[34001] La finalidad social de la inversión realizada con conocimiento de causa debería ser el dominio de las fuerzas negativas del tiempo y la ignorancia que rodean nuestro futuro. [34002] El objeto real y particular de la mayor parte de las inversiones de los expertos, hoy día, es "ganar la delantera" ( to beat the gun ), como dicen los norteamericanos; ser más listo que el vulgo, y encajar la moneda falsa o que se está depreciando a otra persona. [34003] Esta batalla de viveza para prever las bases de la valoración convencional con unos cuantos meses de antelación, más bien que el rendimiento probable de una inversión durante años, ni siquiera necesita corderos entre el público para saciar las fauces de los lobos profesionales: estos últimos pueden jugar entre sí. [34004] Ni tampoco se requiere que alguien conserve su fe ingenua en que las bases convencionales de la valoración tengan alguna validez genuina a largo plazo; porque es, por decirlo así, el juego del anillo de la solterona o de las sillas musicales -un pasatiempo en que el vencedor es quien pasa a su vecino el anillo ni demasiado pronto, ni demasiado tarde, antes que termine el juego, y es el que consigue una silla al cesar la música-. [34005] Estos entretenimientos pueden jugarse con diversión y deleite, aunque todos los jugadores sepan que lo que está circulando es el anillo o que cuando la música deje de tocar, algunos de ellos no encontrarán asiento. [34006] O, para cambiar un poco la metáfora, la inversión por profesionales puede compararse a esos concursos de los periódicos en que los concursantes tienen que seleccionar las seis caras más bonitas entre un centenar de fotografías, ganando el premio aquel competidor cuya elección corresponda más aproximadamente al promedio de las preferencias de los competidores en conjunto; de tal manera que cada concursante ha de elegir, no los semblantes que él mismo considere más bonitos, sino los que crea que serán más del agrado de los demás concursantes, todos los cuales observan el problema desde el mismo punto de vista. [34007] No es el caso de seleccionar aquellas que, según el mejor juicio propio, son realmente las más bellas, ni siquiera las que la opinión general cree que lo son efectivamente. [34008] Hemos alcanzado el tercer grado en el que dedicamos nuestra inteligencia a anticipar lo que la opinión promedio espera que sea la opinión promedio. [34009] Y existen algunos, según creo, que practican los grados cuarto, quinto y otros superiores. [34011] También debemos añadir que hay varios factores que comprometen el predominio de tales individuos en los mercados de inversión modernos. [34012] La inversión basada en las expectativas auténticas a largo plazo es tan difícil en la actualidad que apenas puede ponerse en práctica. [34013] Quien intente hacerla, seguramente deberá sobrellevar días mucho más laboriosos y correr riesgos mucho mayores que quien trata de adivinar mejor que la muchedumbre lo que ésta hará; y, a igualdad de inteligencia, puede cometer equivocaciones mas desastrosas. [34014] La experiencia no da pruebas claras de que una política de inversión ventajosa socialmente coincida con la más productiva. [34015] Se necesita más inteligencia para derrotar las fuerzas del tiempo y nuestra ignorancia respecto al futuro que para ganar la delantera. [34016] Más todavía, la vida no es bastante larga, la naturaleza humana desea resultados rápidos, hay un deleite particular en hacer dinero pronto, y las ganancias remotas son descontadas por el hombre medio a tasas muy altas. [34017] El juego de los inversionistas profesionales es intolerablemente aburrido y demasiado exigente para cualquiera que esté completamente libre del instinto de jugador; en tanto que quien lo posee ha de pagar el correspondiente tributo por esta inclinación. [34018] Aún más, un inversionista que se proponga pasar por alto las fluctuaciones a corto plazo en el mercado necesita mayores recursos para su seguridad y no debe operar en tan gran escala, si es que en alguna, con dinero prestado -y ésta es una razón más de los rendimientos superiores que el pasatiempo da a quien posee cierto acopio de inteligencia y recursos-. [34019] Finalmente es el inversionista a largo plazo, aquel que más promueve el interés público, quien en la práctica levanta contra sí mayor crítica, dondequiera que los fondos de inversión sean manejados por comités, o consejos, o bancos; [34021] Si tiene éxito, eso únicamente confirmará la creencia general en su temeridad; y si {157] fracasa en corto plazo, lo que es muy probable, no habrá mucha compasión para la víctima. [34022] La sabiduría mundana enseña que es mejor para la reputación perder limpiamente que ganar con trampa. [34023] 5) Hasta ahora hemos tenido presente ante todo el estado de confianza del especulador o del inversionista especulativo mismo y podría parecer que hemos supuesto tácitamente que, si él está satisfecho con sus propias perspectivas, tiene dominio ilimitado sobre el dinero a la tasa de interés del mercado. [34024] Éste no es el caso real, ciertamente, y por ello debemos tener también en cuenta la otra faceta del estado de la confianza, es decir, la confianza de las instituciones de crédito en aquellos que buscan préstamos en ellas, que algunas veces se ha descrito como el estado del crédito. [34025] Una baja violenta en el precio de los valores de rendimiento variable que haya tenido reacciones desastrosas sobre la eficiencia del capital, puede haberse debido al debilitamiento de la confianza especulativa o del estado del crédito. [34026] Pero mientras el debilitamiento de cualquiera de los dos es suficiente para ocasionar una baja violenta, la recuperación necesita que ambos revivan; porque mientras el debilitamiento del crédito es suficiente para ocasionar una postración, su fortalecimiento, aunque es requisito previo de la recuperación, no basta. [34027] Estas consideraciones no deberían quedar fuera de la esfera del economista; pero deben ser relegadas a su justa perspectiva. [34028] Si se me permite aplicar el término especulación a la actividad de prever la psicología del mercado, y la palabra empresa , o espíritu de empresa, a la tarea de prever los rendimientos probables de los bienes por todo el tiempo que duren, de ninguna manera es cierto que siempre predomine la especulación sobre la empresa. [34029] No obstante, a medida que mejora la organización de los mercados de inversión, el riesgo del predominio de la especulación aumenta. [34031] Aun fuera del campo de las finanzas, los norteamericanos son capaces de interesarse demasiado por descubrir lo que la opinión media cree que será la opinión media; y esta debilidad nacional encuentra su Némesis en el mercado de valores. [34032] Se dice que es raro que un norteamericano invierta, como lo hacen muchos ingleses todavía, "para percibir una renta"; y no será fácil que compre un valor redituable si no tiene la esperanza de una apreciación del capital. [34033] Esto es sólo una forma de decir que cuando el norteamericano compra una inversión está poniendo sus esperanzas no tanto en su rendimiento probable como en un cambio favorable en las bases convencionales de valoración; es decir, que es, en el sentido anterior, un especulador. [34034] Los especuladores pueden no hacer daño cuando sólo son burbujas en una corriente firme de espíritu de empresa; pero la situación es seria cuando la empresa se convierte en burbuja dentro de una vorágine de especulación. [34035] Cuando el desarrollo del capital en un país se convierte en subproducto de las actividades propias de un casino, es probable que aquel se realice mal. [34036] La medida del éxito obtenido por Wall Street considerada como una institución cuya finalidad social es guiar las nuevas inversiones por los cauces más productivos en términos de rendimiento futuro; no puede presentarse como uno de los triunfos prominentes del capitalismo de laissez faire -lo que no es sorprendente si estoy en lo justo al pensar que los mejores cerebros de Wall Street se han orientado de hecho hacia un fin diferente. [34037] Estas tendencias son una consecuencia difícilmente eludible de que hayamos logrado organizar mercados de inversiones "líquidos". [34038] Generalmente se admite que, en interés público, los casinos deben ser inaccesibles y costosos, y tal vez esto mismo sea cierto en el caso de las bolsas de valores. [34039] El hecho de que los pecados de la bolsa de valores de Londres sean menores que los de Wall Street, quizá no se deba tanto a las diferencias en el carácter nacional, como a la circunstancia de que, para el inglés de tipo medio, Throgmorton Street es inaccesible y muy costosa comparada con Wall Street para el mismo tipo de norteamericano. [34041] La implantación de un impuesto fuerte sobre todas las operaciones de compraventa podría ser la mejor reforma disponible con el objeto de mitigar en Estados Unidos el predominio de la especulación sobre la empresa. [34042] El espectáculo de los mercados de inversión modernos me ha llevado algunas veces a concluir que la compra de una inversión debe ser permanente e indisoluble, como el matrimonio, excepto por motivo de muerte o de otra causa grave, y esto será un remedio útil para nuestros males contemporáneos; porque tal cosa forzaría a los inversionistas a dirigir su atención solamente a las oportunidades a largo plazo; pero un pequeño examen de este recurso nos lleva a un dilema, y nos muestra cómo la liquidez de los mercados de inversión a menudo facilita, aunque algunas veces impide, el curso de las nuevas inversiones. [34043] Porque el hecho de que cada inversionista individual se haga la ilusión de que su compromiso es "líquido" (aunque esto no puede ser cierto para todos los inversionistas colectivamente) calma sus nervios y lo anima mucho más a correr el riesgo. [34044] Si las compras individuales de inversiones perdieran su liquidez, esto podría obstruir seriamente las nuevas inversiones mientras el individuo disponga de formas alternativas de conservar sus ahorros. [34045] Éste es el dilema. [34046] En la medida que un individuo pueda emplear su riqueza en atesorar o en prestar dinero, la alternativa de comprar bienes reales de capital no puede ser lo bastante atractiva (especialmente para el hombre que no maneja los bienes de capital y sabe muy poco acerca de ellos), excepto cuando se organizan mercados en los que estos bienes puedan convertirse con facilidad en dinero. [34047] La única cura radical para las crisis de confianza que afligen la vida económica del mundo moderno sería no permitir al individuo que escogiera entre consumir su ingreso y ordenar la producción de bienes específicos de capital, que, aun cuando basándose en pruebas precarias, lo impresionan como la inversión más halagüeña que está a su alcance. [34048] Podría suceder que, cuando lo acosan más que de ordinario las dudas concernientes al futuro, volviera, en su confusión, a consumir más y efectuar menos inversiones nuevas; pero esto evitaría las repercusiones desastrosas, acumulativas y de amplio alcance, que se derivan de la facilidad que tiene para gastar su ingreso en una o en otra forma, cuando la duda lo asalta de este modo. [34049] Desde luego, quienes han subrayado los peligros sociales del atesoramiento de dinero han pensado en algo semejante; pero han tenido en cuenta la posibilidad de que el fenómeno ocurra sin modificación alguna, o al menos con algún cambio mensurable en el atesoramiento de dinero. [34051] Quizá la mayor parte de nuestras decisiones de hacer algo positivo, cuyas consecuencias completas se irán presentando en muchos días por venir, sólo pueden considerarse como resultado de la fogosidad -de un resorte espontáneo que impulsa a la acción de preferencia a la quietud, y no como consecuencia de un promedio ponderado de los beneficios cuantitativos multiplicados por las probabilidades cuantitativas-. [34052] La "empresa" sólo pretende estar impulsada principalmente por el contenido de su programa, por muy ingenuo o poco sincero que pueda ser. [34053] Se basa en el cálculo exacto de los beneficios probables apenas un poco más que una expedición al Polo Sur. [34054] De este modo, si la fogosidad se enfría y el optimismo espontáneo vacila, dejando como única base de sustentación la previsión matemática, la "empresa" se marchita i muere -aunque el temor de perder puede tener bases poco razonables como las tuvieron antes las esperanzas de ganar. [34055] Se puede afirmar sin miedo que la "empresa" que depende de las esperanzas que miran al futuro beneficia a la comunidad en su conjunto; pero la iniciativa individual solamente será adecuada cuando el cálculo razonable esté apuntalado y soportado por la energía animal, de tal manera que la idea de pérdidas finales que a menudo detiene a los precursores, como la experiencia demuestra a ellos y a los demás, se rechaza del mismo modo que el hombre lleno de salud hace caso omiso de sus probabilidades de muerte. [34056] Esto quiere decir, por desgracia, no sólo que se exagera la importancia de las depresiones y retrocesos, sino que la prosperidad económica depende excesivamente del ambiente político y social que agrada al tipo medio del hombre de negocios. [34057] Si el temor de un gobierno laborista o de un New Deal deprime la "empresa", esto no tiene que ser necesariamente resultado de un cálculo razonable o de una conspiración con finalidades políticas; es simple consecuencia de trastornar el delicado equilibrio del optimismo espontáneo. [34058] Al calcular las posibilidades de inversión debemos tener en cuenta, por tanto, los nervios y la histeria, y aun la digestión o reacciones frente al estado del tiempo, de aquellos de cuya actividad espontánea depende principalmente. [34059] No debemos deducir de esto que todo depende de oleadas de psicología irracional. [34061] Estamos simplemente acordándonos de que las decisiones humanas que afectan el futuro, ya sean personales, políticas o económicas, no pueden depender de la expectativa matemática estricta, desde el momento que las bases para realizar semejante cálculo no existen; y que es nuestra inclinación natural a la actividad la que hace girar las ruedas escogiendo nuestro ser racional entre las diversas alternativas lo mejor que puede, calculando cuando hay oportunidad, pero con frecuencia hallando el motivo en el capricho, el sentimentalismo o el azar. [34062] Hay, además, ciertos factores importantes que de algún modo mitigan en la práctica los efectos de nuestra ignorancia del futuro. [34063] Debido al mecanismo del interés compuesto, combinado con la probabilidad de obsolescencia al correr del tiempo, existen muchas inversiones individuales cuyo rendimiento probable está genuinamente dominado por los rendimientos en un futuro comparativamente cercano. [34064] En el caso de la clase más importante de inversión a muy largo plazo, a saber, la edificación del inversionista puede con frecuencia transferir riesgo al inquilino o por lo menos repartirlo entre ambos por medio de contratos largos, estando compensando el riesgo en la mente del inquilino por las ventajas de la continuidad y la seguridad. [34065] En el caso de otro tipo importante de inversión a largo plazo, como los valores de las empresas de servicios públicos, una parte importante del rendimiento probable está prácticamente garantizado por los privilegios de monopolio junto al derecho de cargar las tasas necesarias para obtener cierto margen estipulado. [34066] Finalmente, hay una clase de inversión, cada vez más importante, emprendida por las autoridades públicas, o a riesgo de las mismas, francamente influidas por el supuesto general de que hay ventajas sociales probables derivadas de ella cualquiera que pueda ser su productividad comercial dentro de un gran margen, y sin tratar de convencerse de que la previsión matemática del rendimiento sea por lo menos igual a la tasa corriente de interés -aunque la tasa que la autoridad pública tiene que pagar puede