[60001] SOBRE LA TEORÍA ECONÓMICA DEL SOCIALISMO [60002] INTRODUCCIÓN [60003] En el folklore del capitalismo se halla la creencia de que una economía socialista es impracticable. [60004] Como sucede con otras muchas creencias propias de la cultura capitalista, ésta está ampliamente difundida, no sólo entre la gente de la calle, sino también entre los economistas. [60005] Entre todas las objeciones que se han alzado en contra del socialismo, ninguna más significativa que ésta: [60006] el socialismo no puede funcionar en la práctica. [60007] La gente bien intencionada podría estar de acuerdo en que un estado socialista de tipo democrático es superior a un estado capitalista, desde el punto de vista social y ético; pero no se han detenido a considerar este estado, porque han partido del supuesto de que resulta impracticable. [60008] Si se les pidiese que explicaran su postura, dirían, probablemente, dos cosas: [60009] que el socialismo no suministraría incentivos para el esfuerzo humano, y que el socialismo no sería económicamente factible. [60011] No es que los economistas marxistas no hayan advertido la existencia del problema; [60012] es que lo han pensado en términos de un concepto inadecuado de la teoría económica ricardiana. [60013] A partir de Marx, los economistas marxistas, en general, han estado dominados por la teoría del valor-trabajo; [60014] el resultado de ello ha sido que han venido considerando los instrumentos elaborados por la teoría económica ortodoxa como totalmente (o casi totalmente) desprovistos de interés y sentido. [60015] No obstante, resulta que, como pondrán de manifiesto los artículos siguientes, la ironía de la situación reside en que han dejado de lado el mismo pensamiento que pudiera haberles conducido a una impresionante demostración técnica de la tesis según la cual el socialismo es practicable sobre bases económicas. [60016] Si bien los economistas marxistas son en gran parte responsables de este fracaso por no haber sabido demostrar cómo la economía cotidiana del socialismo podría ser llevada a la práctica, los escritores marxistas no economistas han de compartir parte de la responsabilidad. [60017] Historiadores, sociólogos y teóricos políticos como los Webb, Tawney y Laski han llevado a cabo una labor admirable construyendo instituciones para un estado socialista, pero no han insistido en la necesidad de investigar el funcionamiento del sistema económico de un estado de este tipo, aun cuando ese funcionamiento podría afectar radicalmente a sus construcciones. [60018] No han considerado con suficiente detalle las condiciones económicas que han de cumplirse si es que un estado socialista ha de alcanzar o superar el nivel de vida logrado por el capitalismo. [60019] Tampoco han concedido la atención necesaria, desde el punto de vista técnico, a las ventajas y desventajas económicas del socialismo, comparado con el capitalismo. [60021] Escritores como los Webb, Tawney y Laski han mostrado poco interés por los problemas de técnica económica propios de un estado socialista por considerar que dichos problemas caían fuera de su campo de estudio y por sostener que la cuestión de la deseabilidad del socialismo no es esencialmente un problema económico. [60022] Por añadidura, han quedado impresionados por las deficiencias de las principales doctrinas de la teoría económica marxista -la teoría del valor-trabajo y la doctrina de la plusvalía- y se han encontrado, por lo general, con que los economistas ortodoxos tenían poco interés por la consideración de un estado socialista, o se mostraban hostiles hacia él. [60023] Casi todos los socialistas se han visto influidos, en cierta medida, por la opinión de Marx, según el cual no podía tratarse el problema del funcionamiento efectivo de una economía socialista hasta que los mismos socialistas se hubieran adueñado del Estado. [60024] En otras palabras, los socialistas han enfocado su problema, en gran parte, desde el punto de vista histórico, y, como consecuencia de esto, han venido manteniendo que muy poco podía decirse del futuro hasta que la humanidad lo hubiera alcanzado realmente. [60025] Además, muchos socialistas han extraído un cierto fatalismo de la visión dialéctica de la Historia propia de Marx; [60026] partiendo de la base de que el socialismo es inevitable, han pensado que el problema de una economía socialista se iría planteando y desarrollando por la misma naturaleza de las cosas. [60027] Otros socialistas, creyendo que el socialismo es inevitable, pero que es algo por lo que hay que luchar, han tomado el marxismo como un programa de acción y han concentrado sus esfuerzos en la actividad política, reservando el problema de una economía socialista para tratarlo en el momento oportuno. [60028] No resulta exagerado afirmar que los economistas ortodoxos, esto es, los economistas de la escuela de Marshall y los de las escudas austríaca y de Lausana, son en parte responsables de la pobreza de las aportaciones a la teoría económica del socialismo. [60029] Al sostener que el campo de estudio propio de la teoría económica es el de la pura abstracción, en el que pueden aplicarse rigurosamente la lógica y las matemáticas, han limitado sus análisis, en su mayor parte, a un sistema en equilibrio estático-una situación en la que todo cambio es eliminado, equilibrándose entre sí las fuerzas económicas. [60031] Sin embargo, las instituciones cuya existencia han dado por supuesta han sido casi exclusivamente capitalistas. [60032] Partir de un contexto institucional capitalista era algo muy natural. [60033] En primer lugar, todos han sido educados en una economía capitalista, y, en términos generales, son miembros de la clase media dominante; [60034] en segundo lugar, a lo largo de los años, la economía capitalista se ha ido acercando, en cierta medida, a su sistema ideal. [60035] La actitud misma del economista ortodoxo ha desanimado cualquier investigación en el terreno de la teoría económica socialista, pues una investigación de ese tipo sería, esencialmente, una investigación sobre las instituciones económicas peculiares del socialismo. [60036] Tan convencido ha estado el economista ortodoxo, por una parte, de la irrelevancia de las consideraciones institucionales, que ha dejado el problema de la evolución del capitalismo como un problema meramente histórico, aunque una mirada a la teoría marxista de la evolución del capitalismo debiera haberle inducido a un serio examen del socialismo. [60037] Tan atraído se ha sentido, por otra parte, por las instituciones capitalistas -por la propiedad privada de los medios de producción y por la empresa privada- que no ha puesto de manifiesto que lo esencial de sus teorías se aplicarían tan bien a una economía socialista como a una capitalista. [60038] Asimismo, se ha visto tan atraído por esas instituciones, que no se ha detenido a considerar si instituciones de carácter socialista no podrían permitir una mayor aproximación a su sistema ideal -aunque, desde el punto de vista teórico, esto es precisamente lo que sucedería-. [60039] Sugerimos que los economistas ortodoxos han prestado poca atención a la teoría económica del socialismo, o bien por hallarse absortos en el reino de la teoría pura, o por sentir simpatía hacia las instituciones capitalistas. [60041] El primero en mostrar que los principios formales de la teoría económica se aplicarían a una economía socialista fue un economista ortodoxo, Pareto. [60042] El primero en desarrollar los razonamientos paretianos y en demostrar que los principios formales de la teoría económica se aplicarían a una economía socialista fue Barone, un economista ortodoxo de la escuela de Lausana (Walras y Pareto). [60043] Fred Taylor, un economista ortodoxo, fue el primero en mostrar cómo una economía socialista funcionaría en la práctica, Y Frank Knight, un economista ortodoxo, ha observado que la teoría económica se aplicaría tanto a una economía socialista como a una economía capitalista. [60044] Y ahora Pigou, uno de los mayores economistas teóricos contemporáneos, cuya figura misma encarna la tradición marshalliana entera, acaba de llegar a la conclusión de que una economía socialista es teóricamente posible, y posible en la práctica, aunque su funcionamiento y desarrollo son algo "extraordinariamente difícil". [60045] Su Socialism versus Capitalism mantiene la tesis de que una economía socialista es superior en muchos aspectos, por lo que se refiere a la técnica económica, a una economía capitalista. [60046] En verdad, resulta significativo que el leader de la teoría económica ortodoxa haya dado una descripción favorable del socialismo; que haya adoptado, de hecho, la actitud de un socialista fabiano, llegando a poner en guardia a sus lectores frente al mayor de los peligros que presenta el fabianismo. [60047] Observa que no puede usarse el término "cambios graduales" como un eufemismo para designar la ausencia de toda evolución. [60048] Cualquiera que sea el origen de la opinión, ampliamente difundida, según la cual el socialismo es impracticable, hemos de discutir aquí si el socialismo puede o no funcionar desde el punto de vista económico. [60049] El problema de una economía socialista presenta dos vertientes. [60051] En términos más técnicos: ¿Habrá lugar para la elección libre por parte de los consumidores? [60052] Segundo: ¿Pueden emplearse los recursos de modo que rindan el máximo? [60053] Es decir: ¿Pueden economizarse los recursos? [60054] En términos más técnicos: ¿Resulta posible una distribución racional de los recursos en una economía socialista? [60055] Por supuesto, el primer problema tiene fácil solución; [60056] una economía socialista presupone, por definición, la libre elección por parte de los consumidores. [60057] Una economía socialista, en el sentido clásico del término, es una economía en la que sólo la producción se halla socializada, por oposición a lo que sucede en un sistema comunista, que socializa tanto la producción como el consumo. [60058] Los autores que han colaborado en el presente volumen, Taylor y Lange, consideran una economía socialista en el sentido clásico. [60059] Ambos parten del supuesto de libre elección en el consumo y en el tipo de ocupación desempeñada. [60061] Por consiguiente, los ciudadanos de un estado socialista dispondrán, prácticamente, qué bienes han de producir las autoridades, y esto en forma muy parecida a la adoptada en un sistema capitalista, cuando los ciudadanos deciden qué es lo que ha de producir la industria privada. [60062] La solución del segundo problema es mucho más difícil; [60063] de hecho, el problema de una asignación racional de los recursos es el problema central de la teoría económica socialista. [60064] Para resolver este problema es esencial disponer de algún conocimiento sobre la importancia relativa (o comparativa) de los factores primarios de la producción, como tierra, minerales, energía hidráulica y ciertos tipos de servicios del trabajo. [60065] En el fondo, el problema de la asignación racional de los recursos es un problema de valoración; [60066] se trata, en esencia, de averiguar la importancia económica relativa de los factores primarios de la producción. [60067] Hemos de poder valorar esos factores, incluso cuando no podamos hacerlo con mucha precisión, si es que queremos emplearlos en nuestros cálculos. [60068] Es preciso hacer uso del cálculo económico si se quieren emplear los recursos escasos del modo más adecuado. [60069] Es necesario tener un cierto conocimiento de los factores primarios de la producción, por ejemplo, si hay que calcular la cantidad de un factor que habría que emplear para fabricar un producto, comparada con la cantidad necesaria de otro actor; por ejemplo, para la fabricación de un vagón de ferrocarril, cuánto acero sería necesario, y, comparativamente, cuánto aluminio bastaría. [60071] El cálculo económico resulta indispensable para minimizar los costes al combinar los factores de producción y para averiguar si el precio de venta de un producto cubre sus costes: [60072] en otras palabras, para poder economizar los recursos escasos. [60073] Si no se hace uso del cálculo económico, el resultado ha de ser una mala orientación de los recursos, con los consiguientes despilfarros. [60074] Una sociedad que no use el cálculo económico está condenada a un bajo nivel de vida. [60075] La virtud de una economía competitiva está en que permite una distribución más o menos racional de los recursos. [60076] En una economía competitiva, los factores primarios se valoran en un mercado, en el que compradores y vendedores compiten por el uso temporal de esos factores; [60077] los precios que se establecen representan el valor que para los compradores y vendedores, tomados en su conjunto, tienen esos factores. [60078] Estos precios tienen una relevancia económica, esto es, indican la importancia relativa de los factores; [60079] reflejan el valor que les han otorgado quienes, bajo la presión de la competencia, tratan de conducirse económicamente para maximizar el beneficio. [60081] minimizar el coste e igualar el precio de venta del producto con su coste marginal de producción. [60082] Esta tendencia es la gran ventaja de una economía competitiva. [60083] Cualquier sistema que quisiera rivalizar con una economía competitiva habría de mostrar que existe, cuando menos, una presunción razonable de que podría hacer ambas cosas. [60084] De otro modo, no hay razón para creer que ese sistema vaya a economizar sus recursos. [60085] El profesor Von Mises, el conocido economista vienés y el principal adversario del socialismo entre los economistas, ha desarrollado una vigorosa argumentación en los siguientes términos: [60086] una asignación racional de los recursos no es posible en un estado socialista, ya que la propiedad pública de los instrumentos de producción hace desaparecer el mercado de bienes de capital. [60087] De ahí se sigue, para Von Mises, que, donde no existe un mercado para los bienes de capital, no puede asignarse un precio a dichos bienes; y, si no existen precios que indiquen la importancia relativa de los factores de producción, el cálculo económico (o la contabilidad económica) resulta inconcebible. [60088] Oskar Lange, en el presente volumen, muestra que Mises puede negar la existencia de precios de los bienes de capital en las industrias de un estado socialista tan sólo por haber entendido mal cuál es la naturaleza de los precios. [60089] Lange argumenta como sigue: [60091] Porque la ausencia de un mercado no hace imposible la asignación de precios contables, valoraciones provisionales en orden a la distribución de los recursos. [60092] Está claro que no sería difícil, para un estado socialista, proceder a la elaboración de precios contables en las industrias de bienes de capital; [60093] el verdadero problema reside en saber si los precios contables serían económicamente significativos o completamente arbitrarios. [60094] Mises sostiene que estos precios serían arbitrarios -basándose, naturalmente, en que no existe un mercado para los bienes de capital, y, por consiguiente, no puede asignarse un precio a los bienes. [60095] Incluso G.D.H. Cole, un escritor socialista, afirma que los precios contables serían arbitrarios. [60096] Aunque Mises ha venido desafiando a los socialistas desde 1920, su tesis ya había sido refutada anteriormente por Barone, un economista italiano. [60097] En su notable artículo "El Ministro de la Producción en el Estado colectivista", escrito en 1908, Barone demostró que, en principio, los precios contables de una economía socialista serían tan económicamente significativos como los precios de mercado de una economía competitiva. [60098] Mediante una demostración matemática, basada en el uso de ecuaciones simultáneas, Barone, siguiendo sugerencias de Pareto, fue el primero en probar que una economía socialista podía lograr una distribución racional de sus recursos. [60099] Su análisis mostraba, además, la gran similitud formal existente entre un sistema socialista y un sistema competitivo; [60101] El artículo de Barone abrió nuevas vías de análisis. [60102] Y, en apariencia, sirvió para variar el ángulo de ataque de la teoría económica ortodoxa. [60103] Los profesores Hayek y Robbins, de la London School of Economics, que, después de Mises, son los principales adversarios del socialismo entre los economistas, parecen haber sido influidos por Barone. [60104] Han adoptado una segunda línea de ataque, la línea que suele adoptarse una vez admitido un principio. [60105] Admiten que es teóricamente posible una distribución racional de los recursos en un estado socialista, pero niegan que semejante distribución resulte factible en la práctica. [60106] Insisten en que, para poder determinar los precios, el Departamento de Planificación Central de un estado socialista habría de disponer de "listas completas de las distintas cantidades de todos los bienes que serían adquiridas a cada una de las posibles combinaciones de precios de los distintos bienes disponibles". [60107] Aducen, asimismo, que el Departamento de Planificación Central habría de resolver miles, incluso millones de problemas -ecuaciones simultáneas- antes de que pudieran adoptarse decisiones económicas; y que, con cualquiera de los medios conocidos en la actualidad, dichos cálculos no podrían ser resueltos en el espacio de una vida humana. [60108] "La Orientación de la Producción en un Estado Socialista", el segundo ensayo de este volumen, constituye, en esencial, la respuesta a las objeciones de Hayek y Robbins. [60109] Escrito por el profesor Fred M. Taylor en 1928, antes del ataque de Hayek y Robbins, éste es el primer ensayo que marca un avance con respecto a la aportación de Barone. [60111] Fue Taylor quien realizó esta labor. [60112] El problema esencial es el de la determinación de la importancia relativa (lo que Taylor llama la "importancia