[54001] En tanto que reflejen influencias monetarias deben ser eliminados para alcanzar la mayoría de los objetivos de una investigación sobre la rigidez. [54002] Pero no deben climinarse en cuanto que reflejen el efecto combinado de los rendimientos crecientes en todas las ramas de la producción. [54003] Debe observarse, sin embargo, que este corto plazo puede durar más de lo que implica usualmente la expresión "corto plazo", a veces diez años y aún más. [54004] No es un ciclo único lo que hay, sino muchos ciclos simultáneos de diferente duración, y uno de los más importantes dura, por término medio, alrededor de nueve años y medio. [54005] Las transformaciones estructurales que requieren los ajustes de precios tienen lugar en los casos importantes en períodos que tienen aproximadamente esa duración. [54006] El pleno desarrollo de estas transformaciones espectaculares se revela solamente en períodos mucho más largos que éste. [54007] Para razonar de una manera justa acerca de los precios del aluminio, de la seda artificial o de los automóviles, es preciso investigar un período de unos cuarenta y cinco años. [54008] El mejor método para hacer esto consiste en elaborar cuidadosamente todas las hipótesis implicadas no solamente en el caso forzado imaginado, sino también en los casos más corrientes que es más probable que sucedan en la práctica. [54009] Además, no hay que olvidar que el beneficio debido al mantenimiento de los precios en alza puede servir para evitar la bancarrota o, por lo menos, la necesidad de interrumpir las operaciones, cosas ambas que serían mucho más efectivas para iniciar una "espiral viciosa" hacia la baja que una posible reducción del gasto total. [54011] La manera de expresar esto los teóricos es diciendo que, en tiempo de depresión, las curvas de la demanda podrían desviarse hacia abajo mucho más violentamente si se quitasen todos los soportes que sostienen los precios. [54012] Incidentalmente, debe observarse que las prácticas restrictivas de la especie que se discute, suponiendo que existan en una medida apreciable, no carecerían de efectos compensatorios en el bienestar social. [54013] En realidad, los mismos críticos que hablan de sabotaje del progreso subrayan al mismo tiempo las pérdidas sociales que el ritmo del progreso capitalista lleva consigo, especialmente el paro que ese ritmo acarrea y que una evolución más lenta podría mitigar en cierta medida. [54014] Así, pues, ¿es el progreso técnico demasiado rápido o demasiado lento para ellos? [54015] Sería preferible que estuviesen más acordes. [54016] Debe observarse que, aun cuando el argumento fuese correcto, sería, no obstante, insuficiente para servir de apoyo a la tesis de que el capitalismo, en las condiciones consideradas, es "incompatible con el progreso técnico". [54017] Lo único que demostraría es la existencia, en algunos casos, de un retraso de duración moderada, por lo general, en la introducción de los métodos nuevos. [54018] Hay, por supuesto, otros muchos elementos. [54019] El lector tendrá a bien comprender que, al tratar de unas pocas cuestiones de principio, es imposible discutir a fondo todos los temas que se tocan. [54021] Las lecciones de esta discusión tienen cierta relación para nuestro problema por vía de analogía. [54022] En un principio se habían fundado muchas esperanzas en las posibilidades de esta arma. [54023] Después, al examinarla más de cerca, el público ha comprobado que las listas de tales materias se iban reduciendo por ser muy pocas las cosas que no puedan ser producidas o reemplazadas por las naciones en cuestión. [54024] Y, finalmente, ha comenzado también a abrirse camino la sospecha de que, aunque pueda ejercer alguna presión a corto plazo sobre los opresores, la evolución a largo plazo puede terminar por reducir prácticamente a nada todo lo que quedaba en las listas. [54025] Había más excusa para esta falta de espíritu crítico en el caso de Adam Smith y los clásicos en general de la que hay en el caso de sus sucesores, ya que aún así fueron demasiado lejos. [54026] Esto se debió en parte al hecho de que no tenían una teoría satisfactoria del monopolio, lo cual les inducía no solamente a emplear la expresión de una manera más bien imprecisa (Adam Smith e incluso Senior explicaban, por ejemplo, la renta de la tierra como una ganancia de monopolio), sino también a considerar el poder de explotación del monopolista como prácticamente ilimitado, lo que es falso, por supuesto, aun en los casos más extremos. [54027] Este ejemplo ilustra la manera cómo la expresión monopolio sigue derivando furtivamente hacia usos ilegítimos. [54028] Protección de la agricultura y monopolio de los productos agrícolas son cosas totalmente distintas. [54029] Peel luchaba contra el proteccionismo y no contra el cártel inexistente de terratenientes o agricultores. [54031] Y, evidentemente, no había medio más sencillo de conseguirlo que llamar monopolistas a los proteccionistas. [54032] El lector debe observar que, por indiscutible que sea, por regla general esta especie de superioridad no es probable que la admitan los cerebros inferiores, especialmente si sus poseedores son totalmente eliminados, y que la simpatía del público y del economista vulgar está siempre de parte de los débiles y no de los fuertes. [54033] Esto puede tener algo que ver con la tendencia a desestimar las ventajas de costo o de calidad de las combinaciones cuasi monopolistas, que está en la actualidad tan pronunciada como antes lo estuvo la de exagerarlas en los prospectos o anuncios típicos de los patrocinadores de tales combinaciones. [54034] La Aluminium Company of America no constituye un monopolio en el sentido técnico definido más arriba, entre otras razones, porque tuvo que hacerse su propia curva de demanda, cuyo hecho basta para excluir todo comportamiento adecuado al esquema de Cournot-Marshall. [54035] Pero la mayoría de los economistas la califican de monopolio y nosotros la llamaremos así para los efectos de esta nota, en vista de la escasez de casos auténticos. [54036] Desde 1890 hasta 1929 el precio del producto básico de este vendedor único bajó hasta quedar reducido, aproximadamente, al 12 por 100, o bien, corrigiéndolo en atención a la variación del nivel de precios (índice de precios al por mayor del Board of Labor), a un 8,8 por 100. [54037] La producción aumentó de 30 toneladas métricas a 103.400. [54038] La protección de la patente cesó en 1909. [54039] El argumento extraído de los costos y beneficios para la crítica de este "monopolio" tiene que admitir como cierto que una multitud de empresas en competencia habrían obtenido, aproximadamente, el mismo éxito en la investigación encaminada a la reducción de costos, al desarrollo económico del equipo de producción, a la difusión de nuevos usos para el producto y a evitar derrumbamientos ruinosos. [54041] Véase, sin embargo, supra,sec. [54042] 1. [54043] El término dinámica se usa de una manera imprecisa y tiene muy distintos significados. [54044] La definición del texto fue formulada por Ragnar Frisch. [54045] Debe observarse que el rasgo definidor de la teoría dinámica no tiene nada que ver con la naturaleza de la realidad económica a que se aplica. [54046] Es un método general de análisis más bien que un estudio de un proceso particular. [54047] Podemos emplearlo para analizar una economía estacionaria, exactamente igual que una economía en evolución puede ser analizada por medio de métodos estáticos ("estática comparada".). [54048] De ahí que la teoría dinámica no necesite consagrar, como de hecho no ha consagrado, ninguna atención especial al proceso de la destrucción creadora, que para nosotros constituye la esencia del capitalismo. [54049] Está, indudablemente, mejor equiparada que la teoría estática para tratar los numerosos problemas de mecanismo que plantea el análisis de este proceso. [54051] Apreciar el funcionamiento de la competencia perfecta desde el punto de vista de la evolución capitalista no es, por lo tanto, lo mismo que apreciarlo desde el punto de vista de la teoría dinámica. [54052] LA CIVILIZACION DEL CAPITALISMO [54053] Dejando el círculo de las consideraciones puramente económicas nos dirigimos ahora al aspecto cultural de la economía capitalista -a su superestructura sociopsicológica, si queremos hablar en el lenguaje marxista- y a la mentalidad que es característica de la sociedad capitalista y, en particular, de la clase burguesa. [54054] Resumiendo con una brevedad desesperada los hechos más salientes pueden exponerse del modo siguiente: [54055] Hace cincuenta mil años el hombre se enfrentaba con los peligros y oportunidades de su medio de una manera que algunos "prehistoriadores", sociólogos y etnólogos convienen en considerar equivalente, grosso modo, a la actitud de los salvajes actuales. [54056] Para nosotros hay dos elementos en esta actitud que son especialmente importantes: la naturaleza "colectiva" y "afectiva" del proceso espiritual del salvaje y el papel, superpuesto a ella parcialmente, de lo que, no con mucha corrección, llamaré aquí la magia. [54057] Con el primero, o sea la naturaleza colectiva y afectiva, aludo al hecho de que, en los grupos sociales pequeños e indiferenciados o no muy diferenciados, las ideas colectivas se imponen con mucho más rigor en la