desempeñar todavía papel decisivo en la determinación del volumen de operaciones de inversión que puede soportar. [34067] De este modo, después de haber ponderado la importancia de la influencia de los cambios a corto plazo en la situación de las expectativas a largo plazo, por oposición a las modificaciones en la tasa de interés, podemos todavía volver sobre esta última y considerarla como un factor que, al menos en circunstancias normales, ejerce gran influencia, aunque no decisiva, sobre la tasa de inversión. [34068] Sólo la experiencia, sin embargo, puede mostrar hasta qué punto la intervención en la tasa de interés es capaz de estimular continuamente el volumen adecuado de inversión. [34069] Por mi parte, soy ahora un poco escéptico respecto al éxito de una política puramente monetaria dirigida a influir sobre la tasa de interés. [34071] Con "muy inciertos" no quiero decir lo mismo que con "muy improbables". [34072] Cf. mi Treatise on Probability, cap. VI, sobre "La importancia de los argumentos". [34073] En mi Treatise on Money (vol. II, p. 195) advertí que cuando las acciones de una compañía se cotizan muy alto, de manera que puede obtener más capital emitiendo nuevas acciones en condiciones favorables, esto tiene el mismo efecto que si pudiera obtener préstamos a tasa reducida de interés. [34074] Ahora describiría este hecho diciendo que una cotización alta para los valores existentes supone un aumento en la eficiencia marginal de la clase correspondiente de capital y, por tanto, tiene el mismo efecto (desde el momento que la inversión depende de una comparación entre la eficiencia marginal y la tasa de interés) que una baja en la tasa de interés. [34075] Esto no es aplicable, por supuesto, a los tipos de empresa que no pueden comercializarse fácilmente o a los cuales no corresponde estrechamente algún valor negociable. [34076] Las clases que antes quedaban comprendidas en esta excepción eran numerosas; pero considerando la proporción que guardan con el valor total de las nuevas inversiones, están perdiendo importancia rápidamente. [34077] La práctica que generalmente consideran prudente los trust de inversión o las oficinas de seguros, de calcular con frecuencia, no sólo el ingreso de su cartera de inversión, sino también la valoración de su capital en el mercado, puede igualmente tender a enfocar demasiada atención sobre las fluctuaciones a corto plazo en el mismo. [34078] Se dice que cuando Wall Street está activo, lo menos la mitad de las compras o ventas de valores de inversión se realizan con la intención, por parte del especulador, de deshacerlas el mismo día. [34079] Esto es frecuentemente aplicable también a las operaciones con mercancías en los mercados de artículos distintos a los valores. [34081] Habría sido una ventaja haber podido examinar los efectos de un cambio en los salarios nominales en el capítulo anterior, porque la teoría clásica ha acostumbrado apoyar el supuesto carácter de ajuste automático del sistema económico sobre una hipotética fluidez de los salarios nominales; y cuando hay rigidez echarle la culpa al desajuste. [34082] No era posible, sin embargo, estudiar este asunto en toda su amplitud hasta haber expuesto nuestra teoría, porque las consecuencias de una modificación en los salarios nominales son complicadas. [34083] En determinadas circunstancias una reducción de los mismos puede muy bien estimular la producción, tal como lo supone la teoría clásica. [34084] Difiero de esta teoría principalmente en materia de análisis; de manera que no podía exponerse claramente hasta que el lector estuviera familiarizado con mi método. [34085] La explicación generalmente aceptada es, a mi entender, muy sencilla; no depende de las repercusiones indirectas, tales como las que estudiaremos en seguida. [34086] El argumento consiste sencillamente en que una reducción en los salarios nominales estimulará, ceteris paribus , la demanda al hacer bajar el precio de los productos acabados, y aumentará, por tanto, la producción y la ocupación hasta el punto en que la baja que los obreros han convenido aceptar en sus salarios nominales quede compensada precisamente por el descenso de la eficiencia marginal del trabajo a medida que se aumente la producción (procedente de un equipo dado). [34087] En su forma más cruda, esto equivale a suponer que la reducción en los salarios nominales no afectará la demanda. [34088] Puede haber algunos economistas que sostengan que no hay razón para que la demanda sea afectada, arguyendo que la demanda global depende de la cantidad de dinero multiplicada por la velocidad-ingreso del mismo y que no hay razón obvia por la cual una contratación de los salarios nominales haya de reducir la cantidad de dinero o su velocidad-ingreso. [34089] O pueden sostener inclusive que las ganancias subirán necesariamente debido a que los salarios han bajado. [34091] De este modo, en el nuevo equilibrio habrá más ocupación de la que existiría en otras condiciones, excepto, quizás, en algunos casos extremos que no tienen realidad en la práctica. [34092] Difiero fundamentalmente de este tipo de análisis; o mejor dicho, del que parece existir en el fondo de observaciones como las anteriores; porque, mientras lo dicho representa bastante bien, según creo, la forma en que muchos economistas hablan y escriben, el razonamiento subyacente rara vez se ha desarrollado en detalle. [34093] Parece probable, sin embargo, que se llegue a esta forma de pensar como sigue: en cualquier industria dada tenemos una curva de demanda de su producto que relaciona las cantidades disponibles para la venta con los precios solicitados; así como una serie de curvas de oferta que ligan unos con otros los precios que se pedirán por la venta de diferentes cantidades, de acuerdo con las distintas bases de costo; y estas curvas, en conjunto, llevarán a otra que, en el supuesto de invariabilidad de los demás costos (excepto como consecuencia de un cambio en la producción), nos da la curva de demanda de mano de obra en la industria, que liga la cantidad de empleo con los diferentes niveles de salarios; expresando la pendiente de la curva respectiva, en cualquiera de sus puntos, la elasticidad de la demanda de mano de obra. [34094] Este concepto se transfiere entonces, sin modificación sustancial, a la industria en su conjunto; y se supone, por un razonamiento semejante, que tenemos una curva de demanda para la mano de obra en la industria como un todo, que liga el volumen de ocupación con los diferentes niveles de salarios. [34095] Se sostiene que este argumento no se altera esencialmente si se hace en términos de salarios nominales o reales. [34096] Si pensamos en términos de los primeros, debemos, por supuesto, hacer correcciones por los cambios en el valor del dinero; pero esto no afecta la dirección general del argumento, pues es evidente que los precios no cambian en proporción exacta a las modificaciones en los salarios nominales. [34097] Si ésta es la base del razonamiento (y de lo contrario no sé cuál pueda ser), seguramente es una falacia; porque las curvas de demanda para industrias concretas sólo pueden trazarse partiendo de algunos supuestos fijos respecto a la naturaleza de las curvas de demanda y oferta de otras industrias y al monto de la demanda global efectiva No se puede, por tanto, aplicar el aumento a la industria en conjunto, a menos que también llevemos allá nuestro supuesto de que la demanda global efectiva es fija. [34098] Pero esta hipótesis reduce el argumento a un ignoratio elenchi ; porque si bien nadie desearía negar la proposición de que una baja en los salarios nominales acompañada por la misma demanda global creativa que antes irá asociada con un aumento en la ocupación, el asunto concreto que se discute es si la baja de los salarios nominales irá o no acompañada por la misma demanda global efectiva de antes medida en dinero; o, por lo menos, por una demanda global efectiva que no se reduzca en la misma proporción que los salarios nominales (es decir, que es algo mayor medida en unidades de salarios). [34099] Pero si no se permite a la teoría clásica extender sus conclusiones por analogía de la industria en particular a la industria en conjunto, es completamente incapaz de contestar la pregunta relativa a qué efectos producirá sobre la ocupación una baja de los salarios nominales; porque carece de método de análisis con que abordar el problema. [34101] Apliquemos, pues, nuestro propio método de análisis a resolver el problema. [34102] Se divide en dos partes una reducción en los salarios nominales ¿tiende directamente, ceteris paribus , a aumentar la ocupación, queriendo decir por ceteris paribus que la propensión a consumir, la curva de la eficiencia marginal del capital y la tasa de interés son las mismas que antes para la comunidad en conjunto? y ¿tiende probablemente una reducción en los salarios nominales a afectar a la ocupación en un sentido particular a través de sus repercusiones ciertas o probables sobre estos tres factores? [34103] En los capítulos anteriores ya hemos contestado a la primera pregunta en sentido negativo, porque hemos demostrado que el volumen de ocupación está ligado en una sola forma con el de la demanda efectiva, medida en unidades de salarios, y que siendo ésta la suma del consumo probable y de la inversión esperada, no puede cambiar si la propensión a consumir, la curva de la eficiencia marginal del capital y la tasa de interés permanecen todas invariables. [34104] Si, a falta de cualquier modificación en estos factores, los empresarios aumentaran la ocupación en conjunto, sus entradas forzosamente serían inferiores al precio de oferta. [34105] Tal vez nos ayude a refutar la conclusión burda de que una baja de los salarios nominales aumentara la ocupación "porque reduce el costo de producción", seguir el curso de los acontecimientos según la hipótesis más favorable a este punto de vista, es decir, la de que, al principio, los empresarios esperan que la reducción en los salarios nominales tenga este efecto. [34106] Sin duda, no es improbable que el empresario individual, viendo que sus propios costos se reducen, pase por alto al principio las repercusiones sobre la demanda de su producto y actúe en el supuesto de que está capacitado para vender con ganancia una producción mayor que antes. [34107] Si, entonces, los empresarios en general actúan de acuerdo con esta expectativa, ¿lograrán en realidad aumentar sus ganancias? [34108] Solamente si la propensión marginal a consumir de la comunidad es igual a uno, de manera que no haya una brecha entre el aumento de los ingresos y el del consumo, o bien si hay un alza en la inversión que corresponda a la brecha que existe entre el aumento del ingreso y el del consumo, lo que ocurrirá únicamente en caso que la curva de las eficiencias marginales del capital haya aumentado relativamente a la tasa de interés. [34109] Así, los productos obtenidos del aumento de producción desanimarán a los empresarios y la ocupación bajará otra vez a su nivel previo, a menos que la propensión marginal a consumir sea igual a la unidad, o que la reducción en los salarios nominales haya tenido el efecto de aumentar la escala de las eficiencias marginales del capital en relación con la tasa de interés y, por consiguiente, el monto de la inversión; porque si los empresarios ofrecen ocupación en una escala que, en caso de vender su producción al precio esperado, provea al público con ingresos de los cuales ahorre más que el monto de la inversión corriente, corren peligro de resentir una pérdida igual a la diferencia; y esto será lo que ocurra, independientemente en absoluto del nivel de los salarios nominales. [34111] De este modo, la baja de los salarios nominales no tenderá aumentar la ocupación durante mucho tiempo, excepto en virtud de sus repercusiones, ya sea sobre la propensión a consumir de la comunidad en conjunto, sobre la curva de las eficiencias marginales del capital, o sobre la tasa de interés. [34112] No hay más modo de analizar el efecto de una reducción de los salarios nominales que el de examinar sus posibles efectos sobre estos tres elementos. [34113] Es probable que en la práctica las repercusiones más importantes sobre estos tres factores sean las siguientes: [34114] 1) Una baja de los salarios nominales reducirá algo los precios. [34115] Acarreará, por tanto, cierta redistribución de los ingresos reales: de quienes perciben salarios a otros factores que entren en el costo primo marginal y cuya remuneración no haya sido reducida y de los empresarios a los rentistas, a quienes se ha garantizado cierto ingreso fijo en términos monetarios. [34116] ¿Cual será el efecto de esta redistribución sobre la propensión a consumir de la comunidad en conjunto? [34117] La transferencia de ingresos de quienes perciben salarios a otros factores probablemente tenderá a reducirla. [34118] El resultado de la transferencia de los empresarios a los rentistas es más dudoso; pero si estos últimos representan en conjunto la sección más rica de la comunidad y el grupo cuyo nivel de vida es el de menor flexibilidad, entonces el efecto será también desfavorable. [34119] Sólo podemos hacer conjeturas sobre cuál será el resultado neto del balance de estas consideraciones. [34121] 2) Si nos referimos a un sistema no cerrado, y la baja de los salarios nominales es una reducción relativamente a los salarios nominales en el exterior cuando ambos se convierten a una unidad común; es evidente que el cambio será favorable a la inversión, ya que tenderá a aumentar el saldo de la balanza comercial. [34122] Desde luego, esto supone que la ventaja no esté contrarrestada por una modificación en los aranceles, contingentes, etc. [34123] La mayor fuerza que tiene en Inglaterra la creencia tradicional en la eficacia de una reducción en los salarios nominales como medio de aumentar el empleo en comparación con la que se le atribuye en Estados Unidos, se debe, probablemente, a que este último país es un sistema cerrado en comparación con el inglés. [34124] 3) En el caso de un sistema no cerrado es probable que una reducción de los salarios nominales, aunque aumente la balanza comercial favorable, empeore la relación de intercambio. [34125] Por tanto, habrá una reducción en los ingresos reales, excepto en el caso de quienes hayan sido recientemente empleados, lo que puede influir en el aumento de la propensión a consumir. [34126] 4) Si se espera que la baja de los salarios nominales sea una reducción relativamente a los salarios nominales en el futuro , el cambio será favorable a la inversión, porque, como vimos antes, aumentará la eficiencia marginal del capital; mientras que, por la misma razón, puede ser favorable al consumo. [34127] Si, por otra parte, la reducción conduce a la expectativa o a la seria posibilidad de una mayor reducción de salarios posterior, tendrá precisamente el efecto contrario; porque disminuirá la eficiencia marginal del capital y llevará al aplazamiento de la inversión y del consumo. [34128] 5) La reducción en la nómina de salarios, acompañada por cierto descenso en los precios y en los ingresos monetarios en general, contraerá la necesidad de efectivo para consumo y para negocios, y abatirá, en consecuencia, por tanto la curva de preferencia de liquidez de la comunidad en continuo, Ceteris paribus , esto reducirá la tasa de interés y será favorable a la inversión. [34129] En este caso, sin embargo, el efecto de la expectativa respecto al futuro será de tendencia opuesta al que acabamos de considerar en el párrafo 4); porque si se espera que los salarios y los precios vuelvan a subir después, la reacción favorable era mucho menos pronunciada en el caso de los préstamos a largo que en los de corto plazo. [34131] 6) Desde el momento que una reducción especial de los salarios nominales es siempre ventajosa a un empresario o industria individuales, una baja general (aunque sus efectos reales sean diferentes) puede también dar un tono