebaja en el nominal. [33055] El postulado de que el salario real tiende a igualarse con la desutilidad marginal del trabajo, claramente supone que los obreros están en posición de fijar por sí mismos su salario real, aunque no el volumen de ocupación que de él se deriva. [33056] La teoría tradicional sostiene, en pocas palabras, que los convenios sobre salarios entre empresarios y trabajadores determinan el salario real , de manera que, suponiendo la libre competencia entre los patrones y ninguna combinación restrictiva entre los trabajadores, éstos pueden, si lo desean, hacer coincidir sus salarios reales con la desutilidad marginal del trabajo resultante del empleo ofrecido por los empresarios con dicho salario. [33057] De no ser cierto esto, no queda razón alguna para esperar que exista tendencia a la igualdad entre el salario real y la desutilidad marginal del trabajo. [33058] No debe olvidarse que las conclusiones clásicas pretenden ser aplicables al trabajo en su totalidad y no quiere decir simplemente que un individuo aislado pueda obtener empleo aceptando una reducción de su salario nominal que sus compañeros reusan. [33059] Se suponen aplicables lo mismo a un sistema cerrado que a otro abierto* y que no depende de las características de un sistema abierto, ni de los efectos de una reducción de los salarios nominales en un solo país sobre su comercio exterior, que está, por supuesto, completamente fuera del campo de este estudio. [33061] Las conclusiones se basan en la creencia de que, en un sistema cerrado, una reducción en el nivel general de los salarios nominales irá acompañada, al menos en periodos cortos, y sujeta sólo a salvedades de poca monta, por cierta reducción de los salarios reales, que no siempre es proporcional. [33062] Ahora bien, el supuesto de que el nivel general de los salarios reales depende de los convenios entre empresarios y trabajadores sobre la base de salarios nominales, no es cierto de manera evidente. [33063] En realidad, es extraño que se hayan hecho tan frágiles intentos para demostrarlo o refutarlo, porque está muy lejos de concordar con el sentido general de la teoría clásica, la cual nos ha enseñado a creer que los precios están determinados por el costo primo marginal, medido en dinero, y que los salarios nominales influyen sustancialmente en dicho costo. [33064] De este modo, si los salarios nominales cambian, debería esperarse que la escuela clásica sostuviera que los precios cambiarían casi en la misma proporción, dejando el nivel de los salarios reales y el de la desocupación prácticamente lo mismo que antes, explicando que cualquier pequeña ganancia o perdida del trabajo, se efectuaría a expensas de las ganancias o de otros elementos del costo marginal, que no han sido tocados. [33065] Parece ser, sin embargo, que los clásicos se han desviado de este punto de vista, en parte a causa de su arraigada convicción de que los obreros están en posibilidad de fijar su propio salario, y en parte, quizá, por la preocupación de que los precios dependen de la cantidad de dinero. [33066] La creencia en el principio de que los obreros están siempre en posibilidad de poder determinar su propio salario real, una vez aceptada, se ha sostenido porque se confunde con la afirmación de que tienen siempre a su disposición los medios para fijar qué salario real corresponderá a la ocupación plena , es decir, al volumen máximo de ocupación compatible con un salario real dado. [33067] Para resumir: existen dos objeciones contra el segundo postulado de la teoría clásica. [33068] La primera hace relación a la conducta real de los obreros; una baja en los salarios reales debida a un alza de los precios, permaneciendo iguales los nominales, no produce, por regla general, una disminución de la oferta de mano de obra disponible al nivel del salario corriente, por debajo del volumen de ocupación anterior al alza de los precios. [33069] Suponer lo contrario equivale a admitir que todos aquellos que por el momento están sin ocupación, aunque deseosos de trabajar al salario corriente, retirarán su oferta de trabajo si el costo de la vida se eleva un poco. [33071] La otra y más importante objeción que desarrollaremos en los capítulos siguientes surge de nuestra inconformidad con el supuesto de que el nivel general de los salarios reales están directamente determinado por el carácter de los convenios sobre salarios. [33072] Al suponer tal cosa, la escuela clásica resbaló, cayendo en una hipótesis ilícita; porque los obreros en su conjunto no pueden disponer de un medio que les permita hacer coincidir el equivalente del nivel general de los salarios nominales en artículos para asalariados, con la desutilidad marginal del volumen de ocupación existente. [33073] Es posible que no exista un procedimiento para que el trabajador pueda reducir su salario real a una cantidad determinada, revisando los convenios monetarios con los empresarios. [33074] Éste será nuestro caballo de batalla y trataremos de demostrar que, en primer término, son otras varias las fuerzas que determinan el nivel general de los salarios reales. [33075] El esfuerzo por dilucidar este problema será una de nuestras mayores preocupaciones. [33076] Vamos a sostener que ha existido una confusión fundamental respecto a la forma en que opera en realidad a este respecto la economía en que vivimos. [33077] Aunque a menudo se cree que la lucha por los salarios monetarios entre individuos y grupos determina el nivel general de los salarios reales, de hecho tiene otra finalidad. [33078] Desde el momento que existe movilidad imperfecta del trabajo y que los salarios no tienden a producir igualdad precisa de ventajas netas para diferentes ocupaciones, cualquier individuo o grupo de individuos que consienta una reducción de sus salarios nominales en relación con otros, sufrirá una disminución relativa de sus salarios reales, cosa que basta para justificar su resistencia a ella. [33079] Por el contrario, sería impracticable oponerse a toda reducción de los salarios reales debida a un cambio en el poder adquisitivo del dinero, que afecta a todos los trabajadores por igual; y, de hecho, por lo general no se opone resistencia a esta clase de fenómenos, a menos que sean extremos. [33081] En otras palabras, la lucha en torno a los salarios nominales afecta primordialmente a la distribución del monto total de salarios reales entre los diferentes grupos de trabajadores y no a su promedio por unidad de ocupación, que depende, como veremos, de un conjunto de fuerzas diferentes. [33082] El efecto de la unión de un grupo de trabajadores consiste en proteger su salario real relativo . [33083] El nivel general de los salarios reales depende de otras fuerzas del sistema económico. [33084] Así, tenemos la suerte de que los trabajadores, bien que inconscientemente, son por instinto economistas mas razonables que la escuela clásica en la medida en que se resisten a permitir reducciones de sus salarios nominales, que nunca o rara vez son de carácter general; aun cuando el equivalente real existente de estos salarios exceda de la desutilidad marginal del volumen de ocupación correspondiente. [33085] Lo mismo que cuando, por otra parte, no se oponen a las disminuciones del salario real que acompañan a los aumentos en el volumen total de ocupación, a menos que lleguen al extremo de amenazar con una reducción del salario real por bajo de la desutilidad marginal del volumen existente de ocupación. [33086] Todo sindicato opondrá cierta resistencia, pero como ninguno pensaría en declarar una huelga cada vez que aumente el costo de la vida, no presentan obstáculos a un aumento en el volumen total de ocupación, como lo pretende la escuela clásica. [33087] Debemos definir ahora la tercera clase de desocupación, la llamada "involuntaria" en sentido estricto, cuya posibilidad de existencia no admite la teoría clásica. [33088] Adviértase que por desocupación "involuntaria" no queremos decir la mera existencia de una capacidad inagotable de trabajo. [33089] Una jornada de ocho horas no significa desocupación aunque no esté más allá de la capacidad humana de trabajar diez; ni tampoco consideraríamos como desocupación "involuntaria" el abandono del trabajo por un grupo de obreros porque les parezca mejor no trabajar que admitir menos de cierta remuneración. [33091] En el capítulo siguiente (p. 38) daremos otra definición que, sin embargo, equivale a lo mismo. [33092] De esta definición se deduce que la igualdad entre el salario real y la desutilidad marginal de la ocupación, presupuesta por el segundo postulado, interpretado de modo realista, corresponde a la ausencia de la desocupación "involuntaria". [33093] Describiremos este estado de cosas como ocupación "plena", con la que son compatibles tanto la desocupación "debida a resistencias" como la "voluntaria". [33094] Esto está de acuerdo, como veremos, con otras características de la escuela clásica, que más bien se considera como una teoría de la distribución en condiciones de ocupación plena. [33095] En la medida en que los postulados clásicos sean válidos, la desocupación, que en el sentido anterior es involuntaria, no puede existir. [33096] La desocupación aparente debe, en consecuencia, ser resultado de una pérdida temporal del trabajo del tipo de "cambio de un trabajo a otro" o de una demanda intermitente de factores altamente especializados, o del efecto de la cláusula de inclusión de un sindicato sobre la ocupación libre. [33097] Por eso los escritores que siguen la tradición clásica; pasado por alto el supuesto especial que cimienta su teoría, han llegado inevitablemente a la conclusión, perfectamente lógica de acuerdo con su hipótesis, de que la desocupación visible (salvo las excepciones admitidas) tiene que ser consecuencia, a fin de cuentas, de que los factores no empleados se nieguen a aceptar una remuneración que corresponda a su productividad marginal. [33098] Un economista clásico puede simpatizar con el obrero cuando éste se niega a aceptar una reducción de su salario monetario, y admitirá que puede no ser inteligente obligarle a sujetarse a condiciones transitorias, pero la integridad científica lo fuerza a declarar que esta negativa es, a pesar de todo, el motivo último de la dificultad. [33099] Evidentemente, sin embargo, si la teoría clásica es aplicable sólo al caso de la ocupación plena, es una falacia aplicarla a los problemas de la desocupación involuntaria -si tal cosa existe (¿quien lo negará?)-. [33101] No obstante, en verdad, no hay más remedio que tirar por la borda el axioma de las paralelas y elaborar una geometría no euclidiana. [33102] Hoy la economía exige algo semejante; necesitamos desechar el segundo postulado de la doctrina clásica y elaborar la teoría del comportamiento de un sistema en el cual sea posible la desocupación involuntaria en su sentido riguroso. [33103] Al recalcar nuestro punto de partida, divergente del sistema clásico, no debemos olvidar una concordancia importante- porque mantendremos el primer postulado como hasta aquí, sujeto únicamente a las mismas correcciones hechas a la teoría clásica, y debemos detenernos un momento a considerar lo que entraña. [33104] Quiere decir que con una determinada organización, equipo v técnica, los salarios reales y el volumen de producción (y por consiguiente de empleo) están relacionados en una sola forma, de tal manera que, en términos generales, un aumento de la ocupación sólo puede ocurrir acompañada de un descenso en la tasa de salarios reales. [33105] Así, pues, no discuto este hecho vital que los economistas clásicos han considerado (con razón) como irrevocable. [33106] En un estado conocido de organización, equipo y técnica, el salario real que gana una unidad de trabajo tiene una correlación única (inversa) con el volumen de ocupación. [33107] Por eso, si esta última aumenta, entonces, en periodos cortos, la remuneración por unidad de trabajo, medida en mercancías para asalariados, debe, por lo general, descender y las ganancias elevarse. [33108] Éste es simplemente el anverso de la proposición familiar de que normalmente la industria trabaja en condiciones de rendimientos decrecientes en periodos cortos, durante los cuales se supone que permanecen constantes el equipo, etc., en tal forma que el producto marginal de las industrias de artículos para asalariados (que determinan el salario real) necesariamente se reduce a medida que crece la ocupación. [33109] Sin duda, en la medida que esta proposición sea válida, cualquier medio de aumentar la ocupación tiene que ocasionar al mismo tiempo una reducción del producto marginal y, en consecuencia, otra de la magnitud de los salarios, medida en dicho producto. [33111] La teoría de los salarios en relación con el empleo, a que nos estamos refiriendo, no puede aclararse por entero hasta llegar al capítulo 19 y su apéndice. [33112] Desde los tiempos de Say y Ricardo los economistas clásicos han enseñado que la oferta crea su propia demanda -queriendo decir con esto de manera señalada, aunque no claramente definida, que el total de los costos de producción debe necesariamente gastarse por completo, directa o indirectamente, en comprar los productos. [33113] En los Principles of Political Economy de J. S. Mill, la doctrina está expresamente expuesta: [33114] Los medios de pago de los bienes son sencillamente otros bienes. [33115] Los medios de que dispone cada persona para pagar la producción de otras consisten en los bienes que posee. [33116] Todos los vendedores son, inevitablemente, y por el sentido mismo de la palabra, compradores. [33117] Si pudiéramos duplicar repentinamente las fuerzas productoras de un país, duplicaríamos por el mismo acto la oferta de bienes en todos los mercados; pero al mismo tiempo duplicaríamos el poder adquisitivo. [33118] Todos ejercerían una demanda y una oferta dobles; todos podrían comprar el doble, porque tendrían dos veces más que ofrecer en cambio. [33119] Como corolario de la misma doctrina, se ha supuesto que cualquier acto individual de abstención de consumir conduce necesariamente a que el trabajo y los bienes retirados así de la provisión del consumo se inviertan en la producción de riqueza en forma de capital y equivale a lo mismo. [33121] El ingreso total de una persona se gasta en la compra de bienes y servicios. [33122] Cierto que generalmente se dice que un hombre gasta parte de su ingreso y ahorra la otra; pero es un axioma económico muy conocido que el hombre compra trabajo y bienes con aquella parte de su ingreso que ahorra, del mismo modo que lo hace con la que gasta. [33123] Se dice que gasta cuando procura obtener satisfacción presente de los bienes y servicios que compra, y que ahorra cuando el trabajo y los bienes que compra los dedica a la producción de riqueza de la cual espera derivar medios de satisfacción en el futuro. [33124] Es verdad que no sería fácil citar párrafos semejantes en los trabajos posteriores de Marshall [33125] o de Edgvworth o del profesor Pigou. [33126] En la actualidad la doctrina no se expone en forma tan cruda, pero, sin embargo, es el soporte de la teoría clásica en conjunto, ya que sin él ésta se derrumbaría. [33127] Los economistas contemporáneos, que podrían titubear en estar de acuerdo con Mill, no vacilan en aceptar conclusiones que requieren su doctrina como premisa. [33128] La versión moderna de la tradición clásica consiste en la convicción, frecuente, por ejemplo, en casi todos los trabajos del profesor Pigou, de que el dinero no trae consigo diferencias reales, excepto las propias de la fricción, y de que la teoría de la producción y la ocupación pueden elaborarse (como la de Mill) como si estuvieran basadas en los cambios "reales", y con el dinero introducido superficialmente en un capítulo posterior. [33129] El pensamiento contemporáneo está todavía profundamente impregnado de la noción de que si la gente no gasta su dinero en una forma lo gastará en otra. [33131] pero no han sacado consecuencias de bastante alcance, ni han modificado su teoría fundamental. [33132] En primer lugar, estas conclusiones pueden haberse aplicado al tipo de economía en que vivimos actualmente por falsa analogía con alguna de trueque, como la de Robinsón Crusoe, en la cual los ingresos que los individuos consumen o retienen como resultado de su actividad productiva son, real y exclusivamente, la producción en especie resultante de dicha actividad. [33133] Pero, fuera de esto, la conclusión de que los costos de producción se cubren siempre globalmente con los productos de las ventas derivadas de la demanda, es muy aceptable, porque resulta difícil distinguirla de otra proposición semejante, que es indudable: la de que el ingreso global percibido por todos los elementos de la comunidad relacionados con una actividad productiva necesariamente tiene un valor igual al valor de la producción. [33134] De manera semejante, es natural suponer que todo acto de un individuo que lo enriquece sin que aparentemente quite nada a algún otro debe también enriquecer a la comunidad en conjunto; de tal modo que (como en el párrafo de Marshall que se acaba de citar) un acto de ahorro individual conduce inevitablemente a otro paralelo, de inversión, porque, una vez más, es indudable que la suma de los incrementos netos de la riqueza de los individuos debe ser exactamente igual al total del incremento neto de riqueza de la comunidad. [33135] Sin embargo, quienes piensan de este modo se engañan, como resultado de una ilusión óptica, que hace a dos actividades esencialmente diversas aparecen iguales. [33136] Caen en una falacia al suponer que existe un eslabón que liga las decisiones de abstenerse del consumo presente con las que proveen al consumo futuro, siendo así que los motivos que determinan las segundas no se relacionan en forma simple con los que determinan las primeras. [33137] Por tanto, el supuesto de la igualdad entre el precio de demanda y el de oferta de la producción total es el que debe considerarse como el "axioma de las paralelas" de la teoría clásica. [33138] Esto admitido, todo lo demás se deduce fácilmente -las ventajas sociales de la frugalidad privada o nacional, la actitud tradicional hacia la tasa de interés, la teoría clásica de la desocupación, la teoría cuantitativa del dinero, las ventajas evidentes del laissez-faire con respecto al comercio exterior y muchas otras cosas que habremos de poner en tela de juicio. [33139] En diversos lugares de este capítulo hemos hecho depender la teoría clásica, sucesivamente, de los siguientes supuestos: [33141] 2) Que no existe eso que se llama desocupación involuntaria en sentido riguroso; [33142] 3) Que la oferta crea su propia demanda en el sentido de que el precio de la demanda global es igual al precio de la oferta global para cualquier nivel de producción y de ocupación. [33143] Estos tres supuestos, no obstante, quieren decir lo mismo, en el sentido de que todos subsisten o se desploman juntos, pues cualquiera de ellos supone lógicamente a los otros dos. [33144] Esto, según la tradición ricardiana; porque Ricardo negó expresamente que tuviera interés el monto de dividendo nacional como hecho independiente de su distribución. [33145] Con esto fijaba correctamente el carácter de su propia teoría, pero sus sucesores, con visión menos clara, han usado la teoría clásica en estudios sobre las causas de la riqueza. [33146] Véase la carta de Ricardo a Malthus de 9 de octubre de 1820: [33147] "Ud. supone que la Economía Política es una investigación de la naturaleza y causas de la riqueza -y yo estimo que debería llamarse investigación de las leyes que determinan el reparto de los productos de la industria entre las clases que concurren a su formación. [33148] No puede enunciarse ninguna ley respecto a cantidades, pero sí con bastante exactitud para las porciones relativas. [33149] Cada día me convenzo más de que la primera investigación es vana e ilusoria y que la segunda es el verdadero objeto de la ciencia." [33151] "A través de esta discusión, excepto cuando se especifique lo contrario, se hace caso omiso de que algunos recursos se encuentren sin empleo contra la voluntad de sus propietarios. [33152] Esto no afecta a la esencia del argumento, en tanto que simplifica su exposición." Así, mientras Ricardo rechazó expresamente cualquier intento de referirse al dividendo nacional como un todo, el profesor Pigou sostiene, en su libro que se ocupa especialmente del problema del dividendo nacional, que tal teoría es válida, tanto en los casos de desocupación involuntaria como el de ocupación plena. [33153] Prebisch, en la Introducción a Keynes (F.C.E., la ed., 1965), traduce "desutility" como "resistencia al trabajo". [33154] Wage-goods, artículos que entran en el presupuesto de los asalariados; los artículos en que se gastan los salarios. [33155] Se refiere a si existen o no las cláusulas de inclusión v exclusión en los contratos colectivos. [33156] A mi modo de ver, este argumento contiene una gran dosis de verdad, aunque los resultados completos de un cambio en los salarios nominales son más complejos, como se verá en el cap. 19. [33157] El argumento se desarrolla de este modo: de n hombres empleados, el enésimo añade un quintal diario a la cosecha y los salarios tienen un poder adquisitivo de un quintal diario. [33158] El enésimo-más-un hombre, sin embargo, añadiría solamente 0.9 de quintal por día y el empleo no puede, por tanto, aumentar a n + 1 hombre, a menos que el precio del grano suba con relación a los salarios hasta que los que se pagan diariamente tengan un poder adquisitivo de 0.9 de quintal. [33159] El total de los salarios montaría entonces a 9/10 (n+l) quintales, en comparación con n quintales a que llegaba previamente. [33161] El señor J. A. Hobson, después de citar el párrafo anterior, de Mill, en su Phisiology of Industry (p. 102), advierte que Marshall hizo el siguiente comentario en una de sus primeras obras, Economics of Industry, p. 154 "Pero aunque los hombres tienen el poder de comprar, pueden decidir no usarlo." [33162] "Sin embargo -continúa el Sehor Hobson-, no parece haber captado la importancia crítica de este hecho y al parecer limita su acción a periodos de crisis." [33163] A mi modo de ver, este comentario es acertado, a la luz de los trabajos posteriores de Marshall. [33164] Cf. Alfred y Mary Marshall, Economics of Industry, p. 17: "No es conveniente para el comercio tener vestidos hechos con material que se acaba pronto; porque si la gente no gastara sus medios de compra en vestidos nuevos, los gastaría en dar empleo al trabajo de alguna otra manera." El lector notará que todavía estoy haciendo citas de los primeros trabajos de Marshall. [33165] El Marshall de los Principios se había hecho lo bastante desconfiado para ser cauto y evasivo; pero las viejas ideas nunca fueron repudiadas o extirpadas de los supuestos básicos de su pensamiento. [33166] Es una virtud del profesor Robbins la de ser casi el único que sigue defendiendo un esquema sólido de pensamiento; concordando recomendaciones prácticas con sus sistema teórico. [33167] EL PRINCIPIO DE LA DEMANDA EFECTIVA [33168] ANTE todo necesitamos adelantar el significado de algunos términos que serán definidos con precisión posteriormente. [33169] Cuando la técnica, los recursos y los costos corresponden a una situación determinada, el empleo de un volumen dado de mano de obra hace incurrir al empresario en dos clases de gastos: en primer lugar, las cantidades que paga a los factores de la producción (excluyendo a los otros empresarios) por sus servicios habituales, a los que denominaremos costo de factores del volumen de ocupación de que se trate; y en segundo lugar, las sumas que paga a otros empresarios por lo que les compra, juntamente con el sacrificio que hace al emplear su equipo en vez de dejarlo inactivo, a lo que llamaremos costo de uso del nivel de ocupación dado. [33171] Por supuesto, el costo de factores es lo mismo que lo que los factores de la producción consideran como su ingreso, pero desde el punto de vista del empresario. [33172] Así, el costo de factores y las ganancias del empresario, juntos,dan lo que definiremos como el ingreso total derivado del empleo proporcionado por el empresario. [33173] Las ganancias del empresario así definidas, deben ser, y son, la cantidad que procura elevar al máximo cuando decide qué volumen de empleo ofrecerá. [33174] Conviene algunas veces, desde el punto de vista del empresario, llamar producto de la ocupación al ingreso global (es decir, costo de factores más ganancias) que resulta de un volumen dado de la misma. [33175] Por otra parte, el precio de la oferta global [33176] de la producción resultante de ese volumen determinado es precisamente la expectativa de los resultados que se espera obtener y que hará costeable a los empresarios conceder dicha ocupación [33177] De esto se deduce que, dados la técnica, los recursos y el costo de factores por unidad de empleo, el monto de éste, tanto para cada firma individual como para la industria en conjunto, depende del producto que los empresarios esperan recibir de la producción correspondiente; [33178] porque éstos se esforzarán por fijar el volumen de ocupación al nivel del cual esperan recibir la diferencia máxima entre el importe del producto y el costo de factores. [33179] Sea Z el precio de oferta global de la producción resultante del empleo de N hombres, y la relación entre ambos símbolos Z = ~P (N), que puede dominarse función de la oferta global. [33181] Ahora bien, si para cierto valor de N el importe que se espera recibir es mayor que el precio de la oferta global, es decir, si D es mayor que Z, habrá un estímulo para los empresarios en el sentido de aumentar la ocupación por encima de N y, si es preciso, elevar los costos compitiendo entre si por los factores de la producción, hasta el valor de N en que Z es igual a D. [33182] Así, el volumen de ocupación está determinado por la intersección de la función de la demanda global y la función de oferta global, porque es en este punto donde las expectativas de ganancia del empresario alcanzan el máximo. [33183] El valor de D en el punto de intersección de la función de demanda global con la función de oferta global se denominará la demanda efectiva . [33184] Como ésta es la esencia de la teoría general de la ocupación, cuya exposición es el objeto que nos proponemos, los capítulos siguientes se ocuparán extensamente de examinar los varios factores de que dependen ambas funciones. [33185] Por otra parte, la doctrina clásica, que se acostumbraba expresar categóricamente con el enunciado "la oferta crea su propia demanda" y el cual sigue siendo el sostén de toda la teoría ortodoxa, implica un supuesto especial respecto a la relación entre estas dos funciones; porque "la oferta crea su propia demanda" debe querer decir que f (N) y ~P (N) son iguales para todos los valores de N, es decir, para cualquier volumen de producción y ocupación; y que cuando hay un aumento en Z (= a (N) correspondiente a otro en N, D (= f (N) crece necesariamente en la misma cantidad que Z. [33186] La teoría clásica supone, en otras palabras, que el precio de la demanda global (o producto de las ventas) siempre se ajusta por sí mismo al precio de la oferta global, en tal forma que cualquiera que sea el valor de N, el producto D adquiere un valor igual al del precio de la oferta global Z que corresponde a N. [33187] Es decir, que la demanda efectiva, en vez de tener un valor de equilibrio único, es una escala infinita de valores, todos ellos igualmente admisibles, y que el volumen de ocupación es indeterminado, salvo en la medida en que la desutilidad del trabajo marque un límite superior. [33188] Si esto fuera cierto, la competencia entre los empresarios conduciría siempre a un aumento de la ocupación hasta el punto en que la oferta en conjunto cesara de ser elástica, es decir, cuando un nuevo aumento en el valor de la demanda efectiva ya no fuera acompañado por un crecimiento de la producción. [33189] Evidentemente esto equivale a la ocupación plena. [33191] De este modo el principio de Say, según el cual el precio de la demanda global de la producción en conjunto es igual al precio de la oferta global para cualquier volumen de producción, equivale a decir que no existe obstáculo para la ocupación plena. [33192] Sin embargo, si ésta no es la verdadera ley respecto de las funciones globales de la demanda y la oferta, hay un capítulo de importancia capital en la teoría económica que todavía no se ha escrito y sin el cual son fútiles todos los estudios relativos al volumen de la ocupación global. [33193] Tal vez un breve resumen de la teoría de la ocupación que se desarrollará en el curso de los siguientes capítulos pueda ayudar al lector en esta etapa, aun cuando quizá no sea completamente inteligible. [33194] Los términos usados se aclararán con mayor cuidado en su oportunidad. [33195] En este resumen supondremos que el salario nominal y el costo de los otros factores son constantes por unidad de trabajo empleado; pero esta simplificación, de la que prescindiremos después, se usa únicamente para facilitar la exposición. [33196] El carácter esencial del argumento es exactamente igual, sin importar que los salarios nominales, etc., sean o no susceptibles de modificarse. [33197] El bosquejo de nuestra teoría puede expresarse como sigue: [33198] cuando aumenta la ocupación aumenta también el ingreso global real de la comunidad; la psicología de ésta, es tal que cuando el ingreso real aumenta, el consumo total crece, pero no tanto como el ingreso. [33199] De aquí que los empresarios resentirían una pérdida si el aumento total de la ocupación se destinara a satisfacer la mayor demanda de artículos de consumo inmediato. [33201] Se desprende, por tanto, que, dado lo que llamaremos la propensión a consumir de la comunidad, el nivel de equilibrio de la ocupación, es decir, el nivel que no induce a los empresarios en conjunto a ampliar o contraer la ocupación, dependerá de la magnitud de la inversión corriente. [33202] El monto de ésta dependerá, a su vez, de lo que llamaremos el incentivo para invertir, que, como después se verá, depende de la relación entre la curva de eficiencia marginal del capital y el complejo de las tasas de interés para préstamos de diversos plazos y riesgos. [33203] Así, dada la propensión a consumir y la tasa de nueva inversión, sólo puede existir un nivel de ocupación compatible con el equilibrio, ya que cualquier otro produciría una desigualdad entre el precio de la oferta global de la producción en conjunto y el precio de su demanda global. [33204] Este nivel no puede ser mayor que el de la ocupación plena, es decir, el salario real no puede ser menor que la desutilidad marginal del trabajo; pero no existe razón, en lo general, para esperar que sea igual a la ocupación plena. [33205] La demanda efectiva que trae consigo la plena ocupación es un caso especial que sólo se realiza cuando la propensión a consumir y el incentivo para invertir se encuentran en una relación mutua particular. [33206] Esta relación particular, que corresponde a los supuestos de la teoría clásica, es, en cierto sentido, una relación óptima; pero sólo puede darse cuando, por accidente o por designio, la inversión corriente provea un volumen de demanda justamente igual al excedente del precio de la oferta global de la producción resultante de la ocupación