mentalidad individual que en los grupos grandes y complejos y que a las conclusiones y decisiones se llega mediante métodos que desde nuestro punto de vista pueden caracterizarse por un criterio negativo, a saber: el menosprecio de lo que nosotros llamamos lógica y, en particular, de la regla que excluye la contradicción. [54058] Con el segundo, o sea la magia, señalo el uso de una serie de creencias que, en realidad, no están desligadas por completo de la experiencia -ningún artificio de magia puede sobrevivir a una serie ininterrumpida de fracasos-, pero que insertan en la sucesión de los fenómenos observados entidades o influencias derivadas de fuentes no empíricas. [54059] La semejanza de este tipo de proceso mental con el de los neuróticos ha sido puesta de manifiesto por G. [54061] Pero esto no quiere decir que sea extraño a la mente del hombre normal de nuestra propia época. [54062] Por el contrario, cualquier discusión de temas políticos puede convencer al lector de que una gran parte de nuestro propio proceso mental de la mayor importancia, desde el punto de vista de la acción, es exactamente de la misma naturaleza. [54063] El pensamiento o el comportamiento racionales y la civilización racionalista no suponen, por consiguiente, la ausencia de los criterios mencionados, sino solamente una ampliación lenta, pero incesante, del sector de la vida social dentro del cual los individuos o los grupos se enfrentan con una situación dada, primeramente, tratando de sacar de ella el mejor partido posible confiando más o menos -pero nunca por completo- en sus propias facultades; en segundo lugar, obrando de acuerdo con las reglas de la coherencia que nosotros llamamos lógica, y en tercer lugar, fundándose en hipótesis que cumplan estas dos condiciones: que su número sea mínimo y que cada una de ellas sea susceptible de ser expresada en términos de experiencia potencial. [54064] Todo esto es, por supuesto, muy insuficiente, pero basta para nuestro propósito. [54065] Hay, sin embargo, otro punto acerca del concepto de las civilizaciones racionalistas que voy a mencionar aquí para referirme a él ulteriormente. [54066] Cuando el hábito del análisis racional de los problemas diarios de la vida y del comportamiento racional con relación a los mismos está suficientemente desarrollado, reacciona sobre la masa de las ideas colectivas y las somete a crítica y, en cierto grado, las "racionaliza", planteándose preguntas tales como por qué tiene que haber reyes y pontífices o subordinación o diezmos o propiedad. [54067] Incidentalmente, es importante observar que, aunque la mayoría de nosotros consideraríamos tal actitud crítica como síntoma de un estadio superior de desarrollo espiritual, este juicio de valor no está confirmado necesariamente y en todos los sentidos por la experiencia. [54068] La actitud racionalista puede actuar con una información y una técnica tan inadecuadas que las acciones a que da lugar, especialmente una tendencia general a la admiración de las prácticas médicas, pueden parecer, a un observador de un período posterior, de valor inferior, incluso desde un punto de vista puramente intelectual, a las acciones y tendencias antimedicinales asociadas a actitudes que la mayoría de los contemporáneos se siente inclinada a atribuir únicamente a los superdotados. [54069] Una gran parte del pensamiento político de los siglos XVII y XVIII ilustra esta verdad siempre olvidada. [54071] Ahora bien: la actitud racional penetra, probablemente, en el espíritu humano ante todo a causa de la necesidad económica; a la tarea económica de cada día es a la que nosotros, como raza, debemos nuestra capacitación elemental en el pensamiento y en la conducta racionales, y yo no vacilo en decir que toda la lógica se deriva del modelo de la decisión económica, para usar una frase favorita mía, que el modelo económico es la matriz de la lógica. [54072] Esto parece plausible por la siguiente razón. [54073] Supongamos que un "salvaje" usa la máquina más elemental de todas, ya apreciada por nuestros primos los gorilas, un bastón, y que este bastón se rompe en sus manos. [54074] Si él trata de remediar el daño recitando una fórmula mágica (podría, por ejemplo, murmurar "oferta y demanda" o "planificación y dirección", en la esperanza de que, si repetía esto exactamente nueve veces, volverían a unirse los dos fragmentos), entonces está dentro del recinto del pensamiento pre-racional. [54075] Si él procura descubrir el mejor procedimiento para unir los dos fragmentos o de conseguir otro bastón entonces actúa racionalmente en nuestro sentido. [54076] Ambas actitudes son posibles, naturalmente. [54077] Pero es evidente que en ésta, como en casi todas las demás acciones económicas, el fracaso operativo de una fórmula mágica será mucho más manifiesto que cualquier fracaso de una fórmula que había de hacer a nuestro hombre victorioso en el combate o afortunado en el amor o descargue su conciencia del peso de un remordimiento. [54078] Esto es debido a la precisión inexorable y, en la mayoría de los casos, al carácter cuantitativo que distingue lo económico de los demás sectores de la actividad humana y tal vez también a la monotonía y falta de emoción de la interminable repetición de las necesidades económicas y su satisfacción. [54079] Una vez forjado el hábito, se extiende a las demás esferas de actividad, bajo la influencia pedagógica de las experiencias favorables, y en ellas abre también los ojos a los hombres para esta cosa prodigiosa que es el Hecho. [54081] Otro tanto ocurre con el móvil del lucro y del interés personal. [54082] El hombre pre-capitalista no es, en realidad, menos "rapaz" que el hombre capitalista. [54083] Los campesinos siervos, por ejemplo, o los señores feudales, afirman su autointerés con una energía brutal completamente peculiar. [54084] Pero el capitalismo desarrolla la racionalidad del comportamiento y le añade un nuevo filo de dos maneras ligadas entre sí. [54085] Primeramente exalta la unidad monetaria, que no es creación del capitalismo, a la dignidad de una unidad contable. [54086] Es decir, la práctica capitalista convierte la unidad de dinero en un instrumento de cálculo racional del costo-beneficio, con el que construye el grandioso monumento de la contabilidad por partido doble. [54087] Sin entrar en esta cuestión tenemos que observar que el cálculo del costobeneficio, originariamente un producto de la evolución hacia la racionalidad económica, reacciona, a su vez, sobre esta racionalidad; al cristalizar y definir de una manera numérica, da un impulso poderoso a la lógica de la empresa. [54088] Y así definido y cuantificado en el sector económico este tipo de lógica o método de comportamiento comienza entonces su carrera de conquistas, subyugando -racionalizando- las herramientas y las filosofías del hombre, sus prácticas médicas, su imagen del cosmos, su visión de la vida; en realidad, todo, incluso su concepto de belleza y de justicia y sus ambiciones espirituales. [54089] En este respecto, es altamente significativo que la ciencia matemático-experimental moderna se ha desarrollado, en los siglos XV, XVI y XVII, no sólo paralelamente al proceso social que usualmente se denomina nacimiento del capitalismo, sino también fuera de la fortaleza del pensamiento escolástico y haciendo frente a su desdeñosa hostilidad. [54091] Los inventos mecánicos utilitarios, descubiertos por el hombre de tipo artesano, surgieron en los orígenes de la física moderna. [54092] El rudo individualismo de Galileo era el individualismo de la naciente clase capitalista. [54093] El cirujano comenzó a elevarse por encima de la comadrona y del barbero. [54094] El artista, que era a la vez ingeniero y empresario -el tipo inmortalizado por hombres como Vinci, Alberti, Cellini; incluso Durero se dedicó a planos para fortificaciones- ilustra mejor que nada lo que quiero expresar. [54095] Al maldecir de todo esto los profesores escolásticos de las universidades italianas mostraban más sentido del que nosotros les atribuimos. [54096] La inquietud no era por las afirmaciones heterodoxas singulares. [54097] A cualquier escolástico capacitado podía creérsele capaz de enrollar sus textos de manera que se adaptasen al sistema de Copérnico. [54098] Pero aquellos profesores percibían, con muy buen sentido, el espíritu que había detrás de tales hechos: el espíritu del individualismo racionalista, el espíritu engendrado por el capitalismo naciente. [54099] En segundo lugar, el capitalismo naciente ha producido no sólo la actitud mental de la ciencia moderna, actitud que consiste en plantearse ciertas interrogantes y procurar contestarlas de una manera determinada, sino que ha creado también los hombres y los medios. [54101] La vida económica pre-capitalista no dejaba espacio para realizaciones que permitiesen franquear las barreras de clase o, para expresarlo de una manera diferente, que fuesen susceptibles de crear posiciones sociales comparables a las de los miembros de las clases entonces dominantes. [54102] No es que se impidiese el ascenso social en general. [54103] Pero la actividad económica, hablando en términos amplios, era de índole esencialmente subalterna, incluso en el caso de los artesanos que alcanzaban la cumbre de las corporaciones, por encima de las cuales apenas