optimista a los juicio de los empresarios, que a su vez puede romper las dificultades de un círculo vicioso de estimaciones indebidamente pesimistas acerca de la eficiencia marginal del capital y arreglar las cosas de manera que funcionen sobre bases más normales de previsión. [34132] Por otra parte, si los trabajadores cometen el mismo error que sus patronos sobre los efectos de una reducción general, las dificultades obreras pueden contrarrestar esta circunstancia favorable, fuera de lo cual, como ya no suele haber medios de lograr un descenso igual y simultáneo de los salarios nominales en todas las industrias, conviene a todos los trabajadores resistirse a una reducción en su caso particular. [34133] De hecho, un movimiento de parte de los patronos para revisar los contratos sobre salarios nominales con el fin de rebajarlos, encontrará una resistencia mucho mayor que un descenso gradual y automático de los salarios reales como resultado del alza de los precios. [34134] 7) Por otra parte, la influencia depresiva que ejerce sobre los empresarios el aumento de la carga de deudas, puede neutralizar parcialmente cualquier reacción optimista que resulte del descenso de los salarios. [34135] En verdad, si la baja de éstos y de los precios va lejos, las dificultades de los empresarios que estén fuertemente endeudados pueden llegar pronto al límite de insolvencia, con severos efectos adversos sobre la inversión. [34136] Más aún, las consecuencias de un nivel inferior de precios sobre la carga real de la deuda nacional y, por tanto, sobre los impuestos, tienen probabilidades de ser muy contrarias a la confianza en los negocios. [34137] Ésta no es una lista completa de todas las reacciones posibles de los descensos en los salarios en el complejo mundo real; pero creo que las citadas comprenden las que suelen ser más importantes. [34138] Por tanto, si limitamos nuestro razonamiento al caso de un sistema cerrado y suponemos que no puede esperarse nada, sino todo lo contrario, de la repercusiones de la nueva distribución de los ingresos reales sobre la propensión de la comunidad a gastar, se sigue que debemos basar cualquier esperanza de resultados favorables de una baja en los salarios nominales sobre la ocupación, principalmente en una mejoría de la inversión debida a un aumento en la eficiencia marginal del capital según el párrafo 4) o a una tasa menor de interés de acuerdo con el 5). [34139] Examinemos estas dos posibilidades con mayor detalle. [34141] La contingencia más desfavorable es aquella en que al ir descendiendo lentamente los salarios nominales cada reducción sirva para mermar la confianza en el sostenimiento probable de los mismos. [34142] Cuando entramos en un periodo de debilitamiento de la demanda efectiva, un descenso repentino y considerable de dichos salarios, a un nivel tan bajo que nadie crea en su continuidad indefinida, sería el suceso más favorable para fortalecer la demanda efectiva; pero esto sólo podría lograrse por un decreto administrativo y es una política poco práctica en un sistema de libre contratación del trabajo. [34143] Por otra parte, sería preferible que los salarios se fijaran rígidamente y se considerara que es imposible que ocurran cambios de importancia en ellos a que esas depresiones fueran acompañadas de una tendencia gradual de los salarios nominales a bajar, con la esperanza de que cada nuevo descenso moderado en los salarios señalara un aumento de digamos, uno por ciento en el volumen de desocupación. [34144] Por ejemplo, el efecto de una expectativa de que los salarios van a bajar en un 2 por ciento, digamos, durante el año venidero será aproximadamente equivalente al que ocasione un alza del 2 por ciento en la tasa de interés, pagadera en el mismo periodo. [34145] La misma observación se aplica mutatis mutandis al caso de un auge. [34146] Se deduce que, con las prácticas e instituciones conocidas del mundo contemporáneo, es más expedito adoptar una política de salarios nominales rígidos que otra flexible que responda con pasos suaves a los cambios en el volumen de la desocupación; es decir, en lo que se refiere a la eficiencia marginal del capital; ¿pero se altera esta conclusión cuando se trata de la tasa de interés? [34147] Por tanto, sobre el efecto que un nivel descendente de precios y salarios provoca en la demanda de dinero, deben hacer descansar el peso de su argumentación quienes creen en la propiedad del sistema económico de ajustarse automáticamente; aunque no sé que lo hayan hecho así. [34148] Si la cantidad de dinero es por sí misma función del nivel de salarios y precios, no hay nada, por cierto, que esperar en este sentido. [34149] Pero si la cantidad de dinero es virtualmente fija, resulta evidente que, medida en unidades de salarios, puede aumentarse indefinidamente por medio de una reducción adecuada en los salarios nominales; y que su monto en proporción a los ingresos en general puede aumentarse considerablemente, dependiendo el límite de este aumento de la proporción que el costo de los salarios guarde con el costo primo marginal y de la reacción de otros elementos del costo primo marginal ante la baja en la unidad de salarios. [34151] De aquí se deduce que la baja de los salarios, como método de alcanzar la ocupación total, está bien sujeta a las mismas limitaciones que el de aumentar la cantidad de dinero. [34152] Las mismas razones mencionadas antes, que limitan la eficacia de los aumentos en la cantidad de dinero como medio de elevar la inversión a la cifra óptima, se aplican mutatis mutandis a las reducciones de salarios. [34153] Así como un alza moderada, en la cantidad de dinero puede ejercer influencia inadecuada sobre la tasa de interés a largo plazo, en tanto que un inmoderado aumento puede neutralizar, por sus efectos perturbadores sobre la confianza, las otras ventajas que presenta; del mismo modo, una reducción moderada en los salarios monetarios puede no bastar, en tanto que la reducción inmoderada podría destrozar la confianza aun en el caso de que fuera factible. [34154] No hay motivo, por tanto, para creer que una política de salarios flexibles sea capaz de mantener un estado de ocupación plena continua -como tampoco para pensar que una política monetaria de mercado abierto pueda lograr este resultado sin ayuda-. [34155] No puede conseguirse sobre estas bases que el sistema económico tenga ajuste automático. [34156] La dirección monetaria estaría de hecho en manos de los sindicatos obreros, con miras a la ocupación plena, y no en las del sistema bancario, si los obreros pudieran actuar (y lo hicieran) siempre que la ocupación fuera inferior a la total, con el fin de reducir sus demandas monetarias por acción concertada hasta el límite requerido, sea cual fuese, para que el dinero abundara tanto, en relación con la unidad de salarios, que la tasa de interés tendiera a bajar a un nivel compatible con la plena ocupación. [34157] Sin embargo, aunque políticas flexibles de salarios y de dinero vienen a ser lo mismo, analíticamente, ya que son medios alternativos para cambiar la cantidad de dinero en términos de unidades de salarios, en otros respectos las separa, por supuesto, un verdadero abismo. [34158] Permítaseme recordar brevemente al lector las tres consideraciones principales. [34159] Excepto en una comunidad socializada, donde la política de salarios se establece por decreto, no hay medio de asegurar reducciones uniformes para cada clase de trabajo. [34161] Por otra parte, un cambio en la cantidad de dinero cae ya dentro de las posibilidades de la mayor parte de los gobernantes por medio de la política de mercado abierto o medidas análogas. [34162] Teniendo en cuenta la naturaleza humana y nuestras instituciones, solamente un tonto preferiría una política de salarios flexibles a una política monetaria elástica, a menos que señale las ventajas de la primera que no sea posible obtener con la segunda. [34163] Más todavía, en igualdad de condiciones, un método que es comparativamente fácil de aplicar debería considerarse preferible a otro que es probablemente tan difícil como impracticable. [34164] Si los salarios monetarios son inflexibles, los cambios que se presenten en los precios (es decir, fuera de los precios "dirigidos" o los de monopolio, que están determinados por otros motivos además del costo marginal) corresponderán en primer término a la productividad marginal decreciente del equipo que se tenga, a medida que aumente la producción de él derivada. [34165] Así se mantendrá la mayor equidad practicable entre el trabajo y los factores cuya remuneración se fija contractualmente en términos monetarios, en particular entre la clase rentista y las personas que tienen sueldos fijos en una firma establecida permanentemente, en una institución o en el estado. [34166] Para que clases sociales numerosas tengan remuneración fija, en dinero en todo caso, la justicia y la conveniencia sociales quedan mejor servidas si la remuneración de todos los factores es algo inflexible en dinero. [34167] Teniendo en cuenta los grandes grupos de ingresos que son comparativamente inflexibles, medidos en dinero, solamente una persona injusta puede preferir una política flexible de salarios a una monetaria de la misma clase, a menos que pueda señalar las ventajas de la primera que no sea posible obtener con la segunda. [34168] El método de aumentar la cantidad de dinero en unidades de salarios mediante rebaja de la unidad de las mismas, eleva proporcionalmente la carga de las deudas; en tanto que el de producir el mismo resultado por el aumento de la cantidad de dinero, dejando invariable la unidad de salarios, produce el efecto opuesto. [34169] Teniendo en cuenta la excesiva carga de muchas clases de deudas solamente una persona sin experiencia puede preferir el primero. [34171] De aquí se deduce que, si el trabajo respondiera a la disminución gradual de la ocupación ofreciendo sus servicios por un salario nominal en descenso regular, esto no tendría por efecto, en términos generales, reducir los salarios reales y aun podría aumentarlos, a través de su influencia adversa sobre el volumen de producción. [34172] El resultado principal de esta política sería producir una inestabilidad de precios, quizá tan violenta que hiciera fáciles los cálculos mercantiles en una sociedad económica que funcionara conforme al modelo de la actual. [34173] Suponer que la política de salarios flexibles es un auxiliar correcto y adecuado de un sistema que en conjunto corresponde al tipo del laissez faire , es lo opuesto a la verdad. [34174] Solamente en una sociedad altamente autoritaria, en la que pudieran decretarse cambios sustanciales y completos, podría funcionar con éxito una política de salarios flexibles. [34175] Se la puede imaginar operando en Italia, Alemania o Rusia; pero no en Francia, Estados Unidos o Gran Bretaña. [34176] Si como en Australia, se hiciera un intento para fijar los salarios reales por legislación, entonces habría cierto nivel de ocupación correspondiente a esa magnitud de los mismos; y el nivel real oscilaría violentamente, en un sistema cerrado, entre aquél y la ausencia total de empleo, según que la tasa de inversión estuviera o no por debajo de la que fuera compatible con dicho nivel; mientras que los precios se encontrarían en equilibrio inestable cuando la inversión alcanzara el nivel crítico, moviéndose apresuradamente hacia cero siempre que ésta se encontrara por debajo de él y hacia el infinito cuando estuviera por encima. [34177] El elemento de estabilidad tendría que encontrarse, si acaso, en que los factores que controlan la cantidad de dinero estuvieran determinados de tal modo que siempre existiera algún nivel de salarios nominales en el cual la cantidad de dinero fuera la necesaria para crear una relación entre la tasa de interés y la eficiencia marginal del capital requerida para mantener la inversión al nivel crítico. [34178] En este caso la ocupación sería constante (al nivel adecuado para el salario real legal) y los salarios nominales y los precios fluctuarían con rapidez en el grado precisamente necesario para conservar esta tasa de inversión en la cifra conveniente. [34179] En el caso real de Australia, la válvula de escape se encontró -en parte, por supuesto- en la inevitable ineficacia de la legislación para conseguir su objeto, y parcialmente en que Australia no es un sistema cerrado, de tal manera que el nivel de los salarios nominales era por sí mismo una determinante del nivel de la inversión extranjera y, por tanto, de la inversión total, mientras la relación de intercambio influía mucho sobre los salarios reales. [34181] La existencia de cierto grado de flexibilidad de los salarios en industrias particulares tiene sus ventajas si sirve para facilitar las transferencias de las que se encuentran en decadencia comparativa a las que relativamente están en auge. [34182] Pero el nivel de salarios nominales en conjunto debe mantenerse tan estable como sea posible, por lo menos en periodos cortos. [34183] Esta política tendría por resultado un grado conveniente de estabilidad en el nivel de precios -mayor estabilidad, al menos, que con otra de salarios flexibles-. [34184] Fuera de los precios "dirigidos" o de monopolio, el nivel de precios solamente cambiará en periodos cortos como respuesta a la extensión en que los cambios del volumen de ocupación afecten los costos primos marginales; mientras que, en periodos largos, solamente variará como reacción a las alteraciones en el costo de producción debidas a la distinta técnica y al equipo nuevo o aumentado. [34185] Es verdad que si a pesar de todo ocurren grandes fluctuaciones en la ocupación, éstas irán acompañadas por otras sustanciales en el nivel de precios. [34186] Pero las fluctuaciones serán menos como dije antes, que con la política de salarios flexibles. [34187] De este modo, con la política rígida de salarios, la estabilidad de los precios irá ligada, en periodos cortos, a la ausencia de fluctuaciones en la ocupación. [34188] En periodos largos, por otra parte, todavía nos queda por escoger entre la política de permitir a los precios que bajen lentamente con el progreso, de la técnica y el equipo, mientras se conservan estables los salarios; o dejar que los salarios suban poco a poco, al mismo tiempo que se mantienen estables los precios. [34189] En conjunto, yo prefiero la según alternativa porque es más fácil conservar el nivel real de ocupación dentro de una escala determinada de empleo completo con una esperanza de mejores salarios para después; que con la de salarios menores en el futuro; y debido también a las ventajas sociales de disminuir gradualmente la carga de las deudas, la mayor facilidad de ajuste de las industrias en decadencia hacia las que van en auge y el estímulo psicológico que probablemente se sentirá con una tendencia moderada de los salarios nominales a subir. [34191] En el apéndice a este capítulo se critica en detalle la Theory of Unemployment del profesor Pigou. [34192] LA TEORÍA DE LOS PRECIOS [34193] Mientras los economistas se ocupan de lo que se llama teoría del valor han acostumbrado enseñar que los precios están regidos por las condiciones de la oferta y la demanda; habiendo desempeñado papel prominente, en particular, los cambios en el costo marginal y en la elasticidad de oferta en periodos cortos pero cuando pasan, en el Libro II, o más frecuentemente en otra obra, a la teoría del dinero y de los precios, ya no oímos hablar más de estos conceptos familiares pero inteligibles y nos trasladamos a un mundo en donde los precios están gobernados por la cantidad de dinero, por su velocidad-ingreso, por la velocidad de circulación relativamente al volumen de transacciones, por el atesoramiento, por el ahorro forzado, por la inflación y la deflación et hoc genus omne ; y se hace muy poco esfuerzo, o bien ninguno, para ligar estas frases más vagas con nuestras ideas anteriores de las elasticidades de oferta y demanda. [34194] Si