plena, sobre lo que la comunidad decidirá gastar en consumo cuando la ocupación se encuentre en ese estado. [33207] Esta teoría puede resumirse en las siguientes proposiciones: [33208] 1) En determinada situación de la técnica, los recursos y los costos, el ingreso (tanto monetario como real) depende del volumen de ocupación N. [33209] 2) La relación entre el ingreso de la comunidad y lo que se puede esperar que gaste en consumo, designada por D1, dependerá de las características psicológicas de la comunidad, que llamaremos su propensión a consumir . [33211] 3) El volumen de trabajo N que los empresarios deciden emplear depende de la suma (D) de dos cantidades, es decir, Dl, la suma que se espera gastará la comunidad en consumo, y D2, la que se espera que dedicará a nuevas inversiones. [33212] O es lo que antes hemos llamado demanda efectiva . [33213] 4) Desde el momento que D1 +D2= D= s (N), en donde s es la función de la oferta global, y como, según hemos visto en 2), D1 es función de N, que puede escribirse X (N), dependiendo de la propensión a consumir, se deduce que (N)-X (N) = D2 [33214] 5) De aquí se desprende que, en equilibrio, el volumen de ocupación depende: [33215] a) de la función de la oferta global, [33216] b) de la propensión a consumir, X y [33217] c) del volumen de inversión, D2. [33218] Esta es la esencia de la teoría general de la ocupación. [33219] 6) Para cada valor de N hay una productividad marginal correspondiente de la mano de obra en las industrias de artículos para asalariados, la que determina el salario real. [33221] Esto quiere decir que no todos los cambios en D son compatibles con nuestro supuesto provisional de que los salarios nominales son constantes. [33222] Por esta razón será necesario, para realizar una exposición más completa de nuestra teoría, renunciar a esta hipótesis. [33223] 7) En la teoría clásica, de acuerdo con la cual D = iP (N) para todos los valores de N, el volumen de ocupación está en equilibrio neutral en todos los casos en que N sea inferior al máximo, de manera que puede esperarse que la fuerza de la competencia entre los empresarios lo eleve hasta dicho valor máximo. [33224] Sólo en este punto, según la teoría clásica, puede existir equilibrio estable. [33225] 8) Cuando la ocupación aumenta, D1 hará la propio, pero no tanto como D; va que cuando el ingreso sube, el consumo lo hará también, pero menos. [33226] La clave de nuestro problema práctico se encuentra en esta ley psicológica; porque de aquí se sigue que cuanto mayor sea el volumen de ocupación, más grande será la diferencia entre el precio de la oferta global (Z) de la producción correspondiente y la suma (D1) que los empresarios esperan recuperar con los gastos de los consumidores. [33227] Por tanto, si no ocurren cambios en la propensión a consumir, la ocupación no puede aumentar, a menos que al mismo tiempo D2 crezca en tal forma que llene la diferencia creciente entre Z y D1. [33228] Por consiguiente, el sistema económico puede encontrar en sí mismo un equilibrio estable con N a un nivel inferior a la ocupación completa, es decir, al nivel dado por la intersección de la función de demanda global y la función de oferta global -excepto en los supuestos especiales de la teoría clásica, de acuerdo con los cuales actúa alguna fuerza que, cuando la ocupación aumenta, siempre hace que D2 suba lo suficiente para cubrir la distancia creciente que separa a Z de D1. [33229] El volumen de ocupación no está, pues, fijado por la desutilidad marginal del trabajo, medida en salarios reales, excepto en el caso de que la oferta disponible de mano de obra para una magnitud dada de salarios reales señale un nivel máximo a la ocupación. [33231] Si la propensión a consumir y el coeficiente de inversión nueva se traducen en una insuficiencia de la demanda efectiva, el volumen real de ocupación se reducirá hasta quedar por debajo de la oferta de mano de obra potencialmente disponible al actual salario real, y el salario real de equilibrio será mayor que la desutilidad marginal del nivel de equilibrio de la ocupación. [33232] Este análisis nos proporciona una explicación de la paradoja de la pobreza en medio de la abundancia; porque la simple existencia de una demanda efectiva insuficiente puede, y a menudo hará, que el aumento de ocupación se detenga antes que haya sido alcanzado el nivel de ocupación plena. [33233] La insuficiencia de la demanda efectiva frenará el proceso de la producción aunque el producto marginal de la mano de obra exceda todavía en valor a la desutilidad marginal de la ocupación. [33234] Más aún, cuanto más rica sea la comunidad, mayor tenderá a ser la distancia que separa su producción real de la potencial y, por tanto, más obvios y atroces los defectos del sistema económico; porque una comunidad pobre estará propensa a consumir la mayor parte de su producción, de manera que una inversión modesta será suficiente para lograr la ocupación completa; en tanto que una comunidad rica tendrá que descubrir oportunidades de inversión mucho más amplias para que la propensión a ahorrar de sus miembros más opulentos sea compatible con la ocupación de los más pobres. [33235] Si en una comunidad potencialmente rica el incentivo para invertir es débil, entonces, a pesar de su riqueza potencial, la actuación del principio de la demanda efectiva la empujará a reducir su producción real hasta que a pesar de dicha riqueza potencial, haya llegado a ser tan pobre que sus excedentes sobre el consumo se hayan reducido lo bastante para corresponder a la debilidad de incentivo para invertir. [33236] Pero falta lo peor: no solamente es más débil la propensión marginal a consumir en una comunidad rica, sino que, debido a que su acumulación de capital es ya grande, las oportunidades para nuevas inversiones son menos atractivas, a no ser que la tasa de interés baje lo bastante de prisa, lo cual nos lleva a la teoría del interés y a las razones por las cuales no baja automáticamente al nivel apropiado, de lo que nos ocuparemos en el Libro IV. [33237] En esta forma, el análisis de la propensión a consumir, la definición de eficiencia marginal del capital y la teoría de la tasa de interés son las tres lagunas principales de nuestros conocimientos actuales, que es necesario llenar. [33238] Cuando esto se haya logrado encontraremos que la teoría de los precios ocupa su lugar apropiado como subsidiaria de nuestra teoría general. [33239] Veremos después, sin embargo, que el dinero juega papel esencial en nuestra teoría de la tasa de interés e intentaremos desentrañar las características peculiares del dinero que lo distinguen de otras cosas. [33241] Es verdad que Malthus se opuso con vehemencia a la doctrina de Ricardo de que era imposible una insuficiencia de la demanda efectiva, pero en vano, porque no pudo explicar claramente (fuera de un llamado a la observación común de los hechos) cómo y por qué la demanda efectiva podría ser deficiente o excesiva, no logró dar una construcción alternativa y Ricardo conquistó a Inglaterra de una manera tan cabal como la Santa Inquisición a España. [33242] Su teoría no fue aceptada sólo por la City, los estadistas y el mundo académico, sino que la controversia se detuvo y el punto de vista contrario desapareció completamente y dejó de ser discutida. [33243] El gran enigma de la demanda efectiva, con el que Malthus había luchado, se desvaneció de la literatura económica. [33244] Ni una sola vez puede verse mencionado en cualquiera de los trabajos de Marshall, Edgeworth y el profesor Pigou, de cuyas manos ha recibido su mayor madurez la teoría clásica. [33245] Sólo pudo vivir furtivamente disfrazada, en las regiones del bajo mundo de Carlos Marx, Silvio Gesell y el mayor Douglas. [33246] Lo cabal de la victoria de los ricardianos tiene algo de curiosidad y de misterio; probablemente se debió a un complejo de conformaciones de la doctrina al medio ambiente en que fue proyectada. [33247] Creo que el hecho de haber llegado a conclusiones completamente distintas de las que una persona sin instrucción del tipo medio podría esperar, contribuyó a su prestigio intelectual. [33248] Le dio virtud el hecho de que sus enseñanzas transportadas a la práctica, eran austeras y a veces insípidas; le dio belleza el poderse adaptar a una superestructura lógica consistente; le dio autoridad el hecho de que podía explicar muchas injusticias sociales y aparente crueldad como un incidente inevitable en la marcha del progreso, y que el intento de cambiar estas cosas tenía, en términos generales, más probabilidades de causar daño que beneficio; y, por fin, el proporcionar cierta justificación a la libertad de acción de los capitalistas individuales le atrajo el apoyo de la fuerza social dominante que se hallaba tras la autoridad. [33249] Aunque la doctrina en sí ha permanecido al margen de toda duda para los economistas ortodoxos hasta nuestros días, su completo fracaso en lo que atañe a la posibilidad de predicción científica ha dañado enormemente, al través del tiempo, el prestigio de sus defensores; porque, al parecer, después de Malthus los economistas profesionales permanecieron impasibles ante la falta de concordancia entre los resultados de su teoría y los hechos observados -una discrepancia que el hombre común y corriente no había dejado de observar, con el resultado de una creciente renuencia a conceder a los economistas esta manifestación de respeto que da a otros grupos científicos cuyas conclusiones teóricas son confirmadas por la observación cuando se aplican a los hechos. [33251] Puede suceder muy bien que la teoría clásica represente el camino que nuestra economía debería seguir; pero suponer que en realidad lo hace así es eliminar graciosamente nuestras dificultades. [33252] Tal optimismo es el causante de que se mire a los economistas como Cándidos que, habiéndose apartado de este mundo para cultivar sus jardines, predican que todo pasa del mejor modo en el más perfecto posible de los mundos, a condición de que dejemos las cosas en libertad. [33253] En el cap. 6 se dará una definición precisa del costo de uso. [33254] Que no debe confundirse (vide infra) con el precio de oferta de una unidad de producto en el sentido acostumbrado de este término. [33255] El lector observará que resto el costo de uso tanto del producto como del precio de oferta global de un volumen determinado de producción, en tal forma que ambos términos deben interpretarse como libres del costo de uso; en tanto que las sumas totales pagadas por los compradores incluyen por supuesto, el costo de uso. [33256] Las razones para proceder así se darán en el cap. 6. [33257] Lo esencial es que el importe total del producto y el precio de oferta global, limpios de costo de uso, pueden definirse en una sola forma y sin ambigüedad; en tanto que, como el costo de uso depende evidentemente tanto del grado de integración de la industria como de la extensión de las compras que realizan los empresarios entre si, no puede haber una definición de las sumas globales pagadas por los compradores, incluyendo el costo de uso, el cual es independiente de estos factores. [33258] Una dificultad semejante existe en la definición de preciode oferta en el sentido habitual, para un productor individual; y en el caso del precio de la oferta global de la producción en conjunto, se corre el riesgo de serias dificultades de duplicación, que no siempre se han tomado en cuenta. [33259] Si el término se interpreta incluyendo el costo de uso, los inconvenientes sólo pueden vencerse haciendo supuestos especiales con respecto a la integración de los empresarios en grupos, según que su producción sea de artículos de consumo o de captial, lo que es oscuro y complicado por sí mismo y no corresponde a los hechos. [33261] Se aconseja al lector, sin embargo, que espere el estudio más completo en el cap. 6 y su apéndice. [33262] Un empresario que tiene que tomar una decisión práctica respecto a la escala de su producción, no sustentará, por supuesto, una sola previsión indudable acerca de cuál será el importe de la venta de una producción determinada sino varias previsiones hipotéticas, consideradas según los diversos grados de probabilidad y exactitud. [33263] Por su previsión del importe probable quiero decir, pues, aquella que, si fuese cierta, provocarla la misma conducta que el conjunto de las posibilidades más variadas y vagas que forman su esperanza en el momento que llega a tomar su resolución. [33264] En el cap. 20 se designará con el nombre de función del empleo a una que está íntimamente ligada con la anterior. [33265] LA ELECCIÓN DE UNIDADES [33266] EN ESTE y los tres capítulos siguientes intentaremos aclarar ciertas dudas que no tienen relación peculiar o exclusiva con los problemas cuyo examen nos hemos propuesto analizar de manera especial; por lo que deben considerarse como una digresión que nos apartará momentáneamente de nuestro tema principal. [33267] Sólo se estudian aquí porque no se han tratado en ninguna otra parte en una forma que yo estime conveniente para las necesidades privativas de mi investigación. [33268] Las tres confusiones que más me estorbaron al escribir este libro, y me impidieron expresarme convenientemente hasta que les encontré alguna solución, fueron: en primer lugar, la elección de las unidades cuantitativas apropiadas a los problemas del sistema económico en su conjunto; segundo, el papel desempeñado por las expectativas en el análisis económico; y tercero, la definición de ingreso. [33269] Lo poco satisfactorio de las unidades que emplean los economistas puede ejemplificarse por los conceptos de dividendo nacional, existencia (o acervo) de capital real y nivel general de precios: [33271] Más aún, depende, en cierto sentido, de la producción neta ; es decir, de aquella adición neta a los recursos de la comunidad disponibles para el consumo o para conservarlos en calidad de provisión de capital, que resulta de las actividades económicas y sacrificios de un periodo, después de tener en cuenta el desgaste del capital real que existía al comienzo del mismo. [33272] Sobre estas bases se intenta erigir una ciencia cuantitativa, pero hay una grave objeción a este concepto, aplicado a tal fin, en el hecho de que la producción de mercancías y servicios realizada por la comunidad es un complejo no homogéneo, que no puede medirse, hablando en sentido estricto, excepto en casos especiales, como, por ejemplo, cuando todos los componentes de una producción entran en la misma proporción en otra producción. [33273] La dificultad es mayor todavía cuando, con objeto de calcular la producción neta, tratamos de medir la adición neta al equipo de producción; porque es preciso encontrar alguna base cuantitativa de comparación entre las nuevas partidas del equipo producidas durante el periodo y las viejas que han desaparecido por desgaste. [33274] Con el fin de llegar a la noción de dividendo nacional neto, el profesor Pigou [33275] deduce aquella obsolescencia, etc., "que puede dominarse razonablemente 'normal'; y la prueba práctica de normalidad consiste en que la merma es lo bastante regular para ser prevista, si no en detalle, por lo menos en términos generales". [33276] Pero desde el momento que esta deducción no se hace en unidades monetarias, está ligada a la suposición de que puede ocurrir un cambio en la cantidad física, aunque de hecho no haya habido modificación física alguna; es decir, está introduciendo secretamente cambios en el valor . [33277] Más todavía, no es capaz de idear alguna fórmula satisfactoria para valorizar el equipo nuevo en comparación con el viejo, cuando, debido a cambios en la técnica, los dos dejan de ser idénticos. [33278] Creo que el concepto que apunta el profesor Pigou es el correcto y apropiado para el análisis económico; pero su definición precisa es una tarea imposible hasta que se haya adoptado un sistema satisfactorio de unidades. [33279] El problema de comparar dos producciones reales entre sí y de calcular después la producción neta, compensando con las nuevas partidas del equipo el desgaste de las viejas, origina acertijos que pueden calificarse de insolubles sin temor a equivocarse. [33281] Sin embargo, estas dificultades se consideran correctamente como "acertijos" y son "puramente teóricas" en el sentido de que jamás ocasionan confusión, ni siquiera entran en modo alguno en las decisiones de los negocios y no tienen importancia para la serie causal de los fenómenos económicos, los cuales son claros y determinados, a pesar de la indeterminación cuantitativa de estos conceptos. [33282] Es natural, por tanto, concluir que no solamente carecen de precisión, sino que son innecesarios. [33283] Es evidente que nuestro análisis cuantitativo debe explicarse sin usar ningún término cuantitativamente vago y, en verdad, tan pronto como tal cosa se intenta, se pone en claro, como espero demostrarlo, que puede pasarse mucho mejor sin ellos. [33284] El hecho de que dos grupos inconmensurables de objetos diversos no puedan por sí mismos proporcionar el material para un análisis cuantitativo, no es obstáculo, por supuesto, que nos impida realizar comparaciones estadísticas aproximadas que dependan de elementos amplios de juicio más que de cálculos estrictos que puedan ser válidos y significativos dentro de ciertos límites; pero el lugar propio de conceptos tales como la producción real y neta y el nivel general de precios queda dentro del campo de la descripción estadística e histórica y su objeto debería ser satisfacer la curiosidad histórica o social; propósito para el que no es habitual ni necesaria la precisión perfecta, tal como exige nuestro análisis causal, sea o no completo o exacto nuestro conocimiento de los valores reales de las cantidades de que se trate. [33285] Decir que la producción neta de hoy es mayor que hace diez años o un año, pero el nivel de precios inferior, es una afirmación semejante a la de que la reina Victoria era mejor reina pero no una mujer más feliz que la reina Isabel -aserto que no está desprovisto de significación ni de interés, pero que es inaprovechable para el cálculo diferencial-. [33286] Nuestra precisión sería cómica si tratáramos de usar tales expresiones parcialmente vagas y conceptos no cuantitativos como bases de un análisis cuantitativo. [33287] Debe recordarse que en todos los casos concretos un empresario se interesa por decisiones respecto a la escala en que usará cierto equipo de producción, y cuando afirmamos que la expectativa de una demanda mayor, es decir, un aumento de la función de demanda global, provocará otro en la producción total, lo que realmente queremos decir es que las empresas propietarias del equipo de producción se verán reducidas a asociar con él un total mayor de mano de obra. [33288] En el caso de una firma o industria aisladas que produzcan un bien homogéneo, podemos hablar lícitamente, si queremos, de aumentos y disminuciones de producción; pero cuando sumamos la actividad de todas las empresas, no podemos expresarnos con precisión, excepto en términos de cantidades de ocupación aplicadas a un equipo dado. [33289] Los conceptos de producción total y su nivel de precio no se requieren para este contexto, pues no necesitamos una medida absoluta de la producción total corriente, como la que nos permitiría comparar su monto con el que resultaría de la asociación de un equipo diferente de producción con una cantidad diferente de ocupación. [33291] Al tratar de la teoría de la ocupación me propongo, por tanto, usar solamente dos unidades fundamentales de cantidad, a saber cantidades de valor en dinero y cantidades de ocupación. [33292] La primera es estrictamente homogénea y la segunda puede hacerse que lo sea; pues en la medida en que grados y clases diferentes de trabajo y empleo asalariado disfruten de una remuneración relativa más o menos fija, la magnitud de la ocupación puede definirse bastante bien, para nuestro objeto, tomando una hora de empleo del trabajo ordinario como unidad y ponderando una hora de trabajo especial proporcionalmente a su remuneración, es decir, una hora de trabajo especial remunerada al doble del tipo ordinario se contará por dos. [33293] Denominaremos unidad de trabajo a la unidad en que se mide el volumen de ocupación, y llamaremos unidad de salario al salario nominal de una unidad de trabajo. [33294] Por tanto, si E representa la nómina de salario (y sueldos), S la unidad de salarios y N la cantidad de empleo, E = NS. [33295] Este supuesto de la homogeneidad en la oferta de mano de obra no se altera por el hecho evidente de las grandes diferencias en la habilidad especializada de los trabajadores individuales, y su adecuación para ocupaciones diversas; porque si la remuneración de los trabajadores es proporcional a su eficacia, las diferencias se liquidan si consideramos que los individuos contribuyen a la oferta de mano de obra proporcionalmente a su remuneración, mientras que si, al aumentar la producción, una empresa tiene que ocupar trabajo cada vez menos eficaz para sus fines particulares por unidad de salario pagado, solamente un factor entre otros conduce al rendimiento decreciente del uso del equipo productor, en términos de producción a medida que se emplea más trabajo. [33296] Englobamos, por decirlo así, la no-homogeneidad de las unidades de trabajo de igual remuneración dentro del equipo, que juzgamos cada vez menos adecuado para emplear las unidades de trabajo disponibles según la producción aumente, en vez de considerar que estas unidades de trabajo disponibles se adaptan cada vez menos al empleo de un equipo productor homogéneo. [33297] Por tanto, si no hay excedente de mano de obra especializada o calificada y el uso de la menos adaptable supone mayor costo de trabajo por unidad de producción, esto quiere decir que la proporción en que disminuya el rendimiento del equipo a medida que aumente la ocupación, es más rápida de lo que sería si existiera tal excedente. [33298] Aún en el caso extremo en que las diferentes unidades de trabajo estuvieran tan altamente especializadas que no pudieran sustituirse unas por otras en absoluto, esto no presentaría dificultad porque significaría únicamente que la elasticidad de oferta de la producción de un tipo particular de equipo productor desciende repentinamente a cero cuando todo el trabajo especializado disponible para su uso está ya empleado. [33299] Así, pues, nuestro supuesto de una unidad homogénea de trabajo no comporta dificultades, a menos que haya mucha inestabilidad en la remuneración relativa de las diferentes unidades de trabajo, y aun este obstáculo puede eliminarse, en caso de que aparezca, por medio del supuesto de que existe la posibilidad de un cambio rápido en la oferta de mano de obra y en la forma de la función de oferta global. [33301] para, las ocasiones en que analicemos la producción de las empresas o industrias concretas aisladamente y el uso de conceptos vagos, tales como el volumen de producción total, la cantidad del equipo de capital como un todo 5 el nivel general de precios, para las ocasiones en que tratemos de hacer alguna comparación histórica, que sea, dentro de ciertos límites (quizá bastante amplios), declaradamente imprecisa y aproximada. [33302] De esto se desprende que mediremos los cambios que ocurran en la producción corriente, con referencia al número de hombres empleados (ya sea para satisfacer a los consumidores o para crear nuevo equipo productor) en el equipo productor existente, ponderándose los trabajadores calificados de acuerdo con su retribución. [33303] No se requiere una comparación cuantitativa entre esta producción y la que resultaría de la asociación de diferentes grupos de trabajadores con otro equipo productor. [33304] Para predecir de qué manera los empresarios que poseen cierto equipo reaccionarán ante un desplazamiento en la función de demanda global no es necesario saber qué relación guardarían el volumen de la producción resultante, el nivel de vida y el nivel general de precios con lo que serían en fecha o país diferentes. [33305] Es fácil demostrar que las condiciones de la oferta, tal como se expresan generalmente por su respectiva curva, y la elasticidad de la misma en relación con el precio de los productos, pueden manejarse con nuestras dos unidades escogidas, por medio de la función de oferta global, sin referencia a las cantidades de producción, bien sea que se trate de una firma o industria particular o de la actividad económica en conjunto; porque la función de oferta global para una firma cualquiera (y de modo semejante para determinada industria o para toda ella) está representada por xxx en la que Z, es el rendimiento cuya expectativa motivará un nivel de ocupación N,. [33306] Por tanto, si la relación entre ocupación y producción es tal que una ocupación N, da una producción de 0, en la que 0, = 1F, (N,), se deduce que xxx es la curva normal de oferta. [33307] Por eso, en el caso de cualquier producto homogéneo, para el cual xxx tenga un valor definido, podemos valorizar xxx del modo acostumbrado; pero entonces se pueden sumar las cantidades N, en una forma que no es posible sumar con las 0" porque S0, no es una cantidad numérica. [33308] Más aún, si es lícito suponer que, en determinado medio, cierto volumen total de ocupación será distribuido invariablemente en una forma única entre las industrias de tal manera que N, sea función de N, la simplificación puede llevarse todavía más lejos. [33309] Aunque, como transacción conveniente, el ingreso real que se considera constituye el dividendo nacional se suele limitar a las mercancías y servicios que pueden comprarse con dinero. [33311] Si X representa cualquier cantidad medida en dinero, será a menudo conveniente escribir X para la misma cantidad media en unidades de salario. [33312] Esta es la principal razón por la que el precio de oferta de la producción crece con la demanda ascendente, aun cuando haya todavía un sobrante de equipo de idéntica clase al que se emplea. [33313] Si suponemos que el excedente de oferta de mano de obra forma un depósito igualmente disponible para todos los empresarios y que la empleada para un fin particular se remunera, en parte al menos, por unidad de esfuerzo y no estrictamente con relación a su eficacia en el empleo específico real (que en la mayoría de los casos es la suposición realista que debe hacerse), la eficacia descendente del trabajo empleado es un ejemplo sobresaliente del alza del precio de oferta, cuando crece la producción que no se debe a despilfarros internos. [33314] 7 No puedo decir de qué modo se supone que la curva de oferta, en su forma acostumbrada, sale al encuentro de la anterior dificultad, ya que quienes usan esta curva no han aclarado bastante sus supuestos. [33315] Probablemente parten de la hipótesis de que el trabajo empleado para determinado fin siempre se paga estrictamente de acuerdo con su eficacia particular, pero esto es irreal. [33316] Quizá la razón para considerar la eficacia variable del trabajo como si procediera del equipo reside en el hecho de que en la práctica los sobrantes en aumento, que son consecuencia de la mayor producción, van a dar principalmente a los propietarios del equipo y no a los trabajadores mas eficaces (aunque estos pueden obtener la ventaja de ser empleados con mayor regularidad y de ser ascendidos más pronto): es decir, los hombres de diferente productividad que trabajan en el mismo empleo rara vez son pagados fielmente en proporción a su eficacia. [33317] Sin embargo, cuando se presenta el caso, y en la medida en que aparece, de que a mayor eficacia corresponda mayor pago, mi método lo toma en cuenta, desde el momento en que calcula el número de unidades empleadas ponderando a los trabajadores individuales según su retribución. [33318] Partiendo de mis supuestos, se presentan complicaciones interesantes, como es obvio, cuando se trata de curvas particulares de la oferta, ya que su forma dependerá de la demanda del trabajo disponible para otros fines. [33319] Pasar por alto estas complicaciones nos colocaría fuera de la realidad, como ya se ha dicho, pero no necesitamos tomarlas en cuenta cuando se trata del empleo en conjunto, ya que hemos supuesto que cierto volumen de demanda efectiva se distribuye de modo preciso entre los diferentes productos exclusivamente asociados con ella. [33321] Por ejemplo, un aumento en la demanda efectiva debido a un fortalecimiento de la propensión a consumir podría ser neutralizado por una función de oferta global diferente de aquella que compensaría un aumento igual de la demanda debido a un mayor aliciente de invertir. [33322] Todo esto, por otra parte, pertenece al análisis detallado de las ideas generales aquí apuntadas, que no me propongo explicar ahora. [33323] EL SIGNIFICADO DE AHORRO E INVERSIÓN MÁS AMPLIAMENTE CONSIDERADO [33324] EN EL capítulo anterior se definieron de tal manera los términos ahorro e inversión que necesariamente tienen que resultar iguales en cantidad y, para la comunidad en conjunto, son meros aspectos de una misma cosa. [33325] Algunos escritores contemporáneos (yo mismo en mi Treatise on Money) han dado, sin embargo, definiciones especiales de estos términos según las cuales no son necesariamente iguales. [33326] Otros han escrito, partiendo del supuesto de que pueden ser desiguales, sin preceder sus estudios con definición alguna. [33327] Será conveniente, por ello, clasificar algunos de los variados usos que tienen, con la intención de referir lo anterior a otros estudios. [33328] Que yo sepa, todo el mundo está de acuerdo en que ahorro es el excedente del ingreso sobre lo que se gasta en consumo; y no cabe duda que sería inconveniente y desorientador no darle esta acepción. [33329] Tampoco hay ninguna divergencia importante de opinión sobre lo que se quiere decir por gastos en consumo; de manera que las diferencias de empleo proceden de la definición de inversión o la de ingreso . [33331] En sentido vulgar es corriente referirla a la compra de un activo, viejo o nuevo, por un individuo o por una sociedad. [33332] De vez en cuando el término podría restringirse a la compra de un valor en la bolsa; pero igual hablamos de invertir, por ejemplo, en una casa o una máquina, que en una partida de artículos acabados o no y, en sentido amplio, las nuevas inversiones, a diferencia de las reinversiones, significan la compra, con los ingresos, de un bien de capital de cualquier clase. [33333] Si consideramos la venta de una inversión como inversión negativa, mi propia definición está de acuerdo con la de uso popular, ya que los cambios que se operan en las viejas inversiones necesariamente se cancelan entre sí. [33334] Por supuesto, tenemos que hacer las correcciones del caso con motivo de la creación y la cancelación de deudas (influyendo los cambios en la cantidad de crédito o dinero); pero desde el momento en que, para la comunidad en conjunto, el aumento o la disminución en el monto total de los créditos es siempre exactamente igual al aumento o la disminución del monto total de los débitos, esta complicación se neutraliza también cuando nos referimos a la inversión en conjunto. [33335] Así, pues, suponiendo que la noción popular de ingreso corresponde a la mía de ingreso neto, la inversión total en su sentido popular coincide con mi definición de inversión neta, es decir, con la adición neta a toda clase de equipos de capital, después de tener en cuenta los cambios en