les era posible elevarse. [54104] Las avenidas principales para el ascenso social y las grandes ganancias las constituían la Iglesia -casi tan accesible como ahora durante todo la Edad Media-, a la que podemos añadir las cancillerías de los grandes magnates territoriales y la jerarquía de los señores feudales, completamente accesible hasta mediados del siglo XII, aproximadamente, para todo hombre calificado física y psíquicamente y no totalmente inaccesible después. [54105] Sólo cuando la empresa capitalista -en un principio comercial y financiera; después, minera, y, finalmente, industrial- desplegó sus posibilidades, es cuando la capacidad y la ambición supernormales comenzaron a convertir los negocios en una tercera avenida. [54106] El éxito fue rápido y manifiesto, pero se ha exagerado mucho el prestigio social que llevaba consigo al principio. [54107] Si examinamos de cerca la carrera de Jacob Fugger, por ejemplo, o la de Agostino Chigi, comprobamos fácilmente que tuvieron muy poco que ver con el rumbo de la política de Carlos V o del Papa León X y que tuvieron que pagar un precio muy elevado por los privilegios de que disfrutaron. [54108] No obstante, el éxito del empresario era lo suficientemente fascinador para todos, excepto para los estratos más elevados de la sociedad feudal, para arrastrar a la mayoría de los mejores cerebros y engendrar así un nuevo éxito, consistente en un nuevo impulso para la máquina racionalista. [54109] En este sentido, el capitalismo -y no meramente la actividad económica en general- ha constituido, en definitiva, la fuerza propulsora de la racionalización del comportamiento humano. [54111] a que tenía que conducir este argumento complejo, pero insuficiente, a pesar de todo. [54112] No sólo la fábrica mecanizada moderna y el volumen de producción que fluye de ella, no sólo la técnica y la organización económica modernas, sino todos los rasgos y conquistas de la civilización moderna, son, directa o indirectamente, producto del proceso capitalista, y hay que incluirlos en todo balance del mismo y tenerlos en cuenta en todo veredicto acerca de sus hazañas o fechorías. [54113] Ahí están el desarrollo de la ciencia racional y la larga lista de sus aplicaciones. [54114] Aeroplanos, refrigeradores, televisión, etcétera; todo esto hay que reconocerlo como fruto de la economía de lucro. [54115] Y aunque el hospital moderno no funciona, por lo general, por el lucro, es, no obstante, producto del capitalismo no sólo -repito- porque el proceso capitalista aporta los medios materiales y la voluntad creadora, sino mucho más fundamentalmente porque la racionalidad capitalista ha creado los hábitos mentales gracias a los cuales se han desarrollado los métodos aplicados en los hospitales. [54116] Y las victorias -aún no ganadas plenamente, pero que se aproximan a ello- sobre el cáncer, la sífilis y la tuberculosis serán conquistas tan capitalistas como lo han sido los automóviles o los oleoductos o el acero Bessmer. [54117] En el caso de la medicina, detrás de los métodos hay una profesión capitalista, tanto porque la medicina actúa, en una gran medida, con un espíritu mercantil, como porque constituye una emulsión de burguesía industrial y comercial. [54118] Pero aun cuando no fuera así, la medicina y la higiene modernas serían, con todo, subproductos del proceso capitalista, exactamente igual que la educación moderna. [54119] Ahí está el arte capitalista y el estilo de vida capitalista. [54121] Y ahí están las experiencias de Vinci para los que dudan y quieren, por así decirlo, tocar con las yemas de sus dedos la racionalidad capitalista. [54122] Estoy seguro de que si esta línea se prolongara nos llevaría (aunque tal vez forzados) al contraste entre Delacroix e Ingres. [54123] Henos allí ya: Cézanne, Van Gogh, Picasso o Matisse harán el resto. [54124] La liquidación expresionista de las formas objetivas nos ofrece una conclusión maravillosamente lógica. [54125] La historia de la novela capitalista (que culmina en la novela de Goncourt: "Documents stylisés") sería un ejemplo aún mejor. [54126] Pero esto es obvio. [54127] La evolución del estilo de vida capitalista podría describirse fácilmente -y tal vez de la manera más exacta- trazando la génesis del traje de calle moderno. [54128] Ahí está, finalmente, todo lo que puede agruparse en torno al núcleo simbólico del liberalismo gladstoniano. [54129] La expresión "democracia individualista" sería igualmente apropiada mejor, en realidad, puesto que queremos abarcar con ella ciertos elementos que Gladstone no habría aprobado y una actitud moral y espiritual que, atrincherado en la ciudadela de su fe, incluso odiaba. [54131] Los radicales pueden insistir en que las masas claman por la salvación de sufrimientos intolerables y hacen crujir sus cadenas en las tinieblas de la desesperación; pero nunca hubo, por supuesto, tanta libertad personal -espiritual y corporal- para todos; nunca hubo tan buen ánimo para tolerar e incluso para financiar a los enemigos mortales de la clase dominante; nunca hubo una simpatía tan efectiva por los sufrimientos reales y fingidos; nunca tan buena disposición para aceptar cargas sociales como en la moderna sociedad capitalista, y todo lo que haya de democracia, fuera de las comunidades rurales, se ha desarrollado históricamente en la estela del capitalismo, tanto antiguo como moderno. [54132] Nuevamente pueden ser alegados multitud de hechos del pasado para elaborar un contraargumento que había de ser eficaz, pero esto es irrelevante en una discusión sobre las condiciones actuales y las alternativas que se ofrecen para el futuro. [54133] Si, no obstante, decidimos entregarnos a una disquisición histórica, muchos de aquellos hechos que a los críticos radicales pueden parecer los más favorables para su tesis pueden tener, a menudo, un aspecto diferente, si se ven a la luz de una comparación con los hechos correspondientes de la experiencia pre-capitalista. [54134] Y no puede replicarse que "aquellos eran otros tiempos", ya que ha sido precisamente la evolución capitalista la que los ha hecho diferentes. [54135] Dos puntos hay que mencionar especialmente. [54136] He indicado antes que la legislación social o, de una manera más general, las reformas institucionales en favor de las masas, no ha sido simplemente una carga impuesta por la fuerza a la sociedad capitalista por la necesidad ineludible de aligerar la miseria siempre creciente de los pobres, sino que, además de elevar el nivel de las masas en virtud de sus efectos automáticos, el proceso capitalista ha proporcionado también los medios materiales "y la voluntad" para dicha legislación. [54137] Las palabras entre comillas requieren una explicación complementaria que hay que buscarla en el principio de la racionalidad generalizadora. [54138] El proceso capitalista racionaliza el comportamiento y las ideas, y, al racionalizarlos, ahuyenta de nuestra mente, al mismo tiempo que las creencias metafísicas, las ideas místicas y románticas de toda índole. [54139] Así, pues, da una nueva configuración no sólo a los métodos propios para alcanzar nuestros objetivos, sino también estos mismos objetivos finales. [54141] Por una parte, nuestro sentido heredado del deber, privado de su base tradicional, se concentra sobre ideas utilitarias relativas al mejoramiento de la Humanidad, las cuales, de un modo completamente ilógico, por supuesto, parecen resistir a la crítica racionalista mejor que el temor a Dios, por ejemplo. [54142] Por otra parte, la misma racionalización del alma quita a los derechos de clase toda la aureola de su prestigio supraempírico. [54143] Tales son los factores que, juntamente con el entusiasmo típicamente capitalista por la "eficacia" y el "servicio" (en un sentido completamente diferente del mundo de ideas que el antiguo caballero típico habría asociado con estos términos), nutren esa "voluntad" dentro de la burguesía misma. [54144] El feminismo, fenómeno esencialmente capitalista, ilustra esta tesis con mayor claridad todavía. [54145] El lector se dará cuenta de que estas tendencias tienen que ser entendidas "objetivamente" y que, por consiguiente, por múltiples que sean las declamaciones antifeministas o antirreformistas o por mucha oposición temporal que se haga a alguna medida particular, no podrían probar nada contra este análisis. [54146] Estas cosas son precisamente síntomas de las tendencias que pretenden combatir. [54147] Sobre esto volveremos en los capítulos siguientes. [54148] Además, la civilización capitalista es racionalista y "antiheroica"; las dos cosas a la vez, por supuesto. [54149] El éxito en la industria y en el comercio requiere bastante perseverancia; no obstante, la actividad industrial y comercial es esencialmente inheroica en el sentido caballeresco -nada de blandir espadas en torno a ella ni de proezas físicas ni oportunidades de galopar sobre un caballo armado contra el enemigo, con preferencia hereje o pagano-, y la ideología que glorifica la idea del combate por el combate y de la victoria por la victoria se marchita, como puede comprenderse, en las oficinas, entre todas las columnas de cifras de los hombres de negocios. [54151] Es cierto que el pacifismo y la moralidad internacional (en oposición a la mayoría de los rasgos de la civilización