efectiva") de los factores primarios de la producción. [60113] Según Taylor, la importancia relativa de cada factor primario es consecuencia de la importancia de los innumerables bienes que surgen de todo el complejo de procesos productivos, y queda determinada por ésta. [60114] La pregunta es: ¿Cómo queda determinada, concretamente, la importancia relativa de cada factor? [60115] La respuesta de Taylor es que se asignaría a cada factor una valoración provisional en términos monetarios. [60116] A continuación, los directores de las industrias socialistas llevarían a cabo sus operaciones como si las valoraciones provisionales fuesen absolutamente correctas. [60117] Entonces, si las autoridades hubieran atribuido a cualquier factor una valoración excesivamente alta o baja, el hecho se pondría de manifiesto en forma inconfundible. [60118] Si se le hubiese asignado un valor demasiado alto, haciendo que las autoridades lo economizasen indebidamente, al final del período productivo aparecería un excedente físico de dicho factor. [60119] Si se le hubiese asignado una valoración demasiado baja, haciendo que las autoridades hiciesen un uso excesivo del mismo, se crearía un déficit. [60121] A través de pruebas sucesivas podría hallarse la valoración correcta para cada factor, que mostraría su importancia relativa. [60122] Dicho de otra forma, un método de prueba y error haría posible averiguar el precio contable correcto para cada factor. [60123] Lange, escribiendo después de que Hayek y Robbins hubieran lanzado su ataque, les contesta directamente, basando su argumentación en el análisis de Taylor. [60124] Muestra que la posición de los dos autores citados es irreal, haciendo observar que el método de prueba y error para la determinación de los precios contables en una economía socialista sería, en sustancia, el mismo que lleva a la determinación de los precios en un mercado competitivo. [60125] El Departamento, dice, no necesitaría poseer, como parece suponer Hayek, listas completas de las distintas cantidades de todos los bienes que podrían ser adquiridas para cada una de las posibles combinaciones de precios de las diversas cantidades disponibles. [60126] "El Departamento de Planificación Central tampoco habría de resolver cientos de miles de ecuaciones. [60127] Las únicas 'ecuaciones' que habría que 'resolver' serían las correspondientes a los consumidores y a los directores de la producción. [60128] Éstas son exactamente las mismas 'ecuaciones' que se resuelven en el sistema económico actual, y los que las 'resuelven' también son los mismos... [60129] Y, entre ellos, sólo unos pocos son licenciados en Matemáticas superiores. [60131] Por ello, Lange afirma que no es preciso saber matemáticas, ni tampoco conocer las funciones de oferta y demanda para hallar los precios contables "correctos". [60132] Los precios contables "correctos" "se hallan, sencillamente, observando las cantidades demandadas y ofrecidas, y elevando el precio de un bien o servicio siempre que aparezca un exceso de la demanda sobre la oferta, y reduciéndolo cuando suceda a la inversa, hasta que, por prueba y error, se halle el precio al que se equilibren la demanda y la oferta". [60133] Obsérvese que es importante llegar -o acercarse- a este precio "correcto" (de equilibrio) para que no se produzca ni una mala orientación de los recursos y una pérdida por parte del producto (lado de la oferta) ni una mala distribución de las necesidades por parte del consumidor (lado de la demanda). [60134] Como ya hemos dicho, Lange muestra que una economía socialista determinaría los precios contables en forma sustancialmente análoga a la que adopta el proceso de determinación de los precios en un mercado competitivo bajo un régimen capitalista. [60135] Llega a esta conclusión observando, no sólo que una economía socialista-como una economía capitalista-emplearía un método de prueba y error, sino, asimismo, que usaría este método en condiciones fundamentalmente idénticas a las prevalecientes bajo un régimen capitalista. [60136] En un régimen capitalista, dice, el método de prueba y error se basa ante todo en lo que él llama la función paramétrica de los precios, esto es, en el hecho de que, aunque los precios con los que se enfrenta cada empresario individual son el resultado de las decisiones de todos los individuos del mercado, cada individuo considera los precios vigentes en el mercado como datos fijados a los que él tiene que ajustarse. [60137] Cada empresario individual trata de explotar la situación de mercado que le rodea y que él no puede controlar. [60138] Lange insiste en que en una economía capitalista puede obtenerse una estructura de precios tan objetiva o tan significativa, económicamente hablando, como la que rige en un régimen de capitalismo competitivo, si se conserva la función paramétrica de los precios. [60139] En una economía socialista, la función paramétrica de los precios sería impuesta como una regla contable, y todas las decisiones y la contabilidad de los directores de plantas individuales se efectuarían como si los precios fuesen independientes de las decisiones tomadas. [60141] Vimos hace poco que la virtud de un mercado competitivo residía en la tendencia de los hombres de negocios a minimizar los costes al combinar los factores de producción y a hacer de forma que el precio de venta cubriese el coste del producto. [60142] ¿Cómo pueden alcanzarse ambos objetivos en una economía socialista? [60143] Lange responde que ambos han de imponerse como reglas de trabajo, como condiciones necesarias bajo las cuales los directores de las empresas han de llevar a cabo la producción. [60144] Así, pues, el proceso de determinación de los precios en una economía socialista es exactamente similar al de una economía competitiva. [60145] El Departamento de Planificación Central desempeña las funciones del mercado. [60146] Establece las mismas condiciones esenciales: la función paramétrica de los precios en la contabilidad; y las dos reglas esenciales -minimización de los costes e igualdad de coste marginal y precio de venta del producto-para la combinación de factores de producción, la elección de la escala de producción de una planta y la determinación de la producción de una industria. [60147] El Departamento de Planificación Central permite a la economía socialista averiguar la importancia relativa de los factores de producción y efectuar una distribución racional de los recursos. [60148] Podríamos preguntarnos si el Departamento, al principio, determinaría los precios contables de modo puramente intuitivo. [60149] La respuesta es que no. [60151] El consejo tendría tanto conocimiento como tienen hoy las empresas -cuando no mucha más información que éstas-. [60152] Se llevarían a cabo continuos ajustes de los precios históricamente dados, y no sería preciso, como pudiera pensarse, construir un sistema de precios completamente nuevo. [60153] Pero -podríamos preguntarnos con razón- si es que las fuerzas rectoras de un sistema socialista serían, en esencia, las mismas que rigen un sistema competitivo, ¿por qué habríamos de implantar un sistema socialista? [60154] Lange responde a la pregunta afirmando que una economía socialista es superior, en dos aspectos fundamentales. [60155] En primer lugar, dice, es superior porque podría alcanzar los precios de equilibrio correctos (precios que igualasen la oferta y la demanda) a través de una secuencia de pruebas mucho más corta que la experimentada en la realidad en un mercado competitivo. [60156] Y esto por la sencilla razón de que el Departamento de Planificación Central dispondría de un conocimiento mucho más amplio de lo que ocurre en el sistema económico en su conjunto que el que puede poseer cualquier empresario privado en un sistema capitalista. [60157] En frase de Dickinson, el sistema funcionaría como en una casa de cristal en la que pudieran seguirse todos los detalles del mecanismo y de la marcha del tiempo. [60158] Con un conocimiento más amplio del sistema económico en su conjunto, sigue Lange, el Departamento de Planificación Central tendría mayor capacidad de calibrar todas las alternativas sacrificadas y realizadas en la producción. [60159] Las alternativas más importantes, como son la vida, la seguridad y la salud de los obreros se ven sacrificadas, en un sistema de empresa privada, sin ser tenidas en cuenta. [60161] Como consecuencia de ello, una economía socialista podría evitar gran parte de los despilfarros sociales asociados con la empresa privada. [60162] Además, y esto es aún más importante, una economía socialista, por tomar en consideración las diversas alternativas existentes, no se vería sujeta a las fluctuaciones del ciclo económico; [60163] por lo menos, no es probable que se produjeran drásticas depresiones y grandes volúmenes de desocupación. [60164] Por supuesto, bajo una economía socialista se cometerían graves errores, como mala orientación de las inversiones y de la producción; pero estas faltas no arrastrarían necesariamente a todo el sistema a una brusca disminución de la producción y a la desocupación de los factores productivos. [60165] El mérito de una economía socialista estriba en que las faltas pueden ser localizadas, de modo que no es forzoso que una sobreproducción parcial degenere en una sobreproducción general. [60166] No es preciso, como sucede en el sistema capitalista, corregir las faltas cometidas en una parte del sistema a través de un proceso que ocasiona nuevas pérdidas en otros sectores, a consecuencia del efecto secundario consistente en una contracción acumulativa de la demanda y una extensión de la desocupación de los factores productivos. [60167] El segundo aspecto esencial, prosigue Lange, en el que se pone de manifiesto la superioridad de una economía socialista es el de la distribución de los ingresos. [60168] Lange sostiene que una economía socialista puede distribuir los ingresos de tal modo que se logre la maximización del bienestar social, mientras que las economías capitalistas que conocemos -o que nos parecen concebibles- nunca podrán esperar alcanzar este resultado. [60169] Pues, en un sistema capitalista, los ingresos se distribuyen según la propiedad de los medios de producción; y éstos son propiedad privada de unos pocos, mientras que la masa no posee más que su fuerza de trabajo. [60171] Por el contrario, es un reflejo de los ingresos de muchos que han de prescindir de bienes de primera necesidad y de los ingresos de los pocos que viven lujosamente. [60172] De ahí que, en la actualidad, la distribución de los recursos, determinada por el precio de demanda que por los bienes de consumo se ofrece, se halle lejos de alcanzar el máximo de bienestar social. [60173] Lange afirma que, para que los ingresos se distribuyan de modo que se maximice el bienestar social, han de cumplirse dos condiciones. [60174] En primer lugar, un mismo precio de demanda ofrecido por consumidores distintos ha de representar igual grado de urgencia de la necesidad correspondiente para ambos consumidores. [60175] En segundo lugar, hay que distribuir los servicios del trabajo entre las distintas ocupaciones de modo que el valor del producto marginal del trabajo sea igual a la desutilidad marginal implicada en el desempeño de dichas ocupaciones. [60176] En otras palabras, el producto resultante de la adición de la última unidad de trabajo que cubre exactamente su coste ha de ser igual a la molestia o esfuerzo necesarios para producir esa unidad de trabajo. [60177] Podría parecer, dice Lange, que esta segunda condición contradice a la primera; que ésta requiere la distribución de ingresos iguales, y la segunda de ingresos desiguales. [60178] Pero la contradicción es tan sólo aparente. [60179] La inclusión, en las escalas de utilidad de los individuos, de cosas como el ocio, la seguridad y el atractivo que presenta cada trabajo permite representar la desutilidad de cualquier ocupación como un coste de oportunidad. [60181] En lugar de adscribir ingresos distintos a las diversas ocupaciones, la administración de una economía socialista podría pagar a cada ciudadano el mismo ingreso monetario y cobrar un precio por el desempeño de cada trabajo. [60182] No hay duda de que una economía socialista podría satisfacer adecuadamente ambas condiciones, mientras que el capitalismo se halla imposibilitado para hacerlo. [60183] Como dice Lange, una economía socialista podría basar la distribución de la renta en el supuesto de que los individuos tienen la misma curva de utilidad marginal de la renta, y podría hallar el promedio correcto al estimar la urgencia relativa de las necesidades de los distintos individuos, concediendo tan sólo un margen de error aleatorio; mientras que la distribución de la renta en una sociedad capitalista introduce un error constante -un error de clase en favor de los ricos. [60184] Frente a estas ventajas de la economía socialista, Lange advierte la desventaja que supone la elección de una tasa arbitraria de acumulación de capital. [60185] Es evidente que una economía socialista ha de destinar parte de su capital a la conservación del stock existente y a nuevas inversiones, no sólo para mantener las industrias existentes en buenas condiciones, sino también para incorporar las innovaciones técnicas y para crear nuevas industrias que permitan elevar el nivel de vida. [60186] Para ello es preciso acumular capital, y para que esta acumulación sea posible hay que atribuir un precio -el interés- al uso del capital. [60187] El punto esencial a decidir es el tipo de interés, o sea la velocidad a la que ha de acumularse el capital. [60188] Este tipo no puede ser determinado por las preferencias de los consumidores, como sucede en un régimen capitalista, ya que la mayor parte del capital es propiedad del gobierno y está controlado por los bancos del gobierno. [60189] Por consiguiente, el tipo de interés se determina, no por una elección de los consumidores, que deciden cuánto van a ahorrar, sino, en forma arbitraria, por el Departamento de Planificación Central; y puede considerarse este hecho, dice Lange, como una disminución del bienestar social. [60191] Hay que distinguir, afirma, entre el período corto y el período largo. [60192] Por lo que se refiere al período corto, tanto en un sistema socialista como en uno capitalista, la cantidad de capital se considera constante y el tipo de interés queda determinado, sencillamente, por la condición de que la demanda de capital sea igual a la cantidad disponible del mismo. [60193] En este caso, como sucedía anteriormente, el Departamento empezaría fijando un tipo basado en los tipos históricamente dados y ajustaría dicho tipo por un proceso de prueba y error hasta alcanzar el tipo "correcto". [60194] Semejante procedimiento sería, en esencia, idéntico al seguido hoy día en una economía capitalista. [60195] Pero la diferencia más importante entre ambos sistemas surge con respecto al período largo. [60196] Como ya hemos dicho, en un sistema socialista el tipo se fija arbitrariamente por parte del Departamento de Planificación; [60197] no obstante, en modo alguno puede afirmarse la superioridad de un tipo que refleje las preferencias de los consumidores. [60198] Lange aduce que, en el orden económico actual, el ahorro sólo en parte es determinado por consideraciones relativas a la utilidad; [60199] la tasa de ahorro, afirma, se ve afectada en mucho mayor grado por la distribución de la renta, lo cual, desde el punto de vista económico, es algo irracional. [60201] la pobreza, y no el aumento de la la riqueza, puede ser el resultado del deseo de ahorrar de la gente. [60202] Por consiguiente, también en un sistema capitalista la tasa de acumulación de capital efectivamente alcanzada se halla divorciada de las preferencias del pueblo; y la tasa de acumulación de capital determinada "corporativamente" en una sociedad socialista puede resultar, desde el punto de vista económico, más racional que la tasa de ahorro vigente en un sistema capitalista. [60203] En opinión de Lange, por muy desventajoso que pueda considerarse un tipo de interés arbitrario en un estado socialista, este inconveniente queda más que compensado por las ventajas. [60204] Lange cree que el verdadero problema de un estado socialista no es en modo alguno económico, sino sociológico: [60205] es el problema de la burocracia. [60206] Señala la necesidad de comparar la eficiencia de los funcionarios públicos con la de los empleados de las empresas privadas capitalistas, y no con la eficiencia de los empresarios privados como directores de la producción. [60207] Si se lleva a cabo esta comparación, el argumento según el cual el socialismo lleva consigo la burocratización de la industria pierde gran parte de su fuerza. [60208] Sin embargo, la dirección burocrática de la vida económica sigue siendo el peligro real del socialismo, aunque Lange no ve cómo puede evitarse un peligro similar -cuando no mayor- en un régimen de capitalismo monopolista. [60209] No constituye una exageración el afirmar que los escritos de Barone, Taylor y Lange, así como los de Dickinson y A. P. Lerner en Inglaterra, A. R. Sweezy en América, y Heimann, Landauer y Zassenhaus en Alemania han cambiado los términos de la discusión entre capitalismo y socialismo. [60211] ahora es ésta la que ha de mostrar por qué no ha de ser sustituida por un sistema socialista, en vista de la posibilidad práctica y de la superioridad de éste. [60212] No obstante, este desplazamiento se debe, no sólo a la argumentación que acabamos de resumir, sino también a que el verdadero problema que se discute es el de saber si el mantenimiento del sistema capitalista podrá promover el progreso económico tan rápidamente como en épocas anteriores. [60213] Sin duda, este problema guarda relación con el de las posibilidades de desarrollo de una economía socialista, más que con un análisis que muestre la superioridad