el valor del equipo viejo que se consideran al computar el ingreso neto. [33336] La inversión así definida incluye, por tanto, el aumento en el equipo productor, ya sea que consista en capital fijo, capital en giro o capital líquido, y las diferencias entre las definiciones dignas de ser consideradas (aparte de la distinción entre inversión e inversión neta), se deben a la exclusión de una o varias de estas partidas. [33337] Hawtrey, por ejemplo, que atribuye gran importancia a los cambios en el capital líquido, es decir, a aumentos (o disminuciones) involuntarios en la existencia de artículos no vendidos, ha sugerido una posible definición de inversión en la cual se excluyen dichos cambios. [33338] En este caso, un excedente del ahorro sobre la inversión sería lo mismo que un incremento involuntario en la existencia de artículos no vendidos, es decir, como un aumento del capital líquido. [33339] Hawtrey no me ha convencido de que éste sea el factor de peso, porque pone todo el énfasis en la corrección de los cambios que no se previeron al principio, comparados con aquellos que se anticiparon con acierto o sin él. [33341] Sin duda en el caso de los artículos de consumo esto juega papel importante en sus decisiones; pero no veo el objeto de excluir la influencia que tienen sobre sus decisiones otros factores y prefiero, por tanto poner énfasis sobre el cambio total de la demanda efectiva y no solamente sobre aquella parte de las modificaciones de la misma que refleja el aumento o la disminución de las existencias no vendidas en el periodo anterior. [33342] Más aún, en el caso del capital fijo el aumento o la disminución de su capacidad no utilizada corresponde, en sus efectos sobre las decisiones de producir, al crecimiento o disminución de las existencias no vendidas y no veo cómo el método de Hawtrey pueda manejar este factor que es por lo menos tan importante como el otro. [33343] Parece probable que la formación de capital y consumo de capital tal como los considera la escuela austriaca de economistas, no sean idénticos ya sea con la inversión o desinversión como se definieron antes, o con la inversión o desinversión netas. [33344] En especial, se dice que el consumo de capital ocurre en circunstancias tales que claramente no hay disminución neta en el equipo productor, de acuerdo con la definición que antes dimos de él. [33345] Sin embargo, no he podido descubrir referencia alguna a un pasaje donde se explique claramente el significado de estos términos. [33346] Por ejemplo, decir que la formación de capital ocurre cuando se prolonga el periodo productivo no hace adelantar gran cosa el asunto. [33347] Pasamos ahora a las divergencias entre ahorro e inversión debidas a una definición especial de ingreso y, por tanto, del excedente del ingreso sobre el consumo. [33348] El uso que hice de estos términos en mi Treatise on Money es un buen ejemplo; porque, como expliqué en la página 69, la definición de ingreso que allí usé difiere de la que ahora doy en que consideraba como ingreso de los empresarios no las ganancias que realmente han logrado sino (en cierto sentido) su "ganancia normal". [33349] Así, por excedente del ahorro sobre la inversión quería decir que la escala de producción era tal que los empresarios estaban obteniendo una ganancia inferior a la normal como propietarios del equipo de capital; y por un excedente mayor del ahorro sobre la inversión entendía que se estaban reduciendo las ganancias reales de tal manera que los empresarios tendrían motivo para contraer la producción. [33351] El concepto de cambios en el excedente de la inversión sobre el ahorro, que sustenté en mi Treatise on Money, era una forma de manejar los cambios en las ganancias, aunque en ese libro no hice distinción clara entre los resultados previstos y los realizados. [33352] Dije allí que el cambio en el excedente de la inversión sobre el ahorro era la fuerza motora que regia las modificaciones en el volumen de la producción. [33353] De este modo resulta que el nuevo argumento, aunque (según ahora creo) mucho más preciso e instructivo, es esencialmente un desarrollo del anterior. [33354] Expresado en el lenguaje de mi Treatise on Money, diría así: dado el volumen anterior de ocupación y producción, la expectativa de un aumento en el excedente de la inversión sobre el ahorro inducirá a los empresarios a aumentar la magnitud de aquéllas. [33355] La importancia de mis razonamientos anteriores y actuales reside en su intento de mostrar que el volumen de ocupación está determinado por las previsiones de la demanda efectiva hechas por los empresarios, siendo criterio para un aumento en dicha demanda la expectativa de un incremento relativo de la inversión sobre el ahorro, de acuerdo con la definición de estos términos dada en mi Treatise on Money. [33356] Pero mi exposición en este libro es, por supuesto, muy confusa e incompleta a la luz de los desarrollos posteriores aquí expuestos. [33357] D. H. Robertson ha definido el ingreso de hoy como si fuera igual al consumo de ayer , más la inversión; de modo que el ahorro presente, en el sentido que él lo considera, es igual a la inversión de ayer más el exceso de consumo de ayer sobre el consumo de hoy. [33358] En esta definición cabe un excedente del ahorro sobre la inversión, a saber, por haber un excedente en el ingreso de ayer (de acuerdo con el sentido que yo le doy) sobre el de hoy. [33359] Así, pues, cuando Robertson dice que existe un excedente del ahorro sobre la inversión, quiere decir literalmente lo mismo que yo cuando digo que el ingreso está decayendo, y para él el excedente de ahorro es exactamente igual al descenso del ingreso para mí. [33361] En consecuencia, el método de Robertson podría ser considerado como un intento alternativo del mío (siendo, tal vez, una primera aproximación a él) de efectuar la misma distinción, tan vital para el análisis causal, que ya he tratado de hacer por medio del contraste entre la demanda efectiva y el ingreso. [33362] Seguimos ahora con las ideas mucho más vagas relativas a la frase "ahorro forzado". [33363] ¿Tiene algún sentido esta expresión? [33364] En mi Treatise on Money (vol. I, p. 171) di algunos datos sobre el uso primitivo de esta frase y sugerí que tenia cierta afinidad con la diferencia entre inversión y "ahorro" en el sentido en que allí usé este último término, pero ya no confío en la existencia de tal afinidad, como antes supuse. [33365] En todo caso, estoy seguro de que "ahorro forzado" y las frases análogas empleadas más recientemente (por ejemplo, por el profesor Hayek y el profesor Robbins) no tienen relación definida con la diferencia entre inversión y "ahorro" en el sentido expuesto en mi Treatise on Money, porque si bien estos autores no han explicado exactamente lo que quieren decir con dicho término, es claro que para éstos el "ahorro forzado" es un fenómeno que resulta directamente de los cambios en la cantidad de dinero o del crédito bancario y se mide por ellos. [33366] Es evidente que un cambio en el volumen de la producción y de la ocupación ocasionará otro en el ingreso medido en unidades de salarios; también, que una modificación en la unidad de salarios ocasionará una redistribución del ingreso entre prestatarios y prestamistas, así como una alteración en el ingreso total medido en dinero; y que esto, en cualquier caso, hará (o puede hacer) cambiar el monto de lo ahorrado. [33367] Por consiguiente, ya que las variaciones en la cantidad de dinero pueden traducirse en cambios en el volumen y la distribución del ingreso, al través de sus efectos sobre la tasa de interés (como veremos más adelante), tales modificaciones pueden comportar, indirectamente, otras correspondientes en el monto de lo ahorrado. [33368] Pero estos cambios en las cantidades ahorradas no tienen más de "ahorro forzado" que los operados en las cantidades ahorradas con motivo de una variación en las circunstancias; y no hay medio para distinguir entre ambos casos, a menos que especifiquemos el monto ahorrado en ciertas condiciones tomadas como norma o patrón. [33369] Más aún, como veremos después, la magnitud de los cambios en el ahorro total, que resulta de una modificación determinada en la cantidad de dinero, es sumamente variable y depende de muchos otros factores. [33371] Si seleccionamos (como sería razonable) el tipo de ahorro que corresponde a un estado firme de ocupación plena, la definición anterior se expresaría así: "ahorro forzado es el excedente del ahorro real sobre lo que se ahorraría si hubiera ocupación plena en una posición de equilibrio a largo plazo". [33372] Esta definición tendría sentido, pero significaría que un excedente forzado de ahorro sería un fenómeno muy raro e inestable, y una deficiencia forzada de ahorro el estado usual de cosas. [33373] La interesante "Nota sobre el desarrollo de la doctrina del ahorro forzado " del profesor Hayek8 muestra que éste fue de hecho el significado original del término. [33374] "Ahorró forzado" o "frugalidad forzada" era, en primer lugar, un concepto de Bentham, quien afirmó expresamente que se refería a las consecuencias de un aumento en la cantidad de dinero (relativamente a la cantidad de cosas vendibles por dinero) en circunstancias tales que "todos los brazos estuvieran empleados, y esto de la manera más ventajosa posible".4 En tales circunstancias, indica Bentham, el ingreso real no puede aumentarse y, en consecuencia, la inversión adicional que se efectua como resultado de la transición implica frugalidad forzada "a expensas de la comodidad y de la justicia nacionales". [33375] Todos los escritores del siglo XIX que se ocuparon de este asunto tuvieron presente virtualmente la misma idea; pero un intento para ampliar esta noción bien clara a condiciones de menos ocupación que la total, entraña dificultades. [33376] Es cierto, por supuesto (debido al hecho de que el rendimiento decrece cuando se aplica más ocupación a un determinado equipo de capital, que cualquier aumento en la ocupación supone algún sacrificio del ingreso real de aquellos que ya estaban ocupados, pero no es probable que tenga éxito el intento de relacionar esta pérdida con el crecimiento de la inversión que puede acompañar al aumento de ocupación. [33377] De todos modos, yo no sé que los escritores modernos interesados en el "ahorro forzado" hayan hecho ningún intento de ampliar la idea a una situación de ocupación en aumento; y al parecer, por regla general, han descuidado el hecho de que la extensión del concepto benthamiano de la frugalidad forzada a la situación de ocupación menos que total requiere alguna explicación o requisito. [33378] A mi modo de ver, la preponderancia de la idea de que el ahorro y la inversión, considerados en su estricto sentido, pueden diferir uno de otro, sólo se explica por una ilusión óptica debida a que la relación entre un depositante individual y su banco se considera como una operación unilateral, en vez de bilateral, como es en realidad. [33379] Se supone que un depositante y su banco tienen manera de ingeniarse para efectuar una operación mediante la cual los ahorros pueden desaparecer del sistema bancario en tal forma que se pierden para la inversión; o, al contrario, que el sistema bancario puede conseguir que haya una inversión a la que no corresponda ahorro alguno. [33381] En la primera alternativa existe una nueva inversión correspondiente; en la segunda alguien ha de desatesorar una suma igual; porque su pérdida de riqueza tiene que deberse a un excedente de su consumo sobre su ingreso y no a una pérdida de capital por cambio en el valor de un bien capital, desde el momento que no es el caso de que esté resintiendo una pérdida en el valor que su bien tenía antes, el interesado percibe justamente el valor corriente de su bien y, sin embargo, no lo retiene en forma alguna de riqueza, es decir, tiene que gastarlo en el consumo presente en exceso al ingreso que recibe; más aún, si es el sistema bancario el que se desprende de un bien, alguien tiene que desprenderse de efectivo. [33382] De esto se deduce que el ahorro total del primer individuo, sumado al de los demás, debe ser igual; por fuerza, al monto de las nuevas inversiones corrientes. [33383] La idea de que la creación de crédito por el sistema bancario permite que se efectúen nuevas inversiones a las que no corresponda "ningún ahorro genuino", solamente puede ser el resultado de aislar una de las consecuencias del aumento del crédito bancario, con exclusión de las demás. [33384] Si la concesión a un empresario de un crédito bancario adicional sobre los créditos que ya existían previamente le permite añadir algo a su inversión actual, que no hubiera podido hacer de otro modo, los ingresos aumentarán por necesidad, y en una proporción que normalmente excederá la del aumento de inversión. [33385] Todavía más, excepto en estado de ocupación plena, habrá un aumento tanto del ingreso real como del monetario. [33386] El público ejercerá "una libre elección" de las proporciones en que dividirá su aumento de ingresos entre ahorro y gasto; y es imposible que la intención del empresario que ha pedido prestado para aumentar la inversión pueda hacerse efectiva (excepto como sustitución de inversiones de otros empresarios que, de lo contrario, hubieran ocurrido) a velocidad superior a la que el público decide aumentar sus ahorros. [33387] Además, los ahorros que resultan de esta decisión son tan auténticos como cualquier otro ahorro. [33388] No se puede obligar a nadie a poseer el dinero adicional correspondiente al nuevo crédito bancario, a menos que deliberadamente prefiera guardar más en dinero que en otra forma de riqueza. [33389] No obstante, la ocupación, los ingresos y los precios no pueden sustraerse al movimiento que en la nueva situación les imprime el hecho de que alguien prefiera conservar el dinero adicional. [33391] También es cierto que la concesión del crédito bancario pondrá en movimiento tres tendencias: I) aumento de la producción, 2) alza en el valor del producto marginal medido en unidades de salarios (o que, en condiciones de rendimiento decreciente, necesariamente debe acompañar a un aumento de la producción), y 3) alza de la unidad de salarios en términos monetarios (desde el momento en que esto es una concomitancia frecuente de la mejoría en la ocupación); y estas tendencias pueden afectar la distribución del ingreso real entre los diferentes grupos- pero son características de un estado de producción creciente y ocurrirá lo mismo si el aumento de producción se inició en otra forma distinta del crecimiento del crédito bancario. [33392] Solamente pueden evitarse eliminando cualquier actividad capaz de mejorar la ocupación. [33393] Sin embargo, mucho de esto es anticipar el resultado de discusiones a que todavía no hemos llegado. [33394] De este modo, el punto de vista pasado de moda de que el ahorro siempre supone inversión, aunque incompleto y desorientador, es formalmente más sólido que el novedoso según el cual puede haber ahorro sin inversión o inversión sin ahorro "genuino". [33395] El error está en llegar a la justificable inferencia de que, cuando un individuo ahorra, aumenta en igual cantidad la inversión global. [33396] Es verdad que cuando un individuo ahorra aumenta su propia riqueza; pero la conclusión de que también aumenta la riqueza total pasa por alto la posibilidad de que un acto de ahorro individual puede reaccionar sobre los ahorros de alguien más y, en consecuencia, sobre la riqueza de éste. [33397] La reconciliación de la identidad entre el ahorro y la inversión con la aparente "libre voluntad" del individuo para ahorrar lo que quiera, independientemente de lo que otros puedan invertir, depende especialmente de que el ahorro es, como el gasto, un fenómeno doble; porque si bien no es probable que el monto de su ahorro propio tenga alguna influencia notable sobre su ingreso, las reacciones del monto de su consumo sobre los ingresos de los demás hacen imposible que todos los individuos ahorren simultáneamente cualquier suma dada. [33398] Todo intento de ahorrar más, reduciendo el consumo, afectará de tal modo los ingresos que necesariamente se anulará por sí mismo. [33399] Por supuesto que es también imposible para la comunidad ahorrar menos que el monto de la inversión corriente, ya que el intento de hacerlo así aumentará sin remedio los ingresos hasta un nivel en el cual las sumas que los individuos decidan ahorrar den una cifra exacta igual al monto de la inversión. [33401] En este último caso, la igualdad se produce por el hecho de que el volumen de dinero que la gente decide conservar no es independiente de sus ingresos o de los precios de las cosas (primordialmente valores), cuya compra es la disyuntiva natural de la conservación de dinero. [33402] De este modo, los ingresos, lo mismo que los precios, necesariamente cambian hasta que el monto de las sumas totales de dinero que los individuos deciden guardar en el nuevo nivel de ingresos y precios así logrado, llega a ser igual a la suma de dinero creada por el sistema bancario. [33403] Ésta es, en verdad, la proposición fundamental de la teoría monetaria. [33404] Pero estas proposiciones se deducen simplemente del hecho de que no puede haber un comprador sin un vendedor ni un vendedor sin un comprador. [33405] Aunque un individuo cuyas operaciones son pequeñas en relación con el mercado puede, sin peligro, desdeñar el hecho de que la demanda no es una operación unilateral, es una tontería despreciarlo cuando se trata de la demanda total. [33406] Esta es la diferencia vital entre la teoría de la conducta económica del conjunto y la de una unidad individual, para la cual suponemos que los cambios en la demanda del individuo no afectan su ingreso. [33407] Mi método en dicha obra consistía en tomar las ganancias logradas en el presente como determinantes de las expectativas corrientes acerca de las mismas. [33408] LA PROPENSIÓN A CONSUMIR: LOS FACTORES OBJETIVOS [33409] PODEMOS ya volver nuestra atención sobre el tema principal, del que nos apartamos al final del Libro 1 con el fin de ocuparnos de ciertos problemas generales de método y definición. [33411] Ya hemos establecido la conclusión preliminar de que el volumen de ocupación está determinado por el punto de intersección de la función de oferta global con la función de demanda global. [33412] La función de oferta global, sin embargo, que depende principalmente de las condiciones físicas de la oferta, lleva consigo pocas consideraciones que no sean ya familiares. [33413] La forma puede ser poco conocida, pero los factores que hay en el fondo no son nuevos. [33414] Volveremos a ocuparnos de la función de oferta global en el capítulo 20, en el que estudiaremos su recíproca con el nombre de función de ocupación . [33415] Pero, en general, lo que se ha descuidado ha sido la parte correspondiente a la función de demanda global, y a ella dedicaremos los Libros III y IV. [33416] La función de demanda global relaciona cualquier nivel dado de ocupación con los "productos" de ventas que se esperan del mismo. [33417] Los "productos" se forman de la suma de dos cantidades -la que se gastará en consumir cuando la ocupación está a cierto nivel y la que se destinará a la inversión-. [33418] Los factores que determinan estas dos cantidades son muy distintos. [33419] En este Libro estudiamos los primeros, es decir, aquellos que determinan la suma que se gastará en consumo cuando la ocupación está a determinado nivel; y en el Libro IV nos ocuparemos de los que fijan la suma que se empleará en la inversión. [33421] Conviene más, sin embargo, operar con una función algo diferente, es decir, la que liga el consumo, medido en unidades de salario (C.), con el ingreso en términos de unidades de salario Y, correspondiente a un nivel dado de ocupación N. [33422] Esto está sujeto a la objeción de que Y no es función única de N, que es igual en cualquier circunstancia; porque la relación entre Y y N puede depender (aunque probablemente en grado mucho menor) de la naturaleza precisa de la ocupación. [33423] Es decir, dos distribuciones desiguales de una ocupación total determinada (N) entre diferentes ocupaciones (debido a la forma diferente de las funciones de empleo individual -tema que se examinará en el capítulo 20-) podrían conducir a diferentes valores de Y. [33424] En circunstancias concebibles debería hacerse una asignación especial para este factor; pero, en general, es buena aproximación considerar Y, como si estuviera determinado únicamente por N. [33425] Por consiguiente, definiremos lo que hemos llamado la propensión a consumir como la relación funcional X entre Y, un nivel de ingreso dado, medido en unidades de salario, y C, el gasto que para el consumo se toma de dicho nivel de ingreso, de manera que xxx la suma que la comunidad gasta en consumo depende evidentemente, de 1) el monto de su ingreso, 2) otras circunstancias objetivas que lo acompañan, y 3) las necesidades subjetivas y las inclinaciones psicológicas y hábitos de los individuos, así como de los principios según los cuales se divide el ingreso entre ellos (lo que puede sufrir modificaciones según aumenta la producción). [33426] Las razones que impulsan a gastar reaccionan entre sí y un intento de clasificarlas corre el peligro de caer en una falsa división. [33427] Para aclarar ideas, será útil, no obstante, considerarlas separadamente bajo dos títulos diferentes que llamaremos los factores subjetivos y los factores objetivos. [33428] Los primeros, que examinaremos con mayor detalle en el próximo capítulo, incluyen aquellas características psicológicas de la naturaleza humana y aquellas prácticas e instituciones sociales que si bien no son inalterables, no presentan probabilidades de sufrir un cambio sustancial en periodos cortos, excepto en circunstancias anormales o revolucionarias. [33429] En una investigación histórica, o al comparar un sistema social con otro de tipo diferente, es necesario tomar en cuenta la forma en que los cambios en los factores subjetivos puedan afectar la propensión a consumir; pero, en general, supondremos en lo sucesivo que los factores subjetivos se conocen y también que la propensión a consumir depende solamente de los cambios en los factores objetivos. [33431] 1) Un cambio en la unidad de salario . [33432] El consumo (C) es evidentemente más bien una función del ingreso real (en cierto sentido) que del ingreso monetario. [33433] En una situación dada de la técnica, los gustos y las condiciones sociales que determinan la distribución del ingreso, el ingreso real de una persona subirá y bajará con la cantidad de unidades de trabajo de que puede disponer, es decir, con el monto de su ingreso medio en unidades de salario; aunque, cuando el volumen total de producción cambia, su ingreso real subirá menos que proporcionalmente a su ingreso medido en unidades de salario (debido a la influencia de los rendimientos decrecientes). [33434] Por consiguiente, como primera aproximación, podemos suponer razonablemente que, si la unidad de salario varía, el gasto en consumo correspondiente a un nivel dado de ocupación cambiará, como los precios, en la misma proporción; aunque en ciertas circunstancias tal vez tendríamos que tener en cuenta las posibles reacciones que los cambios en la distribución dé un ingreso real dado entre empresarios y rentistas tendrían sobre el consumo total, a resultas de un cambio en la unidad de salario. [33435] Fuera de esto, ya hemos tomado en consideración los cambios en la unidad de salario al definir la propensión a consumir en términos de ingreso, medido en dichas unidades. [33436] 2) Un cambio en la diferencia entre ingreso e ingreso neto . [33437] Hemos visto antes que el monto del consumo depende del ingreso neto más que del ingreso simplemente, ya que,por definición, es el que el hombre tiene a la vista, principalmente, cuando decide la escala en que ha de consumir. [33438] En una situación determinada puede existir cierta relación estable entre los dos, en el sentido de que habrá una función única que relacione los diferentes niveles de ingreso con los correspondientes de ingreso neto. [33439] Sin embargo, si éste no fuera el caso, la parte de cualquier modificación del ingreso que no se refleje en el ingreso neto debe desdeñarse, pues no tendrá efecto sobre el consumo; y de manera semejante debe ser tomada en cuenta la posibilidad de un cambio en el ingreso neto, no manifestado en el ingreso. [33441] Volveremos a tratar más ampliamente los efectos sobre el consumo de la diferencia entre ingreso e ingreso neto en la sección cuarta de este capítulo. [33442] 3) Cambios imprevistos en el valor de los bienes de capital, no considerados al calcular el ingreso neto . [33443] Éstos tienen importancia mayor para modificar la propensión a consumir, desde el momento que no guardan relación estable o regular con el monto del ingreso. [33444] El consumo de las clases propietarias de riqueza puede ser extraordinariamente sensible a cambios imprevistos en el valor monetario de la riqueza. [33445] Esto debería clasificarse entre los factores más importantes susceptibles de ocasionar cambios a la corta en la propensión a consumir. [33446] 4) Cambios en la tasa de descuento del futuro, es decir, en la relación de cambio entre los bienes presentes y los futuros . [33447] Esto no es precisamente lo mismo que la tasa de interés, ya que tiene en cuenta los cambios futuros en el poder adquisitivo del dinero, en la medida en que son previstos. [33448] También se tiene que tomar en cuenta toda clase de riesgos, tales como la probabilidad de no vivir para gozar los bienes futuros o la de una tributación confiscatoria. [33449] En calidad de aproximación, sin embargo, puede identificarse con la tasa de interés. [33451] Para la teoría clásica de la tasa de interés, que se basó en la idea de que la tasa de interés era el factor que ponía en equilibrio la oferta y la demanda de ahorros, era conveniente suponer que el gasto en consumo es, ceteris paribus , negativamente sensible a los cambios en la tasa de interés de manera que cualquier alza de la misma disminuiría perceptiblemente el consumo. [33452] Se ha reconocido desde hace mucho, no obstante, que el efecto total de los cambios en la tasa de interés sobre la inclinación a gastar en consumo presente es compleja e incierta, dependiendo de tendencias en conflicto, ya que algunos de los motivos subjetivos para ahorrar se satisfarán con mayor facilidad si la tasa de interés sube, en tanto que otros se debilitarán. [33453] En un periodo largo, es probable que los cambios sustanciales en la tasa de interés tiendan a modificar los hábitos sociales considerablemente, afectando así la propensión subjetiva a gastar -aunque resulta difícil decir en qué dirección, excepto después de haberlo indicado la experiencia-. [33454] Sin embargo, no es probable que la clase usual de fluctuaciones a corto plazo en la tasa de interés tenga mucha influencia directa sobre los gastos en tal o cual sentido. [33455] No hay mucha gente que altere su modo de vivir porque la tasa de interés baje de 5 a 4 por ciento, si su ingreso global es el mismo de antes; pero, indirectamente, pueden presentarse otros efectos, aunque no todos en la misma dirección. [33456] Quizá la influencia más importante, que opera a través de cambios en la tasa de interés sobre la disposición para gastar fondos procedentes de un ingreso dado, sea el efecto de estos cambios sobre la apreciación o la depreciación de los valores y otros bienes, porque si un hombre disfruta de un aumento inesperado en el valor de su capital, es natural que las razones que lo inducen a gastar actualmente se fortalezcan, aun cuando, desde el punto de vista de su ingreso, dicho capital no sea más valioso que antes; y se debiliten si está sufriendo pérdidas de capital. [33457] Pero ya en el párrafo 3 hemos previsto esta influencia indirecta. [33458] Fuera de esto, la conclusión más importante sugerida por la experiencia es, según creo, que la influencia a corto plazo de la tasa de interés sobre los gastos individuales hechos con un determinado ingreso es secundaria y carece relativamente de importancia, excepto, quizá, cuando se presenten cambios excepcionalmente grandes. [33459] Cuando la tasa de interés baja mucho, el aumento de la proporción entre una renta vitalicia que puede comprarse por una suma dada y el interés anual de esta última puede, sin embargo, proporcionar una fuente importante de ahorro negativo al fortalecer la práctica de prevenirse para la vejez por medio de la compra de una renta vitalicia. [33461] 5) Cambios en la política fiscal . [33462] En la medida en que la propensión del individuo a ahorrar dependa de los futuros rendimientos que espera, es claro que está ligada, no sólo con la tasa de interés, sino con la política fiscal del gobierno. [33463] Los impuestos sobre el ingreso, especialmente cuando gravan al ingreso "no ganado", los impuestos sobre las ganancias del capital, los impuestos sobre herencias y otros similares, son tan importantes como la tasa de interés; en tanto que el alcance de los posibles cambios en la política fiscal puede ser mayor, en las previsiones por lo menos, que el de la tasa misma. [33464] Si la política fiscal se usa como un instrumento deliberado para conseguir la mayor igualdad en la distribución de los ingresos, su efecto sobre el aumento de la propensión a consumir es, por supuesto, tanto mayor. [33465] Debemos también tener en cuenta el efecto sobre la propensión global a consumir, cuando el gobierno reserva fondos de los impuestos ordinarios para el pago de deudas; porque esto representa una especie de ahorro social, de manera que una política que tiende a crear grandes fondos de reserva debe considerarse, en determinadas circunstancias, como reductora de la propensión a consumir. [33466] Esta es la razón por la cual un cambio de frente de la política gubernamental, pasando de la aceptación de deudas a la creación de fondos de reserva (o viceversa), puede ocasionar una severa contracción (o notable ampliación) de la demanda efectiva. [33467] 6) Cambios en las expectativas acerca de la relación entre el nivel presente y el futuro del ingreso . [33468] Debemos catalogar este factor en obsequio a la integridad formal; pero si bien puede afectar considerablemente la propensión a consumir de un individuo, es probable que, para la comunidad en conjunto, se neutralice. [33469] Además, por regla general, es un problema que origina demasiada incertidumbre para que pueda ejercer influencia considerable. [33471] Los cambios imprevistos en el valor de los bienes de capital pueden hacer variar la propensión a consumir, y las modificaciones sustanciales en la tasa de interés y en la política fiscal pueden producir cierta diferencia; pero los otros factores objetivos que pudieran afectarla, si bien no deben depreciarse, no es probable que tengan importancia en circunstancias ordinarias. [33472] El hecho de que, dada la situación económica general, el gasto en consumo en términos de unidades de salario depende principalmente del volumen de la producción y ocupación, justifica que consideremos los otros factores en la función general, "propensión a consumir"; porque mientras los demás pueden variar (y esto no debe olvidarse) el ingreso total medido en unidades de salario es, por regla general, la principal variable de que depende el elemento consumo de la