reflexionamos sobre lo que se nos ha enseñado y tratamos de racionalizarlo, en los estudios más sencillos parece que la elasticidad de oferta debe haber llegado a cero y la demanda a ser proporcional a la cantidad de dinero; mientras que en los estudios más elevados nos encontramos perdidos en una niebla donde no hay nada claro y todo es posible. [34195] Todos estamos acostumbrados a colocarnos algunas veces a un lado de la luna y otras en el contrario, sin saber qué ruta o trayecto los une, relacionándolos, aparentemente, según nuestro modo de caminar y nuestras vidas soñadoras. [34196] Uno de los objetos de los capítulos anteriores ha sido escapar de esta doble vida y poner la teoría de los precios, en conjunto, en contacto íntimo con la teoría del valor. [34197] La división de la economía en teoría del valor y la distribución por una parte y teoría del dinero por la otra, es, en mi opinión, una separación falsa. [34198] Sugiero que la dicotomía correcta es entre la teoría de la industria o firma individual y las remuneraciones y distribución de una cantidad dada de recursos entre diversos usos por una parte y la teoría de la producción y la ocupación en conjunto por la otra. [34199] Es verdad que mientras nos limitemos al estudio de la industria o firma individual, suponiendo que la cantidad total de recursos empleados es constante y, provisionalmente, que las condiciones de otras industrias o firmas no han cambiado, no nos estaremos refiriendo a las características importantes del dinero. [34201] O quizá pudiéramos trazar nuestra línea divisoria entre la teoría del equilibrio estacionario y la teoría del equilibrio móvil -queriendo decir con ésta la de un sistema en que los puntos de vista cambiantes acerca del futuro son capaces de influir en la situación presente. [34202] Porque la importancia del dinero negro surge esencialmente de que es un eslabón entre el presente y el futuro . [34203] Podemos considerar la distribución de recursos entre los diferentes usos será compatible con el equilibrio, bajo la influencia de los motivos económicos normales en un mundo en que nuestras opiniones relativas al futuro son estables y dignas de confianza por todos conceptos -quizá con una división más entre una economía que no cambia y otra que está sujeta a variar, pero en la que todas las cosas se preven desde el principio-. [34204] 0 podemos pasar de esta propedéutica simplificada a los problemas del mundo real, en el que nuestras previsiones anteriores pueden quedar fallidas, y las expectativas relativas al futuro afectar lo que hacemos en la actualidad. [34205] Sólo cuando hayamos realizado esta transición deben entrar en nuestros cálculos las propiedades peculiares del dinero como un eslabón entre el presente y el futuro. [34206] Pero aunque la teoría del equilibrio móvil debe seguirse necesariamente en términos de una economía monetaria, sigue siendo una teoría del valor y de la distribución y no una teoría del dinero" autónoma. [34207] El dinero en sus atributos importantes es, sobre todo, un artificio sutil para ligar el presente con el futuro; y no podemos siquiera empezar a examinar el efecto de las expectativas cambiantes sobre las actividades corrientes, excepto en términos monetarios. [34208] No podemos librarnos del dinero aun cuando aboliéramos el oro, la plata y los instrumentos de moneda corriente. [34209] Mientras exista algún bien durable, éste podrá poseer los atributos monetarios y, por tanto, dar origen, a los problemas característicos de una economía monetaria. [34211] No hay motivo para modificar esta conclusión cuando pasamos a la industria en conjunto. [34212] El nivel general de precios depende, en parte, de la tasa de remuneración de los factores productivos que entran en el costo marginal y, en parte, de la escala de producción como un todo, es decir (considerando conocidos el equipo y la técnica), del volumen de ocupación. [34213] Es verdad que, cuando pasamos a la producción como un todo, el costo de la misma, para cualquier industria, depende parcialmente de la producción de las demás; pero la variación más importante de la que no hemos hecho caso es el efecto, tanto sobre los costos como sobre el volumen, de los cambios en la demanda. [34214] Es en el lado de la demanda donde tenemos que introducir ideas completamente nuevas cuando nos ocupamos de la demanda en conjunto y ya no más de la de un producto aislado, considerado separadamente, suponiendo invariable la demanda total. [34215] Si nos tomamos la libertad de simplificar, suponiendo que los tipos de remuneración de los diferentes factores productivos que entran en el costo marginal cambian todos en la misma proporción, es decir, en la misma que la unidad de salarios, se deduce que el nivel general de precios (considerando conocidos la técnica y el equipo) depende, en parte, de la unidad de salarios y, en parte, del volumen de ocupación. [34216] De aquí que el efecto de los cambios en la cantidad de dinero sobre el nivel de precios pueda considerarse como compuesto del efecto que ejerce sobre la unidad de salarios y del que tiene sobre la ocupación. [34217] Para aclarar las ideas que esto entraña, simplifiquemos nuestras suposiciones todavía más y supongamos 1) que todos los recursos sin ocupación son homogéneos o intercambiables en su eficacia para producir lo que se requiera y 2) que los factores de la producción que entran en el costo marginal se conforman con el mismo salario nominal en tanto haya un excedente de los mismos sin ocupación. [34218] En este caso tendremos rendimientos constantes y una unidad rígida de salarios, mientras exista la más pequeña desocupación. [34219] Se deduce de esto que un aumento en la cantidad de dinero no tendrá el menor efecto sobre los precios mientras haya alguna desocupación, y que la ocupación subirá exactamente en proporción a cualquier aumento de la demanda efectiva producida por la elevación de la cantidad de dinero; mientras que, tan pronto como se alcance la ocupación plena, la unidad de salarios y los precios serán los que crecerán en proporción exacta al aumento de la demanda efectiva. [34221] Sin embargo, habiendo satisfecho la tradición al introducir un número suficiente de supuestos simplificados para permitirnos enunciar una teoría cuantitativa del dinero, consideremos ahora las posibles complicaciones que de hecho influirán sobre los acontecimientos: [34222] 1) La demanda efectiva no cambiará en proporción exacta a la cantidad de dinero. [34223] 2) Desde el momento que los recursos no son homogéneos, habrá rendimientos decrecientes, y no constantes, a medida que la ocupación aumente gradualmente. [34224] 3) Como los recursos no son intercambiables, algunos bienes alcanzarán una condición de inelasticidad en la oferta a pesar de haber recursos sin empleo disponibles para la producción de otros bienes. [34225] 4) La unidad de salarios tenderá a subir antes de que se haya alcanzado la ocupación plena. [34226] 5) Las remuneraciones de los factores que entran en el costo marginal no cambiarán todas en la misma proporción. [34227] Por consiguiente, debemos considerar en primer lugar el efecto de los cambios en la cantidad de dinero sobre la magnitud de la demanda efectiva; y el crecimiento de ésta irá, en términos generales, a aumentar la cantidad de ocupación y a elevar el nivel de precios. [34228] Así, en vez de que los precios permanezcan constantes mientras haya desocupación y de que los precios crezcan, relativamente a la cantidad de dinero, cuando exista ocupación completa, tendremos, de hecho, una situación en que los precios ascienden gradualmente a medida que la ocupación crece. [34229] Es decir, que la teoría de los precios, o sea el análisis de la relación entre los cambios en la cantidad de dinero y los del nivel de precios, con el fin de determinar la elasticidad de estos últimos en respuesta a las modificaciones en la cantidad de dinero, debe por tanto, dirigirse a los cinco factores de complicación mencionados antes. [34231] Pero no debe permitirse que este procedimiento nos lleve al supuesto de que son independientes, hablando en sentido estricto. [34232] Por ejemplo, la proporción en que se dividen los efectos de un crecimiento de la demanda efectiva entre el alza de la producción y la de los precios, puede afectar la forma en que la cantidad de dinero se relaciona con la magnitud de la demanda efectiva. [34233] 0, nuevamente, las diferencias en las proporciones en que cambian las remuneraciones de los diferentes factores pueden influir sobre la relación entre la cantidad de dinero y la magnitud de la demanda efectiva. [34234] El objetivo de nuestro análisis no es proveer un mecanismo o método de manipulación ciega que nos dé una respuesta infalible, sino dotarnos de un método organizado y ordenado de razonar sobre problemas concretos; y, después que hayamos alcanzado una conclusión provisional, aislando los factores de complicación uno a uno, tendremos que volver sobre nuestros pasos y tener en cuenta, lo mejor que podamos, las probables interacciones de dichos factores. [34235] Ésta es la naturaleza del pensamiento económico. [34236] Cualquier otro modo de aplicar nuestros principios formales de pensamiento (sin los que, no obstante, estaremos perdidos en el bosque) nos llevará a error. [34237] Una falla importante de los métodos pseudo-matemáticos simbólicos de dar forma a un sistema de análisis económico, tal como indicaremos en la sección VI de este capítulo, es el hecho de suponer de manera expresa una independencia estricta de los factores que entran en juego, y que dichos métodos pierden toda su fuerza lógica y su autoridad si se rechaza esta hipótesis; mientras que, en el razonamiento ordinario, donde no se manipula a ciegas, sino que se sabe en todo momento lo que se está haciendo y lo que las palabras significan, podemos conservar "en el fondo de nuestra mente" las necesarias reservas y limitaciones y las correcciones que tendremos que hacer después, de un modo en el que no podemos retener diferenciales parciales complicadas "al reverso" de algunas páginas de álgebra, que suponen el desvanecimiento de todas ellas. [34238] Una parte demasiado grande de la economía "matemática" reciente es una simple mixtura, tan imprecisa como los supuestos originales que la sustentan, que permite al autor perder de vista las complejidades e interdependencias del mundo real en un laberinto de símbolos pretensiosos e inútiles. [34239] El efecto primario de un cambio en la cantidad de dinero sobre el volumen de la demanda efectiva se ejerce al través de su influencia sobre la tasa de interés. [34241] Pero aunque este análisis sea valioso por introducir orden y método en nuestra investigación, presenta una simplicidad engañosa si olvidamos que a), b) y c) son también parte integrante de los elementos de complicación 2), 3), 4) y 5), que todavía no hemos tomado en cuenta; porque la curva misma de preferencia por la liquidez depende de la cantidad del nuevo dinero que sea absorbida por la circulación de productos y de ingresos, que a su vez depende de la proporción en que crece la demanda efectiva y de cómo se divide el aumento entre la respectiva alza de precios, de salarios, y el volumen de producción y de ocupación. [34242] Más todavía, la curva de las eficiencias marginales dependerá parcialmente del efecto que tengan las circunstancias concomitantes al aumento en la cantidad de dinero sobre las previsiones respecto a las futuras probabilidades de la situación monetaria. [34243] Y, finalmente, el multiplicador estará influido por el modo en que se distribuya el nuevo ingreso resultante del aumento de la demanda efectiva entre las diferentes clases de consumidores. [34244] Tampoco, por supuesto, es completa esta lista de interacciones. [34245] Sin embargo, si tenemos presentes todos los hechos, tendremos suficientes ecuaciones simultáneas para obtener un resultado determinado. [34246] Habrá un volumen concreto de crecimiento en la magnitud de la demanda efectiva que, después de tomar todo en cuenta, corresponderá al aumento de la cantidad de dinero y estará en equilibrio con él. [34247] Además, sólo en circunstancias muy excepcionales ocurre que un aumento en la cantidad de dinero irá asociado con una disminución en la magnitud de la demanda efectiva. [34248] La proporción entre el volumen de demanda efectiva y la cantidad de dinero corresponde muy de cerca a lo que a menudo se llama la "velocidad-ingreso del dinero" salvo que la demanda efectiva corresponda a aquel ingreso que ha dado previsto y que puso en marcha la producción, no al que realmente se percibe, y al ingreso bruto, no al neto. [34249] Pero la "velocidad-ingreso del dinero" es, en sí misma, simplemente un nombre que nada explica. [34251] El uso de este término obscurece, en mi opinión el carácter real de la causación y sólo ha conducido a confusiones. [34252] Como hemos visto antes (p. 51), la distinción entre los rendimientos decrecientes y los constantes depende, en parte, de si los trabajadores son remunerados en proporción estricta a su eficacia. [34253] De ser así, tendremos costos de trabajo constantes (en unidades de salarios) cuando el empleo crece. [34254] Pero si el salario de cierta clase de trabajadores es uniforme, independientemente de la eficacia de los individuos, tendremos costes de trabajo crecientes, cualquiera que sea la eficiencia del equipo. [34255] Además, si éste no es homogéneo y alguna parte de él supone un costo, primo mayor por unidad de producción, tendremos costos primos marginales en ascenso para cualquier aumento debido a los costos crecientes del trabajo. [34256] De aquí que, por lo general, el precio de oferta suba a medida que la producción de un equipo determinado sea mayor. [34257] Así, el aumento de la producción irá seguido de un alza de precios, aparte de cualquier cambio en la unidad de salarios. [34258] En el párrafo 2) consideramos la posibilidad de que la oferta fuese imperfectamente elástica. [34259] Si hay un equilibrio perfecto en las cantidades relativas de recursos especializados que no se usan, todos ellos alcanzarán simultáneamente el estado de ocupación plena. [34261] Así, al aumentar la producción, se llegará sucesivamente a una serie de "embotellamientos" ( bottle-necks ) en los que la oferta de determinados bienes deja de ser elástica y sus precios tienen que subir al nivel necesario, cualquiera que sea, para desviar la demanda en otras direcciones. [34262] Es probable que el nivel general de precios no suba mucho cuando la producción crece, mientras se disponga de recursos eficaces de todas clases sin ocupación. [34263] Pero tan pronto como la producción haya subido lo suficiente para empezar a alcanzar "embotellamientos", es probable que ocurra un alza violenta en los precios de ciertas mercancías. [34264] Sin embargo, en lo aquí tratado, así como en lo dicho en el párrafo 2), la elasticidad de oferta depende en parte del transcurso del tiempo. [34265] Si suponemos un intervalo suficiente para que cambie la cantidad de equipo, las elasticidades de oferta serán eventualmente mayores de manera decidida. [34266] Así, un cambio moderado en la demanda efectiva que se presente en circunstancias de amplia desocupación puede influir muy poco en elevar los precios y mucho en aumentar la ocupación; en tanto que otro más considerable que, siendo imprevisto, haga que se alcancen algunos "embotellamientos" temporales, se agotará en el aumento de precios, no de la ocupación, en mayor proporción al principio que después. [34267] El hecho de que la unidad de salarios puede propender a subir antes de llegar a la ocupación plena requiere pocos comentarios o explicación. [34268] Desde el momento en que cada grupo de trabajadores saldrá ganando, ceteris paribus , con un alza en sus propios salarios, hay, naturalmente, una presión en este sentido para todos los grupos, a la que los empresarios estarán más dispuestos a aceptar cuando estén haciendo mejores