teórica y la posibilidad de realización práctica de la misma. [60214] LA ORIENTACIÓN DE LA PRODUCCIÓN EN UN ESTADO SOCIALISTA [60215] Como la mayoría de los profesores de teoría económica, encuentro que merece la pena emplear un cierto tiempo en el estudio de cualquier problema concreto desde el punto de vista de un estado socialista. [60216] De hecho, más de una vez he encontrado provechoso elaborar, partiendo de esta base, una solución absolutamente específica al problema a tratar - -imponiendo como criterio adecuado pata juzgar de lo correcto de la solución el que pareciese completamente razonable a la luz de las propiedades esenciales de un estado socialista. [60217] Ahora voy a aplicar este procedimiento a la resolución de un problema de fundamental importancia para cualquier orden económico de tipo cooperativo: esto es, al problema contenido en la siguiente pregunta. [60218] ¿Cuál es el método adecuado para determinar precisamente qué bienes hay que producir a partir de los recursos económicos que se hallan a la disposición de una comunidad determinada? [60219] Bajo el orden económico vigente -libre iniciativa privada- la verdadera decisión por lo que se refiere a los bienes que hay que producir se efectúa de modo muy sencillo. [60221] En segundo lugar, cada ciudadano llega al mercado con la mencionada renta, y pide a las personas que han asumido voluntariamente el papel de productores los bienes que él, el ciudadano, elige. [60222] En tercer lugar, los productores se someten con presteza a los dictados del ciudadano sobre este punto, siempre que dicho ciudadano acompañe su demanda de la voluntad de pagar, para cada bien, un precio igual al coste de producción del mismo. [60223] En el caso de un estado socialista, el método adecuado para determinar los bienes a producir sería, a grandes rasgos, sustancialmente idéntico. [60224] Es decir, el procedimiento adecuado sería, en general, el siguiente: [60225] (I) el estado garantizaría al ciudadano una renta monetaria dada, y (2) el estado autorizaría al ciudadano a que gastase su renta como quisiera, comprando bienes producidos por el estado -un procedimiento que autorizaría virtualmente al ciudadano a que dictase exactamente qué bienes habrían de producir las autoridades económicas del estado. [60226] Este artículo, en conjunto, constituye una defensa del método de orientar la producción en un estado socialista que acabamos de describir. [60227] Pero, en realidad, la defensa se divide en dos partes. [60228] La primera parte del presente artículo contiene la defensa directa, esto es, muestra las razones específicas que hacen de éste un método esencialmente correcto. [60229] En la segunda parte examinaremos un problema subordinado, esto es, un problema que las autoridades habrían de resolver antes de poder poner en práctica el plan de orientación de la producción que aquí se defiende. [60231] Esto por lo que se refiere a las tareas a realizar en el presente artículo. [60232] Antes de ponernos a ellas, hemos de dedicar un instante a la explicación del significado exacto del término "estado socialista" en el presente artículo. [60233] Entenderemos aquí por "estado socialista" un estado en el que el control del aparato productivo entero, así como la orientación de todas las operaciones productivas, se hallan en manos del propio estado. [60234] Dicho de otro modo, el estado ha de ser el único productor responsable, esto es, la única persona, física o jurídica, autorizada a emplear los recursos económicos de la comunidad, su stock o renta de factores primarios, en la producción de bienes. [60235] Como productor único, el estado mantiene relaciones de cambio con sus ciudadanos, comprándoles servicios productivos a cambio de dinero y vendiéndoles los bienes que produce. [60236] Teniendo presente este concepto de un estado socialista, demos comienzo a nuestra primera tarea, la de defender la afirmación que hicimos más arriba: [60237] en un estado socialista, el método adecuado para determinar los bienes que hay que producir consistiría en garantizar a cada ciudadano una renta monetaria y autorizarlo entonces a que pidiese al estado que produjera los bienes concretos que él -el ciudadano- deseara. [60238] Aquí, nuestro primer paso va a consistir en poner de relieve algunos detalles que habría que incluir en nuestro plan. [60239] En primer lugar, al describir el método adecuado de determinación de los bienes a producir como un método que empieza garantizando a cada ciudadano una cierta renta monetaria, damos por descontado, naturalmente, que esa garantía sólo existe bajo la condición de que se hayan satisfecho determinados requisitos fijados por el estado. [60241] Otro detalle de nuestro plan que hemos dado por descontado es que, al determinar las rentas monetarias que el estado garantiza en forma condicional a los ciudadanos, las autoridades del estado socialista habrán intentado, seria y honradamente, fijar dichas rentas de modo que representen la distribución de la renta total del estado que exige el interés de los ciudadanos, en general, y el del grupo como conjunto orgánico. [60242] Supuesta la existencia de este sistema de rentas socialmente correcto, se sigue necesariamente que los juicios de los ciudadanos por lo referente a la importancia relativa de los diversos bienes serían prácticamente juicios sociales y los precios de los bienes que de esos juicios surgiesen expresarían la importancia social de dichos bienes. [60243] Otra medida cuya adopción hemos dado por supuesta en un plan socialista de determinación de los bienes a producir es ésta: [60244] al decidir pedir o no la producción de un bien determinado, el ciudadano ha de tener una idea del precio que estaría obligado a pagar por dicho bien. [60245] Esto es indispensable, pues el ciudadano sería incapaz de llegar a una decisión sobre si desea o no comprar un bien dado como no tuviese ante él los datos necesarios para comparar la deseabilidad del susodicho bien con la detracción de su renta que supondría la adquisición del mismo. [60246] La última medida específica de un plan socialista correcto, por lo que a nuestro problema se refiere, sería ésta: [60247] al fijar el precio de venta de cualquier bien concreto, las autoridades económicas lo harían de forma que quedaran completamente cubiertos los costes de producción del mismo; y las autoridades entenderían por costes de producción del bien la detracción de los recursos económicos de la comunidad -su stock o renta de factores primarios- producida por la producción de dicho bien. [60248] Dado que el método descrito en la última frase del párrafo anterior desempeña un papel esencial en la elaboración del plan de orientación de la producción defendido como el más correcto en el presente artículo, he de añadir aquí dos o tres comentarios. [60249] En primer lugar, el término "factores primarios" sirve para designar los factores económicos de producción más allá de los cuales no intenta llegar el economista -como, por ejemplo, la tierra, la energía hidráulica, las materias primas originarias como minerales metálicos, las diversas clases de servicios del factor trabajo, etc. [60251] en particular, me interesan sobre todo la importancia genérica del factor de que se trate y la cantidad disponible del mismo. [60252] Dicho de otro modo, la importancia efectiva de un elemento es el grado de importancia que deberíamos tener en cuenta al decidir en qué forma vamos a actuar. [60253] Así, un individuo que se halle junto a un arroyo no tiene por qué ahorrar agua; [60254] por consiguiente, en esta situación el agua no tiene importancia efectiva para él. [60255] No obstante, si el mismo individuo se hallara perdido en el desierto, con una provisión de agua de un litro, se impondría la máxima parsimonia en el uso del agua; y la importancia efectiva de su stock de agua pasaría a ser inestimable. [60256] Hemos de hacer una tercera observación: [60257] cada uno de los numerosos factores primarios tiene su propio grado de importancia efectiva en el vasto complejo de procesos productivos en los que participa. [60258] La importancia efectiva de cada factor primario se deduce de la importancia de los innumerables bienes que se originan en dicho complejo de procesos productivos y queda determinada por ésta. [60259] Dado que la importancia efectiva de cada uno de los bienes se expresa en términos de valor monetario, la importancia respectiva de cada factor se expresará en forma análoga. [60261] Para determinar el coste de producción de un bien cualquiera -una máquina de coser, por ejemplo- sería necesario multiplicar la valoración de cada uno de los factores usados en la producción de dicha máquina por la cantidad respectiva de factor a emplear, sumando a continuación todos los productos obtenidos. [60262] Si el total fuera, por ejemplo, igual a treinta dólares, habría que decir que la producción de la máquina de coser suponía una detracción de los recursos de la comunidad por un importe de treinta dólares; o, en otras palabras, que el coste de la máquina, en términos de recursos, era igual a treinta dólares. [60263] Antes de abandonar el tema del coste en un estado socialista, he de hacer notar que el tipo de coste que acabamos de explicar -coste en términos de recursos- guarda, de hecho, una íntima relación con lo que en nuestro sistema llamamos a menudo coste en términos de gasto. [60264] En realidad, existen muy buenas razones para afirmar que, en el orden económico actual, ambos tipos de coste son, en esencia, una misma cosa, aunque puedan ser considerados -y etiquetados- desde dos puntos de vista completamente distintos. [60265] Para el productor - voluntario- del actual sistema económico, que ha de comprar los factores que emplea para producir una máquina de coser, el coste de producción de dicha máquina -treinta dólares- es un coste en términos de gasto. [60266] Por otra parte, para el economista que cree que el funcionamiento automático de la competencia atribuye a cada factor un precio que expresa con precisión suficiente la importancia efectiva de dicho factor en el proceso productivo global -para ese economista, el mismo coste de treinta dólares aparece como un coste en términos de recursos, una detracción de los recursos económicos de la sociedad, de treinta dólares. [60267] Esto por lo que se refiere al carácter general y a los detalles específicos del plan para determinar los bienes a producir, que defiendo como el único plan correcto que pueda adoptar una economía socialista. [60268] Ahora he de detenerme un instante para explicar las razones por las cuales un plan de este tipo es un plan sensato. [60269] En primer lugar, no hay duda de que el plan, a grandes rasgos, es el único que debería regir en un estado socialista. [60271] La primera medida daría la seguridad de que no se iban a sacrificar los intereses de los ciudadanos en general al interés particular de algunos individuos; [60272] la segunda evitaría que las particularidades de los gustos y necesidades de cada individuo fueran sacrificadas a la consecución de un cierto patrón de consumo fijado por un estado todopoderoso. [60273] He dicho que el plan propuesto para orientar la producción de bienes en un estado socialista, visto en su conjunto, es un plan esencialmente sensato. [60274] Por lo que se refiere a las medidas más específicas que he enumerado a continuación, voy a pasar por alto las tres primeras, considerando que no precisan ser defendidas, para centrarme directamente en la cuarta, según la cual las autoridades de nuestro estado socialista, al fijar el precio a pagar por ciudadano para cada bien, habían de hacerlo de modo que quedase completamente cubierto el coste de producción; debiendo interpretar el coste de producción de un bien determinado como su coste en términos de recursos, como la detracción del stock (o de la renta) de factores primarios de la comunidad debida a la producción de una unidad de dicho bien. [60275] ¿Es ésta una doctrina adecuada? [60276] ¿Obrarían correctamente las autoridades fijando el precio de venta de cualquier bien de acuerdo con el coste de producción del mismo, entendido en este sentido? [60277] Una respuesta afirmativa a esta pregunta es, sin duda alguna, la correcta. [60278] Una consideración es decisiva: [60279] el precio fijado a un nivel igual al del coste en términos de recursos sería el único consistente con el sistema de distribución de los ingresos que, según hemos supuesto, habría sido ya instaurado. [60281] Pero, dado que prácticamente todos los bienes que el ciudadano puede comprar- esto es, prácticamente todos los bienes de consumo -han de ser producidos, las autoridades estatales, al decidir que un ciudadano determinado ha de gozar de un cierto ingreso monetario- de dos mil dólares, por ejemplo- decide, virtualmente, que el susodicho ciudadano ha de poseer el derecho indiscutible de dictar a las autoridades económicas qué bienes han de producir con sus dos mil dólares de recursos productivos de la comunidad. [60282] De ello se sigue que las autoridades no podrían -actuando en forma consistente- fijar el precio de venta de nuestra hipotética máquina de coser a un nivel mayor que su coste en términos de recursos, igual a treinta dólares; porque de hacerlo así reducirían, en realidad, el ingreso monetario del ciudadano interesado, pese a haberse decidido con anterioridad que dicho ingreso monetario era precisamente el que le correspondía. [60283] Por otra parte, no es menos evidente que constituiría una inconsistencia por parte de las autoridades el fijar el precio de venta de la máquina de coser a un nivel inferior a su coste en términos de recursos; pues ello, en realidad, aumentaría el ingreso monetario del ciudadano interesado, pese a que, por hipótesis, dicho ingreso se hallaba ya en su justo valor. [60284] En la anterior discusión hemos llevado a cabo nuestra principal tarea, esto es, la defensa del procedimiento que he descrito como el único método adecuado para determinar los bienes a producir por parte de las autoridades de un estado socialista. [60285] A lo largo de la discusión se habrá ido viendo claramente por qué sería preciso que las autoridades de nuestro estado socialista resolviesen el llamado problema de imputación, es decir, el problema de averiguar la importancia efectiva de cada factor primario en el proceso productivo. [60286] Sin esta información, las autoridades se verían manifiestamente imposibilitadas para calcular el coste en términos de recursos de cualquier bien concreto; y, por consiguiente, serían incapaces de determinar el precio de venta correcto de la misma; por todo lo cual no podrían hacer uso del método de determinación de los bienes a producir que, según se mantiene en el presente artículo, es el único correcto. [60287] Pero no sólo sería preciso que las autoridades de un estado socialista resolviesen este problema de imputación como requisito previo a la adopción de este método concreto de orientación de la producción; [60288] podría ser que más de un economista pusiera en duda la posibilidad de resolver en absoluto dicho problema bajo las condiciones necesariamente reinantes en un estado socialista. [60289] Por ello, me siento obligado a detenerme un instante en mostrar que, de hecho, las autoridades socialistas serían perfectamente capaces de afrontarlo. [60291] Como preliminar obligado a la explicación del proceso mediante el cual podría emplearse el método de prueba y error para resolver el problema de la imputación, hemos de tener presente que, en cada momento, el stock -o renta- de cada factor primario disponible para el período de producción corriente habría de ser, necesariamente, una magnitud bastante definida. [60292] A menos que la cantidad disponible de un factor cualquiera se hallara determinada, pero fuera a la vez tan pequeña que, en conjunto, se hallase muy por debajo de las necesidades de dicho factor; [60293] en este caso, aunque podría tratarse de un factor de producción, no podría ser considerado un factor económico, de modo que no podría ser uno de los factores de los que hemos de ocuparnos ahora. [60294] Ahora, partiendo del supuesto de que la cantidad de cualquiera de los factores económicos disponible pata cualquier período de producción concreto se halla sustancialmente determinada, daré por supuesto que las autoridades de nuestro estado socialista, para tratar de averiguar la importancia efectiva de cada factor primario, adoptarán el siguiente procedimiento: [60295] elaborarán tablas de valoración de factores, dando a cada factor el valor que, a partir de estudios cuidadosos, crean que constituye la mejor aproximación a la valoración correcta que resulta posible hallar a priori. [60296] A continuación pasarán a desempeñar sus funciones como empresarios de todas las operaciones productivas como si los valores dados por las tablas provisionales fueran absolutamente correctos. [60297] Mientras tanto, vigilarían atentamente la aparición de resultados que pudiesen indicar que algunas de las valoraciones provisionales eran incorrectas. [60298] Si apareciesen resultados semejantes, llevarían a cabo las correcciones necesarias en las tablas de factores, disminuyendo los valores que hubieran demostrado ser demasiado elevados, elevando aquellos que hubiesen resultado demasiado bajos. [60299] Finalmente, repetirían el procedimiento hasta que no hubiesen más señales de divergencia con respecto a las valoraciones correctas. [60301] En este punto, la cuestión esencial es ésta: [60302] ¿Puede esperarse razonablemente la aparición de estas señales en cuanto cualquiera de las valoraciones de los factores resultara ser excesiva o insuficiente? [60303] No hay duda de que la respuesta correcta es la afirmativa. [60304] Si, al regular los procesos de producción, las autoridades empleasen para cualquier factor una valoración inadecuada, el hecho no tardaría en ponerse de manifiesto de