función de demanda global. [33473] Admitido, pues, que la propensión a consumir es una función bastante estable, de tal manera que, por lo general, el monto del consumo, en conjunto, depende principalmente del volumen de ingreso total (ambos medidos en unidades de salario); y considerando los cambios en la propensión misma como de importancia secundaria ¿cuál es la forma normal de esta función? [33474] La ley psicológica fundamental en que podemos basarnos con entera confianza, tanto a priori partiendo de nuestro conocimiento de la naturaleza humana como de la experiencia, consiste en que los hombres están dispuestos, por regla general y en promedio, a aumentar su consumo a medida que su ingreso crece, aunque no tanto como el crecimiento de su ingreso. [33475] Esto quiere decir que si C, es el monto del consumo e Y, el ingreso (ambos medidos en unidades de salario), A C, tiene el mismo signo que A Y, pero es de menor magnitud, es decir, dY es positivo y menor que la unidad. [33476] Esto es así especialmente cuando pensamos en periodos cortos, como en el caso conocido con el nombre de fluctuaciones cíclicas de la ocupación, durante las cuales los hábitos, a diferencia de otras propensiones psicológicas más permanentes, no cuentan con tiempo bastante para adaptarse a los cambios en las circunstancias objetivas; porque la norma de vida habitual de un hombre es generalmente lo que tiene primacía sobre la distribución de su ingreso y puede ahorrar la diferencia que haya entre su ingreso real y los gastos acostumbrados para su nivel de vida; o bien, si ajusta sus gastos a las alteraciones en sus ingresos, lo hará imperfectamente en periodos cortos. [33477] De este modo, un ingreso creciente irá con frecuencia acompañado de un ahorro mayor; y un ingreso en descenso, acompañado de un ahorro menor, en mayor escala al principio que después. [33478] Pero fuera de los cambios de periodo corto en el nivel del ingreso, también es evidente que un nivel absoluto mayor de ingresos se inclinará, por regla general, a ensanchar la brecha que separa al ingreso del consumo; porque la satisfacción de las necesidades primarias inmediatas de un hombre y su familia es, generalmente, un motivo más fuerte que los relativos a la acumulación, que sólo adquieren predominio efectivo cuando se ha alcanzado cierto margen de comodidad. [33479] Estas razones impulsarán casi siempre a ahorrar mayor proporción del ingreso cuando el ingreso real aumenta. [33481] Como veremos después,a la estabilidad del sistema económico depende esencialmente de que esta regla opere en la práctica. [33482] Esto quiere decir, si la ocupación y, por tanto, el ingreso total aumentan, no toda la ocupación adicional se requerirá para satisfacer las necesidades del consumo adicional. [33483] Por otra parte, una disminución del ingreso, debida a un descenso en el nivel de ocupación, si llega lejos, puede incluso ser motivo de que el consumo exceda a los ingresos, no solamente debido a que ciertos individuos o instituciones usen las reservas financieras que hayan acumulado en mejores tiempos, sino también el gobierno, que podrá caer, de buena o mala gana, en un déficit presupuestal o procurará algún alivio a la desocupación, por ejemplo, con dinero prestado. [33484] Así, cuando la ocupación desciende a un nivel bajo, el consumo total decaerá en proporción menor de lo que haya bajado el ingreso real, debido a la conducta habitual de los individuos y también a la política probable de los gobiernos; lo cual explica por qué es a menudo posible alcanzar una nueva posición de equilibrio con una fluctuación de pequeña amplitud. [33485] De no ser así, el descenso en la ocupación y el ingreso, una vez iniciado, podría llegar muy lejos. [33486] Este sencillo principio conduce, como se verá, a la misma conclusión que antes, a saber, que la ocupación solamente puede aumentar pari passu con un crecimiento de la inversión, a menos, desde luego, que ocurra un cambio en la propensión a consumir; porque desde el momento en que los consumidores van a gastar menos de lo que importa el alza en el precio de oferta total cuando la ocupación es mayor, el aumento de ésta dejará de ser costeable, excepto si hay aumento en la inversión para llenar la brecha. [33487] No debemos subestimar la importancia del hecho ya mencionado antes de que, mientras la ocupación es función del consumo y la inversión previstos, el consumo es, ceteris paribus , función del ingreso neto , es decir, la inversión neta (siendo el ingreso neto igual al consumo más la inversión neta). [33488] En otras palabras, cuanto mayor sea la reserva financiera que se crea necesario apartar antes de considerar el ingreso neto, tanto menos favorable será para el consumo y, por tanto, para la ocupación, un nivel determinado de inversión. [33489] Cuando toda esta reserva financiera (o costo suplementario) se gasta de hecho en la conservación del equipo productor existente, no es probable que esto se olvide; pero cuando excede al gasto real de conservación, los resultados prácticos, por lo que respecta a sus efectos sobre la ocupación, no siempre se aprecian; porque el monto de este excedente ni da origen de modo directo a una inversión corriente ni se encuentra disponible para dedicarlo al consumo. [33491] Todavía más, las mismas consideraciones se aplican, en gran parte, a la partida relativa a desgaste incluida en el costo de uso, en la medida en que aquél no se enmiende en realidad. [33492] Pensemos, por ejemplo, en una casa que sigue siendo habitable hasta que es demolida o abandonada. [33493] Si de la renta anual pagada por los inquilinos se descuenta cierta suma de su valor, que el propietario no gasta en su conservación ni considera como ingreso neto disponible para el consumo, esta reserva, ya forme parte de U o de V, constituye una traba para la ocupación durante todo el tiempo que dure la casa, que desaparece de pronto cuando esta tiene que ser reconstruida. [33494] En una economía estacionaria quizá no valiera la pena mencionar todo esto, ya que en cada año los márgenes de tolerancia para la depreciación, con respecto a las casas viejas, quedarían compensados exactamente por las casas nuevas que se construyeran en sustitución de las que llegan al fin de su vida cada año; pero tales factores pueden ser de mucha importancia en una economía no estática, especialmente durante el periodo que sigue de inmediato a un vigoroso brote de inversión de capital a largo plazo; porque en tales circunstancias gran parte de las nuevas partidas de inversión puede ser absorbida por las mayores reservas financieras que hacen los empresarios para reparar y renovar el equipo de producción existente, el cual, aunque se desgasta con el tiempo, todavía no ha llegado a la fecha en que deben hacerse gastos que puedan aproximarse al total de la reserva financiera que se aparta; con la consecuencia de que los ingresos no pueden subir por encima de un nivel lo bastante bajo para corresponder a un total pequeño de inversión neta. [33495] De este modo, los fondos de amortización, etc., pueden restar a los consumidores poder para gastar mucho antes de que entre en juego la demanda de gastos de reposición (que dichas reservas anticipan); es decir, hacen disminuir la demanda efectiva corriente y sólo la aumentan en el año en que se hace la reposición. [33496] Si los efectos de esto se agravan con la "prudencia financiera", es decir, con el hecho de pensarse que es aconsejable "amortizar" el costo inicial con mayor rapidez que el desgaste real del equipo, el resultado acumulativo puede ser muy serio. [33497] En Estados Unidos, por ejemplo, hacia 1929, la rápida expansión de capital en los cinco años anteriores había conducido acumulativamente a erigir fondos de amortización y márgenes de depreciación en tan grande escala, con relación al equipo que no necesitaba ser renovado, que se requirió un volumen enorme de inversiones completamente nuevas sólo para absorber estas reservas financieras; y llegó a ser casi imposible encontrar todavía más inversiones nuevas en suficiente escala para absorber el ahorro nuevo que una sociedad rica y con ocupación plena hubiera estado dispuesta a realizar. [33498] Este solo factor bastó probablemente para ocasionar una depresión y, más aún, como la "prudencia financiera" de esta clase continuó ejerciéndose a través de la presión por aquellas grandes sociedades que estaban todavía en posibilidad de soportarla, el hecho ofreció un obstáculo serio para la pronta recuperación. [33499] También en Gran Bretaña en la actualidad (1935) el gran volumen de la edificación y otras nuevas inversiones que han tenido lugar a partir de la guerra han llevado a un volumen de fondos de amortización muy por encima de las necesidades presentes para los gastos en reparaciones y renovaciones, tendencia que se ha fortalecido cuando las inversiones se han hecho por las autoridades locales y juntas públicas, de acuerdo con los principios de finanzas "sanas" que frecuentemente requieren fondos de amortización suficientes para recuperar el costo inicial algún tiempo antes de que la reposición se haga necesaria; con la consecuencia de que aunque los individuos estuvieran dispuestos a gastar el total de sus ingresos netos, resultaría una tarea muy difícil restaurar la ocupación plena con este volumen opresivo de reservas establecidas por las autoridades públicas y semipúblicas, enteramente disociadas de cualquier inversión nueva correspondiente. [33501] los fondos de amortización de las autoridades locales alcanzan una cifra anual de más de la mitad de la suma que estas autoridades están gastando en todas sus nuevas mejoras. [33502] Sin embargo, no es seguro que el Ministerio de Salubridad haya advertido, cuando insiste en que las autoridades locales amorticen rápidamente sus gastos, cuánto puede estar agravando el problema de la desocupación. [33503] En el caso de anticipos por parte de las Sociedades Constructoras Mutualistas para ayudar a un individuo a construir su propia casa, el deseo de liberarse del débito más rápidamente de lo que la casa se deteriora en realidad, puede estimular al propietario a guardar más de lo que en otra forma ahorraría; aunque quizá debiera considerarse que este factor reduce directamente la propensión a consumir más que a través de sus efectos sobre el ingreso neto. [33504] Según las cifras reales, los reintegros de las hipotecas financiadas por las Sociedades Constructoras Mutualistas, que llegaban a £24.000,000 en 1925, habían subido a £68.000,000 en 1933, en comparación con nuevos anticipos de £103.000,000; y hoy los reintegros son probablemente todavía mayores. [33505] El hecho de que sea la inversion más bien que la inversión neta la que surja de las estadísticas de la producción se desprende en forma concluyente y natural de la obra National Income, 1924- 1931 de Colin Clark. [33506] También muestra la gran proporción que guardan normalmente la depreciación, etc., con respecto al valor de la inversión. [33507] Por ejemplo, calcula que en Gran Bretaña, durante los años de 1928 a 1931,6 la inversión y la inversión neta fueron como sigue (aunque la inversión bruta para él es probablemente algo mayor que la inversión para mi, ya que puede incluir parte del costo de uso y no está claro hasta qué punto su "inversión neta" coincide con mi definición de este término): [33508] Kuznets ha llegado a una conclusión muy parecida al compilar las estadísticas de la Formación Bruta del Capital (Gross Capital Formation) -como él llama a lo que yo considero inversión- en Estados Unidos, en 1910-1933. [33509] El hecho físico, que es al que corresponden las estadísticas de la producción, es inevitablemente la inversión bruta y no la neta. [33511] "La dificultad -escribe- de pasar de la formación bruta de capital a la neta, esto es, la dificultad de hacer correcciones al consumo de los bienes durables existentes no es únicamente la falta de datos. [33512] El mero concepto del consumo anual de bienes que duran cierto número de años adolece de ambigüedades." [33513] Vuelve, por tanto, "al supuesto de que la partida de depreciación y agotamiento en los libros de las empresas describe correctamente el volumen del consumo de los artículos durables, terminados y en existencia, usados por ellas". [33514] Por otra parte, no intenta hacer deducción alguna con respecto a las casas y otros bienes durables en manos de los individuos. [33515] Sus interesantes resultados para Estados Unidos pueden resumirse en la forma siguiente: [33516] De este cuadro se destacan varios hechos. [33517] La formación neta de capital fue muy firme en el quinquenio 1925-1929, con sólo un aumento de 10 por ciento en la última etapa del movimiento ascendente. [33518] Las deducciones por los gastos que el empresario hace en reparaciones, sostenimiento, depreciación y agotamiento, se mantuvieron en una cifra alta aun en lo peor de la depresión. [33519] Pero el método de Kuznets seguramente debe llevar a una estimación demasiado baja del aumento anual en la depreciación, etc., porque calcula la última en menos del 11/2 por ciento anual de la nueva formación neta de capital. [33521] Lo anterior es, hasta cierto punto, una digresión; pero importa hacer resaltar la magnitud de la deducción que tiene que hacerse del ingreso de una sociedad que ya posee gran existencia de capital, antes de llegar al ingreso neto que generalmente está disponible para el consumo; porque si pasamos esto por alto podemos subestimar la pesada rémora que existe sobre la propensión a consumir, aun en condiciones en que el público esté dispuesto a consumir gran parte de su ingreso neto. [33522] Puede mencionarse, de paso, que el efecto de la política fiscal sobre el aumento de riqueza ha sido motivo de importante confusión, que, sin embargo no podemos examinar adecuadamente sin el auxilio de la teoría de la tasa de interés que se dará en el Libro IV. [33523] Las cifras reales consideran tan poco importantes que se publican con dos años o más de atraso. [33524] En el año que terminó en 31 de marzo de 1930, las autoridades locales gastaron £ 87.000,000 en bienes de capital, de los cuales £ 37.000,000 fueron proporcionados por los fondos de amortización, etc., de los gastos previos del mismo género: en el año que finalizó en 31 de marzo de 1933, las cifras respectivas fueron £ 81.000,000 y £ 46.000,000. [33525] Estas referencias están tomadas de un boletín (nº 52) del National Bureau of Economic Research, en el que se dan los resultados preliminares del libro en preparación del señor Kuznets. [33526] EL ESTADO DE LAS EXPECTATIVAS A LARGO PLAZO [33527] Hemos visto en el capítulo anterior que la escala de inversión depende de la relación entre, la tasa de interés y la curva de eficiencia marginal del capital correspondiente a diversas escalas de inversión corriente, en tanto que la eficiencia marginal del capital depende de la relación entre el precio de oferta de un bien de capital y su rendimiento probable. [33528] En este capítulo consideraremos con mayor detalle algunos de los factores que determinan dicho rendimiento. [33529] Las consideraciones en que se basan las expectativas sobre los rendimientos probables son, por una parte, los hechos que podemos dar por conocidos con más o menos certeza y, por otra, los acontecimientos futuros que sólo pueden preverse con relativa seguridad. [33531] Entre los últimos se cuentan los cambios futuros en la clase y cantidad de las existencias de bienes de capital y en los gustos de los consumidores; la fuerza de la demanda efectiva en diversos periodos, mientras dura la inversión de referencia, y los cambios en la unidad de salarios, en términos de dinero, que pueden ocurrir durante el mismo periodo. [33532] Podemos resumir la situación de las expectativas psicológicas sobre estos últimos puntos diciendo que es el estado de las expectativas a largo plazo , distinguiéndolas de las expectativas a corto plazo en que se basa el productor para estimar lo que podrá obtener de un producto cuando esté terminado, en el supuesto de que se decida a iniciar su producción en la actualidad con el equipo existente, lo que ya examinamos en el capítulo 5. [33533] Al planear nuestras expectativas seria torpe atribuir gran influencia a motivos que sean muy inciertos. [33534] Por tanto, es razonable dejarse guiar principalmente por los hechos que nos inspiren cierta confianza, aunque tengan una importancia menos decisiva para nuestros fines, que por otros pocos y vagamente conocidos. [33535] Por este motivo, los hechos propios de la situación presente entran, desproporcionadamente en cierto sentido, en la formación de nuestras expectativas a largo plazo, siendo nuestra costumbre fijarnos en la situación actual, para proyectarla en el futuro, modificándola únicamente según los motivos más o menos definidos que tengamos para esperar una variación. [33536] El estado de expectativa a largo plazo que sirve de base a nuestras decisiones, depende, por tanto, no sólo de los pronósticos más probables que podamos realizar, sino también de la confianza con que hagamos la previsión -de qué magnitud estimamos la probabilidad de que nuestro mejor pronóstico sea por completo equivocado-. [33537] Si esperamos grandes modificaciones pero estamos muy inseguros sobre la forma precisa en que ocurrirán, entonces nuestra confianza será débil. [33538] El estado de confianza , como se le llama, es un asunto al que los hombres prácticos conceden la atención más estrecha y preocupada. [33539] Pero los economistas no lo han analizado cuidadosamente y se han conformado como regla con estudiarlo en términos generales. [33541] Ni son dos factores separados, que afectan la tasa de inversión, es decir, la curva de la eficiencia marginal del capital y el estado de la confianza. [33542] El estado de la confianza tiene importancia porque es uno de los principales entre los factores que determinan la eficiencia marginal del capital, que es igual que la curva de demanda de inversión. [33543] Sin embargo, no hay mucho que decir a priori sobre el estado de la confianza. [33544] Nuestras conclusiones deben depender, esencialmente, de la observación real de los mercados y de la psicología de los negocios. [33545] Por este motivo la digresión siguiente se encuentra en un plano de abstracción distinto al de la mayor parte de este libro. [33546] Por motivos de conveniencia en la exposición supondremos en el estudio que vamos a iniciar sobre el estado de la confianza, que la tasa de interés no se altera; y procederemos en las secciones siguientes como si los cambios en el valor de las inversiones fueran consecuencia solamente de cambios de la expectativa de sus rendimientos probables y de ninguna manera de modificaciones en la tasa de interés a que se capitalizan dichos rendimientos. [33547] El efecto de las variaciones en dicha tasa se sobrepone fácilmente, sin embargo, al efecto de los cambios en el estado de la confianza. [33548] El hecho más destacado es lo extremadamente precario de las bases de conocimiento en que han de basarse nuestros cálculos de los rendimientos probables. [33549] Nuestro conocimiento de los sectores que regirán el rendimiento de una inversión en los años venideros próximos es frecuentemente muy ligero y a menudo desdeñable. [33551] De hecho, quienes intentan en serio realizar semejante estimación se encuentran en tal minoría que su conducta no gobierna el mercado. [33552] En otros tiempos, cuando casi todas las empresas eran propiedad de los empresarios o de sus amigos y asociados, la inversión dependía de que hubiera suficientes individuos de temperamento sanguíneo e impulsos constructivos, que emprendieran negocios como una forma de vivir, sin basarse en cálculos precisos acerca de las ganancias probables. [33553] El asunto era en parte una lotería, aunque el resultado final dependía mucho de si la habilidad y el carácter de los directores estaban por encima o por debajo del promedio. [33554] Algunos fracasarían y otros tendrían éxito; pero aún después de los acontecimientos nadie sabría si el promedio de los resultados, medido en las sumas de inversión, había excedido, igualado o quedado corto en relación con la tasa predominante de interés; aunque, si excluimos la explotación de los recursos naturales y los monopolios, es probable que el promedio de los resultados de las inversiones, aun en periodos de progreso y prosperidad, haya defraudado las esperanzas que indujeron a invertir. [33555] Los hombres de negocios jugaban un juego que era una mezcla de habilidad y suerte, cuyo resultado medio para los jugadores es desconocido para quienes participan en él. [33556] Si la naturaleza humana no sintiera la tentación de probar suerte, ni satisfacción (abstracción hecha de la ganancia) en construir una fábrica, un ferrocarril, una mina o una hacienda, no habría mucha inversión como resultado simplemente de cálculos fríos. [33557] Sin embargo, las decisiones de invertir en negocios privados del viejo tipo eran, en gran parte, irrevocables no solo para la comunidad en conjunto, sino también para los individuos. [33558] Con la separación entre la propiedad y la dirección que priva hoy, y con el desarrollo de mercados de inversión organizados, ha entrado en juego un nuevo factor de gran importancia, que algunas veces facilita la inversión, pero también contribuye a veces a aumentar mucho la inestabilidad del sistema. [33559] Cuando faltan los mercados de valores no tiene objeto intentar revaluar con frecuencia una inversión en la cual nos hemos comprometido. [33561] Es como si un agricultor, habiendo observado su barómetro después del desayuno, decidiera retirar su capital del negocio agrícola entre diez y once de la mañana y reconsiderar si debía volver a él posteriormente durante la semana. [33562] Pero las revaluaciones diarias de la bolsa de valores, aunque se hacen con el objeto principal de facilitar traspasos entre individuos de inversiones pasadas, ejercen inevitablemente influencia decisiva sobre la tasa de las inversiones corrientes; porque no tiene sentido crear una nueva empresa incurriendo en un gasto mayor que aquel a que se puede comprar otra igual ya existente, mientras que hay un incentivo para gastar en un nuevo proyecto lo que podría parecer una suma extravagante; si puede venderse en la bolsa de valores con una ganancia inmediata. [33563] Por eso ciertas clases de inversiones se rigen por el promedio de las expectativas de quienes trafican en la bolsa de valores, tal como se manifiesta en el precio de las acciones, más bien que por las expectativas genuinas del empresario profesional. [33564] ¿Cómo se manejan, entonces, en la práctica, estas revaluaciones tan importantes de las inversiones existentes que se realizan cada día y aun cada hora? [33565] En la práctica hemos convenido tácitamente, por regla general, en referirnos a lo que en realidad es una convención . [33566] La esencia de ésta -aunque desde luego no funciona con tanta sencillez- está en suponer que la situación existente en los negocios continuará por tiempo indefinido, excepto cuando tengamos razones concretas para esperar una modificación. [33567] Esto no quiere decir que en realidad creamos en la duración indefinida del estado actual de los negocios. [33568] Sabemos por experiencia repetida que esto es lo más improbable. [33569] Los resultados efectivos de una inversión a largo número de años rara vez coinciden con las expectativas originales. [33571] En efecto, estamos suponiendo que la valuación existente en el mercado, independientemente de cómo se ha llegado a ella, es correcta únicamente en relación con nuestro conocimiento actual de los hechos que influirán sobre el rendimiento de la inversión; y que sólo cambiará en proporción a las variaciones en dicho conocimiento; aunque, filosóficamente hablando, no puede ser del todo correcto desde el momento que nuestro conocimiento actual no nos da bases suficientes para una expectativa matemática calculada. [33572] En realidad, en las valoraciones del mercado entran consideraciones de todas clases que de ninguna manera se relacionan con el rendimiento probable. [33573] No obstante, el método convencional de calcular antes mencionado será compatible con una considerable permanencia y estabilidad en nuestros asuntos, mientras podamos confiar en la continuidad de la convención . [33574] Porque si existen mercados organizados para la invasión y si podemos confiar en que el convenio no variará, un inversionista puede legítimamente animarse con la idea de que el único riesgo que corre es el de un cambio real en las condiciones del futuro inmediato , sobre cuya probabilidad puede intentar formarse un juicio propio, y que no es probable que el cambio sea muy grande; pues suponiendo que la convención siga en pie, estos cambios son los únicos que pueden afectar el valor de su inversión y no necesita perder el sueño por el simple hecho de no tener idea de lo que podrá valer diez años más tarde. [33575] Así la inversión se vuelve razonablemente "segura" para el inversionista individual en periodos cotos, y, en consecuencia, en una sucesión de los mismos, no importa cuantos, si puede confiar razonablemente en que no se quebrantará la convención y en que, por tanto, tendrá oportunidad para revisar sus conclusiones y modificar la inversión antes de que haya tiempo suficiente para que ocurran grandes alteraciones. [33576] De este modo, las inversiones que son "fijas" para la comunidad se vuelven "líquidas" para el individuo. [33577] Estoy seguro de que nuestros principales mercados de inversión se han desarrollado siguiendo lineamientos parecidos; pero no debemos sorprendernos de que una convención tan arbitraria desde un punto de vista absoluto tenga sus puntos débiles. [33578] El que sea precario es lo que crea una parte no pequeña de nuestro problema contemporáneo de lograr un volumen suficiente de inversión. [33579] Pueden mencionarse brevemente algunos de los factores que aumentan esta debilidad. [33581] Las fluctuaciones diarias de las ganancias de las inversiones existentes, que son a todas luces de carácter efímero y poco importante, tienden en, conjunto a tener una influencia excesiva y aun absurda sobre el mercado. [33582] Se dice, por ejemplo, que las acciones de las compañías manufactureras de hielo norteamericanas tienden a venderse a un precio más alto en verano, cuando sus dividendos son estacionalmente elevados, que en invierno, cuando nadie quiere ese producto. [33583] La repetición de los días de fiesta oficiales puede elevar la valoración del mercado del sistema ferrocarrilero británico en varios millones de libras esterlinas. [33584] Una valoración convencional que se establece como resultado de la psicología de más de gran número de individuos ignorantes está sujeta a modificaciones violentas debidas a un cambio violento en la opinión como consecuencia de factores que en realidad no significan gran cosa para el rendimiento probable, ya que no habrá motivos de convicción fuertemente arraigados para mantenerla con firmeza. [33585] En tiempo anormales, particularmente cuando la hipótesis de una continuación indefinida del estado actual de los negocios es menos probable que de ordinario, aun cuando no existan motivos expresos pata anticipar un cambio definido, el mercado estará sujeto a oleadas de sentimientos optimistas o pesimistas, que son irrazonables y sin embargo legítimos, en cierto sentido, cuando no hay bases sólidas para un cálculo razonable. [33586] Pero hay un rasgo distintivo que merece nuestra atención. [33587] Podría haberse supuesto que la competencia entre los profesionales expertos, que ponen más juicio y conocimiento que el inversionista privado medio, corregiría las extravagancias del individuo ignorante abandonado a sí mismo. [33588] Sucede, sin embargo, que las energías y la habilidad del inversionista profesional y del especulador están ocupadas principalmente en otra parte. [33589] Porque la mayoría de estas personas no está, de hecho, dedicada en primer término, a realizar previsiones superiores a largo plazo respecto al rendimiento probable de una inversión por todo el tiempo que dure, sino a prever cambios en las bases convencionales de valuación con un poco más de anticipación que el público en general. [33591] Más aún, esta conducta no es resultado de una inclinación disparatada. [33592] Es consecuencia inevitable de un mercado de inversión organizado de acuerdo con las normas descritas; porque no es sensato pagar 25 por una inversión cuyo rendimiento probable se cree que justifica un valor de 30, si al mismo tiempo se supone que el mercado lo estimará en 20 tres meses después. [33593] De este modo, el inversionista profesional se ve forzado a estar alerta para anticipar esos cambios inminentes, en las noticias o en la atmósfera, que, según la experiencia demuestra, tienen más influencia sobre la psicología de masa del mercado. [33594] Éste es el resultado inevitable de los mercados de inversión que se organizan para lograr lo que se llama "liquidez". [33595] Entre las máximas de la finanza ortodoxa, ninguna, seguramente, es más antisocial que el fetiche de la liquidez, la doctrina según la cual es una virtud positiva de las instituciones de inversión concentrar sus recursos en la posesión de valores "líquidos". [33596] Olvida que las inversiones no pueden ser líquidas para la comunidad como un todo.