negocios. [34269] Por este motivo, es probable que una parte de cualquier aumento en la demanda efectiva será absorbida al satisfacer la tendencia ascendente de la unidad de salarios. [34271] En la realidad, la unidad de salarios no cambia de una manera uniforme en términos monetarios, en respuesta a cada cambio pequeño en la demanda efectiva, sino a saltos. [34272] Estros trazos de discontinuidad están determinados por la psicología de los trabajadores y por la política de los patronos y los sindicatos obreros. [34273] Tratándose de un sistema abierto, en el que significa esta discontinuidad un cambio en relación con los costos de salarios en alguna otra parte, y en el ciclo económico, donde aún en un sistema cerrado puede significar un cambio en relación con los costos de salarios esperados para el futuro, es posible que sean de considerable importancia práctica. [34274] Podría creerse que, desde cierto punto de vista, estos trazos discontinuos, en los que un aumento posterior de la demanda efectiva en términos de dinero puede ocasionar un alza discontinua en la unidad de salarios, son posiciones de semi-inflación que tienen cierta analogía (aunque muy imperfecta) con la inflación absoluta (cf. p. sig.) que aparece con un aumento en la demanda efectiva en circunstancias de ocupación plena. [34275] Tienen, además, mucha importancia histórica; pero no se prestan con facilidad a generalización teóricas. [34276] Nuestra primera simplificación consistió en suponer que las remuneraciones de los diversos factores que entran en el costo marginal varían todas en la misma proporción; pero de hecho los tipos nominales de remuneración de los diferentes factores mostrarán grados variables de rigidez y pueden también tener elasticidades de oferta desiguales en respuesta a cambios en las remuneraciones monetarias ofrecidas. [34277] Si no fuera por esto, podríamos decir que el nivel de precios se compone de dos factores: la unidad de salarios y el volumen de ocupación. [34278] Quizá el elemento más importante en el costo marginal, que tiene probabilidades de cambiar en proporción diferente de la unidad de salarios, y también de fluctuar dentro de límites mucho más amplios, es el costo marginal de uso, porque éste puede subir violentamente cuando la ocupación empieza a mejorar, si (como probablemente ocurrirá) la demanda efectiva creciente ocasiona un cambio rápido en las expectativas que prevalecen respecto a la fecha en que será necesario reponer el equipo. [34279] Si bien para muchos fines es muy útil, como primera aproximación, suponer que las retribuciones de todos los factores que entran en el costo primo marginal varían en la misma proporción que la unidad de salarios, podría ser mejor, quizá, tomar un promedio ponderado de las remuneraciones de los factores que entran en el costo primo marginal y llamarlo la unidad de costos . [34281] Tenemos ocupación plena cuando la producción ha subido a un nivel tal que el rendimiento marginal de una unidad representativa de los factores de la producción ha bajado a la cifra mínima con la cual hay disponible una cantidad suficiente de factores para lograr esta producción. [34282] Cuando un nuevo crecimiento en el volumen de demanda efectiva no produce ya un aumento más en la producción y se traduce sólo lo en un alza de la unidad de costos, en proporción exacta al fortalecimiento de la demanda efectiva, hemos alcanzado un estado que podría designarse apropiadamente como de inflación auténtica. [34283] Hasta alcanzar este punto, el efecto de la expansión monetaria es completamente cuestión de grado y no hay momento previo en el cual podamos trazar una línea definida y declarar que las condiciones de inflación están operando. [34284] Es probable que cada aumento anterior en la cantidad de dinero, en la medida que hace subir la demanda efectiva, se traduzca parte en una elevación de la unidad de costos y parte en un aumento de la producción. [34285] Parece, por tanto, que tenemos cierta clase de asimetría a ambos lados del nivel crítico en que se presenta la inflación, porque una contracción de la demanda efectiva por debajo de ese nivel reducirá la magnitud de ésta, medida en unidades de costo; mientras que una expansión de la demanda efectiva por encima de él no tendrá, por lo general, el efecto de aumentarla en términos de unidades de costo. [34286] Este resultado es consecuencia del supuesto de que los factores de la producción, y en particular los trabajadores, están dispuestos a resistirse a una reducción en sus remuneraciones monetarias, y que no hay motivo correspondiente para oponerse a un aumento de éstas. [34287] Tal supuesto está evidentemente bien fundado en los hechos, debido a la circunstancia de que un cambio que no sea general resulta benéfico a los factores especiales afectados cuando opera en sentido ascendente, y dañoso cuando lo hace hacia abajo. [34288] Si, por el contrario, los salarios nominales bajaran sin límite siempre que hubiese una tendencia hacia un nivel inferior al de la ocupación plena no cabe duda que la asimetría desaparecería. [34289] Pero en ese caso no habría ningún tope inferior a la ocupación plena hasta que la tasa de interés fuese incapaz de bajar más o que los salarios llegaran a cero. [34291] La opinión de cualquier aumento en la cantidad de dinero es inflacionista (a menos que por esto queramos decir solamente que los precios están subiendo) está ligado con el supuesto básico de la teoría clásica de que siempre nos encontramos en circunstancias tales que una baja en las restricciones reales de los factores productivos conducirá a una contracción de su oferta. [34292] Con ayuda de las anotaciones hechas en el capítulo 20, podemos, si así lo deseamos, expresar en forma simbólica lo más sustancioso de lo antes dicho. [34293] Escribamos MV=D, donde M es la cantidad de dinero, V su velocidad ingreso (definición que difiere en pequeños detalles de la indicada antes, que proviene de la definición usual) y D la demanda efectiva. [34294] Si entonces V es constante, los precios cambiarán en la misma proporción que la cantidad de dinero, a condición de que xxx sea igual a la unidad. [34295] Esta condición se satisface (véase p. 275)si e=0 o si e=1. [34296] La condición e=1 significa que la unidad de salarios, expresada en dinero, sube en la misma proporción que la demanda efectiva, desde el momento que e,= SdD; v la condición e=o quiere decir que la producción ya no presenta reacción alguna a un aumento más en la demanda efectiva, ya que xxx. [34297] La producción, en cualquier caso, permanecerá invariable. [34298] Podemos ocuparnos a continuación del caso en que la velocidad-ingreso no es constante, introduciendo todavía una nueva; elasticidad, a saber, la elasticidad de la demanda efectiva ante los cambios en la cantidad de dinero. [34299] Esto nos da xxxdonde xxx de manera que xxx en donde e sin sufijo xxx indica la cúspide de esta pirámide y mide la reacción de los precios nominales ante los cambios en la cantidad de dinero. [34301] Personalmente no doy mucho valor a las manipulaciones de esta clase, y repetiría la advertencia que hice antes de que implican tantos supuestos tácitos respecto a qué variables se consideran independientes (olvidando las diferenciales parciales por completo) como se hacen en el razonamiento ordinario, y al mismo tiempo dudo que puedan llevarnos más lejos que este último. [34302] Quizá el mejor servicio que puede proporcionarnos el hecho de escribirlas sea el poner de manifiesto la gran complejidad de la relación entre los precios y la cantidad de dinero, cuando intentamos expresarla de manera formal. [34303] Vale la pena, sin embargo, llamar la atención sobre que, de los cuatro términos xxx y e0, de que depende el efecto de los cambios en la cantidad de dinero sobre los precios edindica los factores de liquidez que determinan la demanda de dinero en cada situación, e, los elementos de trabajo (o, más estrictamente, los que entran en el costo primo) que determinan la amplitud de la elevación de los salarios nominales al aumentar la ocupación, y ed, y e0, los factores físicos que determinan la tasa de los rendimientos decrecientes cuando se aplica más trabajo al equipo existente. [34304] Si el público conserva una proporción constante de sus ingresos en dinero, ed= 1; si los salarios monetarios son fijos, e=0, si hay rendimientos constantes en general, de manera que el rendimiento marginal iguale al rendimiento, e,e, = 1; y si hay ocupación plena, ya sea de mano de obra o de equipo, xxx. [34305] Ahora bien, e=1, si ed=1; o si ed=1, eo=0 y xxx; o si ed=1 y eo=0. [34306] Y evidentemente hay una variedad de otros casos especiales en los cuales e = 1. [34307] Pero, en general, e no iguala la unidad; y quizá no haya inconveniente en hacer la generalización de que, según supuestos lógicos relativos al mundo real, y excluyendo el caso de una "huida del dinero" en el cual e y e, llegan a ser grandes, e es, por regla general, menor que la unidad. [34308] Hasta ahora nos hemos ocupado primordialmente de la forma en que los cambios en la cantidad de dinero afectan los precios a la corta. [34309] Pero ¿no hay a la larga una relación más sencilla? [34311] Si existe alguna tendencia a medir la uniformidad a largo plazo de la curva de preferencia por la liquidez, igual puede haber alguna relación tosca entre el ingreso nacional y la cantidad de dinero necesaria para satisfacer dicha preferencia, tomada como término medio de los periodos de pesimismo y optimismo en conjunto. [34312] Por ejemplo, es posible que la gente no conserve en periodos largos en forma de saldos ociosos una suma superior a una proporción bastante estable del ingreso nacional, a condición de que la tasa de interés exceda de cierto mínimo psicológico; de modo que si la cantidad de dinero que sobrepasa la requerida para la circulación activa excede esta proporción nacional, habrá, tarde o temprano, una tendencia de la tasa de interés a bajar aproximadamente hasta dicho mínimo. [34313] La tasa de interés descendente aumentará entonces, ceteris paribus, la demanda efectiva, y la creciente demanda efectiva alcanzará uno o más de los niveles semicríticos, en los cuales la unidad de salarios tenderá a mostrar un alza discontinua, con el efecto correspondiente sobre los precios. [34314] Entrarán en juego las tendencias opuestas si la cantidad de dinero excedente es una proporción anormalmente baja del ingreso nacional. [34315] Así, el efecto neto de las fluctuaciones en un periodo será el de establecer una cifra promedio, de acuerdo con la proporción estable entre el ingreso nacional y la cantidad de dinero hacia la que la psicología del público tiende tarde o temprano a volver los ojos. [34316] Estas tendencias actuarán probablemente con menos tropiezos en sentido ascendente que en el descendente; pero si la cantidad de dinero sigue siendo muy escasa por largo tiempo, la solución se hallará normalmente en el cambio del patrón o del sistema monetario, de manera que se eleve la cantidad de dinero, más bien que obligando a la unidad de salarios a bajar y, por tanto, aumentando la carga de las deudas. [34317] De este modo, la dirección que han seguido los movimientos de precios en periodos muy largos ha sido casi siempre ascendente; porque cuando el dinero es relativamente abundante, la unidad de salarios sube; y cuando es relativamente escaso, se encuentra algún medio de aumentar la cantidad efectiva del mismo. [34318] NOTAS SOBRE EL CICLO ECONÓMICO [34319] COMO creemos haber demostrado en los capítulos precedentes qué es lo que determina el volumen de ocupación en cualquier momento, podemos deducir, si estamos en lo justo, que nuestra teoría debe poder explicar los fenómenos del ciclo económico. [34321] En particular, encontraremos que las fluctuaciones en la propensión a consumir, en estado de preferencia por la liquidez y en la eficiencia marginal del capital han desempeñado su parte. [34322] Pero sugiero que el carácter esencial del ciclo económico y, especialmente, la regularidad de la secuencia de tiempo y de la duración que justifica el que lo llamemos ciclo, se debe sobre todo a cómo fluctúa la eficiencia marginal del capital. [34323] A mi modo de ver, lo mejor es considerar que el ciclo económico se debe a un cambio cíclico en la eficiencia marginal del capital, aunque complicado y frecuentemente agravado por cambios asociados en las otras variables importantes de periodo breve del sistema económico. [34324] Para desarrollar esta tesis seria necesario más bien un libro que un capítulo y se requeriría un examen minucioso de los hechos; pero las siguientes breves observaciones serán suficientes para indicar la línea de investigaciones que sugiere nuestra teoría anterior. [34325] Por movimiento cíclico queremos decir que, al progresar el sistema, por ejemplo, en dirección ascendente, las fuerzas que lo empujan hacia arriba al principio toman impulso y producen efectos acumulativos unas sobre otras, pero pierden gradualmente su potencia hasta que, en cierto momento, tienden a ser reemplazadas por las operantes en sentido opuesto; las cuales, a su vez, toman impulso por cierto tiempo y se fortalecen mutuamente hasta que ellas también, habiendo alcanzado su desarrollo máximo, decaen y dejan sitio a sus contrarias. [34326] Sin embargo, por movimiento cíclico no queremos decir simplemente que esas tendencias ascendentes y descendentes no persistan indefinidamente en la misma dirección, una vez iniciadas, sino que terminan por invertirse. [34327] También queremos expresar que hay cierto grado de regularidad en la secuencia y duración de los movimientos ascendentes y descendentes. [34328] No obstante, para que nuestra explicación sea adecuada debe abarcar otra característica del llamado ciclo económico, a saber, el fenómeno de la crisis -el hecho de que la substitución de un impulso descendente por otro ascendente ocurre con frecuencia de modo repentino y violento, mientras que, por regla general, no existe un punto de inflexión tan cortante cuando el movimiento ascendente es substituido por la tendencia a bajar. [34329] Cualquier fluctuación en las inversiones que no esté equilibrada por un cambio correspondiente en la propensión a consumir, se traducirá, por supuesto, en una fluctuación de la ocupación. [34331] En una sección posterior de este capítulo examinaremos un caso especial en particular: el de las fluctuaciones agrícolas. [34332] Sugiero, sin embargo, que hay razones concretas para que, en el caso de un ciclo industrial típico en el ambiente del siglo XIX, las fluctuaciones en la eficiencia marginal del capital debieran haber tenido características cíclicas. [34333] Las razones no son en manera alguna poco familiares, ya sea en sí mismas o como explicación del ciclo económico. [34334] Mi único propósito aquí es ligarlas con la teoría precedente. [34335] Puedo abordar mejor lo que tengo que decir empezando con las últimas etapas del auge y el comienzo de la "crisis". [34336] Hemos visto antes que la eficiencia marginal del capital [34337] no depende sólo de la abundancia o escasez existente de bienes de capital y el costo corriente de producción de los mismos sino también de las expectativas actuales respecto al futuro rendimiento de los bienes de capital. [34338] En el caso de los bienes durables resulta natural y razonable, por tanto, que las expectativas del futuro jueguen un papel dominante en la determinación de la escala en que parezcan recomendables nuevas inversiones. [34339] Pero, como lo hemos visto, las bases para hacer tales expectativas son muy precarias. [34341] Ahora bien, al explicar las "crisis" hemos acostumbrado hacer hincapié en la tendencia de la tasa de interés a subir bajo la influencia de la mayor demanda de dinero, tanto para comerciar como con fines especulativos. [34342] Sin duda, este factor puede representar a veces un papel de agravamiento y, ocasionalmente, de iniciación. [34343] Pero creo que la explicación más típica, y