modo inconfundible. [60305] Así, suponiendo que, en el caso de un determinado factor, la valoración dada al mismo en las tablas provisionales fuera demasiado elevada, ello llevaría necesariamente a las autoridades a mostrarse indebidamente ahorrativas en el uso de dicho factor; y ello, a su vez, sería causa de que la cantidad del factor disponible para el período productivo de que se tratase fuera mayor que la cantidad consumida durante dicho período. [60306] En otras palabras, una valoración excesiva de cualquier factor sería causa de la aparición de un excedente en el stock del factor existente al final del período productivo. [60307] Invirtiendo ahora nuestra hipótesis, supongamos que la valoración de un factor cualquiera atribuida en las tablas de factores era demasiado baja; [60308] ello llevaría forzosamente a las autoridades a excederse en el uso de dicho factor; y este comportamiento, a su vez, daría lugar a que la cantidad del factor disponible para la producción del período fuera menor que la cantidad pedida durante el período a la valoración provisional insuficiente. [60309] Dicho de otro modo, una valoración insuficiente de cualquier factor ocasionaría, sin duda alguna, un déficit en el stock de dicho factor. [60311] Parece indudable, a la vista del análisis anterior, que las autoridades de nuestro estado socialista no tendrían dificultades en saber si la valoración-tipo de un factor cualquiera resultaba excesiva o insuficiente. [60312] Y, sabiendo esto, el resto sería cosa fácil. [60313] Las autoridades procederían a reducir las valoraciones que hubiesen resultado ser excesivas y elevarían las que hubiesen resultado ser insuficientes. [60314] Finalmente, no tendrían dificultad alguna en repetir el proceso hasta que dejasen de aparecer excedentes y déficits; [60315] entonces podrían afirmar -con razón- que la valoración atribuida a cualquier factor constituía la expresión correcta de la importancia efectiva de dicho factor. [60316] De ahí se deduce que podemos estar seguros de que dichas autoridades serían capaces de calcular el coste en términos de recursos de producir cualquier clase de bien que pudiera pedir el ciudadano. [60317] Pero, puesto que la duda sobre este punto era la base principal para discutir la sensatez de la tesis central del presente artículo, me siento dispuesto a afirmar, de modo bastante dogmático, que, si las autoridades de un estado socialista adoptasen la igualdad entre el coste de producción, por una parte, y el precio de demanda del comprador, por otra, como prueba -y como única prueba correcta- de la necesidad de producir el bien en cuestión, podrían, bajo condiciones normales, desempeñar sus funciones como responsables inmediatos de la orientación de la producción con bien fundada confianza en que nunca usarían los recursos económicos puestos a su disposición de una forma que no fuese la correcta. [60318] LA DETERMINACIÓN DEL EQUILIBRIO EN UN MERCADO COMPETITIVO [60319] Veamos a continuación cómo el equilibrio económico se establece mediante prueba y error en un mercado competitivo. [60321] Las condiciones de equilibrio son dobles: [60322] ( A) Todas las unidades que participan en el sistema económico deben alcanzar sus posiciones máximas sobre la base de los precios de equilibrio, y ( B) Los precios de equilibrio están determinados por la condición de que la demanda de cada mercancía es igual a su oferta. [60323] A la primera la llamaremos condición subjetivay a la segunda condición objetiva. [60324] Estas dos condiciones, sin embargo, no determinan el equilibrio a menos que se les añada una tercera que expresa la organización social del sistema económico. [60325] En nuestro caso esta condición expresa que: ( C) Las rentas de los consumidores son iguales a los ingresos obtenidos de la venta de los servicios de los recursos productivos que poseen, más los beneficios empresariales (que son nulos en equilibrio) . [60326] Esta condición no es una condición de equilibrio en sentido estricto ya que se cumple independientemente de que el sistema económico esté o no en equilibrio [60327] . [60328] No obstante es necesario para que el equilibrio esté determinado. [60329] Analicemos estas tres condiciones A, By C; siendo Ay Blas condiciones de equilibrio sensu stricto. [60331] al maximizar su utilidad, beneficio o renta derivados de la posesión de recursos productivos. [60332] Los consumidores maximizan la utilidad total que obtienen de su renta al gastarla de manera que la utilidad marginal del total adquirido a cambio de una unidad de renta (expresado en dinero) sea igual para todas las mercancías. [60333] Al estar dadas las rentas y los precios (éstos son necesarios para determinar cuál es la cantidad total de una mercancía que se puede obtener a cambio de una unidad de renta), la demanda de bienes de consumo está determinada. [60334] Los productores maximizan su beneficio. [60335] El proceso de maximización del beneficio está compuesto de dos partes: ( a) la determinación de la combinación óptima de factores, y ( b) la determinación de la escala óptima de producción. [60336] La primera se alcanza combinando los factores de producción de manera que se iguale la productividad marginal de la cantidad de cada factor que puede adquirirse por una unidad monetaria . [60337] Dados los precios de los factores, con lo cual es posible determinar las cantidades de cada factor que se pueden obtener por una unidad monetaria, esta condición determina la curva de coste mínimo del productor. [60338] Dada esta curva, la escala óptima de producción se alcanza cuando el coste marginal se iguala al precio del producto (que está dado en el mercado). [60339] Así, pues, la producción de un productor individual y su demanda de factores de producción están determinadas. [60341] La determinación de la producción total de una industria se basa en otra propiedad del mercado competitivo, en la libertad de entrada de los productores en, y de salida de, cualquier industria. [60342] Esto hace que la producción total de una industria sea tal que el precio del producto iguale al coste medio [60343] de producción. [60344] Al estar dados el volumen de producción y la demanda de factores de producción por parte de cada productor y la producción total de una industria, queda determinada también la demanda total de factores por parte de una industria. [60345] De ahí que, dados los precios de los productos y de los factores, quedan determinadas la oferta de productos y la demanda de factores. [60346] Los poseedores de los factores originarios de la producción (trabajo, capital y recursos naturales) maximizan su renta vendiendo los servicios de estos recursos al mejor postor. [60347] Al estar dados los precios de los servicios de estos recursos, queda determinada su distribución entre las diferentes industrias . [60348] La condición subjetiva de equilibrio únicamente puede realizarse a partir de un conjunto dado de precios y de rentas de los consumidores. [60349] Los precios son considerados por las unidades como constantes independientes de su comportamiento. [60351] La condición C expresa que las rentas de los consumidores son iguales a sus ingresos derivados de la venta de los servicios de los factores originarios de la producción que poseen, más los beneficios empresariales. [60352] En virtud de esta condición las rentas de los consumidores están determinadas por los precios de los servicios de los factores originarios de la producción y por los beneficios de manera que, en última instancia, únicamente los precios permanecen como las variables que determinan la demanda y la oferta de mercancías. [60353] Suponiendo distintos conjuntos de precios, obtenemos las curvas de oferta y demanda. [60354] Ahora bien, la condición objetiva de equilibrio sirve para escoger un conjunto especial de precios que es el único que asegura la compatibilidad de las posiciones de máximo subjetivo de todos las unidades que participan en el sistema económico. [60355] Esta condición exige que la demanda y la oferta de cada mercancía sean iguales. [60356] Los precios que satisfacen esta condición son los precios de equilibrio. [60357] Si las curvas de oferta y demanda son representación de funciones monótonas existe solamente un conjunto de precios que satisfaga la condición objetiva de equilibrio; [60358] en otro caso, puede existir una solución múltiple, pero alguno de los conjuntos de precios obtenidos representan un equilibrio inestable. [60359] Ésta es la solución teórica del equilibrio en un mercado competitivo. [60361] La solución por prueba y error se basa en lo que podríamos denominar la función paramétrica de los precios, es decir, en el hecho de que, aunque los precios sean el resultado del comportamiento de todas las unidades en el mercado, cada unidad por separado considera los precios que rigen en el mercado como datos a los que ella misma tiene que ajustarse. [60362] Cada unidad intenta explotar la situación del mercado con la que se enfrenta y que no puede controlar. [60363] Así, pues, los precios del mercado son parámetros que determinan el comportamiento de las unidades. [60364] El valor de equilibrio de estos parámetros está determinado por la condición objetiva de equilibrio. [60365] Tal como Walras ha demostrado de manera tan brillante, este valor se alcanza por una serie de pruebas sucesivas ( tâtonnements). [60366] Consideremos para empezar un conjunto de precios obtenido de manera aleatoria(por ejemplo, extrayendo números de una urna). [60367] Basándose en este conjunto aleatoriode precios (los prix criés par hasardde Walras) las distintas unidades satisfacen su condición subjetiva de equilibrio y alcanzan sus posiciones máximas. [60368] Para cada mercancía se establece una cantidad demandada y una cantidad ofrecida. [60369] Ahora es cuando interviene la condición objetiva de equilibrio. [60371] Si, por el contrario, las cantidades demandadas y las cantidades ofrecidas son distintas, la concurrencia de los compradores y de los vendedores alterará los precios. [60372] Los precios de aquellas mercancías cuya demanda excede su oferta aumentarán, mientras que los precios de las mercancías que se hallan en situación inversa disminuirán. [60373] El resultado de este proceso es un nuevoconjunto de precios, que sirve como base nueva en la lucha de las diversas unidades por alcanzar su condición subjetiva de equilibrio. [60374] Una vez lograda la condición subjetiva de equilibrio, obtenemos un nuevo conjunto de cantidades demandadas y ofrecidas. [60375] Si la demanda y la oferta no son iguales para cada mercancía, los precios vuelven a cambiar y obtenemos otroconjunto de precios que de nuevo sirve como base para una nueva ordenación de las elecciones; y así obtenemos un nuevo conjunto de cantidades demandadas y ofrecidas. [60376] El proceso continúa de esta manera hasta que se satisface la condición objetiva de equilibrio y se alcanza finalmente el equilibrio . [60377] En la realidad son los precios dados históricamente los que sirven como base en el proceso de pruebas sucesivas. [60378] Tenemos que pedir disculpas al lector por haber ocupado su atención con esta exposición elemental de los fundamentos de la teoría del equilibrio económico. [60379] Pero el mismo hecho de que se haya negado la posibilidad de determinar los precios (entendidos en el sentido amplio de "términos bajo los cuales se ofrecen las alternativas") en una economía socialista parece indicar que el significado de estos elementos básicos no ha sido plenamente comprendido. [60381] Aquellos beneficios que no se anulan en equilibrio, debido a que la habilidad empresarial es un factor de producción escaso, pueden considerarse convenientemente como ingresos producidos por la venta de los recursos productivos (es decir, de las habilidades empresariales). [60382] Expresado en términos matemáticos: esta condición es una identidad y no una igualdad. [60383] El término "individual" se emplea aquí con el significado amplio de Wirtschaftssubjektcon el fin de incluir también las unidades colectivas (es decir, las empresas familiares y las sociedades por acciones). [60384] Esta afirmación debe corregirse si en la producción se emplean factores limitativos. [60385] Existen dos clases de factores limitativos, según que la cantidad del factor limitativo que debe emplearse en la producción sea función de la cantidad de producto que deseamos obtener, o de la cantidad empleada de otro factor. [60386] Si se emplean factores limitativos del primer tipo la afirmación del texto es válida para los factores sustitutivos, estando determinada la cantidad de factores limitativos necesarios por la escala de producción escogida. [60387] Si se emplean factores limitativos del segundo tipo, la productividad marginal de los factores sustitutivos debe ser proporcional a sus precios más el gasto marginal debido a los factores limitativos que es función del factor sustitutivo en cuestión; [60388] en consecuencia, la cantidad de factores limitativos necesaria está determinada por la cantidad de factores sustitutivos empleados. [60389] Tord Palander me ha señalado la existencia del segundo tipo de factores limitativos. [60391] Con el fin de simplificar la exposición dejaremos de lado el hecho de que la cantidad de recursos disponibles, en lugar de ser constante, puede depender de su precio. [60392] En consecuencia, la oferta total de trabajo puede ser función de la tasa de salario. [60393] Igual criterio se aplica con respecto al capital cuya cantidad puede considerarse constante a corto plazo, mientras que a largo plazo la tasa de interés indudablemente afecta al ahorro. [60394] En un equilibrio a largo plazo la cantidad de capital está determinada por la condición de que la tasa de su productividad marginal neta sea igual al tipo de interés y a la preferencia temporal de los individuos (que puede ser, y probablemente es, nula). [60395] Véanse los artículos del autor. [60396] Si las funciones de demanda y oferta no son monótonas, la primera debe tener una rama creciente y la segunda una rama decreciente. [60397] La demanda puede ser una función creciente del precio en el caso de mercancías competitivas y, como Walras ha demostrado, la oferta puede ser una función decreciente del precio cuando la mercancía en cuestión tiene una utilidad personal para el vendedor. [60398] Si la demanda es una función creciente del precio o la oferta una función decreciente pueden existir soluciones múltiples incluso en el caso de que estas funciones sean monótonas. [60399] Sin embargo, se trata de casos muy excepcionales. [60401] Sin embargo, dado que un cambio en la cantidad ofrecida requiere generalmente, para efectuarse, el transcurso de un determinado período de tiempo, es necesario matizar nuestra afirmación. [60402] En las industrias en las que los cambios del volumen de producción pueden efectuarse de un modo más o menos continuo, mediante la variación de algunos factores de producción mientras los demás permanecen invariables y mediante la variación, a medida que transcurre el tiempo, del número de factores que se hace variable, el proceso de adaptación viene determinado por una familia de curvas de oferta (y coste) a corto plazo. [60403] Cuando se da este tipo de adaptación, que puede denominarse Marshalliana cada precio sucesivo está más próximo del precio de equilibrio. [60404] Pero en los casos en que la producción solamente puede variarse por saltos, como en el caso de las cosechas, entra en acción el mecanismo descrito por el teorema de la telaraña y las pruebas sucesivas permiten aproximarse del equilibrio sólo bajo condiciones especiales. [60405] Sin embargo, parece que el tipo de adaptación Marshalliano es el dominante. [60406] EL MÉTODO DE PRUEBA Y ERROR EN UNA ECONOMÍA SOCIALISTA [60407] Con el fin de discutir el método de asignación de recursos en una economía socialista, tenemos que determinar el tipo de sociedad socialista en la que pensamos. [60408] El simple hecho de la propiedad pública de los medios de producción no basta para definir el sistema de distribución de los bienes de consumo y la asignación de la gente a las diversas ocupaciones, ni tampoco los principios que guían la producción de mercancías. [60409] Supongamos en primer lugar que se conserva la libertad de consumo y la libertad de elección de ocupación y que las preferencias de los consumidores, expresadas por sus precios de demanda, constituyen los criterios que guían la producción y la asignación de recursos. [60411] En el sistema socialista que hemos descrito tenemos un mercado puro (en el sentido institucional de la palabra) de bienes de consumo y de servicios del trabajo. [60412] Pero no existe un mercado para los bienes de capital y para los recursos productivos que no sean trabajo . [60413] Los precios de los bienes de capital y de los recursos productivos aparte del trabajo son, pues, precios en el sentido generalizado del término, es decir, meros índices de las alternativas disponibles, fijados para fines contables. [60414] Veamos ahora cómo se determina el equilibrio económico en este sistema. [60415] Al igual que en un régimen competitivo individualista, la determinación del equilibrio se subdivide en dos partes. [60416] (A) A partir de unos índices dados de las alternativas (que son precios de mercado para los bienes de consumo y los servicios del trabajo y precios contables en todos los demás casos) tanto las unidades que forman parte del sistema como consumidores y poseedores de los servicios del trabajo como los directores de la producción y de los recursos originarios fuera del trabajo (es decir, del capital y de los recursos naturales) llevan a cabo sus decisiones de acuerdo con ciertos principios. [60417] Estos directores se supone que son funcionarios públicos. [60418] (B) Los precios (tanto de mercado como contables) están determinados por la condición de que la cantidad demandada