[34001] La finalidad social de la inversión realizada con conocimiento de causa debería ser el dominio de las fuerzas negativas del tiempo y la ignorancia que rodean nuestro futuro. [34002] El objeto real y particular de la mayor parte de las inversiones de los expertos, hoy día, es "ganar la delantera" ( to beat the gun ), como dicen los norteamericanos; ser más listo que el vulgo, y encajar la moneda falsa o que se está depreciando a otra persona. [34003] Esta batalla de viveza para prever las bases de la valoración convencional con unos cuantos meses de antelación, más bien que el rendimiento probable de una inversión durante años, ni siquiera necesita corderos entre el público para saciar las fauces de los lobos profesionales: estos últimos pueden jugar entre sí. [34004] Ni tampoco se requiere que alguien conserve su fe ingenua en que las bases convencionales de la valoración tengan alguna validez genuina a largo plazo; porque es, por decirlo así, el juego del anillo de la solterona o de las sillas musicales -un pasatiempo en que el vencedor es quien pasa a su vecino el anillo ni demasiado pronto, ni demasiado tarde, antes que termine el juego, y es el que consigue una silla al cesar la música-. [34005] Estos entretenimientos pueden jugarse con diversión y deleite, aunque todos los jugadores sepan que lo que está circulando es el anillo o que cuando la música deje de tocar, algunos de ellos no encontrarán asiento. [34006] O, para cambiar un poco la metáfora, la inversión por profesionales puede compararse a esos concursos de los periódicos en que los concursantes tienen que seleccionar las seis caras más bonitas entre un centenar de fotografías, ganando el premio aquel competidor cuya elección corresponda más aproximadamente al promedio de las preferencias de los competidores en conjunto; de tal manera que cada concursante ha de elegir, no los semblantes que él mismo considere más bonitos, sino los que crea que serán más del agrado de los demás concursantes, todos los cuales observan el problema desde el mismo punto de vista. [34007] No es el caso de seleccionar aquellas que, según el mejor juicio propio, son realmente las más bellas, ni siquiera las que la opinión general cree que lo son efectivamente. [34008] Hemos alcanzado el tercer grado en el que dedicamos nuestra inteligencia a anticipar lo que la opinión promedio espera que sea la opinión promedio. [34009] Y existen algunos, según creo, que practican los grados cuarto, quinto y otros superiores. [34011] También debemos añadir que hay varios factores que comprometen el predominio de tales individuos en los mercados de inversión modernos. [34012] La inversión basada en las expectativas auténticas a largo plazo es tan difícil en la actualidad que apenas puede ponerse en práctica. [34013] Quien intente hacerla, seguramente deberá sobrellevar días mucho más laboriosos y correr riesgos mucho mayores que quien trata de adivinar mejor que la muchedumbre lo que ésta hará; y, a igualdad de inteligencia, puede cometer equivocaciones mas desastrosas. [34014] La experiencia no da pruebas claras de que una política de inversión ventajosa socialmente coincida con la más productiva. [34015] Se necesita más inteligencia para derrotar las fuerzas del tiempo y nuestra ignorancia respecto al futuro que para ganar la delantera. [34016] Más todavía, la vida no es bastante larga, la naturaleza humana desea resultados rápidos, hay un deleite particular en hacer dinero pronto, y las ganancias remotas son descontadas por el hombre medio a tasas muy altas. [34017] El juego de los inversionistas profesionales es intolerablemente aburrido y demasiado exigente para cualquiera que esté completamente libre del instinto de jugador; en tanto que quien lo posee ha de pagar el correspondiente tributo por esta inclinación. [34018] Aún más, un inversionista que se proponga pasar por alto las fluctuaciones a corto plazo en el mercado necesita mayores recursos para su seguridad y no debe operar en tan gran escala, si es que en alguna, con dinero prestado -y ésta es una razón más de los rendimientos superiores que el pasatiempo da a quien posee cierto acopio de inteligencia y recursos-. [34019] Finalmente es el inversionista a largo plazo, aquel que más promueve el interés público, quien en la práctica levanta contra sí mayor crítica, dondequiera que los fondos de inversión sean manejados por comités, o consejos, o bancos; [34021] Si tiene éxito, eso únicamente confirmará la creencia general en su temeridad; y si {157] fracasa en corto plazo, lo que es muy probable, no habrá mucha compasión para la víctima. [34022] La sabiduría mundana enseña que es mejor para la reputación perder limpiamente que ganar con trampa. [34023] 5) Hasta ahora hemos tenido presente ante todo el estado de confianza del especulador o del inversionista especulativo mismo y podría parecer que hemos supuesto tácitamente que, si él está satisfecho con sus propias perspectivas, tiene dominio ilimitado sobre el dinero a la tasa de interés del mercado. [34024] Éste no es el caso real, ciertamente, y por ello debemos tener también en cuenta la otra faceta del estado de la confianza, es decir, la confianza de las instituciones de crédito en aquellos que buscan préstamos en ellas, que algunas veces se ha descrito como el estado del crédito. [34025] Una baja violenta en el precio de los valores de rendimiento variable que haya tenido reacciones desastrosas sobre la eficiencia del capital, puede haberse debido al debilitamiento de la confianza especulativa o del estado del crédito. [34026] Pero mientras el debilitamiento de cualquiera de los dos es suficiente para ocasionar una baja violenta, la recuperación necesita que ambos revivan; porque mientras el debilitamiento del crédito es suficiente para ocasionar una postración, su fortalecimiento, aunque es requisito previo de la recuperación, no basta. [34027] Estas consideraciones no deberían quedar fuera de la esfera del economista; pero deben ser relegadas a su justa perspectiva. [34028] Si se me permite aplicar el término especulación a la actividad de prever la psicología del mercado, y la palabra empresa , o espíritu de empresa, a la tarea de prever los rendimientos probables de los bienes por todo el tiempo que duren, de ninguna manera es cierto que siempre predomine la especulación sobre la empresa. [34029] No obstante, a medida que mejora la organización de los mercados de inversión, el riesgo del predominio de la especulación aumenta. [34031] Aun fuera del campo de las finanzas, los norteamericanos son capaces de interesarse demasiado por descubrir lo que la opinión media cree que será la opinión media; y esta debilidad nacional encuentra su Némesis en el mercado de valores. [34032] Se dice que es raro que un norteamericano invierta, como lo hacen muchos ingleses todavía, "para percibir una renta"; y no será fácil que compre un valor redituable si no tiene la esperanza de una apreciación del capital. [34033] Esto es sólo una forma de decir que cuando el norteamericano compra una inversión está poniendo sus esperanzas no tanto en su rendimiento probable como en un cambio favorable en las bases convencionales de valoración; es decir, que es, en el sentido anterior, un especulador. [34034] Los especuladores pueden no hacer daño cuando sólo son burbujas en una corriente firme de espíritu de empresa; pero la situación es seria cuando la empresa se convierte en burbuja dentro de una vorágine de especulación. [34035] Cuando el desarrollo del capital en un país se convierte en subproducto de las actividades propias de un casino, es probable que aquel se realice mal. [34036] La medida del éxito obtenido por Wall Street considerada como una institución cuya finalidad social es guiar las nuevas inversiones por los cauces más productivos en términos de rendimiento futuro; no puede presentarse como uno de los triunfos prominentes del capitalismo de laissez faire -lo que no es sorprendente si estoy en lo justo al pensar que los mejores cerebros de Wall Street se han orientado de hecho hacia un fin diferente. [34037] Estas tendencias son una consecuencia difícilmente eludible de que hayamos logrado organizar mercados de inversiones "líquidos". [34038] Generalmente se admite que, en interés público, los casinos deben ser inaccesibles y costosos, y tal vez esto mismo sea cierto en el caso de las bolsas de valores. [34039] El hecho de que los pecados de la bolsa de valores de Londres sean menores que los de Wall Street, quizá no se deba tanto a las diferencias en el carácter nacional, como a la circunstancia de que, para el inglés de tipo medio, Throgmorton Street es inaccesible y muy costosa comparada con Wall Street para el mismo tipo de norteamericano. [34041] La implantación de un impuesto fuerte sobre todas las operaciones de compraventa podría ser la mejor reforma disponible con el objeto de mitigar en Estados Unidos el predominio de la especulación sobre la empresa. [34042] El espectáculo de los mercados de inversión modernos me ha llevado algunas veces a concluir que la compra de una inversión debe ser permanente e indisoluble, como el matrimonio, excepto por motivo de muerte o de otra causa grave, y esto será un remedio útil para nuestros males contemporáneos; porque tal cosa forzaría a los inversionistas a dirigir su atención solamente a las oportunidades a largo plazo; pero un pequeño examen de este recurso nos lleva a un dilema, y nos muestra cómo la liquidez de los mercados de inversión a menudo facilita, aunque algunas veces impide, el curso de las nuevas inversiones. [34043] Porque el hecho de que cada inversionista individual se haga la ilusión de que su compromiso es "líquido" (aunque esto no puede ser cierto para todos los inversionistas colectivamente) calma sus nervios y lo anima mucho más a correr el riesgo. [34044] Si las compras individuales de inversiones perdieran su liquidez, esto podría obstruir seriamente las nuevas inversiones mientras el individuo disponga de formas alternativas de conservar sus ahorros. [34045] Éste es el dilema. [34046] En la medida que un individuo pueda emplear su riqueza en atesorar o en prestar dinero, la alternativa de comprar bienes reales de capital no puede ser lo bastante atractiva (especialmente para el hombre que no maneja los bienes de capital y sabe muy poco acerca de ellos), excepto cuando se organizan mercados en los que estos bienes puedan convertirse con facilidad en dinero. [34047] La única cura radical para las crisis de confianza que afligen la vida económica del mundo moderno sería no permitir al individuo que escogiera entre consumir su ingreso y ordenar la producción de bienes específicos de capital, que, aun cuando basándose en pruebas precarias, lo impresionan como la inversión más halagüeña que está a su alcance. [34048] Podría suceder que, cuando lo acosan más que de ordinario las dudas concernientes al futuro, volviera, en su confusión, a consumir más y efectuar menos inversiones nuevas; pero esto evitaría las repercusiones desastrosas, acumulativas y de amplio alcance, que se derivan de la facilidad que tiene para gastar su ingreso en una o en otra forma, cuando la duda lo asalta de este modo. [34049] Desde luego, quienes han subrayado los peligros sociales del atesoramiento de dinero han pensado en algo semejante; pero han tenido en cuenta la posibilidad de que el fenómeno ocurra sin modificación alguna, o al menos con algún cambio mensurable en el atesoramiento de dinero. [34051] Quizá la mayor parte de nuestras decisiones de hacer algo positivo, cuyas consecuencias completas se irán presentando en muchos días por venir, sólo pueden considerarse como resultado de la fogosidad -de un resorte espontáneo que impulsa a la acción de preferencia a la quietud, y no como consecuencia de un promedio ponderado de los beneficios cuantitativos multiplicados por las probabilidades cuantitativas-. [34052] La "empresa" sólo pretende estar impulsada principalmente por el contenido de su programa, por muy ingenuo o poco sincero que pueda ser. [34053] Se basa en el cálculo exacto de los beneficios probables apenas un poco más que una expedición al Polo Sur. [34054] De este modo, si la fogosidad se enfría y el optimismo espontáneo vacila, dejando como única base de sustentación la previsión matemática, la "empresa" se marchita i muere -aunque el temor de perder puede tener bases poco razonables como las tuvieron antes las esperanzas de ganar. [34055] Se puede afirmar sin miedo que la "empresa" que depende de las esperanzas que miran al futuro beneficia a la comunidad en su conjunto; pero la iniciativa individual solamente será adecuada cuando el cálculo razonable esté apuntalado y soportado por la energía animal, de tal manera que la idea de pérdidas finales que a menudo detiene a los precursores, como la experiencia demuestra a ellos y a los demás, se rechaza del mismo modo que el hombre lleno de salud hace caso omiso de sus probabilidades de muerte. [34056] Esto quiere decir, por desgracia, no sólo que se exagera la importancia de las depresiones y retrocesos, sino que la prosperidad económica depende excesivamente del ambiente político y social que agrada al tipo medio del hombre de negocios. [34057] Si el temor de un gobierno laborista o de un New Deal deprime la "empresa", esto no tiene que ser necesariamente resultado de un cálculo razonable o de una conspiración con finalidades políticas; es simple consecuencia de trastornar el delicado equilibrio del optimismo espontáneo. [34058] Al calcular las posibilidades de inversión debemos tener en cuenta, por tanto, los nervios y la histeria, y aun la digestión o reacciones frente al estado del tiempo, de aquellos de cuya actividad espontánea depende principalmente. [34059] No debemos deducir de esto que todo depende de oleadas de psicología irracional. [34061] Estamos simplemente acordándonos de que las decisiones humanas que afectan el futuro, ya sean personales, políticas o económicas, no pueden depender de la expectativa matemática estricta, desde el momento que las bases para realizar semejante cálculo no existen; y que es nuestra inclinación natural a la actividad la que hace girar las ruedas escogiendo nuestro ser racional entre las diversas alternativas lo mejor que puede, calculando cuando hay oportunidad, pero con frecuencia hallando el motivo en el capricho, el sentimentalismo o el azar. [34062] Hay, además, ciertos factores importantes que de algún modo mitigan en la práctica los efectos de nuestra ignorancia del futuro. [34063] Debido al mecanismo del interés compuesto, combinado con la probabilidad de obsolescencia al correr del tiempo, existen muchas inversiones individuales cuyo rendimiento probable está genuinamente dominado por los rendimientos en un futuro comparativamente cercano. [34064] En el caso de la clase más importante de inversión a muy largo plazo, a saber, la edificación del inversionista puede con frecuencia transferir riesgo al inquilino o por lo menos repartirlo entre ambos por medio de contratos largos, estando compensando el riesgo en la mente del inquilino por las ventajas de la continuidad y la seguridad. [34065] En el caso de otro tipo importante de inversión a largo plazo, como los valores de las empresas de servicios públicos, una parte importante del rendimiento probable está prácticamente garantizado por los privilegios de monopolio junto al derecho de cargar las tasas necesarias para obtener cierto margen estipulado. [34066] Finalmente, hay una clase de inversión, cada vez más importante, emprendida por las autoridades públicas, o a riesgo de las mismas, francamente influidas por el supuesto general de que hay ventajas sociales probables derivadas de ella cualquiera que pueda ser su productividad comercial dentro de un gran margen, y sin tratar de convencerse de que la previsión matemática del rendimiento sea por lo menos igual a la tasa corriente de interés -aunque la tasa que la autoridad pública tiene que pagar puede desempeñar todavía papel decisivo en la determinación del volumen de operaciones de inversión que puede soportar. [34067] De este modo, después de haber ponderado la importancia de la influencia de los cambios a corto plazo en la situación de las expectativas a largo plazo, por oposición a las modificaciones en la tasa de interés, podemos todavía volver sobre esta última y considerarla como un factor que, al menos en circunstancias normales, ejerce gran influencia, aunque no decisiva, sobre la tasa de inversión. [34068] Sólo la experiencia, sin embargo, puede mostrar hasta qué punto la intervención en la tasa de interés es capaz de estimular continuamente el volumen adecuado de inversión. [34069] Por mi parte, soy ahora un poco escéptico respecto al éxito de una política puramente monetaria dirigida a influir sobre la tasa de interés. [34071] Con "muy inciertos" no quiero decir lo mismo que con "muy improbables". [34072] Cf. mi Treatise on Probability, cap. VI, sobre "La importancia de los argumentos". [34073] En mi Treatise on Money (vol. II, p. 195) advertí que cuando las acciones de una compañía se cotizan muy alto, de manera que puede obtener más capital emitiendo nuevas acciones en condiciones favorables, esto tiene el mismo efecto que si pudiera obtener préstamos a tasa reducida de interés. [34074] Ahora describiría este hecho diciendo que una cotización alta para los valores existentes supone un aumento en la eficiencia marginal de la clase correspondiente de capital y, por tanto, tiene el mismo efecto (desde el momento que la inversión depende de una comparación entre la eficiencia marginal y la tasa de interés) que una baja en la tasa de interés. [34075] Esto no es aplicable, por supuesto, a los tipos de empresa que no pueden comercializarse fácilmente o a los cuales no corresponde estrechamente algún valor negociable. [34076] Las clases que antes quedaban comprendidas en esta excepción eran numerosas; pero considerando la proporción que guardan con el valor total de las nuevas inversiones, están perdiendo importancia rápidamente. [34077] La práctica que generalmente consideran prudente los trust de inversión o las oficinas de seguros, de calcular con frecuencia, no sólo el ingreso de su cartera de inversión, sino también la valoración de su capital en el mercado, puede igualmente tender a enfocar demasiada atención sobre las fluctuaciones a corto plazo en el mismo. [34078] Se dice que cuando Wall Street está activo, lo menos la mitad de las compras o ventas de valores de inversión se realizan con la intención, por parte del especulador, de deshacerlas el mismo día. [34079] Esto es frecuentemente aplicable también a las operaciones con mercancías en los mercados de artículos distintos a los valores. [34081] Habría sido una ventaja haber podido examinar los efectos de un cambio en los salarios nominales en el capítulo anterior, porque la teoría clásica ha acostumbrado apoyar el supuesto carácter de ajuste automático del sistema económico sobre una hipotética fluidez de los salarios nominales; y cuando hay rigidez echarle la culpa al desajuste. [34082] No era posible, sin embargo, estudiar este asunto en toda su amplitud hasta haber expuesto nuestra teoría, porque las consecuencias de una modificación en los salarios nominales son complicadas. [34083] En determinadas circunstancias una reducción de los mismos puede muy bien estimular la producción, tal como lo supone la teoría clásica. [34084] Difiero de esta teoría principalmente en materia de análisis; de manera que no podía exponerse claramente hasta que el lector estuviera familiarizado con mi método. [34085] La explicación generalmente aceptada es, a mi entender, muy sencilla; no depende de las repercusiones indirectas, tales como las que estudiaremos en seguida. [34086] El argumento consiste sencillamente en que una reducción en los salarios nominales estimulará, ceteris paribus , la demanda al hacer bajar el precio de los productos acabados, y aumentará, por tanto, la producción y la ocupación hasta el punto en que la baja que los obreros han convenido aceptar en sus salarios nominales quede compensada precisamente por el descenso de la eficiencia marginal del trabajo a medida que se aumente la producción (procedente de un equipo dado). [34087] En su forma más cruda, esto equivale a suponer que la reducción en los salarios nominales no afectará la demanda. [34088] Puede haber algunos economistas que sostengan que no hay razón para que la demanda sea afectada, arguyendo que la demanda global depende de la cantidad de dinero multiplicada por la velocidad-ingreso del mismo y que no hay razón obvia por la cual una contratación de los salarios nominales haya de reducir la cantidad de dinero o su velocidad-ingreso. [34089] O pueden sostener inclusive que las ganancias subirán necesariamente debido a que los salarios han bajado. [34091] De este modo, en el nuevo equilibrio habrá más ocupación de la que existiría en otras condiciones, excepto, quizás, en algunos casos extremos que no tienen realidad en la práctica. [34092] Difiero fundamentalmente de este tipo de análisis; o mejor dicho, del que parece existir en el fondo de observaciones como las anteriores; porque, mientras lo dicho representa bastante bien, según creo, la forma en que muchos economistas hablan y escriben, el razonamiento subyacente rara vez se ha desarrollado en detalle. [34093] Parece probable, sin embargo, que se llegue a esta forma de pensar como sigue: en cualquier industria dada tenemos una curva de demanda de su producto que relaciona las cantidades disponibles para la venta con los precios solicitados; así como una serie de curvas de oferta que ligan unos con otros los precios que se pedirán por la venta de diferentes cantidades, de acuerdo con las distintas bases de costo; y estas curvas, en conjunto, llevarán a otra que, en el supuesto de invariabilidad de los demás costos (excepto como consecuencia de un cambio en la producción), nos da la curva de demanda de mano de obra en la industria, que liga la cantidad de empleo con los diferentes niveles de salarios; expresando la pendiente de la curva respectiva, en cualquiera de sus puntos, la elasticidad de la demanda de mano de obra. [34094] Este concepto se transfiere entonces, sin modificación sustancial, a la industria en su conjunto; y se supone, por un razonamiento semejante, que tenemos una curva de demanda para la mano de obra en la industria como un todo, que liga el volumen de ocupación con los diferentes niveles de salarios. [34095] Se sostiene que este argumento no se altera esencialmente si se hace en términos de salarios nominales o reales. [34096] Si pensamos en términos de los primeros, debemos, por supuesto, hacer correcciones por los cambios en el valor del dinero; pero esto no afecta la dirección general del argumento, pues es evidente que los precios no cambian en proporción exacta a las modificaciones en los salarios nominales. [34097] Si ésta es la base del razonamiento (y de lo contrario no sé cuál pueda ser), seguramente es una falacia; porque las curvas de demanda para industrias concretas sólo pueden trazarse partiendo de algunos supuestos fijos respecto a la naturaleza de las curvas de demanda y oferta de otras industrias y al monto de la demanda global efectiva No se puede, por tanto, aplicar el aumento a la industria en conjunto, a menos que también llevemos allá nuestro supuesto de que la demanda global efectiva es fija. [34098] Pero esta hipótesis reduce el argumento a un ignoratio elenchi ; porque si bien nadie desearía negar la proposición de que una baja en los salarios nominales acompañada por la misma demanda global creativa que antes irá asociada con un aumento en la ocupación, el asunto concreto que se discute es si la baja de los salarios nominales irá o no acompañada por la misma demanda global efectiva de antes medida en dinero; o, por lo menos, por una demanda global efectiva que no se reduzca en la misma proporción que los salarios nominales (es decir, que es algo mayor medida en unidades de salarios). [34099] Pero si no se permite a la teoría clásica extender sus conclusiones por analogía de la industria en particular a la industria en conjunto, es completamente incapaz de contestar la pregunta relativa a qué efectos producirá sobre la ocupación una baja de los salarios nominales; porque carece de método de análisis con que abordar el problema. [34101] Apliquemos, pues, nuestro propio método de análisis a resolver el problema. [34102] Se divide en dos partes una reducción en los salarios nominales ¿tiende directamente, ceteris paribus , a aumentar la ocupación, queriendo decir por ceteris paribus que la propensión a consumir, la curva de la eficiencia marginal del capital y la tasa de interés son las mismas que antes para la comunidad en conjunto? y ¿tiende probablemente una reducción en los salarios nominales a afectar a la ocupación en un sentido particular a través de sus repercusiones ciertas o probables sobre estos tres factores? [34103] En los capítulos anteriores ya hemos contestado a la primera pregunta en sentido negativo, porque hemos demostrado que el volumen de ocupación está ligado en una sola forma con el de la demanda efectiva, medida en unidades de salarios, y que siendo ésta la suma del consumo probable y de la inversión esperada, no puede cambiar si la propensión a consumir, la curva de la eficiencia marginal del capital y la tasa de interés permanecen todas invariables. [34104] Si, a falta de cualquier modificación en estos factores, los empresarios aumentaran la ocupación en conjunto, sus entradas forzosamente serían inferiores al precio de oferta. [34105] Tal vez nos ayude a refutar la conclusión burda de que una baja de los salarios nominales aumentara la ocupación "porque reduce el costo de producción", seguir el curso de los acontecimientos según la hipótesis más favorable a este punto de vista, es decir, la de que, al principio, los empresarios esperan que la reducción en los salarios nominales tenga este efecto. [34106] Sin duda, no es improbable que el empresario individual, viendo que sus propios costos se reducen, pase por alto al principio las repercusiones sobre la demanda de su producto y actúe en el supuesto de que está capacitado para vender con ganancia una producción mayor que antes. [34107] Si, entonces, los empresarios en general actúan de acuerdo con esta expectativa, ¿lograrán en realidad aumentar sus ganancias? [34108] Solamente si la propensión marginal a consumir de la comunidad es igual a uno, de manera que no haya una brecha entre el aumento de los ingresos y el del consumo, o bien si hay un alza en la inversión que corresponda a la brecha que existe entre el aumento del ingreso y el del consumo, lo que ocurrirá únicamente en caso que la curva de las eficiencias marginales del capital haya aumentado relativamente a la tasa de interés. [34109] Así, los productos obtenidos del aumento de producción desanimarán a los empresarios y la ocupación bajará otra vez a su nivel previo, a menos que la propensión marginal a consumir sea igual a la unidad, o que la reducción en los salarios nominales haya tenido el efecto de aumentar la escala de las eficiencias marginales del capital en relación con la tasa de interés y, por consiguiente, el monto de la inversión; porque si los empresarios ofrecen ocupación en una escala que, en caso de vender su producción al precio esperado, provea al público con ingresos de los cuales ahorre más que el monto de la inversión corriente, corren peligro de resentir una pérdida igual a la diferencia; y esto será lo que ocurra, independientemente en absoluto del nivel de los salarios nominales. [34111] De este modo, la baja de los salarios nominales no tenderá aumentar la ocupación durante mucho tiempo, excepto en virtud de sus repercusiones, ya sea sobre la propensión a consumir de la comunidad en conjunto, sobre la curva de las eficiencias marginales del capital, o sobre la tasa de interés. [34112] No hay más modo de analizar el efecto de una reducción de los salarios nominales que el de examinar sus posibles efectos sobre estos tres elementos. [34113] Es probable que en la práctica las repercusiones más importantes sobre estos tres factores sean las siguientes: [34114] 1) Una baja de los salarios nominales reducirá algo los precios. [34115] Acarreará, por tanto, cierta redistribución de los ingresos reales: de quienes perciben salarios a otros factores que entren en el costo primo marginal y cuya remuneración no haya sido reducida y de los empresarios a los rentistas, a quienes se ha garantizado cierto ingreso fijo en términos monetarios. [34116] ¿Cual será el efecto de esta redistribución sobre la propensión a consumir de la comunidad en conjunto? [34117] La transferencia de ingresos de quienes perciben salarios a otros factores probablemente tenderá a reducirla. [34118] El resultado de la transferencia de los empresarios a los rentistas es más dudoso; pero si estos últimos representan en conjunto la sección más rica de la comunidad y el grupo cuyo nivel de vida es el de menor flexibilidad, entonces el efecto será también desfavorable. [34119] Sólo podemos hacer conjeturas sobre cuál será el resultado neto del balance de estas consideraciones. [34121] 2) Si nos referimos a un sistema no cerrado, y la baja de los salarios nominales es una reducción relativamente a los salarios nominales en el exterior cuando ambos se convierten a una unidad común; es evidente que el cambio será favorable a la inversión, ya que tenderá a aumentar el saldo de la balanza comercial. [34122] Desde luego, esto supone que la ventaja no esté contrarrestada por una modificación en los aranceles, contingentes, etc. [34123] La mayor fuerza que tiene en Inglaterra la creencia tradicional en la eficacia de una reducción en los salarios nominales como medio de aumentar el empleo en comparación con la que se le atribuye en Estados Unidos, se debe, probablemente, a que este último país es un sistema cerrado en comparación con el inglés. [34124] 3) En el caso de un sistema no cerrado es probable que una reducción de los salarios nominales, aunque aumente la balanza comercial favorable, empeore la relación de intercambio. [34125] Por tanto, habrá una reducción en los ingresos reales, excepto en el caso de quienes hayan sido recientemente empleados, lo que puede influir en el aumento de la propensión a consumir. [34126] 4) Si se espera que la baja de los salarios nominales sea una reducción relativamente a los salarios nominales en el futuro , el cambio será favorable a la inversión, porque, como vimos antes, aumentará la eficiencia marginal del capital; mientras que, por la misma razón, puede ser favorable al consumo. [34127] Si, por otra parte, la reducción conduce a la expectativa o a la seria posibilidad de una mayor reducción de salarios posterior, tendrá precisamente el efecto contrario; porque disminuirá la eficiencia marginal del capital y llevará al aplazamiento de la inversión y del consumo. [34128] 5) La reducción en la nómina de salarios, acompañada por cierto descenso en los precios y en los ingresos monetarios en general, contraerá la necesidad de efectivo para consumo y para negocios, y abatirá, en consecuencia, por tanto la curva de preferencia de liquidez de la comunidad en continuo, Ceteris paribus , esto reducirá la tasa de interés y será favorable a la inversión. [34129] En este caso, sin embargo, el efecto de la expectativa respecto al futuro será de tendencia opuesta al que acabamos de considerar en el párrafo 4); porque si se espera que los salarios y los precios vuelvan a subir después, la reacción favorable era mucho menos pronunciada en el caso de los préstamos a largo que en los de corto plazo. [34131] 6) Desde el momento que una reducción especial de los salarios nominales es siempre ventajosa a un empresario o industria individuales, una baja general (aunque sus efectos reales sean diferentes) puede también dar un tono optimista a los juicio de los empresarios, que a su vez puede romper las dificultades de un círculo vicioso de estimaciones indebidamente pesimistas acerca de la eficiencia marginal del capital y arreglar las cosas de manera que funcionen sobre bases más normales de previsión. [34132] Por otra parte, si los trabajadores cometen el mismo error que sus patronos sobre los efectos de una reducción general, las dificultades obreras pueden contrarrestar esta circunstancia favorable, fuera de lo cual, como ya no suele haber medios de lograr un descenso igual y simultáneo de los salarios nominales en todas las industrias, conviene a todos los trabajadores resistirse a una reducción en su caso particular. [34133] De hecho, un movimiento de parte de los patronos para revisar los contratos sobre salarios nominales con el fin de rebajarlos, encontrará una resistencia mucho mayor que un descenso gradual y automático de los salarios reales como resultado del alza de los precios. [34134] 7) Por otra parte, la influencia depresiva que ejerce sobre los empresarios el aumento de la carga de deudas, puede neutralizar parcialmente cualquier reacción optimista que resulte del descenso de los salarios. [34135] En verdad, si la baja de éstos y de los precios va lejos, las dificultades de los empresarios que estén fuertemente endeudados pueden llegar pronto al límite de insolvencia, con severos efectos adversos sobre la inversión. [34136] Más aún, las consecuencias de un nivel inferior de precios sobre la carga real de la deuda nacional y, por