capitalista, pero en concordancia con algunos otros) han sido también defendidos en medios no capitalistas y por organismos precapitalistas: la Iglesia Católica, por ejemplo, en la Edad Media. [54152] El pacifismo y la moralidad internacional modernos son, no obstante, productos del capitalismo. [54153] En vista del hecho de que la teoría marxista -especialmente la teoría neo-marxista e incluso una parte considerable de la opinión no socialista- se opone con todo vigor a esta afirmación, como hemos visto en la primera parte de este libro, es necesario indicar que con dicha afirmación no queremos negar que muchas burguesías han realizado una espléndida lucha en defensa de sus hogares y sus patrias ni que ciertas comunidades, casi puramente burguesas, han sido frecuentemente agresoras cuando creían que la guerra les resultaría lucrativa -como es el caso de Atenas y Venecia-, ni que a ninguna burguesía le hayan disgustado alguna vez los botines de guerra y las ventajas para el comercio derivadas de la conquista, ni que las burguesías hayan rehusado adoctrinarse en nacionalismos guerreros por sus maestros o caudillos feudales o por la propaganda de algún grupo especialmente interesado. [54154] Lo que yo afirmo es, en primer lugar, que tales ejemplos de combatividad capitalista no deben ser explicados, exclusiva o primordialmente, en términos de intereses de clase o de situaciones de clase que engendran sistemáticamente guerras capitalistas de conquista, como explica el marxismo; en segundo lugar, que hay una diferencia profunda entre hacer lo que se considera una tarea normal de la vida, para la que uno se prepara desde la juventud y se continúa capacitando en la edad madura, y con referencia a la cual definen el éxito o el fracaso de una vida, y cumplir una tarea ajena a uno mismo, para lo cual no resultan adecuadas las actitudes normales ni la mentalidad propias y cuyo éxito aumentaría el prestigio de la menos burguesa de las profesiones, es decir, la de las armas, y, en tercer lugar, que esta diferencia habla constantemente -tanto en las cuestiones internacionales como en las nacionales- contra el uso de la fuerza militar y en pro de los arreglos pacíficos, incluso cuando el saldo de interés pecuniario está claramente del lado de la guerra, lo cual no es muy probable que ocurra en las circunstancias actuales. [54155] De hecho, cuanto más plenamente capitalista son la estructura y la actitud de una nación, más pacifista observamos que es y más inclinada a calcular los costos de una guerra. [54156] Dada la complejidad de todo modelo singular esta tesis solamente podría ser explicada plenamente mediante un análisis histórico detallado. [54157] Pero la actitud burguesa en cuanto a lo militar (ejércitos permanentes), el espíritu y los métodos con que las sociedades burguesas hacen la guerra y la facilidad con que se someten a una ordenación no burguesa, en cualquier caso serio de guerra prolongada, son hechos concluyentes por sí mismos. [54158] La teoría marxista según la cual el imperialismo es la última etapa de la evolución capitalista falla, por consiguiente, independientemente por completo de las objeciones puramente económicas. [54159] Pero no voy a hacer un resumen como, probablemente, espera de mí el lector. [54161] No voy a argumentar que esta prestación y esta promesa bastan por sí para servir de apoyo a una tesis según la cual se debía permitir al sistema capitalista que continuase funcionando, y, al mismo tiempo, como podría fácilmente demostrarse, descargar a la Humanidad del pesado fardo de la pobreza. [54162] Esto no tendría sentido. [54163] Aun cuando la Humanidad tuviese tanta libertad de elección como la que tiene un empresario para elegir entre dos piezas de una maquinaria, ningún juicio de valor determinado se sigue necesariamente de los hechos y de las relaciones entre los hechos que yo he tratado de poner en claro. [54164] Por lo que se refiere a la prestación económica no se sigue que los hombres sean "más felices" o "se encuentren más a gusto" en la sociedad industrial de hoy que en un feudo o en una aldea medieval. [54165] En cuanto a la prestación cultural, puede aceptarse cada una de las palabras que yo he escrito y, no obstante, odiarse desde el fondo del propio corazón su utilitarismo y la completa destrucción de valores espirituales que lleva consigo. [54166] Además, como tendré que subrayar de nuevo en la discusión de la alternativa socialista, uno puede interesarse menos por la eficiencia del sistema capitalista para producir valores económicos y culturales que por la especie de seres humanos configurados por el capitalismo y dejados después abandonados a sus propios recursos, es decir, en libertad para estropear sus vidas. [54167] Hay un tipo de radicales cuyo veredicto adverso acerca de la civilización capitalista no descansa sino en la estupidez, la ignorancia o la irresponsabilidad, que no puede o no quiere reconocer los hechos más obvios y mucho menos sus consecuencias ulteriores. [54168] Pero también colocándose sobre un plano más elevado puede llegarse a un veredicto completamente adverso. [54169] Sin embargo, ya sean favorables o desfavorables los juicios valorativos acerca de la prestación capitalista su interés es escaso, pues la Humanidad no tiene libertad de elección. [54171] Los fenómenos económicos resultantes impelen a los individuos y a los grupos a comportarse, quieran a no, de ciertas maneras, en realidad, no destruyendo su libertad de elección, sino configurando las mentalidades que realizan la elección y reduciendo el número de posibilidades entre las cuales elegir. [54172] Si esto es la quintaesencia del marxismo todos tenemos que ser marxistas. [54173] En consecuencia, la prestación capitalista no sirve siquiera para una prognosis. [54174] La mayoría de las civilizaciones han desaparecido antes de que hayan tenido tiempo de cumplir totalmente sus promesas. [54175] Por ello no voy a argumentar, basándome en el vigor de esta prestación, que el intermezzo capitalista tenga probabilidades de prolongarse. [54176] En realidad, voy ahora a llegar a la conclusión exactamente opuesta. [54177] Este tipo de investigación se remonta a muy atrás. [54178] Pero creo que debería computarse una nueva etapa de la misma a partir de las obras de Lucien Lévy-Bruhl. [54179] Véase especialmente sus Fonctions mentales dans les sociétés inférieures (1909) y Le surnaturel et la nature dans le mentalité primitive (1931). [54181] Para nosotros Lévy-Bruhl es una autoridad especialmente utilizable porque comparte plenamente nuestra tesis -de hecho su obra parte de ella- de que las funciones "ejecutivas" del pensamiento y la estructura mental del hombre están determinadas, en parte al menos, por la estructura de la sociedad dentro de la cual se desenvuelven. [54182] Carece de importancia que, en el caso de Lévy-Bruhl, este principio proceda no de Marx, sino de Comte. [54183] Un amable crítico, refiriéndose al párrafo anterior, me hace el reproche de que no es posible que yo crea lo que en él se dice, pues en tal caso debería considerar la "fuerza" del físico como una fórmula mágica. [54184] Ahora bien: esto es precisamente lo que pienso, a menos que se convenga en atribuir al término "fuerza" un significado meramente formal, un nombre para designar la constante que multiplica a la segunda derivada, respecto al tiempo, del desplazamiento. [54185] Esta frase kantiana ha sido elegida para prevenirnos contra una objeción manifiesta. [54186] La importancia de este elemento ha sido subrayada por Sombart y more suo supersubrayada. [54187] La contabilidad por partida doble ha sido la última etapa de un camino largo y tortuoso. [54188] Su predecesor inmediato era la costumbre de hacer, de cuando en cuando, un inventario y calcular el beneficio o la pérdida; véase A. [54189] Sapori, en Biblioteca Storica Toscana, VII, 1932. [54191] Para la historia y la sociología del Estado es un hecho vital observar que la contabilidad racional no se introdujo en la administración de los fondos públicos hasta el siglo XVIII y que aun entonces se introdujo de una manera imperfecta, bajo la forma rudimentaria de la contabilidad "cameralista". [54192] Estamos demasiado inclinados a considerar la estructura social medieval como estática o rígida. [54193] En realidad, hubo una incesante circulation des aristocraties, para usar la expresión de Pareto. [54194] Los elementos que componían el estrato superior alrededor del 900 habían desaparecido prácticamente en 1500. [54195] Los Médicis no constituyen realmente una excepción. [54196] Pues aunque su riqueza les ayudó a adquirir el dominio de la república de Florencia, fue ese dominio y no la riqueza per se lo que explica el papel desempeñado por la familia. [54197] En todo caso fueron los únicos comerciantes que llegaron a elevarse hasta colocarse en un pie de igualdad con el estrato superior del mundo feudal. [54198] Excepciones auténticas solamente las encontramos allí donde la evolución capitalista creó un medio propicio o rompió por completo el estrato feudal, como, por ejemplo, en Venecia y en los Países Bajos. [54199] Inmediata, porque el análisis contenido en las últimas páginas ha de sernos de utilidad para otros propósitos. [54201] Incluso Marx, en cuya época las acusaciones de esta clase no eran ni con