de cada mercancía sea igual a la cantidad ofrecida. [60419] Las condiciones que determinan las decisiones en el caso A constituyen la condición subjetiva de equilibrio, mientras que en el caso B representan la condición objetiva de equilibrio. [60421] Como los recursos productivos fuera del trabajo son de propiedad pública, las rentas de los consumidores son ajenas a la propiedad de estos recursos y la forma de la condición C (la organización social) viene determinada por los principios de formación de la renta adoptados. [60422] La posibilidad de determinar la condición C de distintas maneras concede a la sociedad socialista un margen de libertad considerable en la cuestión de la distribución de la renta. [60423] Sin embargo, la necesidad de mantener libre la elección de ocupación limita el uso arbitrario de esta libertad, puesto que debe existir alguna conexión entre la renta de un consumidor y los servicios del trabajo por él prestados. [60424] Parece, pues, conveniente, considerar la renta de los consumidores como compuesta de dos partes: una parte representa los ingresos recibidos por los servicios del trabajo prestados y la otra un dividendo social que constituye la participación individual en la renta derivada del capital y de los recursos naturales poseídos por la sociedad. [60425] Suponemos que la distribución del dividendo social se basa en determinados principios, reservando el contenido de estos principios para una posterior discusión. [60426] Así, pues, la condición C queda determinada y fija las rentas de los consumidores en términos de los precios de los servicios del trabajo y del dividendo social el cual, a su vez, puede considerarse determinado por el rendimiento total del capital y de los recursos naturales y por los principios adoptados para distribuir este rendimiento [60427] . [60428] Consideremos la condición subjetiva de equilibrio en una economía socialista: [60429] Supuesta la libertad de elección en el consumo, [60431] Dados las rentas de los consumidores y los precios de los bienes de consumo, la demanda de los bienes de consumo está determinada. [60432] Las decisiones de los directores de producción ya no están guiadas por el objetivo de maximizar el beneficio. [60433] En su lugar, el Departamento de Planificación Central, que pretende satisfacer las preferencias de los consumidores de la mejor manera posible, les impone determinadas reglas. [60434] Estas reglas determinan la combinación de los factores de producción y la escala de producción. [60435] Una regla debe imponer la elección de la combinación de los factores que minimice el coste medio de producción. [60436] Esta regla conduce a que los factores se combinen de tal manera que la productividad marginal del total de cada factor cuyo valor es la unidad monetaria sea igual para todos los factores. [60437] Esta regla concierne a cualquiera que tome decisiones que incluyan el problema de la combinación óptima de factores, es decir, a los directores responsables de las plantas ya existentes y en funcionamiento y a los ocupados en la construcción de nuevas plantas. [60438] Una segunda regla determina la escala de producción al señalar que la producción tiene que fijarse de manera que el coste marginal se iguale al precio del producto. [60439] Esta regla concierne a dos clases de personas. [60441] La primera regla, a quienquiera que concierna, y la segunda regla cuando concierne a los directores de las plantas, realizan la misma función que la aspiración del productor privado a maximizar sus beneficios en un sistema competitivo, cuando los precios de los factores y del producto son independientes de la cantidad de cada factor que utiliza y de su escala de producción. [60442] Todavía queda por determinar la producción total de una industria. [60443] Esto se consigue concerniendo también en la segunda regla a los directores de una industria en su totalidad (por ejemplo, a los directores de la Empresa Nacional del Carbón) para los cuales representará el principio que les guiará en sus decisiones de expansionar una industria (mediante la construcción de nuevas plantas o la ampliación de las antiguas) o de reducirla (no reponiendo las plantas depreciadas). [60444] Así pues, cada industria debe producir exactamente tanta cantidad de una mercancía como pueda vender o "dar razón de" a otra industria al precio que iguala al coste marginal en que incurre la industria al producir esta cantidad. [60445] El coste marginal en que incurre una industria es el coste que soporta esta industria (no una planta particular) al llevar a cabo el proceso necesario para obtener una unidad adicional de producto empleando la combinación óptima de factores. [60446] Este concepto puede incluir el coste de construir nuevas plantas o de ampliar las antiguas. [60447] Al concernir a los directores de una industria, la segunda regla realiza la función que en un régimen de libre competencia lleva a cabo la libertad de entrada de una empresa en una industria o la libertad de salida de ella, es decir, determina la producción de una industria. [60448] Sin embargo, esta segunda regla tiene que cumplirse con independencia de si el coste medio se cubre o no, incluso en el caso de que produzca pérdidas en determinadas plantas o industrias. [60449] Ambas reglas pueden expresarse en forma de una simple petición para que se emplee siempre el método de producción (es decir, la combinación de factores) que minimice el coste medio y para que se produzca la cantidad de cada servicio o mercancía que iguale el coste marginal al precio del producto, petición dirigida a quien sea responsable de la decisión particular que haya que tomarse. [60451] Para que los directores de producción puedan seguir estas reglas, los precios de los factores y de los productos deben, evidentemente, estar dados. [60452] En el caso de los bienes de consumo y de los servicios del trabajo, los precios están determinados en el mercado; en todos los demás casos están fijados por el Departamento de Planificación Central. [60453] Dados estos precios la oferta de productos y la demanda de factores están determinadas. [60454] Las razones que justifican la adopción de las dos reglas mencionadas son obvias. [60455] Dado que los precios son índices de los términos bajo los cuales se ofrecen las alternativas, este método de producción que minimizará los costes medios minimizará también las alternativas sacrificadas. [60456] Así, pues, la primera regla significa simplemente que cada mercancía debe ser producida con un sacrificio de alternativas mínimo. [60457] La segunda regla es una consecuencia necesaria de seguir las preferencias de los consumidores. [60458] Expresa que la significación marginal de cada preferencia que se satisface tiene que ser igual a la significación marginal de las preferencias alternativas cuya satisfacción se sacrifica. [60459] Si no se observase la segunda regla se satisfarían ciertas preferencias de segundo orden mientras que quedarían insatisfechas preferencias de primer orden. [60461] Para el capital y los recursos de propiedad pública el Departamento de Planificación Central tiene que fijar un precio con la estipulación de que estos recursos pueden destinarse solamente a las industrias que son capaces de pagar", o mejor de "dar razón de", este precio. [60462] Ésta es una consecuencia de seguir las preferencias de los consumidores. [60463] Dados los precios de los factores originarios de la producción, su distribución entre las diferentes industrias está también determinada. [60464] La condición subjetiva de equilibrio solamente puede realizarse cuando los precios están dados. [60465] Esto también es cierto por lo que hace a las decisiones de los directores de producción y de los recursos productivos en régimen de propiedad pública. [60466] Solamente en el caso de que los precios estén dados pueden ser determinados la combinación de factores que minimiza el coste medio, la producción que iguala el coste marginal al precio del producto y la mejor asignación de los factores originarios. [60467] Pero si no existe mercado (en el sentido institucional de la palabra) para los bienes de capital y para los factores originarios de la producción a excepción del trabajo, ¿pueden determinarse objetivamente sus precios? ¿Los precios fijados por el Departamento de Planificación Central no serán necesariamente arbitrarios? Si es así, su carácter arbitrario les privará de cualquier significación económica como índices de los términos bajo los cuales se ofrecen las alternativas. [60468] Ésta es, realmente, la opinión del profesor Mises. [60469] Y de esta opinión participa Cole, quien dice: "Una economía no planificada, en la cual cada empresario toma sus decisiones con independencia de los demás, confronta evidentemente a cada empresario con una estructura de costes ampliamente dada, representada por el nivel actual de los salarios, la renta de la tierra y el interés... [60471] Pueden imputarse los costes en la medida que se desee... [60472] Pero estos costes imputados no son objetivos, sino que son costes fiat determinados por la política social del Estado". [60473] Sin embargo, este punto de vista es fácil de refutar apelando a los propios elementos de la teoría de los precios. [60474] ¿Por qué existe una estructura objetiva de precios en un mercado competitivo? [60475] Porque, a consecuencia de la función paramétrica de precios, existe generalmente sólo un conjunto de precios que satisface la condición objetiva de equilibrio, es decir, que iguala la oferta y la demanda de cada mercancía. [60476] En una economía socialista puede obtenerse la misma estructura objetiva de precios si se conserva la función paramétrica de precios. [60477] En un mercado competitivo la función paramétrica de precios deriva del hecho de que el número de unidades que compiten es demasiado elevado para permitir a alguna de ellas influir sobre los precios merced a su propia manera de actuar. [60478] En una economía socialista, al estar centralizada la producción y la propiedad de los recursos productivos aparte del trabajo, los directores ciertamente pueden influir y sin duda influyen sobre los precios mediante sus decisiones. [60479] Por lo tanto, la función paramétrica de los precios debe imponerla sobre ellos el Departamento de Planificación Central como una regla contable. [60481] Para fines contables, los precios deben tratarse como constantes, tal como son tratados por los empresarios en un mercado competitivo. [60482] La técnica para alcanzar este fin es muy simple: el Departamento de Planificación Central debe fijar los precios y velar para que todos los directores de las plantas, industrias y recursos lleven su contabilidad a base de los precios fijados por el Departamento de Planificación Central, no tolerando el empleo de otra contabilidad. [60483] Una vez se ha adoptado la función paramétrica de precios como regla contable, la estructura de precios viene establecida por la condición objetiva de equilibrio. [60484] Para cada conjunto de precios y de rentas de los consumidores se ofrece y demanda una cantidad definida de cada mercancía. [60485] La condición C determina las rentas de los consumidores a partir de los precios de los factores originarios de la producción y de los principios adoptados para la distribución del dividendo social. [60486] Dados estos principios, los precios solos constituyen las variables que determinan la demanda y la oferta de mercancías. [60487] La condición de que para cada mercancía la cantidad demandada y la cantidad ofrecida ha de ser igual sirve para seleccionar los precios de equilibrio que solos aseguran la compatibilidad de todas las decisiones tomadas. [60488] Cualquier precio distinto del precio de equilibrio presentará al final del ejercicio contable un excedente o un déficit de la mercancía en cuestión. [60489] Así, pues, en una economía socialista, los precios contables, lejos de ser arbitrarios, tienen el mismo carácter objetivo que los precios de mercado en un régimen competitivo. [60491] Como generalmente sólo existe un conjunto de precios que satisfaga la condición objetiva de equilibrio, tanto los precios de los productos como los costes [60492] están unívocamente determinados. [60493] Nuestro estudio sobre la determinación de los precios de equilibrio en una economía socialista ha mostrado que el proceso de determinación del precio es completamente análogo al que tiene lugar en un mercado competitivo. [60494] El Departamento de Planificación Central realiza la función del mercado. [60495] Es él quien establece las reglas para combinar los factores de producción y elegir la escala de producción de una planta, para determinar la producción de una industria, para la asignación de recursos y para el uso paramétrico de los precios en la contabilidad. [60496] Por último, fija los precios de modo que se equilibre la cantidad demandada y ofrecida de cada mercancía. [60497] De ahí que la sustitución de las funciones del mercado por la planificación es perfectamente posible y viable. [60498] Dos problemas requieren una atención especial. [60499] El primero se refiere a la determinación de la distribución óptima del dividendo social. [60501] Si determinadas ocupaciones recibieran un mayor dividendo social que otras, el trabajo se desviaría hacia las ocupaciones que recibieran un mayor dividendo. [60502] Así, pues, la distribución del dividendo social debe ser de tal manera que no interfiera la distribución óptima de los servicios del trabajo entre las diferentes industrias y ocupaciones. [60503] La distribución óptima es aquella que iguala las diferencias de valor del producto marginal de los servicios del trabajo en las diferentes industrias y ocupaciones a las diferencias de desutilidad marginal [60504] que engendra el trabajar en estas industrias u ocupaciones. [60505] Esta distribución de los servicios del trabajo nace automáticamente cuando los salarios son la única fuente de renta. [60506] Por lo tanto, el dividendo social debe ser distribuido de modo que no ejerza ninguna influencia en la elección de ocupación. [60507] El dividendo social pagado a un individuo debe ser completamente independiente de su elección de ocupación. [60508] Por ejemplo, puede dividirse en partes iguales entre cada miembro de la sociedad, o distribuirse de acuerdo con la edad o con el número de miembros de la familia o con cualquier otro principio que no afecte la elección de ocupación. [60509] El otro problema consiste en la determinación del tipo de interés. [60511] En el primer caso el total de capital se considera constante y el tipo de interés está simplemente determinado por la condición de que la demanda de capital sea igual al total disponible. [60512] Cuando el tipo de interés se estableciese demasiado bajo, el sistema bancario socializado sería incapaz de satisfacer la demanda de capital por parte de las industrias; cuando el tipo de interés fuese demasiado alto quedaría un excedente de capital disponible para la inversión. [60513] Sin embargo, a largo plazo el volumen de capital puede aumentarse mediante un proceso de acumulación. [60514] Si la acumulación del capital se realiza "colectivamente" antes de distribuir el dividendo social entre los individuos, la tasa de acumulación puede ser determinada arbitrariamente por el Departamento de Planificación Central. [60515] El Departamento de Planificación Central probablemente pretenderá acumular lo suficiente para conseguir que la productividad marginal neta del capital sea cero, objetivo nunca alcanzado debido al progreso técnico (nuevos procedimientos que permiten ahorrar mano de obra), al crecimiento de la población, al descubrimiento de nuevos recursos naturales y, posiblemente, debido a la desviación de la demanda hacia las mercancías producidas con métodos que emplean mayor intensidad de capital. [60516] Sin embargo, la tasa, es decir, la velocidad, a la que crece la acumulación, es arbitraria. [60517] La arbitrariedad de la tasa de acumulación de capital efectuada "colectivamente" significa simplemente el modo como el Departamento de Planificación Central, y no los consumidores, valora la estructura temporal óptima de la corriente de renta. [60518] Se puede afirmar, evidentemente, que esto implica una disminución del bienestar de los consumidores. [60519] Esta dificultad solamente podría superarse limitando toda la acumulación al ahorro de los individuos. [60521] . [60522] La discusión de este punto se aplaza hasta más adelante. [60523] Una vez tratada la determinación teórica del equilibrio económico en una sociedad socialista, veamos de qué modo puede determinarse el equilibrio mediante un método de prueba y error semejante al de un mercado competitivo. [60524] Este método de prueba y error se basa en la función paramétrica de precios. [60525] Partimos de un conjunto dado de precios elegido aleatoriamente por el Departamento de Planificación Central. [60526] Todas las decisiones de los directores de producción y de los recursos productivos de propiedad pública y también todas las decisiones de los individuos como consumidores y como oferentes de trabajo se determinan sobre la base de estos precios. [60527] A consecuencia de estas decisiones queda determinada la cantidad demandada y ofrecida de cada mercancía. [60528] Si la cantidad demandada de una mercancía no es igual a la cantidad ofrecida, el precio de esta mercancía tiene que cambiarse. [60529] Tiene que aumentarse si la demanda es mayor que la oferta y reducirse en caso contrario. [60531] A través de este proceso de prueba y error los precios de equilibrio quedan, finalmente, determinados. [60532] Es evidente que en la realidad el proceso de prueba y error partiría de los precios dados históricamente, con lo cual sólo se necesitaría realizar con cierta frecuencia ajustes relativamente pequeños con respecto a estos precios, sin tener que elaborar un sistema