tanto, sobre los impuestos, tienen probabilidades de ser muy contrarias a la confianza en los negocios. [34137] Ésta no es una lista completa de todas las reacciones posibles de los descensos en los salarios en el complejo mundo real; pero creo que las citadas comprenden las que suelen ser más importantes. [34138] Por tanto, si limitamos nuestro razonamiento al caso de un sistema cerrado y suponemos que no puede esperarse nada, sino todo lo contrario, de la repercusiones de la nueva distribución de los ingresos reales sobre la propensión de la comunidad a gastar, se sigue que debemos basar cualquier esperanza de resultados favorables de una baja en los salarios nominales sobre la ocupación, principalmente en una mejoría de la inversión debida a un aumento en la eficiencia marginal del capital según el párrafo 4) o a una tasa menor de interés de acuerdo con el 5). [34139] Examinemos estas dos posibilidades con mayor detalle. [34141] La contingencia más desfavorable es aquella en que al ir descendiendo lentamente los salarios nominales cada reducción sirva para mermar la confianza en el sostenimiento probable de los mismos. [34142] Cuando entramos en un periodo de debilitamiento de la demanda efectiva, un descenso repentino y considerable de dichos salarios, a un nivel tan bajo que nadie crea en su continuidad indefinida, sería el suceso más favorable para fortalecer la demanda efectiva; pero esto sólo podría lograrse por un decreto administrativo y es una política poco práctica en un sistema de libre contratación del trabajo. [34143] Por otra parte, sería preferible que los salarios se fijaran rígidamente y se considerara que es imposible que ocurran cambios de importancia en ellos a que esas depresiones fueran acompañadas de una tendencia gradual de los salarios nominales a bajar, con la esperanza de que cada nuevo descenso moderado en los salarios señalara un aumento de digamos, uno por ciento en el volumen de desocupación. [34144] Por ejemplo, el efecto de una expectativa de que los salarios van a bajar en un 2 por ciento, digamos, durante el año venidero será aproximadamente equivalente al que ocasione un alza del 2 por ciento en la tasa de interés, pagadera en el mismo periodo. [34145] La misma observación se aplica mutatis mutandis al caso de un auge. [34146] Se deduce que, con las prácticas e instituciones conocidas del mundo contemporáneo, es más expedito adoptar una política de salarios nominales rígidos que otra flexible que responda con pasos suaves a los cambios en el volumen de la desocupación; es decir, en lo que se refiere a la eficiencia marginal del capital; ¿pero se altera esta conclusión cuando se trata de la tasa de interés? [34147] Por tanto, sobre el efecto que un nivel descendente de precios y salarios provoca en la demanda de dinero, deben hacer descansar el peso de su argumentación quienes creen en la propiedad del sistema económico de ajustarse automáticamente; aunque no sé que lo hayan hecho así. [34148] Si la cantidad de dinero es por sí misma función del nivel de salarios y precios, no hay nada, por cierto, que esperar en este sentido. [34149] Pero si la cantidad de dinero es virtualmente fija, resulta evidente que, medida en unidades de salarios, puede aumentarse indefinidamente por medio de una reducción adecuada en los salarios nominales; y que su monto en proporción a los ingresos en general puede aumentarse considerablemente, dependiendo el límite de este aumento de la proporción que el costo de los salarios guarde con el costo primo marginal y de la reacción de otros elementos del costo primo marginal ante la baja en la unidad de salarios. [34151] De aquí se deduce que la baja de los salarios, como método de alcanzar la ocupación total, está bien sujeta a las mismas limitaciones que el de aumentar la cantidad de dinero. [34152] Las mismas razones mencionadas antes, que limitan la eficacia de los aumentos en la cantidad de dinero como medio de elevar la inversión a la cifra óptima, se aplican mutatis mutandis a las reducciones de salarios. [34153] Así como un alza moderada, en la cantidad de dinero puede ejercer influencia inadecuada sobre la tasa de interés a largo plazo, en tanto que un inmoderado aumento puede neutralizar, por sus efectos perturbadores sobre la confianza, las otras ventajas que presenta; del mismo modo, una reducción moderada en los salarios monetarios puede no bastar, en tanto que la reducción inmoderada podría destrozar la confianza aun en el caso de que fuera factible. [34154] No hay motivo, por tanto, para creer que una política de salarios flexibles sea capaz de mantener un estado de ocupación plena continua -como tampoco para pensar que una política monetaria de mercado abierto pueda lograr este resultado sin ayuda-. [34155] No puede conseguirse sobre estas bases que el sistema económico tenga ajuste automático. [34156] La dirección monetaria estaría de hecho en manos de los sindicatos obreros, con miras a la ocupación plena, y no en las del sistema bancario, si los obreros pudieran actuar (y lo hicieran) siempre que la ocupación fuera inferior a la total, con el fin de reducir sus demandas monetarias por acción concertada hasta el límite requerido, sea cual fuese, para que el dinero abundara tanto, en relación con la unidad de salarios, que la tasa de interés tendiera a bajar a un nivel compatible con la plena ocupación. [34157] Sin embargo, aunque políticas flexibles de salarios y de dinero vienen a ser lo mismo, analíticamente, ya que son medios alternativos para cambiar la cantidad de dinero en términos de unidades de salarios, en otros respectos las separa, por supuesto, un verdadero abismo. [34158] Permítaseme recordar brevemente al lector las tres consideraciones principales. [34159] Excepto en una comunidad socializada, donde la política de salarios se establece por decreto, no hay medio de asegurar reducciones uniformes para cada clase de trabajo. [34161] Por otra parte, un cambio en la cantidad de dinero cae ya dentro de las posibilidades de la mayor parte de los gobernantes por medio de la política de mercado abierto o medidas análogas. [34162] Teniendo en cuenta la naturaleza humana y nuestras instituciones, solamente un tonto preferiría una política de salarios flexibles a una política monetaria elástica, a menos que señale las ventajas de la primera que no sea posible obtener con la segunda. [34163] Más todavía, en igualdad de condiciones, un método que es comparativamente fácil de aplicar debería considerarse preferible a otro que es probablemente tan difícil como impracticable. [34164] Si los salarios monetarios son inflexibles, los cambios que se presenten en los precios (es decir, fuera de los precios "dirigidos" o los de monopolio, que están determinados por otros motivos además del costo marginal) corresponderán en primer término a la productividad marginal decreciente del equipo que se tenga, a medida que aumente la producción de él derivada. [34165] Así se mantendrá la mayor equidad practicable entre el trabajo y los factores cuya remuneración se fija contractualmente en términos monetarios, en particular entre la clase rentista y las personas que tienen sueldos fijos en una firma establecida permanentemente, en una institución o en el estado. [34166] Para que clases sociales numerosas tengan remuneración fija, en dinero en todo caso, la justicia y la conveniencia sociales quedan mejor servidas si la remuneración de todos los factores es algo inflexible en dinero. [34167] Teniendo en cuenta los grandes grupos de ingresos que son comparativamente inflexibles, medidos en dinero, solamente una persona injusta puede preferir una política flexible de salarios a una monetaria de la misma clase, a menos que pueda señalar las ventajas de la primera que no sea posible obtener con la segunda. [34168] El método de aumentar la cantidad de dinero en unidades de salarios mediante rebaja de la unidad de las mismas, eleva proporcionalmente la carga de las deudas; en tanto que el de producir el mismo resultado por el aumento de la cantidad de dinero, dejando invariable la unidad de salarios, produce el efecto opuesto. [34169] Teniendo en cuenta la excesiva carga de muchas clases de deudas solamente una persona sin experiencia puede preferir el primero. [34171] De aquí se deduce que, si el trabajo respondiera a la disminución gradual de la ocupación ofreciendo sus servicios por un salario nominal en descenso regular, esto no tendría por efecto, en términos generales, reducir los salarios reales y aun podría aumentarlos, a través de su influencia adversa sobre el volumen de producción. [34172] El resultado principal de esta política sería producir una inestabilidad de precios, quizá tan violenta que hiciera fáciles los cálculos mercantiles en una sociedad económica que funcionara conforme al modelo de la actual. [34173] Suponer que la política de salarios flexibles es un auxiliar correcto y adecuado de un sistema que en conjunto corresponde al tipo del laissez faire , es lo opuesto a la verdad. [34174] Solamente en una sociedad altamente autoritaria, en la que pudieran decretarse cambios sustanciales y completos, podría funcionar con éxito una política de salarios flexibles. [34175] Se la puede imaginar operando en Italia, Alemania o Rusia; pero no en Francia, Estados Unidos o Gran Bretaña. [34176] Si como en Australia, se hiciera un intento para fijar los salarios reales por legislación, entonces habría cierto nivel de ocupación correspondiente a esa magnitud de los mismos; y el nivel real oscilaría violentamente, en un sistema cerrado, entre aquél y la ausencia total de empleo, según que la tasa de inversión estuviera o no por debajo de la que fuera compatible con dicho nivel; mientras que los precios se encontrarían en equilibrio inestable cuando la inversión alcanzara el nivel crítico, moviéndose apresuradamente hacia cero siempre que ésta se encontrara por debajo de él y hacia el infinito cuando estuviera por encima. [34177] El elemento de estabilidad tendría que encontrarse, si acaso, en que los factores que controlan la cantidad de dinero estuvieran determinados de tal modo que siempre existiera algún nivel de salarios nominales en el cual la cantidad de dinero fuera la necesaria para crear una relación entre la tasa de interés y la eficiencia marginal del capital requerida para mantener la inversión al nivel crítico. [34178] En este caso la ocupación sería constante (al nivel adecuado para el salario real legal) y los salarios nominales y los precios fluctuarían con rapidez en el grado precisamente necesario para conservar esta tasa de inversión en la cifra conveniente. [34179] En el caso real de Australia, la válvula de escape se encontró -en parte, por supuesto- en la inevitable ineficacia de la legislación para conseguir su objeto, y parcialmente en que Australia no es un sistema cerrado, de tal manera que el nivel de los salarios nominales era por sí mismo una determinante del nivel de la inversión extranjera y, por tanto, de la inversión total, mientras la relación de intercambio influía mucho sobre los salarios reales. [34181] La existencia de cierto grado de flexibilidad de los salarios en industrias particulares tiene sus ventajas si sirve para facilitar las transferencias de las que se encuentran en decadencia comparativa a las que relativamente están en auge. [34182] Pero el nivel de salarios nominales en conjunto debe mantenerse tan estable como sea posible, por lo menos en periodos cortos. [34183] Esta política tendría por resultado un grado conveniente de estabilidad en el nivel de precios -mayor estabilidad, al menos, que con otra de salarios flexibles-. [34184] Fuera de los precios "dirigidos" o de monopolio, el nivel de precios solamente cambiará en periodos cortos como respuesta a la extensión en que los cambios del volumen de ocupación afecten los costos primos marginales; mientras que, en periodos largos, solamente variará como reacción a las alteraciones en el costo de producción debidas a la distinta técnica y al equipo nuevo o aumentado. [34185] Es verdad que si a pesar de todo ocurren grandes fluctuaciones en la ocupación, éstas irán acompañadas por otras sustanciales en el nivel de precios. [34186] Pero las fluctuaciones serán menos como dije antes, que con la política de salarios flexibles. [34187] De este modo, con la política rígida de salarios, la estabilidad de los precios irá ligada, en periodos cortos, a la ausencia de fluctuaciones en la ocupación. [34188] En periodos largos, por otra parte, todavía nos queda por escoger entre la política de permitir a los precios que bajen lentamente con el progreso, de la técnica y el equipo, mientras se conservan estables los salarios; o dejar que los salarios suban poco a poco, al mismo tiempo que se mantienen estables los precios. [34189] En conjunto, yo prefiero la según alternativa porque es más fácil conservar el nivel real de ocupación dentro de una escala determinada de empleo completo con una esperanza de mejores salarios para después; que con la de salarios menores en el futuro; y debido también a las ventajas sociales de disminuir gradualmente la carga de las deudas, la mayor facilidad de ajuste de las industrias en decadencia hacia las que van en auge y el estímulo psicológico que probablemente se sentirá con una tendencia moderada de los salarios nominales a subir. [34191] En el apéndice a este capítulo se critica en detalle la Theory of Unemployment del profesor Pigou. [34192] LA TEORÍA DE LOS PRECIOS [34193] Mientras los economistas se ocupan de lo que se llama teoría del valor han acostumbrado enseñar que los precios están regidos por las condiciones de la oferta y la demanda; habiendo desempeñado papel prominente, en particular, los cambios en el costo marginal y en la elasticidad de oferta en periodos cortos pero cuando pasan, en el Libro II, o más frecuentemente en otra obra, a la teoría del dinero y de los precios, ya no oímos hablar más de estos conceptos familiares pero inteligibles y nos trasladamos a un mundo en donde los precios están gobernados por la cantidad de dinero, por su velocidad-ingreso, por la velocidad de circulación relativamente al volumen de transacciones, por el atesoramiento, por el ahorro forzado, por la inflación y la deflación et hoc genus omne ; y se hace muy poco esfuerzo, o bien ninguno, para ligar estas frases más vagas con nuestras ideas anteriores de las elasticidades de oferta y demanda. [34194] Si reflexionamos sobre lo que se nos ha enseñado y tratamos de racionalizarlo, en los estudios más sencillos parece que la elasticidad de oferta debe haber llegado a cero y la demanda a ser proporcional a la cantidad de dinero; mientras que en los estudios más elevados nos encontramos perdidos en una niebla donde no hay nada claro y todo es posible. [34195] Todos estamos acostumbrados a colocarnos algunas veces a un lado de la luna y otras en el contrario, sin saber qué ruta o trayecto los une, relacionándolos, aparentemente, según nuestro modo de caminar y nuestras vidas soñadoras. [34196] Uno de los objetos de los capítulos anteriores ha sido escapar de esta doble vida y poner la teoría de los precios, en conjunto, en contacto íntimo con la teoría del valor. [34197] La división de la economía en teoría del valor y la distribución por una parte y teoría del dinero por la otra, es, en mi opinión, una separación falsa. [34198] Sugiero que la dicotomía correcta es entre la teoría de la industria o firma individual y las remuneraciones y distribución de una cantidad dada de recursos entre diversos usos por una parte y la teoría de la producción y la ocupación en conjunto por la otra. [34199] Es verdad que mientras nos limitemos al estudio de la industria o firma individual, suponiendo que la cantidad total de recursos empleados es constante y, provisionalmente, que las condiciones de otras industrias o firmas no han cambiado, no nos estaremos refiriendo a las características importantes del dinero. [34201] O quizá pudiéramos trazar nuestra línea divisoria entre la teoría del equilibrio estacionario y la teoría del equilibrio móvil -queriendo decir con ésta la de un sistema en que los puntos de vista cambiantes acerca del futuro son capaces de influir en la situación presente. [34202] Porque la importancia del dinero negro surge esencialmente de que es un eslabón entre el presente y el futuro . [34203] Podemos considerar la distribución de recursos entre los diferentes usos será compatible con el equilibrio, bajo la influencia de los motivos económicos normales en un mundo en que nuestras opiniones relativas al futuro son estables y dignas de confianza por todos conceptos -quizá con una división más entre una economía que no cambia y otra que está sujeta a variar, pero en la que todas las cosas se preven desde el principio-. [34204] 0 podemos pasar de esta propedéutica simplificada a los problemas del mundo real, en el que nuestras previsiones anteriores pueden quedar fallidas, y las expectativas relativas al futuro afectar lo que hacemos en la actualidad. [34205] Sólo cuando hayamos realizado esta transición deben entrar en nuestros cálculos las propiedades peculiares del dinero como un eslabón entre el presente y el futuro. [34206] Pero aunque la teoría del equilibrio móvil debe seguirse necesariamente en términos de una economía monetaria, sigue siendo una teoría del valor y de la distribución y no una teoría del dinero" autónoma. [34207] El dinero en sus atributos importantes es, sobre todo, un artificio sutil para ligar el presente con el futuro; y no podemos siquiera empezar a examinar el efecto de las expectativas cambiantes sobre las actividades corrientes, excepto en términos monetarios. [34208] No podemos librarnos del dinero aun cuando aboliéramos el oro, la plata y los instrumentos de moneda corriente. [34209] Mientras exista algún bien durable, éste podrá poseer los atributos monetarios y, por tanto, dar origen, a los problemas característicos de una economía monetaria. [34211] No hay motivo para modificar esta conclusión cuando pasamos a la industria en conjunto. [34212] El nivel general de precios depende, en parte, de la tasa de remuneración de los factores productivos que entran en el costo marginal y, en parte, de la escala de producción como un todo, es decir (considerando conocidos el equipo y la técnica), del volumen de ocupación. [34213] Es verdad que, cuando pasamos a la producción como un todo, el costo de la misma, para cualquier industria, depende parcialmente de la producción de las demás; pero la variación más importante de la que no hemos hecho caso es el efecto, tanto sobre los costos como sobre el volumen, de los cambios en la demanda. [34214] Es en el lado de la demanda donde tenemos que introducir ideas completamente nuevas cuando nos ocupamos de la demanda en conjunto y ya no más de la de un producto aislado, considerado separadamente, suponiendo invariable la demanda total. [34215] Si nos tomamos la libertad de simplificar, suponiendo que los tipos de remuneración de los diferentes factores productivos que entran en el costo marginal cambian todos en la misma proporción, es decir, en la misma que la unidad de salarios, se deduce que el nivel general de precios (considerando conocidos la técnica y el equipo) depende, en parte, de la unidad de salarios y, en parte, del volumen de ocupación. [34216] De aquí que el efecto de los cambios en la cantidad de dinero sobre el nivel de precios pueda considerarse como compuesto del efecto que ejerce sobre la unidad de salarios y del que tiene sobre la ocupación. [34217] Para aclarar las ideas que esto entraña, simplifiquemos nuestras suposiciones todavía más y supongamos 1) que todos los recursos sin ocupación son homogéneos o intercambiables en su eficacia para producir lo que se requiera y 2) que los factores de la producción que entran en el costo marginal se conforman con el mismo salario nominal en tanto haya un excedente de los mismos sin ocupación. [34218] En este caso tendremos rendimientos constantes y una unidad rígida de salarios, mientras exista la más pequeña desocupación. [34219] Se deduce de esto que un aumento en la cantidad de dinero no tendrá el menor efecto sobre los precios mientras haya alguna desocupación, y que la ocupación subirá exactamente en proporción a cualquier aumento de la demanda efectiva producida por la elevación de la cantidad de dinero; mientras que, tan pronto como se alcance la ocupación plena, la unidad de salarios y los precios serán los que crecerán en proporción exacta al aumento de la demanda efectiva. [34221] Sin embargo, habiendo satisfecho la tradición al introducir un número suficiente de supuestos simplificados para permitirnos enunciar una teoría cuantitativa del dinero, consideremos ahora las posibles complicaciones que de hecho influirán sobre los acontecimientos: [34222] 1) La demanda efectiva no cambiará en proporción exacta a la cantidad de dinero. [34223] 2) Desde el momento que los recursos no son homogéneos, habrá rendimientos decrecientes, y no constantes, a medida que la ocupación aumente gradualmente. [34224] 3) Como los recursos no son intercambiables, algunos bienes alcanzarán una condición de inelasticidad en la oferta a pesar de haber recursos sin empleo disponibles para la producción de otros bienes. [34225] 4) La unidad de salarios tenderá a subir antes de que se haya alcanzado la ocupación plena. [34226] 5) Las remuneraciones de los factores que entran en el costo marginal no cambiarán todas en la misma proporción. [34227] Por consiguiente, debemos considerar en primer lugar el efecto de los cambios en la cantidad de dinero sobre la magnitud de la demanda efectiva; y el crecimiento de ésta irá, en términos generales, a aumentar la cantidad de ocupación y a elevar el nivel de precios. [34228] Así, en vez de que los precios permanezcan constantes mientras haya desocupación y de que los precios crezcan, relativamente a la cantidad de dinero, cuando exista ocupación completa, tendremos, de hecho, una situación en que los precios ascienden gradualmente a medida que la ocupación crece. [34229] Es decir, que la teoría de los precios, o sea el análisis de la relación entre los cambios en la cantidad de dinero y los del nivel de precios, con el fin de determinar la elasticidad de estos últimos en respuesta a las modificaciones en la cantidad de dinero, debe por tanto, dirigirse a los cinco factores de complicación mencionados antes. [34231] Pero no debe permitirse que este procedimiento nos lleve al supuesto de que son independientes, hablando en sentido estricto. [34232] Por ejemplo, la proporción en que se dividen los efectos de un crecimiento de la demanda efectiva entre el alza de la producción y la de los precios, puede afectar la forma en que la cantidad de dinero se relaciona con la magnitud de la demanda efectiva. [34233] 0, nuevamente, las diferencias en las proporciones en que cambian las remuneraciones de los diferentes factores pueden influir sobre la relación entre la cantidad de dinero y la magnitud de la demanda efectiva. [34234] El objetivo de nuestro análisis no es proveer un mecanismo o método de manipulación ciega que nos dé una respuesta infalible, sino dotarnos de un método organizado y ordenado de razonar sobre problemas concretos; y, después que hayamos alcanzado una conclusión provisional, aislando los factores de complicación uno a uno, tendremos que volver sobre nuestros pasos y tener en cuenta, lo mejor que podamos, las probables interacciones de dichos factores. [34235] Ésta es la naturaleza del pensamiento económico. [34236] Cualquier otro modo de aplicar nuestros principios formales de pensamiento (sin los que, no obstante, estaremos perdidos en el bosque) nos llevará a error. [34237] Una falla importante de los métodos pseudo-matemáticos simbólicos de dar forma a un sistema de análisis económico, tal como indicaremos en la sección VI de este capítulo, es el hecho de suponer de manera expresa una independencia estricta de los factores que entran en juego, y que dichos métodos pierden toda su fuerza lógica y su autoridad si se rechaza esta hipótesis; mientras que, en el razonamiento ordinario, donde no se manipula a ciegas, sino que se sabe en todo momento lo que se está haciendo y lo que las palabras significan, podemos conservar "en el fondo de nuestra mente" las necesarias reservas y limitaciones y las correcciones que tendremos que hacer después, de un modo en el que no podemos retener diferenciales parciales complicadas "al reverso" de algunas páginas de álgebra, que suponen el desvanecimiento de todas ellas. [34238] Una parte demasiado grande de la economía "matemática" reciente es una simple mixtura, tan imprecisa como los supuestos originales que la sustentan, que permite al autor perder de vista las complejidades e interdependencias del mundo real en un laberinto de símbolos pretensiosos e inútiles. [34239] El efecto primario de un cambio en la cantidad de dinero sobre el volumen de la demanda efectiva se ejerce al través de su influencia sobre la tasa de interés. [34241] Pero aunque este análisis sea valioso por introducir orden y método en nuestra investigación, presenta una simplicidad engañosa si olvidamos que a), b) y c) son también parte integrante de los elementos de complicación 2), 3), 4) y 5), que todavía no hemos tomado en cuenta; porque la curva misma de preferencia por la liquidez depende de la cantidad del nuevo dinero que sea absorbida por la circulación de productos y de ingresos, que a su vez depende de la proporción en que crece la demanda efectiva y de cómo se divide el aumento entre la respectiva alza de precios, de salarios, y el volumen de producción y de ocupación. [34242] Más todavía, la curva de las eficiencias marginales dependerá parcialmente del efecto que tengan las circunstancias concomitantes al aumento en la cantidad de dinero sobre las previsiones respecto a las futuras probabilidades de la situación monetaria. [34243] Y, finalmente, el multiplicador estará influido por el modo en que se distribuya el nuevo ingreso resultante del aumento de la demanda efectiva entre las diferentes clases de consumidores. [34244] Tampoco, por supuesto, es completa esta lista de interacciones. [34245] Sin embargo, si tenemos presentes todos los hechos, tendremos suficientes ecuaciones simultáneas para obtener un resultado determinado. [34246] Habrá un volumen concreto de crecimiento en la magnitud de la demanda efectiva que, después de tomar todo en cuenta, corresponderá al aumento de la cantidad de dinero y estará en equilibrio con él. [34247] Además, sólo en circunstancias muy excepcionales ocurre que un aumento en la cantidad de dinero irá asociado con una disminución en la magnitud de la demanda efectiva. [34248] La proporción entre el volumen de demanda efectiva y la cantidad de dinero corresponde muy de cerca a lo que a menudo se llama la "velocidad-ingreso del dinero" salvo que la demanda efectiva corresponda a aquel ingreso que ha dado previsto y que puso en marcha la producción, no al que realmente se percibe, y al ingreso bruto, no al neto. [34249] Pero la "velocidad-ingreso del dinero" es, en sí misma, simplemente un nombre que nada explica. [34251] El uso de este término obscurece, en mi opinión el carácter real de la causación y sólo ha conducido a confusiones. [34252] Como hemos visto antes (p. 51), la distinción entre los rendimientos decrecientes y los constantes depende, en parte, de si los trabajadores son remunerados en proporción estricta a su eficacia. [34253] De ser así, tendremos costos de trabajo constantes (en unidades de salarios) cuando el empleo crece. [34254] Pero si el salario de cierta clase de trabajadores es uniforme, independientemente de la eficacia de los individuos, tendremos costes de trabajo crecientes, cualquiera que sea la eficiencia del equipo. [34255] Además, si éste no es homogéneo y alguna parte de él supone un costo, primo mayor por unidad de producción, tendremos costos primos marginales en ascenso para cualquier aumento debido a los costos crecientes del trabajo. [34256] De aquí que, por lo general, el precio de oferta suba a medida que la producción de un equipo determinado sea mayor. [34257] Así, el aumento de la producción irá seguido de un alza de precios, aparte de cualquier cambio en la unidad de salarios. [34258] En el párrafo 2) consideramos la posibilidad de que la oferta fuese imperfectamente elástica. [34259] Si hay un equilibrio perfecto en las cantidades relativas de recursos especializados que no se usan, todos ellos alcanzarán simultáneamente el estado de ocupación plena. [34261] Así, al aumentar la producción, se llegará sucesivamente a una serie de "embotellamientos" ( bottle-necks ) en los que la oferta de determinados bienes deja de ser elástica y sus precios tienen que subir al nivel necesario, cualquiera que sea, para desviar la demanda en otras direcciones. [34262] Es probable que el nivel general de precios no suba mucho cuando la producción crece, mientras se disponga de recursos eficaces de todas clases sin ocupación. [34263] Pero tan pronto como la producción haya subido lo suficiente para empezar a alcanzar "embotellamientos", es probable que ocurra un alza violenta en los precios de ciertas mercancías. [34264] Sin embargo, en lo aquí tratado, así como en lo dicho en el párrafo 2), la elasticidad de oferta depende en parte del transcurso del tiempo. [34265] Si suponemos un intervalo suficiente para que cambie la cantidad de equipo, las elasticidades de oferta serán eventualmente mayores de manera decidida. [34266] Así, un cambio moderado en la demanda efectiva que se presente en circunstancias de amplia desocupación puede influir muy poco en elevar los precios y mucho en aumentar la ocupación; en tanto que otro más considerable que, siendo imprevisto, haga que se alcancen algunos "embotellamientos" temporales, se agotará en el aumento de precios, no de la ocupación, en mayor proporción al principio que después. [34267] El hecho de que la unidad de salarios puede propender a subir antes de llegar a la ocupación plena requiere pocos comentarios o explicación. [34268] Desde el momento en que cada grupo de trabajadores saldrá ganando, ceteris paribus , con un alza en sus propios salarios, hay, naturalmente, una presión en este sentido para todos los grupos, a la que los empresarios estarán más dispuestos a aceptar cuando estén haciendo mejores negocios. [34269] Por este motivo, es probable que una parte de cualquier aumento en la demanda efectiva será absorbida al satisfacer la tendencia ascendente de la unidad de salarios. [34271] En la realidad, la unidad de salarios no cambia de una manera uniforme en términos monetarios, en respuesta a cada cambio pequeño en la demanda efectiva, sino a saltos. [34272] Estros trazos de discontinuidad están determinados por la psicología de los trabajadores y por la política de los patronos y los sindicatos obreros. [34273] Tratándose de un sistema abierto, en el que significa esta discontinuidad un cambio en relación con los costos de salarios en alguna otra parte, y en el ciclo económico, donde aún en un sistema cerrado puede significar un cambio en relación con los costos de salarios esperados para el futuro, es posible que sean de considerable importancia práctica. [34274] Podría creerse que, desde cierto punto de vista, estos trazos discontinuos, en los que un aumento posterior de la demanda efectiva en términos de dinero