mucho tan absurdas como hoy, consideró conveniente reforzar su defensa insistiendo hasta la pesadez sobre condiciones que ya entonces estaban superadas o francamente en trance de desaparecer. [54202] EL PLAN BÁSICO SOCIALISTA [54203] En primer término, tenemos que ver si hay o no algo incoherente en la pura lógica de una economía socialista. [54204] Pues aunque ninguna prueba de la solidez de esta lógica convertirá nunca a nadie al socialismo ni de hecho permitirá afirmar con seguridad que el socialismo es una proposición practicable, una prueba de una incoherencia lógica o incluso un fracaso de una tentativa de probar su incoherencia lógica, bastaría por sí para convencernos del absurdo que supone. [54205] Nuestra pregunta puede formularse, de un modo más preciso, como sigue: dado un sistema socialista de la especie considerada, ¿es posible deducir únicamente de sus datos y de los principios de su comportamiento racional decisiones determinadas relativas a qué producir y cómo producir? O, para expresar esto mismo en el lenguaje de los economistas matemáticos, ¿conducen estos datos y principios, en las condiciones de una economía socialista, a ecuaciones que sean independientes, compatibles -esto es, libres de contradicción- y suficientes en número para determinar unívocamente las incógnitas del problema ante la oficina central o ministerio de producción? [54206] La respuesta es afirmativa. [54207] No hay nada incoherente en la pura lógica del socialismo. [54208] Y esto es tan evidente que no se me habría ocurrido insistir en ello si no fuese por el hecho de que ha sido negado y por el hecho aún más curioso de que los socialistas ortodoxos no han sido capaces de dar una respuesta afirmativa, con exigencias científicas suficientes, hasta que han sido aleccionados por economistas de opiniones y simpatías marcadamente burguesas. [54209] La única autoridad digna de mención que sostiene una negativa es el profesor L. von Mises. [54211] A esta y a otras críticas semejantes, o tal vez a algunas dudas propias, los exponentes acreditados de la ortodoxia socialista no tenían en un principio mucho que oponer, a no ser el argumento de que la gerencia socialista podría partir del sistema de valores desarrollado por su predecesora capitalista (lo cual es, sin duda, importante para una discusión de las dificultades prácticas, pero no para la de la cuestión de principio) o entonar un himno de alabanza a las glorias milagrosas de su paraíso, en el que sería fácil prescindir de todas las supercherías capitalistas, tales como la racionalidad del costo, y en el que todos los problemas los resolverían los camaradas ayudándose con los dones que fluyen inagotablemente de los almacenes sociales. [54212] Pero esto significa aceptar la crítica de Von Mises, y algunos socialistas parecen aceptarla, efectivamente, incluso hoy. [54213] El economista que resolvió la cuestión de una manera que dejó poco por hacer, aparte de la elaboración y aclaración de puntos de importancia secundaria, fue Enrico Barone, a cuya argumentación remito a los lectores que deseen una demostración rigurosa. [54214] Aquí bastará con un breve bosquejo de su tesis. [54215] Desde el punto de vista de los economistas la producción -incluyendo el transporte y todas las operaciones que tienden a poner las mercancías en condiciones de venta- no es más que la combinación racional de los "factores" existentes dentro de los límites impuestos por las condiciones técnicas. [54216] En una sociedad mercantil la tarea de combinar estos factores supone comprarlos o alquilarlos y las rentas individuales que caracterizan tal sociedad se originan precisamente en este proceso de compra o alquiler. [54217] Es decir, la producción y la "distribución" del producto social no son sino aspectos diferentes de un mismo proceso que afecta simultáneamente a estos dos fenómenos. [54218] Ahora bien: la diferencia lógica -o puramente teórica- más importante entre una economía mercantil y una economía socialista es que en la última esto ya no es así. [54219] Como prima facie, los medios de producción no son evaluados por un mercado, y, lo que es aún más importante, como los principios de una sociedad socialista no permitirán convertir estos valores en criterio de distribución, aun cuando existiesen, en una sociedad socialista falta el automatismo distributivo de la sociedad mercantil. [54221] La distribución se convierte así en una operación peculiar, y, lógicamente al menos, totalmente separada de la producción. [54222] Esta decisión o acto político tendría que ser el resultado del carácter económico y cultural de la sociedad, de su comportamiento, de sus fines y de sus realizaciones, y, a su vez, determinaría todo esto en gran medida; pero, desde el punto de vista económico, tendría un carácter completamente arbitrario. [54223] Como se ha señalado antes, la comunidad puede adoptar una norma igualitaria -y esto en cualquiera de los muchos significados que se pueden atribuir a los ideales igualitarios- o admitir desigualdades hasta el grado que se desee. [54224] Incluso podría aceptarse organizar la distribución con vistas a producir una prestación máxima en cualquier dirección deseada, caso especialmente interesante. [54225] Puede estudiar los deseos de los camaradas individuales o resolver darles lo que una u otra autoridad crea lo mejor para ellos; el tópico "a cada uno según sus necesidades", puede tener uno de estos dos significados. [54226] Pero alguna norma tiene que ser establecida. [54227] Para nuestro propósito será suficiente considerar un caso muy especial. [54228] Supongamos que la convicción ética de nuestra comunidad socialista es plenamente igualitaria, pero que al mismo tiempo prescribe que los camaradas deben tener libertad para elegir lo que les plazca entre todos los bienes de consumo que el ministerio puede y quiere producir, ya que la comunidad puede rehusar, por supuesto, producir ciertas mercancías, como, por ejemplo, las bebidas alcohólicas. [54229] Supongamos, además, que el ideal igualitario particular adoptado se satisface entregando a cada persona -los niños y posiblemente otros individuos pueden computarse como fracciones de persona por decidirlo así la autoridad competente- un resguardo que represente su derecho a una cierta cantidad de bienes de consumo equivalente al cociente de dividir el producto social disponible en el período de cómputo en curso entre el número de pretensores, siendo anulados todos estos resguardos al final de tal período. [54231] La finalidad de estos resguardos es tan sólo evitar una masa compleja e innecesaria de actos de cambio que en otro caso habría de tener lugar entre los camaradas; por ello expresamos las pretensiones no en bienes, sino en cantidades de unidades convenientemente elegidas, pero sin un significado concreto -podemos llamarlas simplemente unidades, o lunas, o soles, o incluso dólares-, y regulamos las unidades de cada mercancía que hay que entregar al recibo de un número determinado de resguardos. [54232] En nuestras hipótesis los "precios" marcados por los almacenes sociales tendrían siempre que cumplir la condición de que cada uno de ellos, multiplicado por la cantidad existente de la mercancías a que se refiere, daría por resultado, sumando todos estos productos parciales, el total (de otra forma arbitrario) de los derechos de los camaradas. [54233] Pero el ministerio no necesita fijar los "precios" singulares, excepto mediante sugerencias iniciales. [54234] Dados gustos y "rentas en dólares" iguales los camaradas revelarán por su reacción ante estas sugerencias iniciales a qué precios estarían dispuestos a adquirir la totalidad del producto social, aparte de aquellos artículos que no interesan a nadie, y el ministerio debería entonces aceptar esos precios si deseaba vender las existencias de sus almacenes. [54235] Esto se hará de un modo conveniente y el principio de iguales participaciones se llevará a cabo en un sentido muy plausible y de una manera determinada con toda claridad. [54236] Pero esto presupone, naturalmente, que se ha producido ya una cantidad determinada de cada artículo. [54237] El problema auténtico, cuya resolubilidad ha sido negada, consiste precisamente en descubrir cómo puede realizarse racionalmente esta producción prevista, esto es, de una manera que dé por resultado una máxima satisfacción de los consumidores, [54238] dentro de los límites impuestos por los recursos disponibles, las posibilidades técnicas y demás condiciones del medio exterior. [54239] Pero es evidente que una decisión sobre el plan de producción tomada por un voto de mayoría de los camaradas, por ejemplo, dejaría en absoluto de cumplir este requisito, [54241] Sin embargo, es igualmente claro que la racionalidad económica en este sentido puede lograrse de otra manera. [54242] Para los teóricos esta posibilidad resulta de la afirmación elemental de que los consumidores, al evaluar ("demandar") los artículos de consumo, evalúan también, ipso facto, los medios de producción que entran en la producción de estos bienes. [54243] Para el profano la prueba de la posibilidad de un plan racional de producción en nuestra sociedad socialista puede presentarse de la manera siguiente: [54244] Para facilitar las cosas supondremos que los medios de producción existen en