de precios enteramente nuevos. [60533] Este proceso de prueba y error ha sido excelentemente descrito por el fallecido profesor Fred M. Taylor. [60534] Éste supone que los dirigentes de una economía socialista asignarán valores provisionales a los factores de producción (al igual que a todas las demás mercancías). [60535] Y prosigue de la siguiente manera: Si, al regular los procesos de producción, las autoridades empleasen para cualquier factor una valoración inadecuada, el hecho no tardaría en ponerse de manifiesto de un modo inconfundible. [60536] Así, suponiendo que, en el caso de un determinado factor, la valoración... fuera demasiado elevada, ello llevara necesariamente a las autoridades a mostrarse indebidamente ahorrativas en el uso de dicho factor; y ello, a su vez, sería causa de que la cantidad del factor disponible para el período productivo de que se tratase fuera mayor que la cantidad consumida durante dicho período. [60537] En otras palabras, una valoración excesiva de cualquier factor sería causa de la aparición de un excedente en el stock del factor existente al final del período productivo. [60538] Igualmente, una valoración demasiado baja causaría un déficit en las existencias de este factor. [60539] "Excedente o déficit -uno de ellos sería el resultado de cada valoración errónea de un factor". [60541] Así, pues, en una economía socialista los precios contables pueden ser determinados mediante el mismo procedimiento de prueba y error por el cual se determinan los precios en un mercado competitivo. [60542] Para determinar los precios, el Departamento de Planificación Central no necesita poseer "listas completas de las distintas cantidades de todas las mercancías que serían compradas a cualquier posible combinación de precios de las diferentes mercancías disponibles". [60543] Y tampoco tiene que resolver los cientos de miles (tal como espera el profesor Hayek) o millones (como pretende el profesor Robbins) de ecuaciones. [60544] Las únicas "ecuaciones" que habría que "resolver" serían las de los consumidores y directores de producción. [60545] Éstas son exactamente las mismas "ecuaciones" que se "resuelven" en el sistema de economía de mercado y las personas que las "resuelven" son también las mismas. [60546] Los consumidores "resuelven" las ecuaciones mediante el gasto de su renta con el fin de obtener la máxima utilidad total; y los directores de producción las "resuelven" al encontrar la combinación de factores que minimiza d coste medio y la escala de producción que iguala el coste marginal al precio del producto. [60547] Éstos las "resuelven" por un procedimiento de prueba y error, realizando (o imaginando) pequeñas variaciones en el margen, tal como Marshall acostumbraba a decir, y comprobando qué efectos tienen estas variaciones bien sobre la utilidad total o sobre el coste de producción. [60548] Y sólo algunos de ellos son licenciados en matemáticas. [60549] Los mismos profesores Hayek y Robbins "resuelven" diariamente cientos de ecuaciones, por ejemplo, al comprar una periódico o al decidir ir a comer a un restaurante, y es de suponer que para ello no emplean determinantes ni Jacobianos. [60551] Exactamente el mismo tipo y número de "ecuaciones", ni más ni menos, tienen que "resolverse" en una economía socialista y en una economía capitalista, y son exactamente las mismas personas, los consumidores y los directores de las plantas de producción, quienes tienen que "resolverlas". [60552] Tampoco se necesitan matemáticas para establecer los precios que sirven como parámetros a las personas que tienen que "resolver las ecuaciones". [60553] En este caso tampoco se necesita ningún conocimiento de las funciones de oferta y demanda. [60554] Los precios correctos se descubren simplemente vigilando las cantidades demandadas y las cantidades ofrecidas y aumentando el precio de una mercancía o servicio cuando existe un exceso de demanda con respecto a la oferta y disminuyéndolo en el caso contrario, hasta que, por prueba y error, se encuentra el precio al que se equilibran demanda y oferta. [60555] Tal como hemos visto, no existe la mínima razón para que en una economía socialista no sea viable un procedimiento de prueba y error, como el de un mercado competitivo, para determinar los precios contables de los bienes de capital y de los recursos productivos de propiedad privada. [60556] En realidad, parece que este procedimiento de prueba y error funcionaría, o al menos podría funcionar, mucho mejor en una economía socialista que en un mercado competitivo. [60557] Esto es debido a que el Departamento de Planificación Central tiene un conocimiento mucho más vasto de lo que está ocurriendo en el conjunto del sistema económico que el que el empresario privado pueda jamás poseer y, en consecuencia, puede ser capaz de alcanzar los precios de equilibrio mediante una serie mucho más corta de pruebas sucesivas. [60558] La afirmación de que en una economía socialista los precios contables de los bienes de capital y de los recursos productivos de propiedad pública no puede determinarse objetivamente, bien porque teóricamente es imposible, o porque no puede disponerse de un procedimiento de prueba y error adecuado, es insostenible. [60559] En 1911 el profesor Taussig clasificó la afirmación de que "los bienes no pueden valorarse" entre las objeciones al socialismo que tienen "poco peso". [60561] En la literatura anterior a 1914 se empleaban los términos socialismo y colectivismo para designar un sistema socialista tal como el que hemos descrito, mientras que la palabra comunismo se empleaba para calificar sistemas más centralizados. [60562] La definición clásica de socialismo (y de colectivismo) era la de un sistema que solamente socializaba la producción, mientras el comunismo se caracterizaba por socializar tanto la producción como el consumo. [60563] Actualmente estas palabras han pasado a ser términos políticos con connotaciones especiales. [60564] Para simplificar el problema suponemos que todos los medios de producción son de propiedad pública. [60565] No es necesario decir que en cualquier comunidad socialista real tiene que existir un gran número de medios de producción de propiedad privada (poseídos, por ejemplo, por agricultores, artesanos, y pequeños empresarios). [60566] Pero este hecho no introduce ningún problema teórico nuevo. [60567] Al formular la condición c hay que tener en cuenta la acumulación del capital La acumulación del capital puede realizarse o bien "corporativamente', deduciendo una determinada parte de la renta nacional antes de distribuir el dividendo social, o bien puede dejarse en función de los ahorros individuales, o bien pueden combinarse ambos métodos. [60568] Pero no hay duda de que la acumulación "corporativa" debe constituir la forma dominante de acumulación del capital en una economía socialista. [60569] Evidentemente puede existir un sector de consumo socializado cuyo coste se sufraga mediante impuestos. [60571] Pero este problema no engendra ninguna dificultad teórica y se puede dejar de lado. [60572] Puesto que en la práctica este coste marginal no es una función continua del volumen de producción, tenemos que comparar el coste de cada factor indivisible adicional con los ingresos separados del producto adicional que se obtiene de esta manera. [60573] Por ejemplo, en un sistema ferroviario, en la medida en que existan vagones que no se utilicen, el coste de ponerlos en circulación tiene que compararse con los ingresos adicionales que se conseguirán con ello. [60574] Cuando todos los vagones disponibles se emplean a plena capacidad, el coste de construir y poner en circulación nuevos vagones (y máquinas) tiene que compararse con los ingresos adicionales que se esperan obtener con ello. [60575] Por último, la cuestión referente a un nuevo tendido de carriles se decide merced al mismo principio. [60576] Sin embargo, el resultado de seguir tal regla coincide con el resultado obtenido en condiciones de libre competencia solamente en el caso de que se den rendimientos constantes para la industria (es decir, una función de producción homogénea de primer grado). [60577] En este caso el coste marginal en el que incurre la industria es igual al coste medio. [60578] En todos los demás casos los resultados son distintos, porque en condiciones de libre competencia la producción de una industria es aquella que permite la igualación del coste medio y el precio del producto, mientras que de acuerdo con nuestra regla es el coste marginal de la industria el que debe ser igual al precio. [60579] Esta diferencia representa beneficios por parte de la industria cuyo coste marginal es mayor que el coste medio y pérdidas para las industrias que se hallen en la situación opuesta. [60581] Hayek sostiene que seria imposible determinar el valor de los instrumentos duraderos de producción porque, debido a los cambios, "el valor de la mayoría de los instrumentos de producción más duraderos tiene poco o nada que ver con el coste de su producción". [60582] Es completamente cierto que el valor de estos instrumentos duraderos es en esencia una cuasi-renta capitalizada y, por lo tanto, sólo puede determinarse una vez se conoce el precio al que podrá venderse el producto. [60583] Pero no existe ninguna razón que justifique que el precio del producto esté menos determinado en una economía socialista que en un mercado competitivo. [60584] Los directores de la planta industrial en cuestión tienen simplemente que tomar el precio fijado por el Departamento de Planificación central como base para sus cálculos. [60585] El Departamento de Planificación Central fijará estos precios de modo que se satisfaga la condición objetiva de equilibrio, exactamente igual que en un mercado competitivo. [60586] Sin embargo, en ciertos casos puede darse una solución múltiple. [60587] Sólo cuenta la desutilidad relativa de las diferentes ocupaciones. [60588] La desutilidad absoluta puede ser nula o incluso negativa. [60589] Al incorporar el ocio, la seguridad, el carácter más o menos agradable del trabajo, etc., en las escalas de preferencia, todos los costes de traba; o pueden expresarse como costes de oportunidad. [60591] Los servicios del trabajo deben asignarse de modo que el valor de su producción conjunta marginal sea la misma en todas las industrias y ocupaciones. [60592] Si la cantidad total de trabajo realizado no está limitada por un texto legal o existe una regla consuetudinaria que regula las horas de trabajo, etc., el valor del producto marginal de los servicios del trabajo en cada ocupación tiene que ser igual a la desutilidad marginal. [60593] Si se emplea algún factor limitativo, es la productividad marginal neta de los servicios del trabajo (obtenida deduciendo del producto marginal el gasto implicado en los factores limitativos) el que tiene que satisfacer la condición expresada en el texto. [60594] Estos cambios, sin embargo, aunque muy frecuentes, también pueden actuar en dirección opuesta y disminuir la productividad marginal neta del capital debido al riesgo intrínseco de obsolescencia. [60595] Evidentemente, los consumidores permanecen libres de ahorrar la parte de su renta (que realmente les es pagada desde fuera) que deseen, y los bancos socializados podrían pagar un interés por estos ahorros. [60596] En realidad, lo tendrían que hacer con el fin de evitar el atesoramiento. [60597] Pero este tipo de interés no tendría necesariamente ninguna relación con la productividad marginal neta del capital. [60598] Seria completamente arbitrario. [60599] Para reducir el número de pruebas necesarias puede ser de gran utilidad un conocimiento de las funciones de oferta y demanda que nos ofrece la estadística, sobre la que Dickinson quiere basar el establecimiento de los precios de los bienes en una economía socialista, pero tal conocimiento, aunque útil, no es necesario para hallar los precios de equilibrio. [60601] En tales casos el Departamento de Planificación, con e} fin de evitar tales fluctuaciones, tendría que establecer previsiones sobre la influencia de las variaciones del volumen de producción sobre el precio del producto y viceversa (es decir, tendría que tener un conocimiento de las funciones de oferta y demanda) en el momento de fijar los precios contables. [60602] Este empleo deliberado de las funciones de oferta y demanda también es útil en todos los demás casos, ya que permite acortar las series de pruebas y, por lo tanto evitar un derroche innecesario. [60603] LOS ARGUMENTOS ECONÓMICOS EN FAVOR DEL SOCIALISMO [60604] Las reglas de consistencia de las decisiones y de su puesta en práctica en un sistema socialista son exactamente las mismas que las que rigen el comportamiento real de los empresarios en un mercado puramente competitivo. [60605] La competencia obliga a los empresarios a actuar de manera muy parecida a como tendrían que hacerlo en el caso de ser directores de producción en un sistema socialista, El hecho de que la competencia perfecta tienda a hacer valer unas reglas de comportamiento parecidas a las que corresponden a un sistema planificado ideal convierte el concepto de competencia en la idea favorita del economista, Ahora bien, si la competencia da vigor a las mismas reglas de asignación de recursos que tendrían que aceptarse en un sistema socialista dirigido racionalmente, ¿cuál es la utilidad de tantas molestas discusiones sobre el socialismo? [60606] ¿Qué razón hay para cambiar el sistema económico en su totalidad si en el seno del sistema capitalista pueden alcanzarse los mismos resultados, únicamente con mantener el marco competitivo? [60607] Lo que ocurre es que la analogía entre la asignación de recursos en un sistema capitalista competitivo y en una economía socialista es pura y exclusivamente formal. [60608] Los principios formalesson los mismos, pero la asignación realpuede ser completamente distinta. [60609] Esta diferencia se debe a dos rasgos [60611] Un rasgo se refiere a la distribución de las rentas (condición C en la determinación del equilibrio económico). [60612] Solamente una economía socialista puede distribuir las rentas con el fin de alcanzar el máximo bienestar social. [60613] En cualquier sistema con propiedad privada de los medios de producción, la distribución de las rentas viene determinada por la distribución de la propiedad de los factores originarios de la producción. [60614] Esta distribución es un dato histórico engendrado independientemente de las exigencias del bienestar social. [60615] Por ejemplo, la distribución de la propiedad de la tierra es distinta en los países en los que las enormes fincas de la época feudal han sido repartidas debido a revoluciones burguesas o campesinas, de aquellos en que se han mantenido intactas. [60616] Bajo el capitalismo la distribución de la propiedad de los factores originarios de la producción es muy desigual, hasta el punto de que una gran parte de la población posee únicamente su fuerza de trabajo. [60617] En tales condiciones el precio de demanda no refleja la relativa urgencia de las necesidades de las distintas personas, [60618] y la asignación de recursos determinada por el precio de demanda está lejos de alcanzar el máximo de bienestar social. [60619] Mientras unos mueren de hambre otros pueden vivir en el mayor lujo. [60621] Supuesta la libertad de elección de consumo y de ocupación, la distribución de las rentas que pretenda maximizar el bienestar total de la sociedad tiene que satisfacer las dos condiciones siguientes: [60622] La distribución tiene que ser tal que un mismo precio de demanda ofrecido por diferentes consumidores represente una misma urgencia en sus necesidades. [60623] Esto se consigue si la utilidad marginal de la renta es idéntica para todos los consumidores. [60624] La distribución tiene que dar lugar a un prorrateo tal de los servicios del trabajo entre las distintas ocupaciones que las diferencias de productividad marginal del trabajo en las diversas ocupaciones sean iguales a las diferencias de desutilidad marginal que engendren. [60625] Suponiendo que las curvas de utilidad marginal de la renta son las mismas para todos los individuos, la condición (I) se satisface cuando todos los consumidores tienen la misma renta. [60626] Pero por otra parte la condición (2) exige una cierta diferenciación en las rentas, puesto que, para asegurar el prorrateo de los servicios del trabajo requeridos, las diferencias de desutilidad marginal de las distintas ocupaciones tienen que venir compensadas por diferencias de renta. [60627] La contradicción, sin embargo, es sólo aparente. [60628] Al incluir el ocio, la seguridad, el carácter más o menos agradable del trabajo, etc., en las escalas de utilidad individuales, la desutilidad de cualquier ocupación puede representarse como un coste de oportunidad. [60629] La elección de una ocupación que reporta una renta monetaria menor, pero a la vez una menor desutilidad, puede interpretarse como la compra de ocio, seguridad y agrado en el trabajo, etc., a un precio igual a la diferencia entre la renta monetaria ganada en esta ocupación y la ganada en las demás. [60631] Representan los precios pagados por los individuos por las distintas condiciones de trabajo. [60632] En vez de otorgar rentas monetarias distintas a las diferentes ocupaciones, los órganos administrativos del sistema socialista podrían pagar a todos los ciudadanos la misma renta monetaria y cargar un precio por el ejercicio de cada profesión. [60633] Resulta obvio no sólo que no existe contradicción alguna entre ambas condiciones, sino que la condición (2) es necesaria para satisfacer la condición (I). [60634] Nuestra afirmación se cumple exclusivamente si la curva de la utilidad marginal de la renta es idéntica para todos los individuos. [60635] Evidentemente, esto no ocurre en la realidad, y se podría pensar en tener en cuenta las diferencias entre las curvas de la