con frecuencia la predominante de la crisis, no es principalmente un alza en la tasa de interés, sino un colapso repentino de la eficiencia marginal del capital. [34344] Las últimas etapas del auge se caracterizan por las expectativas optimistas respecto al rendimiento futuro de los bienes de capital, lo bastante fuertes para equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y, probablemente también, un alza en la tasa de interés. [34345] Es propio de los mercados de inversión organizados que, cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violenta, y aun catastrófica, [34346] bajo la influencia de los compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores, que están más interesados en las previsiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado, que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital. [34347] Además, el pesimismo y la incertidumbre del futuro que acompaña a un derrumbamiento en la eficiencia marginal del capital, naturalmente precipita un aumento decisivo en la preferencia por la liquidez -y de aquí un alza en la tasa de interés-. [34348] De este modo, el hecho de que un derrumbamiento de la eficiencia marginal del capital tienda a ir acompañado por un alza en la tasa de interés, puede agravar mucho el descenso en la inversión. [34349] Pero lo esencial de tal estado de cosas se encuentra, sin embargo, en el colapso de la eficiencia marginal del capital, particularmente en el caso de aquellas clases de capital que hayan contribuido más a la fase previa de las grandes nuevas inversiones. [34351] Esto es lo que hace tan difícil el estudio de la depresión. [34352] Posteriormente, un descenso en la tasa de interés será de gran ayuda para la recuperación y, probablemente, condición necesaria de la misma. [34353] Pero, por el momento, el colapso en la eficiencia marginal del capital puede ser tan completo que no baste ninguna reducción factible en la tasa de interés. [34354] Si una baja de ésta fuera capaz de proveer un remedio efectivo por sí misma, cabría alcanzar la recuperación sin el transcurso de algún intervalo considerable de tiempo y por medios más o menos directamente bajo el control de la autoridad monetaria. [34355] Pero, de hecho, esto no suele ocurrir, y no es tan fácil resucitar la eficiencia marginal del capital, estando, como está, determinada por la indirigible y desobediente psicología del mundo de los negocios. [34356] Es el retorno de la confianza, para hablar en lenguaje ordinario, el que resulta tan poco susceptible de control en una economía de capitalismo individual. [34357] Este es el aspecto de la depresión que los banqueros y los hombres de negocios han tenido razón en subrayar, y el que los economistas que han puesto su fe en un remedio "puramente monetario" han subestimado. [34358] Esto me lleva a mi asunto. [34359] La explicación del elemento tiempo en el ciclo económico, del hecho de que generalmente ha de transcurrir un intervalo de tiempo de cierta magnitud antes de que empiece la recuperación, debe buscarse en las influencias que gobiernan la recuperación de la eficiencia marginal del capital. [34361] Volvamos a lo que ocurre en las crisis. [34362] Mientras el auge continúa, la mayor parte de las nuevas inversiones muestran un rendimiento habitual que no deja de ser satisfactorio. [34363] La desilusión viene porque de repente surgen dudas en relación con la confianza que puede tenerse en el rendimiento probable, quizá porque la actual muestra señales de baja a medida que las existencias de bienes durables de reciente producción aumentan en forma sostenida. [34364] Si se piensa que los costos corrientes de producción son más altos de lo que serán posteriormente, habrá una razón más para la baja en la eficiencia marginal del capital. [34365] Una vez que la duda surge, se extiende rápidamente. [34366] Así al principio de la depresión hay probablemente mucho capital cuya eficiencia marginal ha llegado a ser insignificante y hasta negativa. [34367] Pero el intervalo de tiempo que habrá de pasar antes de que la contracción del capital por el uso, la decadencia y la obsolescencia ocasione una escasez lo bastante obvia para aumentar la eficiencia marginal, puede ser un función relativamente estable del promedio de duración del capital en una época dada. [34368] Si las características de la época cambian, el intervalo de tiempo que sirve de patrón variará Si, por ejemplo, pasamos de un periodo de población creciente a otro de población en descenso, la fase característica de ciclo se ampliará. [34369] Pero tenemos en la anterior una razón sustancial que explica por qué la duración de la depresión debería tener una relación definida con la de la vida de los bienes durables y con la tasa normal de crecimiento en una época determinada. [34371] El cese repentino de las nuevas inversiones después de la crisis conducirá, probablemente, a una acumulación de existencias excedentes de artículos no terminados. [34372] Los costos de almacenamiento de éstas rara vez serán inferiores al 10 por ciento anual. [34373] De este modo, la baja de su precio necesita ser suficiente para provocar una restricción de las mismas que obligue a absorberlas en un periodo de, digamos, tres a cinco años a lo sumo. [34374] Ahora bien, el proceso de absorber las existencias representa inversión negativa, lo que también es contrario a la ocupación; y cuando haya pasado se experimentará positivo alivio. [34375] Además, la reducción de capital en giro, que necesariamente acompaña a la baja de la producción en su fase descendente, representa un elemento más de desinversión, que puede ser grande; y, una vez que ha empezado el retroceso, éste ejerce fuerte influencia acumulativa en dirección descendente. [34376] En la primera fase de una depresión típica habrá, probablemente, una inversión en el aumento de existencias que ayudará a neutralizar la desinversión del capital en giro; en la siguiente fase puede haber un periodo corto de desinversión, tanto en existencias como en capital en giro; después que se haya alcanzado el nivel mínimo probablemente se presentará una desinversión más en las existencias que equilibre parcialmente las reinversiones en capital en giro; y, finalmente, cuando la recuperación haya avanzado bastante, ambos factores serán simultáneamente favorables a la inversión. [34377] Deben examinarse los factores adicionales y sobrepuestos de las fluctuaciones de la inversión en artículos durables, teniendo como fondo lo anterior. [34378] Cuando una baja en esta clase de inversiones ha puesto en marcha una fluctuación cíclica habrá poco aliciente para la recuperación hasta que el ciclo haya recorrido parte de su camino [34379] Por desgracia, una baja importante en la eficiencia marginal del capital también tiende a afectar en forma adversa la propensión a consumir; porque entraña una disminución considerable en el valor del mercado de los valores de rendimiento variable en la bolsa. [34381] La disposición a gastar de esta gente está quizá aún más influida por las alzas y bajas en el valor de sus inversiones que por el estado de sus ingresos. [34382] Con un público de "mentalidad de accionista" como el de Estados Unidos en la actualidad, un mercado de valores al alza puede ser condición casi esencial de una propensión a consumir satisfactoria; y esta circunstancia, generalmente desdeñada hasta hace poco, sirve evidentemente para agravar más aún el efecto depresivo de una baja en la eficiencia marginal del capital. [34383] Una vez iniciada la recuperación, es evidente la forma en que se alimenta a sí misma y crece. [34384] Pero durante la fase descendente, cuan¨lo tanto el capital fijo como las existencias de materiales son por el momento redundantes y se está restringiendo el capital en giro, la curva de la eficiencia marginal del capital puede bajar tanto que escasamente sea posible corregirla de manera que asegure una tasa satisfactoria de nuevas inversiones por medio de cualquier reducción practicable en la tasa de interés. [34385] De este modo, con mercados organizados y sujetos a las influencias actuales, la estimación que hace el mercado de la eficiencia marginal del capital puede sufrir fluctuaciones tan enormemente amplias que no quepa neutralizarlas lo bastante por fluctuaciones correspondientes en la tasa de interés. [34386] Además, como hemos visto antes, los movimientos consiguientes en el mercado de valores pueden deprimir la propensión a consumir precisamente cuando es más necesaria. [34387] Por tanto, en condiciones de laissez-faire , quizá sea imposible evitar las fluctuaciones amplias en la ocupación sin un cambio trascendental en la psicología de los mercados de inversión, cambio que no hay razón para esperar que ocurra. [34388] En conclusión, afirmo que el deber de ordenar el volumen actual de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos de los particulares. [34389] Puede parecer que el análisis precedente está de acuerdo con el punto de vista de quienes sostienen que la sobreinversión es la característica del auge, que el único remedio posible para la siguiente depresión es el evadir esta sobreinversión y que, si bien, por las razones dadas antes, ésta no puede impedirse por medio de una baja tasa de interés, sin embargo, el auge puede evitarse por una tasa alta de interés. [34391] Pero inferir estas conclusiones de lo anterior llevaría a una mala interpretación de mi análisis; y a mi modo de ver, supondría serio error. [34392] Porque el término sobreinversión es ambiguo. [34393] Se puede referir a las inversiones que estarían predestinadas a desanimar las expectativas que las incitaron o para las cuales no hay lugar en circunstancias de intensa desocupación; o puede indicar un estado de cosas en el que cada clase de bienes de capital sea tan abundante que no haya inversión nueva que prometa, aun en condiciones de ocupación plena, ganar en el curso de su duración más que su costo de reposición. [34394] Es solamente en el último estado de cosas donde hay sobreinversión, estrictamente hablando, en el sentido de que cualquier inversión posterior sería sólo un puro desperdicio de recursos. [34395] Además, aunque la sobreinversión en este sentido fuera una característica normal del auge, el remedio no estaría en imponer de súbito una alta tasa de interés, que probablemente disuadiría algunas inversiones útiles y podría reducir aún más la propensión a consumir, sino en tomar medidas drásticas, por la redistribución de los ingresos o de otro modo, para estimular la propensión a consumir. [34396] Sin embargo, de acuerdo con mi análisis, sólo en el sentido anterior puede decirse que el auge está caracterizado por la sobreinversión. [34397] La situación, que estoy indicando como típica, no es aquella en que el capital sea tan abundante que la comunidad en conjunto no puede emplear más cantidad de una manera razonable sino aquella en que la inversión se hace en condiciones inestables y que no pueden perseverar, porque aquélla obedece a expectativas que están condenadas a no realizarse. [34398] Puede ocurrir, por supuesto -en realidad es probable que así sea-, que las ilusiones del auge lleven a producir ciertas clases particulares de bienes de capital en abundancia tan excesiva que parte de la producción sea, de acuerdo con cualquier criterio, un desperdicio de recursos -lo que algunas veces ocurre, podemos añadir, aun cuando no haya auge-. [34399] Es decir, lleva a la inversión mal dirigida . [34401] Cuando llega la desilusión, esta previsión se reemplaza por el contrario "error de pesimismo" con el resultado de que se espera una cantidad negativa de las inversiones que de hecho hubieran dado un rendimiento de 2 por ciento en estado de ocupación plena; y el colapso resultante de las nuevas inversiones conduce entonces a un estado de desocupación en el cual aquellas que hubieran producido 2 por ciento en condiciones de ocupación plena, de hecho dan menos que nada. [34402] Llegamos a una situación de escasez de casas, pero en la que, sin embargo, nadie puede costearse el vivir en las existentes. [34403] Así el remedio del auge no es una tasa más alta de interés, sino una más baja; [34404] porque ésta puede hacer que perdure el llamado auge. [34405] El remedio correcto para el ciclo económico no puede encontrarse en evitar los auges y conservarnos así en semidepresiones permanentes, sino en evitar las depresiones y conservarnos de este modo en un cuasi-auge continuo. [34406] El auge que está destinado a terminar en depresión se produce, en consecuencia, por la combinación de dos cosas: una tasa de interés que, con previsiones correctas, sería demasiado alta para la ocupación plena, y una situación desacertada de expectativas que, mientras dura, impide que esta tasa sea un obstáculo real. [34407] El auge es una situación tal que el exceso de optimismo triunfa sobre una tasa de interés que mirada en frío podría parecer excesiva. [34408] Excepto durante la guerra, dudo que tengamos alguna experiencia reciente de un auge tan poderoso que llevara a la ocupación plena. [34409] En Estados Unidos la ocupación fue muy satisfactoria en 1928-29 según los niveles normales; pero no he tenido noticia de ninguna prueba de escasez de mano de obra, excepto, quizá, en el caso de unos cuantos grupos de trabajadores altamente especializados. [34411] Tampoco hubo sobreinversión en el sentido de que el nivel y el equipo de alojamiento fuesen tan altos que todos tuvieran cuanto deseaban a la tasa estrictamente necesaria para cubrir el costo de reposición, sin margen alguno para el interés, por todo el tiempo que durara la casa, suponiendo que existiera ocupación plena; y que el transporte, los servicios públicos y las mejoras a la agricultura hubieran sido llevados a un nivel tal que no pudiera esperarse razonablemente que las adiciones posteriores dieran un rendimiento siquiera igual a su costo de reposición. [34412] Todo lo contrario. [34413] Seria absurdo afirmar que en Estados Unidos existió sobreinversión en sentido estricto en 1929. [34414] En verdad, el estado real de cosas era de carácter diferente. [34415] Las nuevas inversiones durante los cinco años anteriores se habían realizado en tan enorme escala en conjunto, qué el rendimiento probable de posteriores adiciones estaba descendiendo con rapidez, si se analizaba fríamente. [34416] Una previsión correcta habría abatido la eficiencia marginal del capital a una cifra de nivel bajo sin precedente; de manera que el "auge" no hubiera podido continuar sobre bases firmes, excepto con una lasa de interés a largo plazo muy pequeña y evitando la inversión mal dirigida en direcciones particulares que estaban en peligro de ser sobreexplotadas. [34417] De hecho, la tasa de interés era lo bastante alta para desanimar las nuevas inversiones, excepto en aquellas ramas particulares que estaban bajo la influencia del estimulo especulativo y, por tanto, en peligro especial de ser sobreexplotadas; y una tasa dé interés lo bastante alta para rebasar el estímulo especulativo, habría detenido, al mismo tiempo, toda clase de inversiones nuevas razonables. [34418] Así, un aumento en dicha tasa, como alivio para el estado de cosas derivado de un prolongado periodo de inversiones anormalmente fuertes, pertenece a esa clase de remedios que curan la enfermedad matando al paciente. [34419] Es muy posible, en verdad, que la prolongación del empleo casi pleno durante varios años estuviese acompañada, en países tan ricos como Gran Bretaña y Estados Unidos, por algún volumen de nuevas inversiones, suponiendo tan grande la propensión a consumir existente que condujera eventualmente a un estado de ocupación plena en el sentido de no poder ya esperarse, según cálculos razonables, de un nuevo incremento de bienes durables de cualquier tipo, un rendimiento global bruto por encima de su costo de reposición. [34421] No debe pensarse que niego esto porque afirmo que jamás hemos llegado a una situación de inversión completa, en sentido estricto; ni