puede ocasionar un alza discontinua en la unidad de salarios, son posiciones de semi-inflación que tienen cierta analogía (aunque muy imperfecta) con la inflación absoluta (cf. p. sig.) que aparece con un aumento en la demanda efectiva en circunstancias de ocupación plena. [34275] Tienen, además, mucha importancia histórica; pero no se prestan con facilidad a generalización teóricas. [34276] Nuestra primera simplificación consistió en suponer que las remuneraciones de los diversos factores que entran en el costo marginal varían todas en la misma proporción; pero de hecho los tipos nominales de remuneración de los diferentes factores mostrarán grados variables de rigidez y pueden también tener elasticidades de oferta desiguales en respuesta a cambios en las remuneraciones monetarias ofrecidas. [34277] Si no fuera por esto, podríamos decir que el nivel de precios se compone de dos factores: la unidad de salarios y el volumen de ocupación. [34278] Quizá el elemento más importante en el costo marginal, que tiene probabilidades de cambiar en proporción diferente de la unidad de salarios, y también de fluctuar dentro de límites mucho más amplios, es el costo marginal de uso, porque éste puede subir violentamente cuando la ocupación empieza a mejorar, si (como probablemente ocurrirá) la demanda efectiva creciente ocasiona un cambio rápido en las expectativas que prevalecen respecto a la fecha en que será necesario reponer el equipo. [34279] Si bien para muchos fines es muy útil, como primera aproximación, suponer que las retribuciones de todos los factores que entran en el costo primo marginal varían en la misma proporción que la unidad de salarios, podría ser mejor, quizá, tomar un promedio ponderado de las remuneraciones de los factores que entran en el costo primo marginal y llamarlo la unidad de costos . [34281] Tenemos ocupación plena cuando la producción ha subido a un nivel tal que el rendimiento marginal de una unidad representativa de los factores de la producción ha bajado a la cifra mínima con la cual hay disponible una cantidad suficiente de factores para lograr esta producción. [34282] Cuando un nuevo crecimiento en el volumen de demanda efectiva no produce ya un aumento más en la producción y se traduce sólo lo en un alza de la unidad de costos, en proporción exacta al fortalecimiento de la demanda efectiva, hemos alcanzado un estado que podría designarse apropiadamente como de inflación auténtica. [34283] Hasta alcanzar este punto, el efecto de la expansión monetaria es completamente cuestión de grado y no hay momento previo en el cual podamos trazar una línea definida y declarar que las condiciones de inflación están operando. [34284] Es probable que cada aumento anterior en la cantidad de dinero, en la medida que hace subir la demanda efectiva, se traduzca parte en una elevación de la unidad de costos y parte en un aumento de la producción. [34285] Parece, por tanto, que tenemos cierta clase de asimetría a ambos lados del nivel crítico en que se presenta la inflación, porque una contracción de la demanda efectiva por debajo de ese nivel reducirá la magnitud de ésta, medida en unidades de costo; mientras que una expansión de la demanda efectiva por encima de él no tendrá, por lo general, el efecto de aumentarla en términos de unidades de costo. [34286] Este resultado es consecuencia del supuesto de que los factores de la producción, y en particular los trabajadores, están dispuestos a resistirse a una reducción en sus remuneraciones monetarias, y que no hay motivo correspondiente para oponerse a un aumento de éstas. [34287] Tal supuesto está evidentemente bien fundado en los hechos, debido a la circunstancia de que un cambio que no sea general resulta benéfico a los factores especiales afectados cuando opera en sentido ascendente, y dañoso cuando lo hace hacia abajo. [34288] Si, por el contrario, los salarios nominales bajaran sin límite siempre que hubiese una tendencia hacia un nivel inferior al de la ocupación plena no cabe duda que la asimetría desaparecería. [34289] Pero en ese caso no habría ningún tope inferior a la ocupación plena hasta que la tasa de interés fuese incapaz de bajar más o que los salarios llegaran a cero. [34291] La opinión de cualquier aumento en la cantidad de dinero es inflacionista (a menos que por esto queramos decir solamente que los precios están subiendo) está ligado con el supuesto básico de la teoría clásica de que siempre nos encontramos en circunstancias tales que una baja en las restricciones reales de los factores productivos conducirá a una contracción de su oferta. [34292] Con ayuda de las anotaciones hechas en el capítulo 20, podemos, si así lo deseamos, expresar en forma simbólica lo más sustancioso de lo antes dicho. [34293] Escribamos MV=D, donde M es la cantidad de dinero, V su velocidad ingreso (definición que difiere en pequeños detalles de la indicada antes, que proviene de la definición usual) y D la demanda efectiva. [34294] Si entonces V es constante, los precios cambiarán en la misma proporción que la cantidad de dinero, a condición de que xxx sea igual a la unidad. [34295] Esta condición se satisface (véase p. 275)si e=0 o si e=1. [34296] La condición e=1 significa que la unidad de salarios, expresada en dinero, sube en la misma proporción que la demanda efectiva, desde el momento que e,= SdD; v la condición e=o quiere decir que la producción ya no presenta reacción alguna a un aumento más en la demanda efectiva, ya que xxx. [34297] La producción, en cualquier caso, permanecerá invariable. [34298] Podemos ocuparnos a continuación del caso en que la velocidad-ingreso no es constante, introduciendo todavía una nueva; elasticidad, a saber, la elasticidad de la demanda efectiva ante los cambios en la cantidad de dinero. [34299] Esto nos da xxxdonde xxx de manera que xxx en donde e sin sufijo xxx indica la cúspide de esta pirámide y mide la reacción de los precios nominales ante los cambios en la cantidad de dinero. [34301] Personalmente no doy mucho valor a las manipulaciones de esta clase, y repetiría la advertencia que hice antes de que implican tantos supuestos tácitos respecto a qué variables se consideran independientes (olvidando las diferenciales parciales por completo) como se hacen en el razonamiento ordinario, y al mismo tiempo dudo que puedan llevarnos más lejos que este último. [34302] Quizá el mejor servicio que puede proporcionarnos el hecho de escribirlas sea el poner de manifiesto la gran complejidad de la relación entre los precios y la cantidad de dinero, cuando intentamos expresarla de manera formal. [34303] Vale la pena, sin embargo, llamar la atención sobre que, de los cuatro términos xxx y e0, de que depende el efecto de los cambios en la cantidad de dinero sobre los precios edindica los factores de liquidez que determinan la demanda de dinero en cada situación, e, los elementos de trabajo (o, más estrictamente, los que entran en el costo primo) que determinan la amplitud de la elevación de los salarios nominales al aumentar la ocupación, y ed, y e0, los factores físicos que determinan la tasa de los rendimientos decrecientes cuando se aplica más trabajo al equipo existente. [34304] Si el público conserva una proporción constante de sus ingresos en dinero, ed= 1; si los salarios monetarios son fijos, e=0, si hay rendimientos constantes en general, de manera que el rendimiento marginal iguale al rendimiento, e,e, = 1; y si hay ocupación plena, ya sea de mano de obra o de equipo, xxx. [34305] Ahora bien, e=1, si ed=1; o si ed=1, eo=0 y xxx; o si ed=1 y eo=0. [34306] Y evidentemente hay una variedad de otros casos especiales en los cuales e = 1. [34307] Pero, en general, e no iguala la unidad; y quizá no haya inconveniente en hacer la generalización de que, según supuestos lógicos relativos al mundo real, y excluyendo el caso de una "huida del dinero" en el cual e y e, llegan a ser grandes, e es, por regla general, menor que la unidad. [34308] Hasta ahora nos hemos ocupado primordialmente de la forma en que los cambios en la cantidad de dinero afectan los precios a la corta. [34309] Pero ¿no hay a la larga una relación más sencilla? [34311] Si existe alguna tendencia a medir la uniformidad a largo plazo de la curva de preferencia por la liquidez, igual puede haber alguna relación tosca entre el ingreso nacional y la cantidad de dinero necesaria para satisfacer dicha preferencia, tomada como término medio de los periodos de pesimismo y optimismo en conjunto. [34312] Por ejemplo, es posible que la gente no conserve en periodos largos en forma de saldos ociosos una suma superior a una proporción bastante estable del ingreso nacional, a condición de que la tasa de interés exceda de cierto mínimo psicológico; de modo que si la cantidad de dinero que sobrepasa la requerida para la circulación activa excede esta proporción nacional, habrá, tarde o temprano, una tendencia de la tasa de interés a bajar aproximadamente hasta dicho mínimo. [34313] La tasa de interés descendente aumentará entonces, ceteris paribus, la demanda efectiva, y la creciente demanda efectiva alcanzará uno o más de los niveles semicríticos, en los cuales la unidad de salarios tenderá a mostrar un alza discontinua, con el efecto correspondiente sobre los precios. [34314] Entrarán en juego las tendencias opuestas si la cantidad de dinero excedente es una proporción anormalmente baja del ingreso nacional. [34315] Así, el efecto neto de las fluctuaciones en un periodo será el de establecer una cifra promedio, de acuerdo con la proporción estable entre el ingreso nacional y la cantidad de dinero hacia la que la psicología del público tiende tarde o temprano a volver los ojos. [34316] Estas tendencias actuarán probablemente con menos tropiezos en sentido ascendente que en el descendente; pero si la cantidad de dinero sigue siendo muy escasa por largo tiempo, la solución se hallará normalmente en el cambio del patrón o del sistema monetario, de manera que se eleve la cantidad de dinero, más bien que obligando a la unidad de salarios a bajar y, por tanto, aumentando la carga de las deudas. [34317] De este modo, la dirección que han seguido los movimientos de precios en periodos muy largos ha sido casi siempre ascendente; porque cuando el dinero es relativamente abundante, la unidad de salarios sube; y cuando es relativamente escaso, se encuentra algún medio de aumentar la cantidad efectiva del mismo. [34318] NOTAS SOBRE EL CICLO ECONÓMICO [34319] COMO creemos haber demostrado en los capítulos precedentes qué es lo que determina el volumen de ocupación en cualquier momento, podemos deducir, si estamos en lo justo, que nuestra teoría debe poder explicar los fenómenos del ciclo económico. [34321] En particular, encontraremos que las fluctuaciones en la propensión a consumir, en estado de preferencia por la liquidez y en la eficiencia marginal del capital han desempeñado su parte. [34322] Pero sugiero que el carácter esencial del ciclo económico y, especialmente, la regularidad de la secuencia de tiempo y de la duración que justifica el que lo llamemos ciclo, se debe sobre todo a cómo fluctúa la eficiencia marginal del capital. [34323] A mi modo de ver, lo mejor es considerar que el ciclo económico se debe a un cambio cíclico en la eficiencia marginal del capital, aunque complicado y frecuentemente agravado por cambios asociados en las otras variables importantes de periodo breve del sistema económico. [34324] Para desarrollar esta tesis seria necesario más bien un libro que un capítulo y se requeriría un examen minucioso de los hechos; pero las siguientes breves observaciones serán suficientes para indicar la línea de investigaciones que sugiere nuestra teoría anterior. [34325] Por movimiento cíclico queremos decir que, al progresar el sistema, por ejemplo, en dirección ascendente, las fuerzas que lo empujan hacia arriba al principio toman impulso y producen efectos acumulativos unas sobre otras, pero pierden gradualmente su potencia hasta que, en cierto momento, tienden a ser reemplazadas por las operantes en sentido opuesto; las cuales, a su vez, toman impulso por cierto tiempo y se fortalecen mutuamente hasta que ellas también, habiendo alcanzado su desarrollo máximo, decaen y dejan sitio a sus contrarias. [34326] Sin embargo, por movimiento cíclico no queremos decir simplemente que esas tendencias ascendentes y descendentes no persistan indefinidamente en la misma dirección, una vez iniciadas, sino que terminan por invertirse. [34327] También queremos expresar que hay cierto grado de regularidad en la secuencia y duración de los movimientos ascendentes y descendentes. [34328] No obstante, para que nuestra explicación sea adecuada debe abarcar otra característica del llamado ciclo económico, a saber, el fenómeno de la crisis -el hecho de que la substitución de un impulso descendente por otro ascendente ocurre con frecuencia de modo repentino y violento, mientras que, por regla general, no existe un punto de inflexión tan cortante cuando el movimiento ascendente es substituido por la tendencia a bajar. [34329] Cualquier fluctuación en las inversiones que no esté equilibrada por un cambio correspondiente en la propensión a consumir, se traducirá, por supuesto, en una fluctuación de la ocupación. [34331] En una sección posterior de este capítulo examinaremos un caso especial en particular: el de las fluctuaciones agrícolas. [34332] Sugiero, sin embargo, que hay razones concretas para que, en el caso de un ciclo industrial típico en el ambiente del siglo XIX, las fluctuaciones en la eficiencia marginal del capital debieran haber tenido características cíclicas. [34333] Las razones no son en manera alguna poco familiares, ya sea en sí mismas o como explicación del ciclo económico. [34334] Mi único propósito aquí es ligarlas con la teoría precedente. [34335] Puedo abordar mejor lo que tengo que decir empezando con las últimas etapas del auge y el comienzo de la "crisis". [34336] Hemos visto antes que la eficiencia marginal del capital [34337] no depende sólo de la abundancia o escasez existente de bienes de capital y el costo corriente de producción de los mismos sino también de las expectativas actuales respecto al futuro rendimiento de los bienes de capital. [34338] En el caso de los bienes durables resulta natural y razonable, por tanto, que las expectativas del futuro jueguen un papel dominante en la determinación de la escala en que parezcan recomendables nuevas inversiones. [34339] Pero, como lo hemos visto, las bases para hacer tales expectativas son muy precarias. [34341] Ahora bien, al explicar las "crisis" hemos acostumbrado hacer hincapié en la tendencia de la tasa de interés a subir bajo la influencia de la mayor demanda de dinero, tanto para comerciar como con fines especulativos. [34342] Sin duda, este factor puede representar a veces un papel de agravamiento y, ocasionalmente, de iniciación. [34343] Pero creo que la explicación más típica, y con frecuencia la predominante de la crisis, no es principalmente un alza en la tasa de interés, sino un colapso repentino de la eficiencia marginal del capital. [34344] Las últimas etapas del auge se caracterizan por las expectativas optimistas respecto al rendimiento futuro de los bienes de capital, lo bastante fuertes para equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y, probablemente también, un alza en la tasa de interés. [34345] Es propio de los mercados de inversión organizados que, cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violenta, y aun catastrófica, [34346] bajo la influencia de los compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores, que están más interesados en las previsiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado, que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital. [34347] Además, el pesimismo y la incertidumbre del futuro que acompaña a un derrumbamiento en la eficiencia marginal del capital, naturalmente precipita un aumento decisivo en la preferencia por la liquidez -y de aquí un alza en la tasa de interés-. [34348] De este modo, el hecho de que un derrumbamiento de la eficiencia marginal del capital tienda a ir acompañado por un alza en la tasa de interés, puede agravar mucho el descenso en la inversión. [34349] Pero lo esencial de tal estado de cosas se encuentra, sin embargo, en el colapso de la eficiencia marginal del capital, particularmente en el caso de aquellas clases de capital que hayan contribuido más a la fase previa de las grandes nuevas inversiones. [34351] Esto es lo que hace tan difícil el estudio de la depresión. [34352] Posteriormente, un descenso en la tasa de interés será de gran ayuda para la recuperación y, probablemente, condición necesaria de la misma. [34353] Pero, por el momento, el colapso en la eficiencia marginal del capital puede ser tan completo que no baste ninguna reducción factible en la tasa de interés. [34354] Si una baja de ésta fuera capaz de proveer un remedio efectivo por sí misma, cabría alcanzar la recuperación sin el transcurso de algún intervalo considerable de tiempo y por medios más o menos directamente bajo el control de la autoridad monetaria. [34355] Pero, de hecho, esto no suele ocurrir, y no es tan fácil resucitar la eficiencia marginal del capital, estando, como está, determinada por la indirigible y desobediente psicología del mundo de los negocios. [34356] Es el retorno de la confianza, para hablar en lenguaje ordinario, el que resulta tan poco susceptible de control en una economía de capitalismo individual. [34357] Este es el aspecto de la depresión que los banqueros y los hombres de negocios han tenido razón en subrayar, y el que los economistas que han puesto su fe en un remedio "puramente monetario" han subestimado. [34358] Esto me lleva a mi asunto. [34359] La explicación del elemento tiempo en el ciclo económico, del hecho de que generalmente ha de transcurrir un intervalo de tiempo de cierta magnitud antes de que empiece la recuperación, debe buscarse en las influencias que gobiernan la recuperación de la eficiencia marginal del capital. [34361] Volvamos a lo que ocurre en las crisis. [34362] Mientras el auge continúa, la mayor parte de las nuevas inversiones muestran un rendimiento habitual que no deja de ser satisfactorio. [34363] La desilusión viene porque de repente surgen dudas en relación con la confianza que puede tenerse en el rendimiento probable, quizá porque la actual muestra señales de baja a medida que las existencias de bienes durables de reciente producción aumentan en forma sostenida. [34364] Si se piensa que los costos corrientes de producción son más altos de lo que serán posteriormente, habrá una razón más para la baja en la eficiencia marginal del capital. [34365] Una vez que la duda surge, se extiende rápidamente. [34366] Así al principio de la depresión hay probablemente mucho capital cuya eficiencia marginal ha llegado a ser insignificante y hasta negativa. [34367] Pero el intervalo de tiempo que habrá de pasar antes de que la contracción del capital por el uso, la decadencia y la obsolescencia ocasione una escasez lo bastante obvia para aumentar la eficiencia marginal, puede ser un función relativamente estable del promedio de duración del capital en una época dada. [34368] Si las características de la época cambian, el intervalo de tiempo que sirve de patrón variará Si, por ejemplo, pasamos de un periodo de población creciente a otro de población en descenso, la fase característica de ciclo se ampliará. [34369] Pero tenemos en la anterior una razón sustancial que explica por qué la duración de la depresión debería tener una relación definida con la de la vida de los bienes durables y con la tasa normal de crecimiento en una época determinada. [34371] El cese repentino de las nuevas inversiones después de la crisis conducirá, probablemente, a una acumulación de existencias excedentes de artículos no terminados. [34372] Los costos de almacenamiento de éstas rara vez serán inferiores al 10 por ciento anual. [34373] De este modo, la baja de su precio necesita ser suficiente para provocar una restricción de las mismas que obligue a absorberlas en un periodo de, digamos, tres a cinco años a lo sumo. [34374] Ahora bien, el proceso de absorber las existencias representa inversión negativa, lo que también es contrario a la ocupación; y cuando haya pasado se experimentará positivo alivio. [34375] Además, la reducción de capital en giro, que necesariamente acompaña a la baja de la producción en su fase descendente, representa un elemento más de desinversión, que puede ser grande; y, una vez que ha empezado el retroceso, éste ejerce fuerte influencia acumulativa en dirección descendente. [34376] En la primera fase de una depresión típica habrá, probablemente, una inversión en el aumento de existencias que ayudará a neutralizar la desinversión del capital en giro; en la siguiente fase puede haber un periodo corto de desinversión, tanto en existencias como en capital en giro; después que se haya alcanzado el nivel mínimo probablemente se presentará una desinversión más en las existencias que equilibre parcialmente las reinversiones en capital en giro; y, finalmente, cuando la recuperación haya avanzado bastante, ambos factores serán simultáneamente favorables a la inversión. [34377] Deben examinarse los factores adicionales y sobrepuestos de las fluctuaciones de la inversión en artículos durables, teniendo como fondo lo anterior. [34378] Cuando una baja en esta clase de inversiones ha puesto en marcha una fluctuación cíclica habrá poco aliciente para la recuperación hasta que el ciclo haya recorrido parte de su camino [34379] Por desgracia, una baja importante en la eficiencia marginal del capital también tiende a afectar en forma adversa la propensión a consumir; porque entraña una disminución considerable en el valor del mercado de los valores de rendimiento variable en la bolsa. [34381] La disposición a gastar de esta gente está quizá aún más influida por las alzas y bajas en el valor de sus inversiones que por el estado de sus ingresos. [34382] Con un público de "mentalidad de accionista" como el de Estados Unidos en la actualidad, un mercado de valores al alza puede ser condición casi esencial de una propensión a consumir satisfactoria; y esta circunstancia, generalmente desdeñada hasta hace poco, sirve evidentemente para agravar más aún el efecto depresivo de una baja en la eficiencia marginal del capital. [34383] Una vez iniciada la recuperación, es evidente la forma en que se alimenta a sí misma y crece. [34384] Pero durante la fase descendente, cuan¨lo tanto el capital fijo como las existencias de materiales son por el momento redundantes y se está restringiendo el capital en giro, la curva de la eficiencia marginal del capital puede bajar tanto que escasamente sea posible corregirla de manera que asegure una tasa satisfactoria de nuevas inversiones por medio de cualquier reducción practicable en la tasa de interés. [34385] De este modo, con mercados organizados y sujetos a las influencias actuales, la estimación que hace el mercado de la eficiencia marginal del capital puede sufrir fluctuaciones tan enormemente amplias que no quepa neutralizarlas lo bastante por fluctuaciones correspondientes en la tasa de interés. [34386] Además, como hemos visto antes, los movimientos consiguientes en el mercado de valores pueden deprimir la propensión a consumir precisamente cuando es más necesaria. [34387] Por tanto, en condiciones de laissez-faire , quizá sea imposible evitar las fluctuaciones amplias en la ocupación sin un cambio trascendental en la psicología de los mercados de inversión, cambio que no hay razón para esperar que ocurra. [34388] En conclusión, afirmo que el deber de ordenar el volumen actual de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos de los particulares. [34389] Puede parecer que el análisis precedente está de acuerdo con el punto de vista de quienes sostienen que la sobreinversión es la característica del auge, que el único remedio posible para la siguiente depresión es el evadir esta sobreinversión y que, si bien, por las razones dadas antes, ésta no puede impedirse por medio de una baja tasa de interés, sin embargo, el auge puede evitarse por una tasa alta de interés. [34391] Pero inferir estas conclusiones de lo anterior llevaría a una mala interpretación de mi análisis; y a mi modo de ver, supondría serio error. [34392] Porque el término sobreinversión es ambiguo. [34393] Se puede referir a las inversiones que estarían predestinadas a desanimar las expectativas que las incitaron o para las cuales no hay lugar en circunstancias de intensa desocupación; o puede indicar un estado de cosas en el que cada clase de bienes de capital sea tan abundante que no haya inversión nueva que prometa, aun en condiciones de ocupación plena, ganar en el curso de su duración más que su costo de reposición. [34394] Es solamente en el último estado de cosas donde hay sobreinversión, estrictamente hablando, en el sentido de que cualquier inversión posterior sería sólo un puro desperdicio de recursos. [34395] Además, aunque la sobreinversión en este sentido fuera una característica normal del auge, el remedio no estaría en imponer de súbito una alta tasa de interés, que probablemente disuadiría algunas inversiones útiles y podría reducir aún más la propensión a consumir, sino en tomar medidas drásticas, por la redistribución de los ingresos o de otro modo, para estimular la propensión a consumir. [34396] Sin embargo, de acuerdo con mi análisis, sólo en el sentido anterior puede decirse que el auge está caracterizado por la sobreinversión. [34397] La situación, que estoy indicando como típica, no es aquella en que el capital sea tan abundante que la comunidad en conjunto no puede emplear más cantidad de una manera razonable sino aquella en que la inversión se hace en condiciones inestables y que no pueden perseverar, porque aquélla obedece a expectativas que están condenadas a no realizarse. [34398] Puede ocurrir, por supuesto -en realidad es probable que así sea-, que las ilusiones del auge lleven a producir ciertas clases particulares de bienes de capital en abundancia tan excesiva que parte de la producción sea, de acuerdo con cualquier criterio, un desperdicio de recursos -lo que algunas veces ocurre, podemos añadir, aun cuando no haya auge-. [34399] Es decir, lleva a la inversión mal dirigida . [34401] Cuando llega la desilusión, esta previsión se reemplaza por el contrario "error de pesimismo" con el resultado de que se espera una cantidad negativa de las inversiones que de hecho hubieran dado un rendimiento de 2 por ciento en estado de ocupación plena; y el colapso resultante de las nuevas inversiones conduce entonces a un estado de desocupación en el cual aquellas que hubieran producido 2 por ciento en condiciones de ocupación plena, de hecho dan menos que nada. [34402] Llegamos a una situación de escasez de casas, pero en la que, sin embargo, nadie puede costearse el vivir en las existentes. [34403] Así el remedio del auge no es una tasa más alta de interés, sino una más baja; [34404] porque ésta puede hacer que perdure el llamado auge. [34405] El remedio correcto para el ciclo económico no puede encontrarse en evitar los auges y conservarnos así en semidepresiones permanentes, sino en evitar las depresiones y conservarnos de este modo en un cuasi-auge continuo. [34406] El auge que está destinado a terminar en depresión se produce, en consecuencia, por la combinación de dos cosas: una tasa de interés que, con previsiones correctas, sería demasiado alta para la ocupación plena, y una situación desacertada de expectativas que, mientras dura, impide que esta tasa sea un obstáculo real. [34407] El auge es una situación tal que el exceso de optimismo triunfa sobre una tasa de interés que mirada en frío podría parecer excesiva. [34408] Excepto durante la guerra, dudo que tengamos alguna experiencia reciente de un auge tan poderoso que llevara a la ocupación plena. [34409] En Estados Unidos la ocupación fue muy satisfactoria en 1928-29 según los niveles normales; pero no he tenido noticia de ninguna prueba de escasez de mano de obra, excepto, quizá, en el caso de unos cuantos grupos de trabajadores altamente especializados. [34411] Tampoco hubo sobreinversión en el sentido de que el nivel y el equipo de alojamiento fuesen tan altos que todos tuvieran cuanto deseaban a la tasa estrictamente necesaria para cubrir el costo de reposición, sin margen alguno para el interés, por todo el tiempo que durara la casa, suponiendo que existiera ocupación plena; y que el transporte, los servicios públicos y las mejoras a la agricultura hubieran sido llevados a un nivel tal que no pudiera esperarse razonablemente que las adiciones posteriores dieran un rendimiento siquiera igual a su costo de reposición. [34412] Todo lo contrario. [34413] Seria absurdo afirmar que en Estados Unidos existió sobreinversión en sentido estricto en 1929. [34414] En verdad, el estado real de cosas era de carácter diferente. [34415] Las nuevas inversiones durante los cinco años anteriores se habían realizado en tan enorme escala en conjunto, qué el rendimiento probable de posteriores adiciones estaba descendiendo con rapidez, si se analizaba fríamente. [34416] Una previsión correcta habría abatido la eficiencia marginal del capital a una cifra de nivel bajo sin precedente; de manera que el "auge" no hubiera podido continuar sobre bases firmes, excepto con una lasa de interés a largo plazo muy pequeña y evitando la inversión mal dirigida en direcciones particulares que estaban en peligro de ser sobreexplotadas. [34417] De hecho, la tasa de interés era lo bastante alta para desanimar las nuevas inversiones, excepto en aquellas ramas particulares que estaban bajo la influencia del estimulo especulativo y, por tanto, en peligro especial de ser sobreexplotadas; y una tasa dé interés lo bastante alta para rebasar el estímulo especulativo, habría detenido, al mismo tiempo, toda clase de inversiones nuevas razonables. [34418] Así, un aumento en dicha tasa, como alivio para el estado de cosas derivado de un prolongado periodo de inversiones anormalmente fuertes, pertenece a esa clase de remedios que curan la enfermedad matando al paciente. [34419] Es muy posible, en verdad, que la prolongación del empleo casi pleno durante varios años estuviese acompañada, en países tan ricos como Gran Bretaña y Estados Unidos, por algún volumen de nuevas inversiones, suponiendo tan grande la propensión a consumir existente que condujera eventualmente a un estado de ocupación plena en el sentido de no poder ya esperarse, según cálculos razonables, de un nuevo incremento de bienes durables de cualquier tipo, un rendimiento global bruto por encima de su costo de reposición. [34421] No debe pensarse que niego esto porque afirmo que jamás hemos llegado a una situación de inversión completa, en sentido estricto; ni siquiera momentáneamente. [34422] Más todavía, aunque supusiéramos que los auges contemporáneos pueden ir acompañados de una situación momentánea de ocupación plena o sobreinversión en sentido estricto, seguiría siendo absurdo considerar una tasa de interés más alta como el remedio adecuado; porque en este caso la hipótesis de aquellos que atribuyen la enfermedad al subconsumo quedaría plenamente confirmada. [34423] El remedio estaría en varias medidas destinadas a fortalecer la propensión a consumir, redistribuyendo