cantidades dadas y, por el momento, inalterables. [54245] Supongamos ahora que la oficina central se convierte en una comisión para una industria particular; mejor aún, que establezca para cada industria una autoridad encargada de regir y cooperar con la oficina central, la cual dirige y coordina todos estos gerentes de industria o juntas de gestión. [54246] La oficina central desempeña esta función, asignando las fuerzas de producción -todas las cuales están colocadas bajo su dirección- a estas gerencias de industria, con arreglo a ciertas reglas. [54247] Supongamos que la oficina prescribe que las gerencias de industria pueden tener cualesquiera cantidades de bienes y servicios de producción que decidan solicitar, con sujeción a tres condiciones: 1a., tienen que producir lo más económicamente posible; 2a., se les exige transferir a la oficina central, por cada unidad de bienes de producción o servicios de producción solicitados, un número determinado de los dólares de consumo que han adquirido mediante entregas anteriores de bienes de consumo, o, como también podríamos decir, la oficina central se declara dispuesta a "vender" a cualquier gerencia de industria cantidades ilimitadas de bienes de producción y de servicios de producción a los "precios" establecidos; 3a., se exige a las gerencias solicitar y utilizar las cantidades que puedan utilizar (y no menos), siempre que produzcan de la manera más económica, sin tener que "vender" ninguna parte de sus productos por menos "dólares" de los que tienen que transferir a la oficina central por las cantidades correspondientes a medios de producción. [54248] En un lenguaje más técnico, esta condición significa que la producción de todas las ramas debe alcanzar un volumen tal que los "precios" resulten iguales (no simplemente proporcionales) a los costos marginales. [54249] La tarea de cada junta de industria queda así determinada con toda claridad. [54251] En cierto sentido estos "precios" de los factores de producción, a diferencia de los "precios" de los bienes de consumo, serían fijados unilateralmente por la oficina central. [54252] Sin embargo, también puede decirse que los gerentes de industria despliegan una demanda claramente determinada de bienes de producción muy semejante a la que formulan los consumidores respecto de los bienes de consumo. [54253] Para completar nuestra prueba lo único que nos falta descubrir es una regla para esta actividad fijadora de precios de la oficina central que esté de conformidad con el criterio del máximo. [54254] Pero esta regla está a la vista. [54255] La junta no tiene más que establecer un solo precio para cada especie y calidad de bienes de producción (si la junta discrimina, esto es, carga diferentes precios para artículos de la misma especie y calidad a las diferentes gerencias tal discriminación tendría que ser justificada, por lo general, [54256] por razones no económicas) y que procurar que ese precio "deje vacío el mercado", esto es, que no queden en sus manos cantidades de bienes de producción sin utilizar ni sean demandadas cantidades adicionales a esos "precios". [54257] Esta regla bastará normalmente para asegurar un cálculo racional del costo y, por tanto, una asignación económicamente racional de las fuerzas de producción -pues lo primero no es más que un método para asegurar y comprobar la segunda y, por tanto, la racionalidad del plan de producción en las sociedades socialistas-. [54258] La demostración de este aserto resulta de la consideración del hecho de que, en tanto que se observe esta regla, ningún elemento de la producción puede desviarse hacia otra rama de la producción sin causar la destrucción de tantos (o más) valores de consumo (expresados en términos de dólares de consumo) que los que dicho elemento crearía en su nuevo empleo. [54259] Esto equivale a decir que la producción se lleva, en todas las direcciones que permiten las condiciones generales del medio exterior a la sociedad, hasta donde pueda llevarse racionalmente y no más allá, y esto completa también nuestra defensa de la racionalidad de la planificación socialista en un proceso estacionario de vida económica en el que todo está correctamente previsto y se repite periódicamente y en el que no sucede nada que eche abajo el plan. [54261] En la medida en que entra en consideración la lógica económica no puede afirmarse que el socialismo de la especie considerada, aunque teóricamente capaz de desempeñar los cometidos de la administración que se repiten en una economía estacionaria, fracasaría necesariamente en la solución de los problemas planteados por el "progreso". [54262] Ya veremos más adelante por qué es importante, a pesar de todo, para el éxito de una sociedad socialista, que ésta inicie su carrera no sólo dotada lo más ricamente posible, por su predecesora capitalista, en experiencia y procedimientos técnicos, así como en recursos materiales, sino también que la inicie después que la sociedad capitalista haya salido de su infancia, haya realizado el grueso de su labor y se haya aproximado a una situación estacionaria. [54263] Pero la razón para ello no está en que seamos incapaces de concebir un método racional y claramente determinado, cuya aplicación permitiese a la sociedad socialista aprovechar todas las oportunidades de perfeccionamiento de su aparato industrial que se le ofrecieran. [54264] Supongamos que para el proceso de producción de la industria X se ha descubierto una máquina nueva y más eficiente. [54265] A fin de excluir los problemas que trae consigo la financiación de la inversión -que han de ser considerados dentro de poco- y de aislar una serie claramente determinada de fenómenos, supondremos que la nueva máquina puede ser producida por las mismas fábricas que hasta ahora han producido la máquina menos eficiente y al mismo costo exactamente, expresado en términos de fuerza de producción. [54266] La gerencia de la industria X, en cumplimiento de la primera cláusula de sus instrucciones (es decir, la de producir lo más económicamente posible), adoptará la nueva máquina y producirá así la misma cantidad de mercancías con una cantidad menor de medios de producción. [54267] En consecuencia, estará en lo sucesivo en situación de transferir al ministerio u oficina central una cantidad de dólares de consumo menor que la cantidad recibida de los consumidores. [54268] Llamemos como gusten a la diferencia, por ejemplo, D, o "paletada", o "beneficio". [54269] La gerencia violaría, en realidad, la condición impuesta por la tercera cláusula de sus instrucciones si realizase ese "beneficio", y si cumple esta cláusula y produce inmediatamente la cantidad mayor adicional que implica esta condición, no surgirán nunca dichos beneficios. [54271] Si en un momento en que las fuerzas de producción disponibles de la sociedad están plenamente empleadas en la tarea de mantener un nivel dado de consumo se sugiere una mejora -tal como un puente nuevo o un ferrocarril nuevo- que requiera el empleo de factores adicionales, o, como también podremos decir, una inversión adicional, los camaradas deberían o bien trabajar más horas de las que hemos supuesto que se han fijado por la ley o bien restringir su consumo o ambas cosas a la vez. [54272] En este caso, nuestras hipótesis, ideadas para el objeto de resolver el problema fundamental de la manera más simple posible, impiden una solución "automática", esto es, una decisión a la que podrían llegar la oficina central y las gerencias de industria simplemente dejándose guiar de una manera pasiva, por indicaciones objetivas, sin dejar de cumplir las tres reglas. [54273] Pero esta imperfección es, por supuesto, una imperfección de nuestro esquema especial y no de la economía socialista. [54274] Si deseamos obtener tal solución automática no tenemos que hacer más que revocar la ley que invalida todas las pretensiones sobre los artículos de consumo que no se han utilizado durante el período para el que se expidieron, renunciar al principio de la igualdad absoluta de las ventas y conceder facultad a la junta central para ofrecer premios por horas extraordinarias de trabajo y -¿cómo llamarlo?