utilidad marginal de los distintos individuos otorgando mayores rentas a las personas más "sensibles". [60636] Pero, dado que estas diferencias de "sensibilidad" no pueden medirse, esta solución sería impracticable. [60637] Además, las diferencias de "sensibilidad" que se dan en la sociedad actual son debidas principalmente a las barreras sociales existentes entre las distintas clases, como por ejemplo en el caso de la mayor "sensibilidad" de un conde húngaro que la de un campesino húngaro. [60638] Estas diferencias desaparecerían con la estratificación social relativamente homogénea de una sociedad socialista, de manera que todas las diferencias de "sensibilidad" dependerían del carácter puramente individual. [60639] Estas diferencias individuales pueden suponerse distribuidas según una distribución normal. [60641] El otro rasgo que distingue una economía socialista de una economía basada en la empresa privada es el númerode partidas que entran a formar paree del sistema de precios. [60642] Estas partidas dependen del conjunto de instituciones dado históricamente. [60643] Tal como ha demostrado el profesor Pigou, existe frecuentemente una divergencia entre el coste privado soportado por un empresario y el coste social de producción. [60644] En la relación de costes del empresario privado solamente entran a formar parte aquellas partidas por las cuales ha tenido que pagar un precio, mientras que partidas tales como el mantenimiento de los parados cuando reduce su plantilla, o los fondos destinados a las víctimas de accidentes laborales, etc., no intervienen o, como ha señalado el profesor J. M. Clark, se incorporan a los costes sociales medios. [60645] Por otro lado, existen casos en que los productores privados prestan servicios que no están incluidos en el precio del producto. [60646] Un sistema económico basado en la empresa privada puede tener en cuenta sólo de una manera muy imperfecta las alternativas sacrificadas y empleadas en la producción. [60647] Alternativas tan importantes como la vida, la seguridad y estado sanitario de los obreros son sacrificadas sin que tengan ninguna repercusión sobre el coste de producción. [60648] Un sistema socialista sería capaz de incorporar todaslas alternativas a su contabilidad económica. [60649] De esta manera valoraría todos los servicios prestados por la producción e incorporaría en las cuentas de coste todaslas alternativas sacrificadas; [60651] De este modo evitaría una gran parte del derroche social ligado a la empresa privada. [60652] Tal como ha señalado el profesor Pigou, puede evitarse una gran parte de este derroche mediante leyes adecuadas, impuestos y subvenciones incluso dentro del marco del sistema capitalista; pero en una economía socialista puede conseguirse de modo mucho más completo. [60653] Surge un caso muy importante relacionado con los costes y beneficios que el productor privado no puede considerar, cuando se presentan economías o deseconomías de escala. [60654] En tal caso el incremento del volumen de producción por parte de un productor aumenta o reduce la eficiencia de los factores de producción empleados por los demás productores. [60655] Dado que el beneficio o coste social que de ahí se deriva no recae sobre el productor individual, éste no puede tenerlo en cuenta para determinar su volumen de producción. [60656] Y en condiciones de competencia perfecta el número de empresas que producen una mercancía es tal que el precio del producto es igual al coste medio soportado por los productores privados. [60657] De ahí que los beneficios y costes sociales debidos a economías o deseconomías externas no sean considerados. [60658] En una economía socialista se atiende automáticamente a esta cuestión mediante la regla de que cada industria produce justo lo suficiente para igualar el coste marginalen que incurre la industria al producir esta cantidad con el precio del producto. [60659] Las economías y deseconomías externas que surgen de un cambio en la producción de la industria aparecen en forma de una divergencia entre el coste medio y marginal soportados por la industria. [60661] A consecuencia de la posibilidad de tener en cuenta todaslas alternativas, una economía socialista no estaría sujeta a las fluctuaciones del ciclo. [60662] Cualquiera que sea la explicación teórica del ciclo económico, esta reducción acumulativa de la demanda y la producción causada ,por una reducción acumulativa del poder de compra podría atajarse en una economía socialista. [60663] En ésta pueden cometerse, evidentemente, graves errores y se pueden dirigir las inversiones y la producción erróneamente. [60664] Sin embargo, estas equivocaciones no conducen necesariamente a la reducción de la producción y al desempleo de determinados factores de la producción por todo el sistema económico. [60665] Un empresario privado tieneque cerrar su planta cuando incurre en graves pérdidas. [60666] En una economía socialista una equivocación es también una equivocación y tiene que ser corregida. [60667] Pero al efectuar la corrección todas las alternativas ganadas y sacrificadas pueden tenerse en cuenta, y no existe la necesidad de corregir las pérdidas de una parte del sistema económico merced a un procedimiento que engendra todavía mayores pérdidas a través del efecto secundario de una reducción acumulativa de la demanda y del desempleo de los factores de producción. [60668] Los errores pueden localizarse; [60669] un exceso de producción parcial no necesita convertirse en un exceso de producción general. [60671] La posibilidad de determinar la distribución de las rentas con el fin de maximizar el bienestar social y de tener en cuenta para la economía todaslas alternativas, convierte a una economía socialista, desde el punto de vista económico, en un sistema superior al régimen competitivo con propiedad privada de los medios de producción y con empresa privada, [60672] pero especialmente superior a la economía capitalista competitiva en la que una gran parte de sus miembros carecen de propiedad sobre los recursos productivos fuera de su trabajo. [60673] Sin embargo, el sistema capitalista actual no es un sistema de competencia perfecta; [60674] en él prevalece la competencia oligopolística y monopolística. [60675] Este hecho añade un argumento económico mucho más poderoso a favor del socialismo. [60676] Los derroches de la competencia monopolística han recibido tanta atención en la literatura económica reciente que no hay ninguna necesidad de repetir su exposición. [60677] El sistema capitalista se halla muy alejado del modelo de una economía competitiva tal como el elaborado por la teoría económica. [60678] Pero incluso en el caso de que se adecuase a este modelo se hallaría, tal como hemos visto, lejos de maximizar el bienestar social. [60679] Sólo una economía socialista puede satisfacer plenamente las pretensiones de muchos economistas con respecto a los logros de la competencia perfecta. [60681] El sistema capitalista real está mucho mejor descrito por los análisis de la señora Robinson y del profesor Chamberlain que por los de Walras y de Marshall. [60682] Pero la obra de estos dos últimos economistas será mucho más útil para resolver los problemas de un sistema socialista. [60683] En consecuencia, el profesor Chamberlain y la señora Robinson corren el peligro de perder sus empleos en un régimen socialista, a menos que acepten ser trasladados a una sección de historia económica con el fin de proporcionar a los estudiantes de historia el aparato teórico necesario para comprender lo que para una generación futura aparecerá como el delirio y locura de una época pasada. [60684] Frente a estas ventajas de la sociedad socialista, los economistas podrían señalar la desventaja que resulta de la arbitrariedad de la tasa de acumulación del capital, si la acumulación se realiza "comunitariamente". [60685] Una tasa de acumulación que no refleja las preferencias de los consumidores en cuanto a la estructura temporal del flujo de renta puede considerarse que reduce el bienestar social. [60686] Pero parece que esta deficiencia está más que compensada por las ventajas enumeradas. [60687] Además, el ahorro en el sistema capitalista actual está sólo parcialmente determinado por puras consideraciones de utilidad, y la tasa de ahorro está mucho más afectada por la distribución de las rentas, que es irracional desde el punto de vista económico. [60688] Es más, tal como Robertson ha demostrado y Keynes ha elaborado en análisis de los factores que determinan el volumen total de empleo, en una economía capitalista el deseo de la gente por ahorrar puede resultar frustrado si no viene acompañado por una tasa de inversión apropiada, con lo que la consecuencia de la propensión al ahorro no es un aumento de riqueza, sino la pobreza. [60689] Así, pues, la tasa de acumulación determinada "comunitariamente" en una sociedad socialista puede resultar ser, desde el punto de vista económico, mucho más racional que la tasa de ahorro que en realidad se da en una sociedad capitalista. [60691] En senado estricto, estos funcionarios públicos deben compararse con los funcionarios del sistema capitalista y no con los empresarios privados con funciones a escala reducida. [60692] La crítica, por tanto, pierde mucha fuerza. [60693] La discusión de esta crítica pertenece al campo de la sociología más que al de la teoría económica y, por lo tanto, aquí tenemos que renunciar a ella. [60694] Sin embargo, en esta actitud no hay que ver una negación de la gran importancia de la cuestión. [60695] A nosotros nos parece que, el peligro real del socialismo es el de la burocratización de la vida económicay no la imposibilidad de hacer frente al problema de la asignación de recursos. [60696] Desgraciadamente, no vemos cómo el mismo peligro, o incluso mayor, puede evitarse bajo el capitalismo monopolista. [60697] Parecen preferibles los funcionarios sujetos al control democrático a los dirigentes de las entidades privadas que prácticamente no son responsables ante nadie. [60698] Sin embargo, el punto verdaderamente trascendental de la discusión sobre los méritos económicos del socialismo no consiste en la comparación de las posiciones de equilibrio de una economía socialista y de una economía capitalista con respecto al bienestar social. [60699] A pesar del interés que una comparación de este tipo despierta en el teórico de la economía, no representa el verdadero meollo de la controversia sobre el socialismo. [60701] Los socialistas son los últimos en negar que el capitalismo ha sido el soporte del mayor progreso económico que jamás se haya presenciado en la historia del hombre. [60702] En realidad, pocas veces se ha expresado un elogio tan entusiástico de los logros revolucionarios del sistema capitalista como en el Manifiesto Comunista. [60703] La burguesía, afirma el Manifiesto, "ha sido la primera en mostrar lo que es capaz de conseguir la actividad del hombre. [60704] Ha conseguido maravillas muy superiores a las pirámides egipcias, a los acueductos romanos y a las catedrales góticas; [60705] ha dirigido expediciones que han dejado en el olvido todos los anteriores éxodos de pueblos y cruzadas... [60706] La burguesía, gracias a la rápida mejora de todos los instrumentos de producción, gracias a la disposición de medios de comunicación mucho más adecuados, atrae a todas las naciones, incluso a las más atrasadas, al seno de la civilización... [60707] La burguesía, durante su dominio de un siglo escaso, ha creado un volumen de fuerzas productivas más masivo y más colosal que todas las generaciones precedentes juntas. [60708] Sometimiento de las fuerzas de la Naturaleza al hombre, maquinaria, aplicación de la química a la industria y a la agricultura, navegación a vapor, ferrocarriles, telégrafos eléctricos, adaptación de continentes enteros al cultivo, canalización de los ríos, poblaciones enteras salvadas -¿qué siglo anterior había tenido siquiera el presentimiento de que tales fuerzas productivas dormitaban en el regazo del trabajo social?-". [60709] Sin embargo, nace la duda de si las instituciones de la propiedad privada de los medios de producción continuarán indefinidamente alentando el progreso económico, o si, a un cierto estadio del desarrollo técnico, pasarán de ser promotores a convertirse en grilletes de posteriores avances. [60711] El progreso económico sin precedentes de los últimos doscientos años fue debido a la incidencia favorable de las innovaciones sobre la productividad de una combinación dada de factores de producción, o sobre la creación de nuevas mercancías y servicios. [60712] Los efectos de tales innovaciones sobre los beneficios de la empresa privada son dobles: [60713] El empresario que introduce una innovación obtiene un beneficio o un aumento de beneficio inmediato, aunque bajo condiciones de competencia perfecta se trate de un beneficio temporal. [60714] Los empresarios que emplean los antiguos medios de producción, o que producen bienes en régimen de competencia que han sido desplazados por sustitutivos más baratos, sufren pérdidas que finalmente conducen a la devaluación del capital invertido en sus negocios; [60715] en el extremo opuesto pueden existir empresarios que se benefician de la nueva demanda creada a consecuencia de la innovación. [60716] En cualquier caso, cada innovación está necesariamente vinculada a una pérdida de valor de algunas inversiones antiguas. [60717] En un régimen competitivo, con función paramétrica de precios y con libertad de entrada de nuevas empresas en cada industria, los empresarios y los inversores tienen que someterse a las pérdidas y a la devaluación de las inversiones antiguas debidas a las innovaciones, puesto que no existe posibilidad de contrarrestar tales innovaciones. [60718] El único procedimiento del que disponen los empresarios para hacer frente a esta situación consiste en tratar de introducir innovaciones en sus propios negocios, lo cual, a su vez, inflige pérdidas en los negocios de los demás. [60719] Pero cuando los negocios adquieren un volumen tal que hacen inefectiva la función paramétrica de precios e impiden la posibilidad de libre entrada de nuevas empresas (e inversiones) en la industria, nace entonces una tendencia a evitar la devaluación del capital invertido. [60721] Pero este freno al progreso técnico va contra el interés social [60722] . [60723] La tendencia a mantener el valor de la inversión existente se hace aún más poderosa cuando la propiedad del capital invertido está separada de la función empresarial, tal como se presenta cada vez con mayor frecuencia en el denominado capitalismo financiero moderno. [60724] Esto se debe a que a la empresa industrial no le queda más remedio, si no quiere quebrar, que sustituir el valor completo del capital invertido. [60725] Esto es estrictamente cierto si la financiación de la empresa se ha realizado mediante la emisión de obligaciones, pero incluso si se ha realizado a través de la suscripción de acciones, una reducción pronunciada de su cotización debilita su prestigio financiero. [60726] Sin embargo, el mantenimiento del valor del capital invertido no es compatible con las innovaciones que reducen los costes. [60727] Este hecho ha sido expuesto brillantemente por el profesor Robbins: [60728] La conservación del valor del capital invertido puede significar perfectamente que los productores que consideran que las perspectivas de una industria son más atractivas que las perspectivas de cualquier otra sean incapaces de comprender que se desaprovechan las mejoras técnicas reductoras de costes que, de otro modo, abaratarían las mercancías a disposición de los consumidores; que la "competencia ruinosa" de la gente que se satisface con servir al consumidor obteniendo unos rendimientos menores se ve impedida a reducir los precios. [60729] Cualquier niño que vaya al colegio sabe que el menor precio consecuencia de la importación de trigo es incompatible con el sostenimiento del valor de las tierras en las que se obtiene trigo y que serían puestas en cultivo si se redujesen las importaciones. [60731] La afirmación, por ejemplo, de que el transporte por carretera reduce el valor del capital ferroviario tiene exactamente tanta y tan poca fuerza como la afirmación de que alimentos baratos reducen el valor de la propiedad agrícola... [60732] El progreso económico, en el sentido de abaratar las mercancías, no es compatible con la conservación del valor ya invertido en industrias particulares. [60733] Así, pues, cuando el mantenimiento del valor del capital ya invertido se convierte en la preocupación primordial de los empresarios, todo progreso económico posterior tiene que pararse o, al menos, reducirse considerablemente. [60734] Y en el sistema capitalista actual la conservación del valor de las inversiones particulares se ha convertido, en realidad, en el principal problema. [60735] En consecuencia, el intervencionismo y la restricción son las políticas económicas dominantes. [60736] Pero puesto que las innovaciones con mucha frecuencia reducen el valor del capital en otras empresas o industrias más que en la propia que las introduce, las innovaciones en conjunto no pueden impedirse. [60737] Cuando la presión de las nuevas innovaciones resulta tan fuerte hasta el punto de destruir el valor artificialmente resguardado de las antiguas inversiones, se produce un terrible colapso económico. [60738] La estabilidad del sistema capitalista se ve sacudida por los intentos de contener el progreso económico con el fin de proteger las antiguas inversiones y los tremendos colapsos debidos al fracaso de estos intentos. [60739] La creciente inestabilidad de los negocios solamente puede remediarse bien renunciando a los intentos de proteger el valor de las inversiones antiguas bien frenando con éxito las innovaciones. [60741] Sin progreso técnico (del tipo que ahorra trabajo), descubrimiento de nuevos