los ingresos, o de otro modo, de manera que un nivel dado de ocupación requiera un volumen menor de inversión corriente para sustentarlo. [34424] Puede que sea conveniente decir ahora unas palabras sobre las escuelas importantes de pensamiento que sostienen, desde varios puntos de vista, que la tendencia crónica de las sociedades contemporáneas al subempleo debe buscarse en el subconsumo - es decir, en las prácticas sociales y en la distribución de riqueza que se resuelve en una propensión a consumir indebidamente baja. [34425] Estas escuelas están indudablemente en lo cierto, como guías de política práctica, en las condiciones existentes -o, al menos, las que privaron hasta hace poco-, donde el volumen de inversión no se planea ni controla, sujeto a los vaivenes de la eficiencia marginal del capital, en la forma que se determina por el juicio privado de los individuos ignorantes o especuladores, y a una tasa de interés a largo plazo que rara vez, o nunca, baja más allá de un nivel convencional; porque en tales condiciones no hay otro recurso para levantar el nivel medio de ocupación a una altura más satisfactoria. [34426] Si es materialmente impracticable aumentar la inversión, resulta evidente que no hay medios de asegurar mayor nivel de ocupación, excepto aumentando el consumo. [34427] Prácticamente solo difiero de estas escuelas en que pienso que quizá hayan puesto un énfasis superior al debido en el aumento del consumo en un momento en que todavía hay muchas ventajas sociales que conseguir del crecimiento de la inversión. [34428] Teóricamente, sin embargo, están expuestas a la crítica de que desdeñan el hecho de que hay dos caminos para ampliar la producción. [34429] Aun si decidiéramos que sería mejor aumentar el capital más lentamente y concentrar el esfuerzo en el aumento del consumo, deberíamos resolver esto teniendo a la vista la otra alternativa Me doy cuenta de las grandes ventajas sociales de aumentar la existencia de capital hasta que deje de ser escaso. [34431] Además, estoy dispuesto a admitir que el camino más prudente seria el de avanzar en ambos frentes a la vez. [34432] Al mismo tiempo que procuraría conseguir una tasa de inversión controlada socialmente con vistas a la baja progresiva de la eficiencia marginal del capital, abogaría por toda clase de medidas para aumentar la propensión a consumir; porque es improbable que pueda sostenerse la ocupación plena, con la propensión a consumir existente, sea lo que fuera lo que hiciéramos respecto a la inversión. [34433] Cabe, por tanto, que ambas políticas funcionen juntas -promover la inversión y, al mismo tiempo, el consumo, no simplemente hasta el nivel que correspondería al aumento de la inversión con la propensión existente de consumo, sino a una altura todavía mayor. [34434] Si -tomando números redondos para mayor claridad- el nivel medio de producción actual es 15 por ciento inferior al que sería con ocupación plena continua, y si el 10 por ciento de esta producción representa la inversión neta y el 90 por ciento de la misma el consumo; más aún, si la inversión neta tuviera que subir 50 por ciento con el fin de lograr ocupación plena con la propensión a consumir existente, de manera que con esa ocupación la producción subiera de 100 a 115, el consumo de 90 a 100 y la inversión neta de 10 a 15, entonces podríamos proponernos, quizá, modificar de tal modo la propensión a consumir que con ocupación plena el consumo subiera de 90 a 103 y la inversión neta de 10 a 12.v [34435] Otra escuela de pensamiento encuentra la solución del ciclo económico, no en el aumento del consumo o de la inversión, sino en disminuir la oferta de mano de obra que busca empleo- es decir, redistribuyendo el volumen existente del mismo sin aumentar éste ni la producción. [34436] Esto me parece una política prematura -mucho más claramente que el plan de aumentar el consumo-. [34437] Llega el momento en que todo individuo compara las ventajas de tener más tiempo libre o mayores ingresos. [34438] Pero creo que en la actualidad hay datos muy claros de que la gran mayoría de los individuos preferiría mayores ingresos a mayor holganza; y no veo razón suficiente para obligar a quienes quieren lo primero a aceptar lo segundo. [34439] Puede parecer extraordinario que exista una escuela de pensamiento que encuentra la solución del ciclo económico en refrenar el auge en sus primeras etapas por medio de una elevada tasa de interés. [34441] Si descartamos los grandes cambios de política que afectan ya sea al control de las inversiones o a la propensión a consumir y suponemos, a grandes rasgos, una continuidad del estado de cosas existente, bien puede argumentarse, en mi concepto, que con una política bancaria que aplastara siempre en embrión un auge incipiente por medio de una tasa de interés bastante alta para detener aun los optimismos peor orientados, podría resultar un estado medio de expectativas más ventajoso. [34442] La desilusión respecto a las expectativas, característica de la depresión, puede llevar a tanta pérdida y desperdicio, que el nivel medio de inversiones útiles podría ser mayor si se aplicara algún método disuasivo. [34443] Es difícil estar seguro de si esto es correcto o no, con los supuestos que entraña; es un problema de juicio práctico en que faltan pruebas detalladas. [34444] Tal vez no tenga en cuenta la ventaja social que se deriva del aumento del consumo que acompaña aun a las inversiones totalmente descaminadas, que pueden ser más benéficas que la ausencia absoluta de inversión. [34445] Sin embargo, el control monetario más ilustrado se encuentra en dificultades frente a un auge del tipo 1929 de Estados Unidos, y dotado solamente de las armas que poseía en aquel tiempo el Sistema de la Reserva Federal; y ninguna de las alternativas a su alcance podría hacer variar mucho los resultados. [34446] Sea esto como fuere, me parece que semejante opinión es peligrosa e innecesariamente derrotista. [34447] Recomienda, o por lo menos supone, como de aceptación permanente, demasiadas cosas defectuosas del sistema económico actual. [34448] El punto de vista austero, que emplearía una elevada tasa de interés para detener inmediatamente cualquier tendencia en el nivel de ocupación a subir apreciablemente sobre el promedio de, por ejemplo, la década anterior, está, sin embargo, más generalmente apoyado por argumentos que no tienen base en absoluto -fuera de la confusión mental-. [34449] Surge, en ciertos casos, de la creencia de que, en un auge, la inversión se inclina a sobrepasar al ahorro, y que una mayor tasa de interés restablecerá el equilibrio impidiendo la inversión por una parte y estimulando los ahorros- por la otra. [34451] O también se sugiere, algunas veces, que el aumento del ahorro que acompaña a la inversión creciente es indeseable e injusto porque va, por regla general, acompañado por un alza de precios. [34452] Pero si esto fuera así habría que oponerse a cualquier cambio hacia arriba en el nivel existente de producción y ocupación, ya que el alza de precios no se debe esencialmente al aumento-en la inversión-se debe a que, en periodos cortos, el precio de la oferta asciende normalmente al aumentar la producción, debido al hecho físico de los rendimientos decrecientes o a la tendencia de la unidad de costos a subir en términos de dinero cuando la producción aumenta-. [34453] Si la situación se caracteriza por un precio de oferta constante, no habría, por supuesto, alza de precios; no obstante, y a pesar de todo, el ahorro creciente acompañaría al aumento de inversión. [34454] Es la mayor producción lo que provoca el incremento del ahorro; y el alza de los precios sólo es un subproducto del aumento de productos, que igual ocurrirá, si no hay más ahorro, sino, en su lugar, mayor propensión a consumir. [34455] Nadie tiene legítimo interés creado en comprar a precios bajos cuando lo son exclusivamente porque la producción es corta. [34456] Con frecuencia es conveniente, en los contextos donde no caben malas interpretaciones, escribir "la eficiencia marginal del capital", cuando quiere decirse "la curva de la eficiencia marginal del capital". [34457] He mostrado antes (capítulo 8) que, aunque el inversionista privado rara vez es responsable directamente de las nuevas inversiones, sin embargo, los empresarios, que sí lo son, encontrarán financieramente ventajoso y con frecuencia inevitable, dejarse atrapar por las ideas del mercado, aunque individualmente estén mejor informados. [34458] Una parte de la argumentación de mi Treatise on Money, libro IV, gira alrededor de este asunto. [34459] Sin embargo, en ciertos supuestos relativos a cómo se reparte la propensión a consumir en el tiempo, las inversiones que dan un rendimiento negativo podrían ser ventajosas en el sentido de que, para la comunidad en conjunto, llevarían la satisfacción al máximo. [34461] NOTAS FINALES SOBRE LA FILOSOFÍA SOCIAL A QUE PODRÍA CONDUCIR LA TEORÍA GENERAL [34462] Los principales inconvenientes de la sociedad económica en que vivimos son su incapacidad para procurar la ocupación plena y su arbitraria y desigual distribución de la riqueza y los ingresos. [34463] Es evidente el nexo de la teoría anteriormente expuesta con lo primero; pero también es importante para lo segundo en dos aspectos. [34464] Desde fines del siglo XIX se ha logrado considerable progreso en la eliminación de las grandes diferencias de riqueza y de ingresos por medio de la imposición directa -impuesto sobre los ingresos e impuestos sobre herencia-, especialmente en la Gran Bretaña. [34465] Muchos desearían llevar este proceso mucho más lejos, pero se lo impiden dos reflexiones: el temor de hacer de la evasión hábil un negocio demasiado atractivo y también de disminuir indebidamente el incentivo de correr riesgos, pero, principalmente, en mi opinión, por la creencia de que el crecimiento del capital depende del vigor de las razones que impulsan al ahorro individual y que una gran producción de ese crecimiento depende de los ahorros que hagan los ricos de lo que les sobra. [34466] Nuestro razonamiento no afecta la primera de estas reflexiones pero puede modificar considerablemente la actitud que asumamos hacia la segunda, pues ya hemos visto que, mientras se mantenga la ocupación plena, el crecimiento del capital no depende en absoluto de la escasa propensión a consumir, sino que por el contrario, ésta lo estorba, y sólo en condiciones de ocupación plena, una pequeña propensión a consumir puede llevar al aumento del capital. [34467] Además, la experiencia sugiere que, en las condiciones existentes, el ahorro por medio de instituciones y de fondos de reserva es más que adecuado, y que las medidas tendientes a redistribuir los ingresos de una forma que tenga probabilidades de elevar la propensión a consumir pueden ser positivamente favorables al crecimiento del capital. [34468] La confusión que priva en la mente del publico sobre este asunto se pone de relieve por la creencia generalizada de que los impuestos sobre herencias son los responsables de la reducción de la riqueza de capital de un país. [34469] Suponiendo que el estado aplique los productos de estos impuestos a sus gastos ordinarios, de manera que los impuestos sobre ingresos y el consumo se reduzcan o eviten proporcionalmente, es claro que una política fiscal de altos impuestos sobre herencias tiene el efecto de aumentar la propensión a consumir de la comunidad. [34471] De este modo nuestro razonamiento lleva a la conclusión de que, en las condiciones contemporáneas, el crecimiento de la riqueza, lejos de depender de la abstinencia de los ricos, como generalmente se supone, tiene más probabilidades de encontrar en ella un impedimento. [34472] Queda, pues, eliminada una de las principales justificaciones sociales de la gran desigualdad de la riqueza. [34473] No digo que no haya otras razones, infecta(las por nuestra teoría, que sean capaces de justificar cierta desigualdad en determinadas circunstancias. [34474] Pero elimina la razón más importante que hasta ahora nos ha hecho pensar en la prudencia de avanzar con cautela. [34475] Esto afecta particularmente nuestra actitud hacia los impuestos sobre herencias; porque existen ciertas justificaciones de la desigualdad de ingresos que no pueden aplicarse a la de herencias. [34476] Por mi parte creo que hay justificación social y psicológica de grandes desigualdades en los ingresos y en la riqueza, pero no para tan grandes disparidades como existen en la actualidad. [34477] Hay valiosas actividades humanas cuyo desarrollo exige la existencia del estímulo de hacer dinero y la atmósfera de la propiedad privada de riqueza. [34478] Además, ciertas inclinaciones humanas peligrosas pueden orientarse por cauces comparativamente inofensivos con la existencia de oportunidades para hacer dinero y tener riqueza privada, que, de no ser posible satisfacerse de este modo, pueden encontrar un desahogo en la crueldad, en temeraria ambición de poder y autoridad y otras formas de engrandecimiento personal. [34479] Es preferible que un hombre tiranice su saldo en el banco que a sus conciudadanos; y aunque se dice algunas veces que lo primero conduce a lo segundo, en ocasiones, por lo menos, es una alternativa. [34481] Apuestas y riesgos mucho menores pueden servir para el caso, con el mismo resultado, tan pronto como los jugadores se acostumbren a ellos. [34482] La tarea de transmutar la naturaleza humana no debe confundirse con la de manejarla; aunque en el estado ideal los hombres pueden haber sido enseñados, inspirados o educados de manera que no se interesen en tales apuestas, aún puede ser sensato y prudente para un estadista permitir que se practique el juego, bien que sujeto a reglas y limitaciones en tanto que el común de los hombres, o por lo menos una parte importante de la comunidad, se adhiera de hecho y fuertemente a la pasión de hacer dinero. [34483] Sin embargo, del argumento se puede sacar otra conclusión más fundamental, relacionada con las futuras desigualdades de riqueza; a saber, nuestra teoría del interés. [34484] Hasta aquí hemos encontrado la justificación de una tasa de interés moderadamente alta en la necesidad de dar suficiente estímulo al ahorro- pero hemos demostrado que la extensión del ahorro efectivo está determinada necesariamente por el volumen de inversión y que éste se fomenta por medio de una tasa de interés baja , a condición de que no intentemos alentarla de este modo hasta más allá del nivel que corresponde a la ocupación plena. [34485] Así, lo que más nos conviene es reducir la tasa de interés hasta aquel nivel en que haya, proporcionalmente a la curva de la eficiencia marginal del capital, ocupación plena. [34486] No puede haber duda de que este criterio servirá para hacer bajar la tasa de interés mucho más allá del nivel que hasta ahora ha privado; y, en la medida en que pueden adivinarse las diversas curvas de eficiencia marginal del capital que corresponden a cantidades crecientes de éste, es probable que la tasa de interés se reduzca en forma sostenida, si fuera posible mantener condiciones de ocupación plena con mayor o menor fijeza-desde luego, a menos que haya una modificación excesiva en la propensión global a consumir (incluyendo al estado). [34487] Estoy seguro de que la demanda de capital está limitada estrictamente en el sentido de que no sería difícil aumentar la existencia del mismo hasta que su eficiencia marginal descendiera a una cifra muy baja. [34488] Esto no querría decir que el uso de instrumentos de capital no costase casi nada, sino sólo que su rendimiento habría de cubrir poco más que su agotamiento por desgaste y obsolescencia, más cierto margen para cubrir el riesgo y el ejercicio de la habilidad y el juicio. [34489] En resumen, el rendimiento global de los bienes durables durante toda su vida cubriría justamente, como en el caso de los de corta duración, los costos de trabajo de la producción más un margen para el riesgo y el costo de la habilidad y la supervisión. [34491] Hoy el interés no recompensa de ningún sacrificio genuino como tampoco lo hace la renta de la tierra. [34492] El propietario de capital puede obtener interés porque aquél escasa, lo mismo que el dueño de la tierra puede percibir renta debido a que su provisión es limitada; pero mientras posiblemente haya razones intrínsecas para la escasez de tierra, no las hay para la de capital. [34493] Una razón intrínseca para semejante limitación, en el sentido de un sacrificio genuino que sólo pudiera originarse por la oferta de una recompensa en forma de interés, no existiría, a la larga, excepto en el caso de que la propensión individual a consumir demostrara ser de tal carácter que el ahorro neto, en condiciones de ocupación plena, terminara antes de que el capital hubiera llegado a ser lo bastante abundante. [34494] Pero aun así, todavía sería posible que el ahorro colectivo pudiera mantenerse, por medio de la intervención del estado, a un nivel que permitiera el crecimiento del capital hasta que dejara de ser escaso. [34495] Veo, por tanto, el aspecto rentista del capitalismo como una fase transitoria que desaparecerá tan pronto como haya cumplido su destino y con la desaparición del aspecto rentista sufrirán un cambio radical otras muchas cosas que hay en él. [34496] Además, será una gran ventaja en el orden de los acontecimientos que defiendo, que la eutanasia del rentista, del inversionista que no tiene ninguna misión, no será algo repentino, sino una continuación gradual aunque prolongada de lo que hemos visto recientemente en Gran Bretaña, y no necesitará de un movimiento revolucionario. [34497] Por tanto, en la práctica podríamos proponernos (y esto no tiene nada de imposible) lograr un aumento en el volumen de capital hasta que deje de ser escaso, de manera que el inversionista sin funciones no reciba ya bonificación alguna; y elaborar un plan de imposición directa que deje a la inteligencia, a la determinación, a la habilidad ejecutiva del financiero, al empresario et hoc genus omne (que seguramente están tan orgullosos de su función que su trabajo podría obtenerse mucho más barato que ahora) servir activamente a la comunidad en condiciones razonables de remuneración. [34498] Al mismo tiempo debemos reconocer que sólo la experiencia puede mostrar hasta qué punto la voluntad popular, incorporada a la política del estado, debiera dirigirse al aumento y refuerzo del aliciente para invertir; y hasta qué punto es prudente estimular la propensión media a consumir, sin abandonar nuestro objetivo de privar al capital de su valor de escasez en una o dos generaciones. [34499] Puede resultar que la propensión a consumir se fortalezca con tanta facilidad por los efectos de una tasa de interés descendente, que pueda alcanzarse la ocupación plena con una tasa de acumulación poco mayor que la presente. [34501] No debe suponerse que yo niegue la posibilidad, o aun la probabilidad, de este resultado; porque en semejantes asuntos resulta temerario predecir cómo reaccionará la generalidad de los hombres ante un cambio en el medio ambiente. [34502] Sin embargo, si fuera fácil alcanzar una aproximación a la ocupación plena con una tasa de acumulación no mucho mayor que la presente, por lo menos se habría resuelto un problema de relieve, quedando pendiente para decidir por separado la proporción y los medios según los cuales es debido y razonable hacer un llamamiento a la generación actual para que restrinja su consumo, de manera que pueda lograrse, al través del tiempo, el estado de inversión completa para sus descendientes. [34503] Las consecuencias de la teoría expuesta son moderadamente conservadoras en otros respectos, pues si bien indica la importancia vital de establecer ciertos controles centrales en asuntos que actualmente se dejan casi por completo en manos de la iniciativa privada, hay muchos campos de actividad a los que no afecta. [34504] El estado tendrá que ejercer una influencia orientadora sobre la propensión a consumir a través de su sistema de impuestos, fijando la tasa de interés y, quizá, por otros medios. [34505] Por otra parte, parece improbable que la influencia de la política bancaria sobre la tasa de interés sea suficiente por si misma para determinar otra de inversión óptima. [34506] Creo, por tanto, que una socialización bastante completa de las inversiones será el único medio de aproximarse a la ocupación plena; aunque esto no necesita excluir cualquier forma, transacción o medio por los cuales la autoridad publica coopere con la iniciativa privada. [34507] Pero fuera de esto, no se aboga francamente por un sistema de socialismo de estado que abarque la mayor parte de la vida económica de la comunidad. [34508] No es la propiedad de los medios de producción la que conviene al estado asumir. [34509] Si éste es capaz de determinar el monto global de los recursos destinados a aumentar esos medios y la tasa básica de remuneración de quienes los poseen, habrá realizado todo lo que le corresponde. [34511] Nuestra crítica de la teoría económica clásica aceptada no ha consistido tanto en buscar los defectos lógicos de su análisis, como en señalar que los supuestos tácticos en que se basa se satisfacen rara vez o nunca, con la consecuencia de que no puede resolver los problemas económicos del mundo real. [34512] Pero si nuestros controles centrales logran establecer un volumen global de producción correspondiente a la ocupación plena tan aproximadamente como sea posible, la teoría clásica vuelve a cobrar fuerza de aquí en adelante. [34513] Si damos por sentado el volumen de las producción, es decir, que está determinado por fuerzas exteriores al esquema clásico de pensamiento, no hay objeción que oponer contra su análisis de la manera en que el interés personal determinará lo que se produce, en que proporciones se combinarán los factores de la producción con tal fin y cómo se distribuirá entre ellos el valor del producto final. [34514] Insistimos en que si nos hemos ocupado del problema de la frugalidad de una manera diferente, no hay objeción que oponer a la teoría clásica moderna por lo que respecta al grado de conciliación entre las ventajas públicas y privadas, en condiciones de competencia perfecta e imperfecta, respectivamente. [34515] De este modo, fuera de la necesidad de controles centrales para lograr el ajuste entre la propensión a consumir y el aliciente para invertir no hay más razón para socializar la vida económica que la que existía antes. [34516] De una manera, concreta, no vea razón para suponer que el sistema existente emplee mal los factores de producción que se utilizan. [34517] Por supuesto que hay errores de previsión; pero éstos no podrían evitarse centralizando las decisiones. [34518] Cuando de 10 millones de hombres deseosos de trabajar y hábiles para el caso están empleados 9 millones, no existe nada que permita afirmar que el trabajo de estos 9 millones esté mal empleado. [34519] La queja en contra del sistema presente no consiste en que estos 9 millones deberían estar empleados en tareas diversas, sino en que las plazas debieran ser suficientes para el millón restante de hombres. [34521] Por eso coincido con Gesell en que al llenar los vacíos de la teoría clásica no se echa por tierra el "sistema de Mánchester" sino que se indica la naturaleza del medio que requiere el libre juego de las fuerzas económicas para realizar al máximo toda la potencialidad de la producción. [34522] Los controles centrales necesarios para alcanzar la ocupación plena llevan con.sigo, por supuesto, una gran parte de las funciones tradicionales del gobierno. [34523] Además, la teoría clásica moderna ha llamado ella misma la atención sobre las variadas condiciones en que el libre juego de las fuerzas económicas puede necesitar que se las doble o guíe pero todavía quedará amplio campo para el ejercicio de la iniciativa y la responsabilidad privadas. [34524] Dentro de ese campo seguirán siendo válidas aún las ventajas tradicionales del individualismo. [34525] Detengámonos por un momento a recordar cuáles son estas ventajas. [34526] En parte lo son de eficacia -las de la descentralización y del juego del interés personal-. [34527] Desde el punto de vista de la eficacia, las ventajas de la descentralización de las decisiones y de la responsabilidad individual son mayores aún, quizá, de lo que el siglo XIX supuso; y la reacción contra el llamado al interés personal puede haber ido demasiado lejos. [34528] Pero, por encima de todo el individualismo es la mejor salvaguarda de la libertad personal si puede ser purgado de sus defectos y abusos, en el sentido de que, comparado con cualquier otro sistema, amplía considerablemente el campo en que puede manifestarse la facultad de elección personal. [34529] También es la mejor protección de la vida variada que brota precisamente de este extendido campo de la facultad de elección, cuya pérdida es la mayor de las desgracias del estado homogéneo o totalitario; porque-esta variedad preserva las tradiciones que encierran lo que de más seguro y venturoso escogieron las generaciones pasadas, colorea el presente con las diversificaciones de su fantasía y, siendo subordinada inseparable de la experiencia, así como de la tradición y la imaginación, es el instrumento más poderoso para mejorar el futuro. [34531] Porque si la demanda efectiva es deficiente, no sólo resulta intolerable el escándalo público de los recursos desperdiciados, sino que el empresario individual que procura ponerlos en acción opera en lucha desigual contra todas las fuerzas contrarias. [34532] El juego de azar que practica está plagado de ceros, de tal manera que los jugadores, en conjunto , perderán si tienen la energía y la fe suficientes para jugar todas las cartas. [34533] Hasta ahora el crecimiento de la riqueza mundial ha sido menor que el conjunto de ahorros positivos de los individuos, y la diferencia se ha compuesto de las pérdidas de aquellos cuyo valor e iniciativa no se han completado con habilidad excepcional o desusada buena fortuna. [34534] Pero si la demanda efectiva es adecuada, bastará con la habilidad y la buen suerte ordinarias. [34535] Los sistemas de los estados totalitarios de la actualidad parecen resolver el problema de la desocupación a expensas de la eficacia y la libertad. [34536] En verdad el mundo no tolerará por mucho tiempo más la desocupación que, aparte de breves intervalos de excitación, va unida -y en mi opinión inevitablemente- al capitalismo individualista de estos tiempos; pero puede ser posible que la enfermedad se cure por medio de un análisis adecuado del problema, conservando al mismo tiempo la eficiencia y la libertad. [34537] De paso he dicho que el nuevo sistema podría ser más favorable a la paz que lo ha sido el viejo. [34538] Vale la pena repetir y subrayar ese aspecto. [34539] La guerra tiene varias causas. [34541] El que interesa aquí es el segundo factor, que representó papel predominante en el siglo XIX y podría volver a representarlo. [34542] En el capítulo anterior hice ver que, bajo el sistema de laissez-faire nacional y el patrón oro internacional, que era el ortodoxo en la segunda mitad del siglo XIX, no había medio disponible de que pudiera echar mano el gobierno para mitigar la miseria económica en el interior, excepto el de la competencia por los mercados; porque se desechaban todas las medidas que pudieran ayudar a un estado de desocupación crónica o subocupación intermitente, excepto las que servían para mejorar la balanza comercial en las partidas relativas a mercancías y servicios. [34543] De este modo, mientras los economistas estaban acostumbrados a aplaudir el sistema internacional que prevalecía, como el que proporcionaba los frutos de la división internacional del trabajo y armonizaba al mismo tiempo los endurezcas de las diversas naciones, ocultamente existía un influjo menos benigno; los estadistas que creían que si un país viejo y rico descuidaba la lucha por los mercados, su prosperidad decaería y se malograría, se encontraban bajo la influencia del sentido común y de la percepción correcta del verdadero curso de los acontecimientos. [34544] Pero si bien las naciones pueden aprender a procurarse la ocupación plena con su política interna (y, debemos añadir, si pueden lograr también el equilibrio en la tendencia de su población), no se necesita que haya fuerzas económicas importantes destinadas a enfrentar el interés de un país con el de sus vecinos. [34545] Todavía quedaría lugar para la división internacional del trabajo y para el crédito internacional en condiciones adecuadas; pero ya no existiría motivo apremiante para que un país necesite forzar sus mercancías sobre otro o rehusar las ofertas de sus vecinos, no porque esto fuese necesario para capacitarlo con el fin de pagar por lo que deseara comprar, sino con el objeto expreso de modificar el equilibrio de la balanza de pagos de manera que la balanza de comercio se inclinara en su favor. [34546] El comercio internacional dejaría de ser lo que es, a saber, un expediente desesperado para mantener la ocupación en el interior, forzando las ventas en los mercados extranjeros y restringiendo las compras, lo que de tener éxito, simplemente desplazaría el problema de la desocupación hacia el vecino que estuviera peor dotado para la lucha, y vendría a convertirse en un libre intercambio de bienes y servicios mutuamente ventajoso. [34547] ¿Será un esperanza visionaria la realización de estas ideas? [34548] ¿Tienen raíces insuficientes en las razones que gobiernan la evolución de la sociedad política? [34549] ¿Son más fuertes y obvios los intereses que contrarían que aquellos a los que favorecen? [34551] Se necesitaría un volumen de carácter distinto al de éste para indicar, aun en esquema, las medidas prácticas que podrían darles cuerpo; pero, si las ideas son correctas -hipótesis sobre la cual el autor mismo tiene que basar lo que escribe-, sería un error, lo predigo, discutir su fuerza en un período determinado. [34552] En el momento actual, la gente está excepcionalmente deseosa de un diagnostico más fundamental; más particularmente dispuesta a recibirlo; ávida de ensayarlo, con tal que fuera por lo menos verosímil. [34553] Pero fuera de este talante contemporáneo, las ideas de los economiStaS y los filósofos políticos, tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas, son más poderosas de lo que comúnmente se cree. [34554] En realidad el mundo está gobernado por poco más que esto. [34555] Los hombres prácticos, que se creen exentos por completo de cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos de algún economista difunto. [34556] Los maniáticos de la autoridad, que oyen voces en el aire, destilan su frenesí inspirados en algún mal escritor académico de algunos años atrás. [34557] Estoy seguro de que el poder de los intereses creados se exagera mucho comparado con la intrusión gradual de las ideas. [34558] No, por cierto, en forma inmediata, sino después de un intervalo; porque en el campo de la filosofía económica y política no hay muchos que estén influidos por las nuevas teorías cuando pasan de los veinticinco o treinta años de edad, de manera que las ideas que los funcionarios públicos y políticos, y aun los agitadores, aplican a los acontecimientos actuales, no serán probablemente las más novedosas. [34559] Pero, tarde o temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros, tanto para mal como para bien.