siquiera momentáneamente. [34422] Más todavía, aunque supusiéramos que los auges contemporáneos pueden ir acompañados de una situación momentánea de ocupación plena o sobreinversión en sentido estricto, seguiría siendo absurdo considerar una tasa de interés más alta como el remedio adecuado; porque en este caso la hipótesis de aquellos que atribuyen la enfermedad al subconsumo quedaría plenamente confirmada. [34423] El remedio estaría en varias medidas destinadas a fortalecer la propensión a consumir, redistribuyendo los ingresos, o de otro modo, de manera que un nivel dado de ocupación requiera un volumen menor de inversión corriente para sustentarlo. [34424] Puede que sea conveniente decir ahora unas palabras sobre las escuelas importantes de pensamiento que sostienen, desde varios puntos de vista, que la tendencia crónica de las sociedades contemporáneas al subempleo debe buscarse en el subconsumo - es decir, en las prácticas sociales y en la distribución de riqueza que se resuelve en una propensión a consumir indebidamente baja. [34425] Estas escuelas están indudablemente en lo cierto, como guías de política práctica, en las condiciones existentes -o, al menos, las que privaron hasta hace poco-, donde el volumen de inversión no se planea ni controla, sujeto a los vaivenes de la eficiencia marginal del capital, en la forma que se determina por el juicio privado de los individuos ignorantes o especuladores, y a una tasa de interés a largo plazo que rara vez, o nunca, baja más allá de un nivel convencional; porque en tales condiciones no hay otro recurso para levantar el nivel medio de ocupación a una altura más satisfactoria. [34426] Si es materialmente impracticable aumentar la inversión, resulta evidente que no hay medios de asegurar mayor nivel de ocupación, excepto aumentando el consumo. [34427] Prácticamente solo difiero de estas escuelas en que pienso que quizá hayan puesto un énfasis superior al debido en el aumento del consumo en un momento en que todavía hay muchas ventajas sociales que conseguir del crecimiento de la inversión. [34428] Teóricamente, sin embargo, están expuestas a la crítica de que desdeñan el hecho de que hay dos caminos para ampliar la producción. [34429] Aun si decidiéramos que sería mejor aumentar el capital más lentamente y concentrar el esfuerzo en el aumento del consumo, deberíamos resolver esto teniendo a la vista la otra alternativa Me doy cuenta de las grandes ventajas sociales de aumentar la existencia de capital hasta que deje de ser escaso. [34431] Además, estoy dispuesto a admitir que el camino más prudente seria el de avanzar en ambos frentes a la vez. [34432] Al mismo tiempo que procuraría conseguir una tasa de inversión controlada socialmente con vistas a la baja progresiva de la eficiencia marginal del capital, abogaría por toda clase de medidas para aumentar la propensión a consumir; porque es improbable que pueda sostenerse la ocupación plena, con la propensión a consumir existente, sea lo que fuera lo que hiciéramos respecto a la inversión. [34433] Cabe, por tanto, que ambas políticas funcionen juntas -promover la inversión y, al mismo tiempo, el consumo, no simplemente hasta el nivel que correspondería al aumento de la inversión con la propensión existente de consumo, sino a una altura todavía mayor. [34434] Si -tomando números redondos para mayor claridad- el nivel medio de producción actual es 15 por ciento inferior al que sería con ocupación plena continua, y si el 10 por ciento de esta producción representa la inversión neta y el 90 por ciento de la misma el consumo; más aún, si la inversión neta tuviera que subir 50 por ciento con el fin de lograr ocupación plena con la propensión a consumir existente, de manera que con esa ocupación la producción subiera de 100 a 115, el consumo de 90 a 100 y la inversión neta de 10 a 15, entonces podríamos proponernos, quizá, modificar de tal modo la propensión a consumir que con ocupación plena el consumo subiera de 90 a 103 y la inversión neta de 10 a 12.v [34435] Otra escuela de pensamiento encuentra la solución del ciclo económico, no en el aumento del consumo o de la inversión, sino en disminuir la oferta de mano de obra que busca empleo- es decir, redistribuyendo el volumen existente del mismo sin aumentar éste ni la producción. [34436] Esto me parece una política prematura -mucho más claramente que el plan de aumentar el consumo-. [34437] Llega el momento en que todo individuo compara las ventajas de tener más tiempo libre o mayores ingresos. [34438] Pero creo que en la actualidad hay datos muy claros de que la gran mayoría de los individuos preferiría mayores ingresos a mayor holganza; y no veo razón suficiente para obligar a quienes quieren lo primero a aceptar lo segundo. [34439] Puede parecer extraordinario que exista una escuela de pensamiento que encuentra la solución del ciclo económico en refrenar el auge en sus primeras etapas por medio de una elevada tasa de interés. [34441] Si descartamos los grandes cambios de política que afectan ya sea al control de las inversiones o a la propensión a consumir y suponemos, a grandes rasgos, una continuidad del estado de cosas existente, bien puede argumentarse, en mi concepto, que con una política bancaria que aplastara siempre en embrión un auge incipiente por medio de una tasa de interés bastante alta para detener aun los optimismos peor orientados, podría resultar un estado medio de expectativas más ventajoso. [34442] La desilusión respecto a las expectativas, característica de la depresión, puede llevar a tanta pérdida y desperdicio, que el nivel medio de inversiones útiles podría ser mayor si se aplicara algún método disuasivo. [34443] Es difícil estar seguro de si esto es correcto o no, con los supuestos que entraña; es un problema de juicio práctico en que faltan pruebas detalladas. [34444] Tal vez no tenga en cuenta la ventaja social que se deriva del aumento del consumo que acompaña aun a las inversiones totalmente descaminadas, que pueden ser más benéficas que la ausencia absoluta de inversión. [34445] Sin embargo, el control monetario más ilustrado se encuentra en dificultades frente a un auge del tipo 1929 de Estados Unidos, y dotado solamente de las armas que poseía en aquel tiempo el Sistema de la Reserva Federal; y ninguna de las alternativas a su alcance podría hacer variar mucho los resultados. [34446] Sea esto como fuere, me parece que semejante opinión es peligrosa e innecesariamente derrotista. [34447] Recomienda, o por lo menos supone, como de aceptación permanente, demasiadas cosas defectuosas del sistema económico actual. [34448] El punto de vista austero, que emplearía una elevada tasa de interés para detener inmediatamente cualquier tendencia en el nivel de ocupación a subir apreciablemente sobre el promedio de, por ejemplo, la década anterior, está, sin embargo, más generalmente apoyado por argumentos que no tienen base en absoluto -fuera de la confusión mental-. [34449] Surge, en ciertos casos, de la creencia de que, en un auge, la inversión se inclina a sobrepasar al ahorro, y que una mayor tasa de interés restablecerá el equilibrio impidiendo la inversión por una parte y estimulando los ahorros- por la otra. [34451] O también se sugiere, algunas veces, que el aumento del ahorro que acompaña a la inversión creciente es indeseable e injusto porque va, por regla general, acompañado por un alza de precios. [34452] Pero si esto fuera así habría que oponerse a cualquier cambio hacia arriba en el nivel existente de producción y ocupación, ya que el alza de precios no se debe esencialmente al aumento-en la inversión-se debe a que, en periodos cortos, el precio de la oferta asciende normalmente al aumentar la producción, debido al hecho físico de los rendimientos decrecientes o a la tendencia de la unidad de costos a subir en términos de dinero cuando la producción aumenta-. [34453] Si la situación se caracteriza por un precio de oferta constante, no habría, por supuesto, alza de precios; no obstante, y a pesar de todo, el ahorro creciente acompañaría al aumento de inversión. [34454] Es la mayor producción lo que provoca el incremento del ahorro; y el alza de los precios sólo es un subproducto del aumento de productos, que igual ocurrirá, si no hay más ahorro, sino, en su lugar, mayor propensión a consumir. [34455] Nadie tiene legítimo interés creado en comprar a precios bajos cuando lo son exclusivamente porque la producción es corta. [34456] Con frecuencia es conveniente, en los contextos donde no caben malas interpretaciones, escribir "la eficiencia marginal del capital", cuando quiere decirse "la curva de la eficiencia marginal del capital". [34457] He mostrado antes (capítulo 8) que, aunque el inversionista privado rara vez es responsable directamente de las nuevas inversiones, sin embargo, los empresarios, que sí lo son, encontrarán financieramente ventajoso y con frecuencia inevitable, dejarse atrapar por las ideas del mercado, aunque individualmente estén mejor informados. [34458] Una parte de la argumentación de mi Treatise on Money, libro IV, gira alrededor de este asunto. [34459] Sin embargo, en ciertos supuestos relativos a cómo se reparte la propensión a consumir en el tiempo, las inversiones que dan un rendimiento negativo podrían ser ventajosas en el sentido de que, para la comunidad en conjunto, llevarían la satisfacción al máximo. [34461] NOTAS FINALES SOBRE LA FILOSOFÍA SOCIAL A QUE PODRÍA CONDUCIR LA TEORÍA GENERAL [34462] Los principales inconvenientes de la sociedad económica en que vivimos son su incapacidad para procurar la ocupación plena y su arbitraria y desigual distribución de la riqueza y los ingresos. [34463] Es evidente el nexo de la teoría anteriormente expuesta con lo primero; pero también es importante para lo segundo en dos aspectos. [34464] Desde fines del siglo XIX se ha logrado considerable progreso en la eliminación de las grandes diferencias de riqueza y de ingresos por medio de la imposición directa -impuesto sobre los ingresos e impuestos sobre herencia-, especialmente en la Gran Bretaña. [34465] Muchos desearían llevar este proceso mucho más lejos, pero se lo impiden dos reflexiones: el temor de hacer de la evasión hábil un negocio demasiado atractivo y también de disminuir indebidamente el incentivo de correr riesgos, pero, principalmente, en mi opinión, por la creencia de que el crecimiento del capital depende del vigor de las razones que impulsan al ahorro individual y que una gran producción de ese crecimiento depende de los ahorros que hagan los ricos de lo que les sobra. [34466] Nuestro razonamiento no afecta la primera de estas reflexiones pero puede modificar considerablemente la actitud que asumamos hacia la segunda, pues ya hemos visto que, mientras se mantenga la ocupación plena, el crecimiento del capital no depende en absoluto de la escasa propensión a consumir, sino que por el contrario, ésta lo estorba, y sólo en condiciones de ocupación plena, una pequeña propensión a consumir puede llevar al aumento del capital. [34467] Además, la experiencia sugiere que, en las condiciones existentes, el ahorro por medio de instituciones y de fondos de reserva es más que adecuado, y que las medidas tendientes a redistribuir los ingresos de una forma que tenga probabilidades de elevar la propensión a consumir pueden ser positivamente favorables al crecimiento del capital. [34468] La confusión que priva en la mente del publico sobre este asunto se pone de relieve por la creencia generalizada de que los impuestos sobre herencias son los responsables de la reducción de la riqueza de capital de un país. [34469] Suponiendo que el estado aplique los productos de estos impuestos a sus gastos ordinarios, de manera que los impuestos sobre ingresos y el consumo se reduzcan o eviten proporcionalmente, es claro que una política fiscal de altos impuestos sobre herencias tiene el efecto de aumentar la propensión a consumir de la comunidad. [34471] De este modo nuestro razonamiento lleva a la conclusión de que, en las condiciones contemporáneas, el crecimiento de la riqueza, lejos de depender de la abstinencia de los ricos, como generalmente se supone, tiene más probabilidades de encontrar en ella un impedimento. [34472] Queda, pues, eliminada una de las principales justificaciones sociales de la gran desigualdad de la riqueza. [34473] No digo que no haya otras razones, infecta(las por nuestra teoría, que sean capaces de justificar cierta desigualdad en determinadas circunstancias. [34474] Pero elimina la razón más importante que hasta ahora nos ha hecho pensar en la prudencia de avanzar con cautela. [34475] Esto afecta particularmente nuestra actitud hacia los impuestos sobre herencias; porque existen ciertas justificaciones de la desigualdad de ingresos que no pueden aplicarse a la de herencias. [34476] Por mi parte creo que hay justificación social y psicológica de grandes desigualdades en los ingresos y en la riqueza, pero no para tan grandes disparidades como existen en la actualidad. [34477] Hay valiosas actividades humanas cuyo desarrollo exige la existencia del estímulo de hacer dinero y la atmósfera de la propiedad privada de riqueza. [34478] Además, ciertas inclinaciones humanas peligrosas pueden orientarse por cauces comparativamente inofensivos con la existencia de oportunidades para hacer dinero y tener riqueza privada, que, de no ser posible satisfacerse de este modo, pueden encontrar un desahogo en la crueldad, en temeraria ambición de poder y autoridad y otras formas de engrandecimiento personal. [34479] Es preferible que un hombre tiranice su saldo en el banco que a sus conciudadanos; y aunque se dice algunas veces que lo primero conduce a lo segundo, en ocasiones, por lo menos, es una alternativa. [34481] Apuestas y riesgos mucho menores pueden servir para el caso, con el mismo resultado, tan pronto como los jugadores se acostumbren a ellos. [34482] La tarea de transmutar la naturaleza humana no debe confundirse con la de manejarla; aunque en el estado ideal los hombres pueden haber sido enseñados, inspirados o educados de manera que no se interesen en tales apuestas, aún puede ser sensato y prudente para un estadista permitir que se practique el juego, bien que sujeto a reglas y limitaciones en tanto que el común de los hombres, o por lo menos una parte importante de la comunidad, se adhiera de hecho y fuertemente a la pasión de hacer dinero. [34483] Sin embargo, del argumento se puede sacar otra conclusión más fundamental, relacionada con las futuras desigualdades de riqueza; a saber, nuestra teoría del interés. [34484] Hasta aquí hemos encontrado la justificación de una tasa de interés moderadamente alta en la necesidad de dar suficiente estímulo al ahorro- pero hemos demostrado que la extensión del ahorro efectivo está determinada necesariamente por el volumen de inversión y que éste se fomenta por medio de una tasa de interés baja , a condición de que no intentemos alentarla de este modo hasta más allá del nivel que corresponde a la ocupación plena. [34485] Así, lo que más nos conviene es reducir la tasa de interés hasta aquel nivel en que haya, proporcionalmente a la curva de la eficiencia marginal del capital, ocupación plena. [34486] No puede haber duda de que este criterio servirá para hacer bajar la tasa de interés mucho más allá del nivel que hasta ahora ha privado; y, en la medida en que pueden adivinarse las diversas curvas de eficiencia marginal del capital que corresponden a cantidades crecientes de éste, es probable que la tasa de interés se reduzca en forma sostenida, si fuera posible mantener condiciones de ocupación plena con mayor o menor fijeza-desde luego, a menos que haya una modificación excesiva en la propensión global a consumir (incluyendo al estado). [34487] Estoy seguro de que la demanda de capital está limitada estrictamente en el sentido de que no sería difícil aumentar la existencia del mismo hasta que su eficiencia marginal descendiera a una cifra muy