recursos naturales o un considerable aumento de la población (y los dos últimos hechos no son suficientes en la actualidad para contrarrestar la falta del primero), la productividad marginal netadel capital está expuesta a caer a un nivel insuficiente para compensar la preferencia por la liquidez de los poseedores de capital. [60742] Este resultado se da todavía más acentuado cuando una parte de las industrias goza de una posición monopolística que le permite proteger el valor de sus inversiones, porque el hecho de que el nuevo capital solamente encuentra libre entrada en aquellas industrias en las que prevalece todavía la libertad competitiva reduce la productividad marginal netadel capital mucho más que bajo otras circunstancias. [60743] Tal como ha comprobado el brillante análisis de Keynes, [60744] esto conduciría a una presión deflacionista cuya culminación sería el desempleo crónico de los factores de producción. [60745] Para evitar este desempleo crónico el estado debería tomar a su cargo importantes inversiones públicas, sustituyendo, por tanto, al capitalista privado en aquellos sectores en los que éste rehusase invertir debido a la existencia de una baja tasa de rendimiento sobre la inversión. [60746] A menos que cualquier posterior acumulación de capital fuese eficazmente prohibida, el estado debería sustituir más y más a los capitalistas privados en sus funciones de inversores. [60747] Así, pues, el sistema capitalista parece enfrentarse a un dilema ineludible: [60748] el contener el progreso técnico conduce, a través del agotamiento de las oportunidades de inversión beneficiosas, a un estado de desempleo crónico que solamente puede remediarse mediante una política de inversiones públicas a una escala perpetuamente creciente, mientras que la continuación del progreso técnico conduce a la inestabilidad debido a la política de protección del valor de las inversiones antiguas que se ha descrito previamente. [60749] Nos parece que la tendencia a mantener el valor de las inversiones antiguas únicamente puede vencerse satisfactoriamente mediante la abolición de la empresa privada y de la propiedad privada del capital y de los recursos naturales, al menos en aquellas industrias en que prevalece tal tendencia. [60751] Uno de ellos consistiría en la vuelta a la competencia perfecta. [60752] Este camino, sin embargo, no parece posible dado el gran tamaño de las empresas modernas. [60753] En un sistema basado en la obtención del beneficio privado, cada empresario tiene la propensión natural a explotar todas las posibilidades de aumentar su beneficio. [60754] La tendencia a limitar la competencia es tan propia de la empresa privada como la tendencia a proteger el valor de las inversiones antiguas lo es a la propiedad privada del capital. [60755] Tal como señaló hace mucho tiempo Adam Smith: "El interés de los negociantes en cualquier rama particular del comercio o de la industria es siempre en ciertos aspectos diferente, o incluso opuesto, al del público. [60756] Los negociantes pretenden siempre un amplio mercado y una estrecha competencia. [60757] Frecuentemente la ampliación del mercado puede ser bastante favorable al interés del público, pero la reducción de la competencia irá siempre en contra suya". [60758] 0 en otro pasaje: "Pocas veces la gente de una misma tema comercial se reúne incluso en fiestas o por motivos de diversión, sin que la conversación acabe en una conspiración contra el público o en algún plan para elevar los precios". [60759] No puede esperarse que ningún empresario o capitalista privado renuncie voluntariamente a aprovechar cualquier oportunidad de aumentar sus beneficios o el valor de su inversión: [60761] El sistema de libre competencia es bastante peculiar. [60762] Su mecanismo está constituido por empresarios de broma. [60763] Requiere para su funcionamiento la persecución del máximo beneficio, pero destruye los beneficios cuando son buscados por un mayor número de gente. [60764] Sin embargo, este juego de la gallina ciega, en el que se persigue la obtención del máximo beneficio, solamente es posible mientras la magnitud de los negocios sea pequeña y, en consecuencia, el número de empresarios grande. [60765] Pero con la expansión de las industrias de gran escala y la centralización del control financiero la persecución del máximo beneficio destruye la libre competencia. [60766] El cuadro no queda completo si no añadimos que las interferencias de carácter político, con el fin de proteger beneficios e inversiones, son harto frecuentes. [60767] Esta intervención política es también consecuencia de la creciente magnitud de las unidades industriales y financieras. [60768] Las empresas pequeñas no tienen el volumen suficiente para poseer significación política, mientras que el poder económico de las grandes corporaciones y de los intereses bancarios es demasiado grande para no tener importantes consecuencias políticas. [60769] En tanto la maximización del beneficio constituye la base de todos los negocios, es inevitable que las corporaciones financieras e industriales intenten emplear su poder económico con el fin de aumentar sus beneficios o el valor de sus inversiones a través de la propia intervención del estado . [60771] Solamente puede conseguirse un retorno a la libre competencia disgregando los grandes complejos industriales con el fin de destruir su poder económico y político. [60772] Esto sólo podría conseguirse a costa de abandonar la producción a gran escala y los grandes éxitos económicos de la producción en serie que van asociados con ella. [60773] Un sistema de libre competencia mantenido de modo tan artificial tendría que impedir el uso de una tecnología avanzada. [60774] Existe una segunda manera posible de vencer la propensión a mantener el valor de las antiguas inversiones: el control de la producción y de las inversiones por parte del Gobierno con el fin de evitar los monopolios y las restricciones. [60775] Un control de este tipo significaría la planificación de la producción y la inversión, sin la supresión de la empresa privada y la propiedad privada de los medios de producción. [60776] Sin embargo, una tal planificación difícilmente puede tener éxito. [60777] Siendo como es el gran poder económico de las corporaciones y los bancos, serían ellos quienes controlarían a las autoridades de quienes dependiera la planificación y no al revés. [60778] El resultado sería una planificación a favor de los monopolios y las restricciones, justo lo contrario del objetivo perseguido. [60779] Pero incluso si se pudiese evitar la situación anterior, un control de aquel tipo sería un fracaso. [60781] Para darse cuenta de esto hay que considerar que el control gubernamental tendente a evitar las prácticas restrictivas dirigidas a la conservación del valor de las antiguas inversiones tendría que forzar a los productores a actuar de un modo que les impondría pérdidas de capital ciertas. [60782] Esto trastornaría la estructura financiera de la industria capitalista moderna. [60783] La fricción constante entre empresarios y capitalistas por un lado y las autoridades gubernamentales por el otro paralizaría la marcha de los negocios. [60784] Además, las corporaciones y los grandes bancos podrían usar su poder económico para desafiar a las autoridades gubernamentales (por ejemplo, cerrando sus plantas, retirando sus inversiones, o utilizando cualquier otro procedimiento de sabotaje económico). [60785] En consecuencia, el Gobierno tendría que ceder, abandonando, por tanto, cualquier interferencia efectiva a la persecución del máximo beneficio, o nacionalizar aquellas corporaciones y bancos que se hubiesen enfrentado a su política. [60786] Esto conduciría directamente al socialismo. [60787] Así, pues, solamente es posible suprimir los monopolios, las restricciones y el intervencionismo si a la vez se termina con la empresa privada y la propiedad privada de los medios de producción, que de promotores se han convertido en obstáculos del progreso económico. [60788] Esto no implica la necesidad, o el buen criterio, de abolir la empresa privada y la propiedad privada de los medios de producción en aquellos sectores en los que todavía prevalece la competencia, es decir, en las industrias de pequeña magnitud y en la agricultura. [60789] En estos sectores la propiedad privada de los medios de producción y la empresa privada puede perfectamente continuar teniendo una función social útil al ser más eficiente de lo que probablemente sería una industria socializada. [60791] ; [60792] se halla oprimida por todo tipo de restricciones. [60793] Cuando este estado de cosas llegue a hacerse insoportable, cuando su incompatibilidad con el progreso económico se haya hecho obvia y cuando se reconozca la imposibilidad de volver a la libre competencia o de poseer un control público eficaz de las empresas y de la inversión sin separarlas de manos privadas, entonces el socialismo quedará como única solución disponible. [60794] Evidentemente, a esta solución se opondrán aquellas clases que tengan intereses creados en el status quo. [60795] En consecuencia, la solución socialista solamente podrá ponerse en práctica después de que el poder político de estas clases haya sido quebrado. [60796] Parece existir una aparente excepción: la regla que determina el volumen de producción de una industria. [60797] En condiciones de libre competencia el volumen de producción de una industria es tal que el precio del producto es igual al coste medio de producción, mientras la producción social óptima (es decir, la producción que mejor satisface las preferencias de los consumidores) se obtiene cuando el volumen de producción de una industria permite que el precio del producto se iguale al coste marginalen el que se incurre al producir aquella cantidad. [60798] Cuando la industria funciona en condiciones de rendimientos constantes no existe ninguna diferencia ya que el coste medio y el coste marginal son iguales. [60799] Ahora bien, si existen economías o deseconomías de escala, existe una divergencia que ya fue señalada por Marshall y reconocida explícitamente por Pigou. [60801] Estos dos rasgos, aunque sin referencia a una economía socialista, fueron señalados ya por Marshall al discutir la doctrina de la máxima satisfacción. [60802] Esta critica presupone, evidentemente, que las diversas utilidades que obtienen, de una renta dada, personas diferentes, son comparables. [60803] La teoría del equilibrio económico no necesita de ningún supuesto de este tipo, puesto que al ser una explicacióndel comportamiento bajo condiciones dadas, se refiere únicamente a individuos cada uno de los cuales maximiza separadamente su utilidad. [60804] Pero la posibilidad de tal comparación es un postulado necesario (excepto para una economía a lo Robinsón Crusoe) si hay que interpretar las distintas posiciones de equilibrio en términos de bienestar humano. [60805] Y es necesaria una interpretación de este tipo para elegir entre diferentes políticaseconómicas. [60806] Si se niega esta posibilidad, cualquier juicio sobre los méritos de distintas políticas económicas, que trascienda de la cuestión de consistencia puramente formal de las decisiones y de la eficiencia en su realización, es imposible. [60807] Tampoco puede encontrarse en un caso como éste razón alguna para que la asignación de recursos deba basarse sobre los precios de demanda resultantes de las elecciones libres de los consumidores, en vez de basarse en el capricho de un dictador. [60808] Cualquier otra escala de preferencias escogida de manera aleatoria por el Departamento de Planificación Central seria igualmente buena. [60809] Negar la comparabilidad de la urgencia de las necesidades de diferentes personas y al mismo tiempo considerar la asignación de recursos basada en los precios de demanda como la única consistente con los principios económicos seria contradictorio. [60811] El error lógico de este ardid está fácilmente expuesto. [60812] Así, pues, Dobb está equivocado cuando sostiene que estas condiciones son contradictorias. [60813] A menos que la enseñanza y la práctica de las distintas ocupaciones fuesen libres, es necesaria la condición (1) para que se satisfaga la condición (2), porque si la utilidad marginal de la renta no fuese la misma para todas las personas, el valor del producto marginal de los servicios del trabajo (que es igual a los salarios) sería mayor en relación con la desutilidad en aquellas ocupaciones que tuviesen un mayor coste de preparación. [60814] Esto ocurre en la sociedad capitalista en la que aquellos que tienen los medios para procurarse una educación y una preparación caras reciben una remuneración que no guarda proporción alguna con la relativa desutilidad de su trabajo. [60815] La condición (2) no puede aplicarse, sin embargo, en el caso de talentos excepcionales (por ejemplo, en el caso de importantes artistas o cirujanos), que constituyen un monopolio natural. [60816] En tales casos el valor del producto marginal de los servicios del trabajo no tiene que guardar necesariamente una relación con la desutilidad marginal. [60817] Si fuesen remunerados en proporción al valor del producto marginal de sus servicios estas personas constituirían un grupo privilegiado con rentas muy altas (por ejemplo, los escritores en la Unión Soviética). [60818] Pero una sociedad socialista podría también pagarles unas rentas que estuviesen muy por debajo del valor del producto marginal de sus servicios sin afectar la oferta de estos servicios. [60819] Esto noimplica que todos los individuos tengan las mismas escalas de utilidad, aunque se seguiría de un supuesto de este tipo. [60821] Como las decisiones del Departamento de Planificación Central están guiadas, no por el objetivo de conseguir el máximo beneficio en cada inversión privada, sino por consideraciones referentes al mejor uso que se puede dar a todos los recursos productivos disponibles en el conjunto del sistema económico, se mantendría siempre un volumen de inversión suficiente para lograr el pleno empleo de todos los factores de producción. [60822] Las deficiencias debidas a la desigualdad de las rentas estaría ausente en un sistema competitivo en el que la propiedad privada de los medios de producción fuese distribuida idénticamente entre la población (Marx denominó a un sistema de este tipo einfache Warenproduktion .). [60823] Un sistema de este tipo es incompatible con una industria a gran escala. [60824] Pero en razón de la igualdad aproximada de las rentas en este sistema una economía socialista podría parcialmente incorporarlo. [60825] Así, pues el socialismo no necesita abolir la propiedad privada de los medios de producción en la pequeña industria o en la agricultura, siempre que la producción a gran escala de estos sectores particulares no sea más económica. [60826] Mediante las leyes adecuadas, impuestos y subvenciones, una economía socialista puede inducir a estos pequeños empresarios a tener en cuenta todaslas posibles alternativas y a evitar el peligro de que causen serias fluctuaciones en la marcha de los negocios. [60827] En interés de la sociedad se exige que ningunamejora disponible sea introducida sin tener en cuenta lo que le ocurra al valor del capital ya invertido. [60828] Si la mejora permite que la mercancía sea producida a un coste total medio menor que el coste variable medio de producirla con la vieja maquinaria, es obvio que conviene sustituir la vieja maquinaria por la nueva. [60829] Pero incluso si el coste total medio del nuevo método de producción no es menor que el coste variable medio de producir con la vieja maquinaria, su introducción es de interés desde el punto de vista social. [60831] La pérdida de valor del capital antiguo invertido está exactamente compensado por el beneficio del público debido a la reducción del precio. [60832] La protección de los privilegios monopolísticos y de inversiones particulares es también la principal fuente de rivalidades entre las Grandes Potencias. [60833] Debería señalarse que las dificultades creadas al sistema capitalista por una acumulación de capital que no encuentra salida en una inversión provechosa fueron discutidas, aunque sin alcanzar conclusiones definitivas, por una larga serie de escritores de la escuela marxista; [60834] Tugan-Baranowski, Hifferding, Rosa Luxemburg, Otto Bauer, Bucharin, Sternberg, Grossman y Strachey son sólo los más importantes sin embargo, estos autores fueron mucho más eficaces en la explicación de la proliferación de estas dificultades en razón de la politice imperialista de los estados capitalistas [60835] Con mucha mayor frecuencia en Europa que en los Estados Unidos. [60836] Esto tiene también importancia en la selección de los hombres de negocios. [60837] En condiciones de libre competencia el hombre de negocios más afortunado es aquel que es capaz de producir al menor coste. [60838] Con la existencia de restricciones e intervenciones el mejor hombre de negocios es aquel que mejor sabe cómo influir, a su favor, las decisiones de los órganos del estado (por lo que respecta a aranceles, subsidios pedidos del gobierno, contingentes de importación ventajosos, etc.). [60839] Una especial habilidad en este sentido puede compensar perfectamente la incapacidad de producir a un coste menor. [60841] Lo que al principio se consideraba como un rasgo especial de la industria bélica se ha convertido, con el intervencionismo capitalista, en la regla general. [60842] De acuerdo con el informe del Senado de los Estados Unidos sobre Industrial Prices and Their Relative Inflexibility , escrito por el profesor G. C. Means, en los Estados Unidos "más de la mitad de toda la actividad industrial es efectuada por unas doscientas corporaciones, a la vez que las grandes corporaciones dominan los sectores ferroviarios y de interés público y juegan un importante papel en materia de construcción y distribución".