- bien, digamos por el ahorro. [54275] La condición de que las mejoras o inversiones posibles sean emprendidas en tal extensión que la menos tentadora de ellas proporcione un "beneficio" igual a los premios que tienen que ofrecerse para atraer las cantidades de horas de trabajo extraordinarias o de ahorro (o de ambas cosas) necesarias para efectuar esta inversión marginal determina entonces, claramente, todas las nuevas variables que introduce nuestro problema, siempre que las horas extraordinarias de trabajo y el ahorro sean, en los intervalos que hay que tomar en consideración, funciones univalentes de los premios respectivos. [54276] Los "dólares" que se entregan como contravalor de estos premios es conveniente considerarlos como adicionales a los dólares de renta emitidos antes. [54277] No necesitamos detenernos aquí en los reajustes que esto impondría en diversas direcciones. [54278] Pero este argumento acerca de la inversión hace aún más claro que el esquema que hemos considerado como el mejor adaptado a las necesidades de nuestro análisis no es ni el único plan básico posible de una economía socialista ni, necesariamente, el que se recomendaría para una sociedad socialista. [54279] El socialismo no necesita ser igualitario; pero tampoco puede esperarse que una sociedad socialista haya de tolerar un grado de desigualdad de ventas suficientemente acentuado para obtener el tipo de inversión que alcanza la sociedad capitalista en el promedio de las fases cíclicas. [54281] Por consiguiente, si una sociedad socialista desea lograr un tipo de inversión real similar o, incluso, mayor -no lo necesita, por supuesto-, tendrá que recurrir a métodos distintos del ahorro. [54282] Entonces sería plenamente factible una acumulación de beneficios que podrían dejarse materializar en lugar de mantenerlos tan sólo en estado potencial, o como se sugiere más arriba, algo análogo a la creación de crédito. [54283] Sin embargo, sería mucho más conveniente dejar la cuestión a la oficina central y al congreso o parlamento, quienes podrían liquidarla de común acuerdo como parte del presupuesto social; mientras que el voto que recae sobre la parte "automática" de las operaciones económicas de la sociedad sería puramente de carácter formal, o, tal vez, de supervisión, el voto que recae sobre las partidas de inversión -al menos sobre su cuantía- supondría una decisión efectiva y estaría en pie de igualdad con el voto sobre gastos militares, etc. [54284] La coordinación de esta decisión con las decisiones "automáticas" acerca de las cantidades y calidades de bienes de consumo singulares no presentaría dificultades insuperables. [54285] Pero al aceptar esta solución nos apartaríamos del principio básico de nuestro esquema en un punto muy importante. [54286] Otros rasgos de nuestro plan básico pueden ser alterados, incluso, dentro de su cuadro general. [54287] Por ejemplo, yo no he dejado a los camaradas individuales la facultad de decidir cuánto van a trabajar, con una excepción condicional por lo que se refiere a las horas extraordinarias, aunque como votantes y en otros conceptos puedan ejercer tanta influencia sobre esta decisión como la que ejercen sobre la distribución de las rentas, etc. [54288] Tampoco les he dejado más libertad de elección de ocupación que la que la oficina central pueda y quiera concederles, dentro de las exigencias de su plan general. [54289] Esta ordenación puede uno representársela haciendo uso de una analogía con el servicio militar obligatorio. [54291] Pero, en lugar de esto, también podemos dejar a los camaradas individuales la facultad de decidir la cantidad y calidad de trabajo que han de prestar. [54292] La distribución racional de las fuerzas de trabajo tendría, entonces, que ser intentada por medio de un sistema de estímulos, ofreciéndose nuevamente premios, en este caso, no sólo por las horas extraordinarias, sino por todo trabajo, a fin de asegurar, en todas partes, una "oferta" de trabajo de todos los tipos y grados de capacitación apropiados a la estructura de la demanda de los consumidores y al programa de inversión. [54293] Estos premios tendrían que guardar una relación manifiesta con el atractivo o engorro de cada empleo y con la pericia que se necesita tener para desempeñarlo, y, por tanto, también con la escala de salarios de una sociedad capitalista. [54294] Aunque la analogía entre esta escala de salarios y el sistema socialista de premios no debe llevarse demasiado lejos, podríamos hablar, dentro de este sistema, de un "mercado de trabajo". [54295] La inserción de esta pieza del mecanismo modificaría, por supuesto, considerablemente nuestro plan básico. [54296] Pero no afectaría a la determinabilidad del sistema socialista. [54297] Su racionalidad formal se acentuaría, en realidad, todavía con mayor vigor. [54298] Lo mismo ocurriría con el parecido de familia entre la economía mercantil y la economía socialista, que el lector no puede haber dejado de observar a lo largo de nuestro análisis. [54299] Como esta semejanza parece haber complacido a los no socialistas y a algunos socialistas, y haber enojado a otros socialistas, tal vez sea conveniente dejar sentado con toda claridad en qué consiste y a qué es debida. [54301] Al tratar de construir un esquema racional de una economía socialista hemos hecho uso del mecanismo y de los conceptos especificados tradicionalmente por expresiones que nos son familiares por las exposiciones de los procesos y de los problemas de la economía capitalista. [54302] Hemos descrito un mecanismo cuyos resortes se comprenden inmediatamente en cuanto pronunciamos las palabras "mercado", "compra y venta", "competencia", etc. [54303] Al parecer, hemos empleado, o rara vez hemos tratado de no emplear, expresiones de sabor capitalista tales como "precios", "costos", "rentas" e, incluso, "beneficios", mientras que las de "renta de la tierra", "interés", "salarios" y otras, entre ellas la de "dinero", por así decirlo, nos han rondado a cada vuelta de nuestro camino. [54304] Consideremos lo que a la mayoría de los socialistas les parecería, seguramente, uno de los casos peores: el de la "renta" en sentido ricardiano, esto es, en el sentido de rendimiento obtenido por el empleo productivo de las fuerzas de la Naturaleza; por ejemplo, de la "tierra". [54305] Nuestro esquema no puede implicar, evidentemente, que haya que pagar una "renta de la tierra" a ningún terrateniente. [54306] ¿Qué quiere decir entonces? [54307] Simplemente, que toda especie de tierra de riqueza suficiente para satisfacer todas las exigencias de un futuro previsible tiene que ser utilizada económicamente, o destruida racionalmente, exactamente igual que la mano de obra o cualquier otro tipo de fuerzas de producción, y que para este fin tiene que establecerse un índice de rendimiento económico, con el cual tiene que ser comparado todo nuevo uso de la tierra que pueda sugerirse y por medio del cual entra ésta en el proceso de contabilidad social. [54308] De no hacerse tales comparaciones la comunidad se comportaría irracionalmente. [54309] Pero hacerlas no implica ninguna concesión al capitalismo ni al espíritu del capitalismo. [54311] Las "rentas" que hemos asignado inicialmente a los camaradas no son salarios. [54312] En un análisis se vería, efectivamente, que son compuestas de elementos económicos dispares, de los que solamente uno puede ser puesto en conexión con la productividad marginal del trabajo. [54313] Los premios que hemos introducido más adelante presentan más analogía con los salarios de la sociedad capitalista. [54314] Pero el equivalente de estos últimos no existe, en realidad, más que en los libros de la oficina central y consiste de nuevo en un mero índice de referencia, asociado, para los fines de una distribución racional, a cada tipo y grado de capacitación de trabajo; índice del que ha desaparecido todo un haz de significaciones que pertenecen al mundo capitalista. [54315] De pasada podemos observar que, puesto que podemos denominar como nos plazca a las unidades en que dividimos los resguardos representativos de las pretensiones de los camaradas sobre los bienes de consumo, podríamos también llamarlas horas de trabajo. [54316] Y como el número total de estas unidades, dentro de los límites establecidos por la conveniencia no es menos arbitrario, podríamos hacerlo igual al de horas de trabajo efectivamente prestado, ajustando igual las especies y grados de capacitación de trabajo a una calidad tipo, a la manera de Ricardo y de Marx. [54317] Finalmente, nuestra comunidad puede adoptar, lo mismo que otra cualquiera, el principio de que las "rentas" deben ser proporcionales a las horas de trabajo tipo con que contribuye cada camarada. [54318] Entonces tendríamos un sistema de billetes trabajo. [54319] Y lo interesante de ello, prescindiendo de las dificultades técnicas que ahora no nos conciernen, es que tal sistema resultaría completamente practicable. [54321] No es menos evidente que la practicabilidad de tal ordenación no prueba nada en favor de la teoría del valor le trabajo. [54322] Apenas es necesario realizar la misma operación con las nociones de beneficio, interés, precios y costos. [54323] La causa de aquel parecido de familia es ahora claramente visible sin necesidad de realizarla; nuestro socialismo no toma nada del capitalismo, sino que es el capitalismo quien toma mucho de la lógica de la opción, de alcance perfectamente general. [54324] Todo comportamiento racional tiene que mostrar, por supuesto, ciertas semejanzas formales con cualquier otro comportamiento racional, y así sucede que, en la esfera del comportamiento económico, la influencia configuradora de la mera racionalidad va mucho más allá, al menos en lo que se refiere a la teoría pura. [54325] Los conceptos que expresan el sistema de comportamiento racional están, pues, impregnados de todas las significaciones especiales que les da una época histórica y, en la mente del profano, tienden a retener los matices así adquiridos. [54326] Si nuestro conocimiento histórico de los fenómenos económicos hubiese sido adquirido en un mundo socialista nos parecería que, al analizar un proceso capitalista, tomamos concepto del socialismo. [54327] Hasta aquí no hay nada de que puedan congratularse los economistas de mentalidad capitalista por el descubrimiento de que el socialismo no podría utilizar, después de todo, más que los mecanismos y las categorías capitalistas. [54328] Para los