baja. [34488] Esto no querría decir que el uso de instrumentos de capital no costase casi nada, sino sólo que su rendimiento habría de cubrir poco más que su agotamiento por desgaste y obsolescencia, más cierto margen para cubrir el riesgo y el ejercicio de la habilidad y el juicio. [34489] En resumen, el rendimiento global de los bienes durables durante toda su vida cubriría justamente, como en el caso de los de corta duración, los costos de trabajo de la producción más un margen para el riesgo y el costo de la habilidad y la supervisión. [34491] Hoy el interés no recompensa de ningún sacrificio genuino como tampoco lo hace la renta de la tierra. [34492] El propietario de capital puede obtener interés porque aquél escasa, lo mismo que el dueño de la tierra puede percibir renta debido a que su provisión es limitada; pero mientras posiblemente haya razones intrínsecas para la escasez de tierra, no las hay para la de capital. [34493] Una razón intrínseca para semejante limitación, en el sentido de un sacrificio genuino que sólo pudiera originarse por la oferta de una recompensa en forma de interés, no existiría, a la larga, excepto en el caso de que la propensión individual a consumir demostrara ser de tal carácter que el ahorro neto, en condiciones de ocupación plena, terminara antes de que el capital hubiera llegado a ser lo bastante abundante. [34494] Pero aun así, todavía sería posible que el ahorro colectivo pudiera mantenerse, por medio de la intervención del estado, a un nivel que permitiera el crecimiento del capital hasta que dejara de ser escaso. [34495] Veo, por tanto, el aspecto rentista del capitalismo como una fase transitoria que desaparecerá tan pronto como haya cumplido su destino y con la desaparición del aspecto rentista sufrirán un cambio radical otras muchas cosas que hay en él. [34496] Además, será una gran ventaja en el orden de los acontecimientos que defiendo, que la eutanasia del rentista, del inversionista que no tiene ninguna misión, no será algo repentino, sino una continuación gradual aunque prolongada de lo que hemos visto recientemente en Gran Bretaña, y no necesitará de un movimiento revolucionario. [34497] Por tanto, en la práctica podríamos proponernos (y esto no tiene nada de imposible) lograr un aumento en el volumen de capital hasta que deje de ser escaso, de manera que el inversionista sin funciones no reciba ya bonificación alguna; y elaborar un plan de imposición directa que deje a la inteligencia, a la determinación, a la habilidad ejecutiva del financiero, al empresario et hoc genus omne (que seguramente están tan orgullosos de su función que su trabajo podría obtenerse mucho más barato que ahora) servir activamente a la comunidad en condiciones razonables de remuneración. [34498] Al mismo tiempo debemos reconocer que sólo la experiencia puede mostrar hasta qué punto la voluntad popular, incorporada a la política del estado, debiera dirigirse al aumento y refuerzo del aliciente para invertir; y hasta qué punto es prudente estimular la propensión media a consumir, sin abandonar nuestro objetivo de privar al capital de su valor de escasez en una o dos generaciones. [34499] Puede resultar que la propensión a consumir se fortalezca con tanta facilidad por los efectos de una tasa de interés descendente, que pueda alcanzarse la ocupación plena con una tasa de acumulación poco mayor que la presente. [34501] No debe suponerse que yo niegue la posibilidad, o aun la probabilidad, de este resultado; porque en semejantes asuntos resulta temerario predecir cómo reaccionará la generalidad de los hombres ante un cambio en el medio ambiente. [34502] Sin embargo, si fuera fácil alcanzar una aproximación a la ocupación plena con una tasa de acumulación no mucho mayor que la presente, por lo menos se habría resuelto un problema de relieve, quedando pendiente para decidir por separado la proporción y los medios según los cuales es debido y razonable hacer un llamamiento a la generación actual para que restrinja su consumo, de manera que pueda lograrse, al través del tiempo, el estado de inversión completa para sus descendientes. [34503] Las consecuencias de la teoría expuesta son moderadamente conservadoras en otros respectos, pues si bien indica la importancia vital de establecer ciertos controles centrales en asuntos que actualmente se dejan casi por completo en manos de la iniciativa privada, hay muchos campos de actividad a los que no afecta. [34504] El estado tendrá que ejercer una influencia orientadora sobre la propensión a consumir a través de su sistema de impuestos, fijando la tasa de interés y, quizá, por otros medios. [34505] Por otra parte, parece improbable que la influencia de la política bancaria sobre la tasa de interés sea suficiente por si misma para determinar otra de inversión óptima. [34506] Creo, por tanto, que una socialización bastante completa de las inversiones será el único medio de aproximarse a la ocupación plena; aunque esto no necesita excluir cualquier forma, transacción o medio por los cuales la autoridad publica coopere con la iniciativa privada. [34507] Pero fuera de esto, no se aboga francamente por un sistema de socialismo de estado que abarque la mayor parte de la vida económica de la comunidad. [34508] No es la propiedad de los medios de producción la que conviene al estado asumir. [34509] Si éste es capaz de determinar el monto global de los recursos destinados a aumentar esos medios y la tasa básica de remuneración de quienes los poseen, habrá realizado todo lo que le corresponde. [34511] Nuestra crítica de la teoría económica clásica aceptada no ha consistido tanto en buscar los defectos lógicos de su análisis, como en señalar que los supuestos tácticos en que se basa se satisfacen rara vez o nunca, con la consecuencia de que no puede resolver los problemas económicos del mundo real. [34512] Pero si nuestros controles centrales logran establecer un volumen global de producción correspondiente a la ocupación plena tan aproximadamente como sea posible, la teoría clásica vuelve a cobrar fuerza de aquí en adelante. [34513] Si damos por sentado el volumen de las producción, es decir, que está determinado por fuerzas exteriores al esquema clásico de pensamiento, no hay objeción que oponer contra su análisis de la manera en que el interés personal determinará lo que se produce, en que proporciones se combinarán los factores de la producción con tal fin y cómo se distribuirá entre ellos el valor del producto final. [34514] Insistimos en que si nos hemos ocupado del problema de la frugalidad de una manera diferente, no hay objeción que oponer a la teoría clásica moderna por lo que respecta al grado de conciliación entre las ventajas públicas y privadas, en condiciones de competencia perfecta e imperfecta, respectivamente. [34515] De este modo, fuera de la necesidad de controles centrales para lograr el ajuste entre la propensión a consumir y el aliciente para invertir no hay más razón para socializar la vida económica que la que existía antes. [34516] De una manera, concreta, no vea razón para suponer que el sistema existente emplee mal los factores de producción que se utilizan. [34517] Por supuesto que hay errores de previsión; pero éstos no podrían evitarse centralizando las decisiones. [34518] Cuando de 10 millones de hombres deseosos de trabajar y hábiles para el caso están empleados 9 millones, no existe nada que permita afirmar que el trabajo de estos 9 millones esté mal empleado. [34519] La queja en contra del sistema presente no consiste en que estos 9 millones deberían estar empleados en tareas diversas, sino en que las plazas debieran ser suficientes para el millón restante de hombres. [34521] Por eso coincido con Gesell en que al llenar los vacíos de la teoría clásica no se echa por tierra el "sistema de Mánchester" sino que se indica la naturaleza del medio que requiere el libre juego de las fuerzas económicas para realizar al máximo toda la potencialidad de la producción. [34522] Los controles centrales necesarios para alcanzar la ocupación plena llevan con.sigo, por supuesto, una gran parte de las funciones tradicionales del gobierno. [34523] Además, la teoría clásica moderna ha llamado ella misma la atención sobre las variadas condiciones en que el libre juego de las fuerzas económicas puede necesitar que se las doble o guíe pero todavía quedará amplio campo para el ejercicio de la iniciativa y la responsabilidad privadas. [34524] Dentro de ese campo seguirán siendo válidas aún las ventajas tradicionales del individualismo. [34525] Detengámonos por un momento a recordar cuáles son estas ventajas. [34526] En parte lo son de eficacia -las de la descentralización y del juego del interés personal-. [34527] Desde el punto de vista de la eficacia, las ventajas de la descentralización de las decisiones y de la responsabilidad individual son mayores aún, quizá, de lo que el siglo XIX supuso; y la reacción contra el llamado al interés personal puede haber ido demasiado lejos. [34528] Pero, por encima de todo el individualismo es la mejor salvaguarda de la libertad personal si puede ser purgado de sus defectos y abusos, en el sentido de que, comparado con cualquier otro sistema, amplía considerablemente el campo en que puede manifestarse la facultad de elección personal. [34529] También es la mejor protección de la vida variada que brota precisamente de este extendido campo de la facultad de elección, cuya pérdida es la mayor de las desgracias del estado homogéneo o totalitario; porque-esta variedad preserva las tradiciones que encierran lo que de más seguro y venturoso escogieron las generaciones pasadas, colorea el presente con las diversificaciones de su fantasía y, siendo subordinada inseparable de la experiencia, así como de la tradición y la imaginación, es el instrumento más poderoso para mejorar el futuro. [34531] Porque si la demanda efectiva es deficiente, no sólo resulta intolerable el escándalo público de los recursos desperdiciados, sino que el empresario individual que procura ponerlos en acción opera en lucha desigual contra todas las fuerzas contrarias. [34532] El juego de azar que practica está plagado de ceros, de tal manera que los jugadores, en conjunto , perderán si tienen la energía y la fe suficientes para jugar todas las cartas. [34533] Hasta ahora el crecimiento de la riqueza mundial ha sido menor que el conjunto de ahorros positivos de los individuos, y la diferencia se ha compuesto de las pérdidas de aquellos cuyo valor e iniciativa no se han completado con habilidad excepcional o desusada buena fortuna. [34534] Pero si la demanda efectiva es adecuada, bastará con la habilidad y la buen suerte ordinarias. [34535] Los sistemas de los estados totalitarios de la actualidad parecen resolver el problema de la desocupación a expensas de la eficacia y la libertad. [34536] En verdad el mundo no tolerará por mucho tiempo más la desocupación que, aparte de breves intervalos de excitación, va unida -y en mi opinión inevitablemente- al capitalismo individualista de estos tiempos; pero puede ser posible que la enfermedad se cure por medio de un análisis adecuado del problema, conservando al mismo tiempo la eficiencia y la libertad. [34537] De paso he dicho que el nuevo sistema podría ser más favorable a la paz que lo ha sido el viejo. [34538] Vale la pena repetir y subrayar ese aspecto. [34539] La guerra tiene varias causas. [34541] El que interesa aquí es el segundo factor, que representó papel predominante en el siglo XIX y podría volver a representarlo. [34542] En el capítulo anterior hice ver que, bajo el sistema de laissez-faire nacional y el patrón oro internacional, que era el ortodoxo en la segunda mitad del siglo XIX, no había medio disponible de que pudiera echar mano el gobierno para mitigar la miseria económica en el interior, excepto el de la competencia por los mercados; porque se desechaban todas las medidas que pudieran ayudar a un estado de desocupación crónica o subocupación intermitente, excepto las que servían para mejorar la balanza comercial en las partidas relativas a mercancías y servicios. [34543] De este modo, mientras los economistas estaban acostumbrados a aplaudir el sistema internacional que prevalecía, como el que proporcionaba los frutos de la división internacional del trabajo y armonizaba al mismo tiempo los endurezcas de las diversas naciones, ocultamente existía un influjo menos benigno; los estadistas que creían que si un país viejo y rico descuidaba la lucha por los mercados, su prosperidad decaería y se malograría, se encontraban bajo la influencia del sentido común y de la percepción correcta del verdadero curso de los acontecimientos. [34544] Pero si bien las naciones pueden aprender a procurarse la ocupación plena con su política interna (y, debemos añadir, si pueden lograr también el equilibrio en la tendencia de su población), no se necesita que haya fuerzas económicas importantes destinadas a enfrentar el interés de un país con el de sus vecinos. [34545] Todavía quedaría lugar para la división internacional del trabajo y para el crédito internacional en condiciones adecuadas; pero ya no existiría motivo apremiante para que un país necesite forzar sus mercancías sobre otro o rehusar las ofertas de sus vecinos, no porque esto fuese necesario para capacitarlo con el fin de pagar por lo que deseara comprar, sino con el objeto expreso de modificar el equilibrio de la balanza de pagos de manera que la balanza de comercio se inclinara en su favor. [34546] El comercio internacional dejaría de ser lo que es, a saber, un expediente desesperado para mantener la ocupación en el interior, forzando las ventas en los mercados extranjeros y restringiendo las compras, lo que de tener éxito, simplemente desplazaría el problema de la desocupación hacia el vecino que estuviera peor dotado para la lucha, y vendría a convertirse en un libre intercambio de bienes y servicios mutuamente ventajoso. [34547] ¿Será un esperanza visionaria la realización de estas ideas? [34548] ¿Tienen raíces insuficientes en las razones que gobiernan la evolución de la sociedad política? [34549] ¿Son más fuertes y obvios los intereses que contrarían que aquellos a los que favorecen? [34551] Se necesitaría un volumen de carácter distinto al de éste para indicar, aun en esquema, las medidas prácticas que podrían darles cuerpo; pero, si las ideas son correctas -hipótesis sobre la cual el autor mismo tiene que basar lo que escribe-, sería un error, lo predigo, discutir su fuerza en un período determinado. [34552] En el momento actual, la gente está excepcionalmente deseosa de un diagnostico más fundamental; más particularmente dispuesta a recibirlo; ávida de ensayarlo, con tal que fuera por lo menos verosímil. [34553] Pero fuera de este talante contemporáneo, las ideas de los economiStaS y los filósofos políticos, tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas, son más poderosas de lo que comúnmente se cree. [34554] En realidad el mundo está gobernado por poco más que esto. [34555] Los hombres prácticos, que se creen exentos por completo de cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos de algún economista difunto. [34556] Los maniáticos de la autoridad, que oyen voces en el aire, destilan su frenesí inspirados en algún mal escritor académico de algunos años atrás. [34557] Estoy seguro de que el poder de los intereses creados se exagera mucho comparado con la intrusión gradual de las ideas. [34558] No, por cierto, en forma inmediata, sino después de un intervalo; porque en el campo de la filosofía económica y política no hay muchos que estén influidos por las nuevas teorías cuando pasan de los veinticinco o treinta años de edad, de manera que las ideas que los funcionarios públicos y políticos, y aun los agitadores, aplican a los acontecimientos actuales, no serán probablemente las más novedosas. [34559] Pero, tarde o temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros, tanto para mal como para bien.