socialistas debe haber también muy pocos motivos para poner reparos. [54329] Pues solamente el espíritu más ingenuo puede sentirse desilusionado por el hecho de que el milagro socialista no cree una lógica propia y solamente las más toscas y estúpidas variantes del credo socialista pueden peligrar por una demostración a este efecto, es decir, solamente aquellas variantes con arreglo a las cuales el proceso capitalista no es más que un embrollo feroz sin ninguna lógica ni orden. [54331] Una objeción podría, sin embargo, oponerse a la terminología: puede argumentarse que no es conveniente emplear términos que están cargados de significado que, por ser accidental, no deja de ser muy importante y que no puede esperarse que todo el mundo sepa eliminar. [54332] Además, no debemos olvidar que uno puede aceptar las conclusiones a que hemos llegado acerca de la igualdad esencial de la lógica económica de la producción socialista y la de la producción mercantil y, no obstante, poner objeciones al esquema o modelo particular por medio del cual hemos llegado a las mismas (véase más adelante). [54333] Esto no es todo, sin embargo. [54334] Algunos economistas, tanto socialistas como no socialistas, no sólo han querido, sino que han ansiado reconocer un parecido de familia particularmente fuerte entre una economía mercantil del tipo de competencia perfecta. [54335] Casi podríamos hablar de una escuela del pensamiento socialista que tiende a glorificar la competencia perfecta y a propugnar el socialismo sobre la base que ofrece el único método por el que pueden alcanzarse en el mundo moderno los resultados de la competencia perfecta. [54336] Las ventajas tácticas que pueden conseguirse colocándose en este punto de vista son, en realidad, lo bastante evidentes para explicar una actitud que, a primera vista, parece implicar una amplitud de espíritu sorprendente. [54337] Un socialista capacitado que vea tan claramente como cualquier otro economista toda la debilidad de los argumentos marxistas y populares puede así admitir todo lo que crea que debe admitirse, sin sacrificar en nada sus convicciones, porque lo que admite se refiere a una etapa histórica que (por mucho que haya existido) está seguramente muerta y sepultada; limitando juiciosamente su veredicto condenatorio al caso de las empresas que no están en competencia, puede prestar un apoyo restringido a algunas acusaciones -tales como la de que en el capitalismo moderno la producción está al servicio del lucro y no al del consumo del pueblo- que, de otra forma, serían meramente idiotas, y puede desconcertar y confundir al buen burgués diciéndole que el socialismo no hará más que lo que ellos han deseado siempre en realidad y lo que siempre les han enseñado sus propios ulemas de la economía. [54338] Pero las ventajas de subrayar este parecido de familia no son ya tan grandes para el analista. [54339] Como ya hemos visto, el concepto exangüe de la competencia perfecta, que la teoría económica ha configurado para sus propios fines, gira en torno a la cuestión de si las empresas singulares pueden o no ejercer una influencia, mediante su acción aislada, sobre los precios de sus productos y de sus factores de costo. [54341] Y puede demostrarse que en este caso el efecto masivo de las reacciones pasivas de todas las empresas singulares conducirá a precios de mercado y a volúmenes de producción que mostrarán ciertas propiedades formales similares a las de los índices de significación económica y a los volúmenes de producción de nuestro plan básico para una economía socialista. [54342] Sin embargo, en todo lo que realmente interesa -en los principios que rigen la formación de las rentas, la selección de los dirigentes industriales, la distribución de la iniciativa y la responsabilidad, la definición de éxito y fracaso-, en todo lo que constituye la fisonomía del capitalismo de competencia, el plan básico socialista es lo contrario precisamente de la competencia perfecta y está mucho más alejado de ella que del tipo del capitalismo de gran empresa. [54343] Por consiguiente, aunque yo no creo que a nuestro plan básico puedan ponerse objeciones basadas en que está tomado de la sociedad mercantil o en que desperdicia el santo óleo socialista en ungir ese sistema profano, simpatizo mucho, no obstante, con los socialistas que le ponen objeciones por otras causas. [54344] Es cierto que he indicado que el método para construir un "mercado" de bienes de consumo y para orientar la producción según las indicaciones suministradas por el mismo se aproximará más que ningún otro (más, por ejemplo, que el método de decisión por mayoría de votos) a dar a cada camarada singular lo que necesita -no existe ninguna institución más democrática que un mercado-, y que, en este sentido, dará por resultado un "máximo de satisfacción". [54345] Pero este máximo es, tan sólo, un máximo a corto plazo [54346] y se refiere, además, a los deseos efectivos de los camaradas, tal como los sienten en el momento. [54347] Sólo el socialismo abiertamente de bistec puede contentarse con una meta como ésta. [54348] Yo no puedo condenar a ningún socialista por despreciarla y soñar con nuevas formas culturales para el barro humano, tal vez con un barro nuevo también; si hay alguna promesa auténtica del socialismo, está en esa dirección. [54349] Los socialistas que son de este modo de pensar pueden permitir aún a su comunidad ser conducida por los gustos efectivos de los camaradas en las cuestiones que sólo presentan un aspecto hedonista. [54351] También pueden dejar a los camaradas elegir, como gusten, entre guisantes y judías. [54352] Pueden titubear también respecto a la leche o el whisky y a las drogas y las mejoras domésticas. [54353] Pero no permitirán a los camaradas elegir entre amasar pan y levantar templos, si a esto es a lo que los alemanes llaman de un modo inelegante, pero expresivo, "Kulturmanifestationen", esto es, manifestaciones objetivas de la cultura. [54354] Es necesario, por tanto, preguntarse si, en caso de que lancemos por la borda nuestros "mercados", no lanzaremos también por la borda la racionalidad y la determinabilidad económicas. [54355] La respuesta es obvia. [54356] En ausencia de mercados tendría que haber una autoridad para hacer la evaluación, esto es, para determinar los índices de significación para todos los bienes de consumo. [54357] Siéndole dado un sistema de valores dicha autoridad podría hacer esto de una manera perfectamente determinada, exactamente igual que puede hacerlo un Robinson Crusoe. [54358] Y el resto del proceso de planificación podría, entonces, seguir su curso en condiciones muy semejantes a las de nuestro plan básico originario. [54359] Los resguardos, los precios y las unidades abstractas seguirían sirviendo para los fines de dirección y cálculo de costos, pero dejarían de guardar relación con las rentas disponibles y sus unidades. [54361] Toda especie de socialismo centralista puede, por tanto, salvar con éxito el primer obstáculo -la determinabilidad y la coherencia lógicas de la planificación socialista- y nosotros podemos también salvar el siguiente. [54362] Este consiste en la "imposibilidad práctica" a que parecen ahora inclinados a retirarse la mayoría de los economistas antisocialistas después de haber sufrido una derrota en el terreno puramente lógico. [54363] Afirman que nuestra oficina central habría de enfrentarse con un cometido de una complicación insuperable, [54364] y algunos de ellos añaden que el funcionamiento del orden socialista presupondría una reforma total de las almas o del comportamiento -como prefiramos denominarlo- en la que la experiencia histórica y el sentido común demuestran que no hay ni que pensar. [54365] Aplazando la consideración del último punto podemos fácilmente resolver el primero. [54366] En primer lugar, una ojeada a nuestra solución del problema teórico bastará para convencer al lector de que es eminentemente practicable, es decir, que no sólo establece una posibilidad lógica, sino que, al hacerlo así, muestra los pasos por los que esta posibilidad puede ser realizada en la práctica. [54367] Esto tiene aplicación, aun cuando, para enfrentarnos convenientemente con el problema, exijamos que el plan de producción sea elaborado ab ovo, esto es, sin ninguna experiencia previa en cuanto a las cantidades y valores y sin más base de partida que una inspección de los recursos y procedimientos técnicos disponibles y un conocimiento general de la mentalidad de los camaradas. [54368] Además, hay que tener presente que, en las condiciones modernas, una economía socialista requiere la existencia de una enorme burocracia o, al menos, de unas condiciones sociales favorables para su desarrollo y su funcionamiento. [54369] Este requisito constituye una de las razones por las que los problemas económicos del socialismo no deben ser nunca discutidos sin referencia a situaciones dadas del medio social o a situaciones históricas. [54371] En toda situación normal la burocracia socialista dispondría de información suficiente para permitir evaluar al primer golpe con bastante aproximación las cantidades correctas de producción en las principales ramas de la misma y el resto sería una cuestión de ajustes a fuerza de tanteos metódicos. [54372] De modo que, en este respecto, no hay ninguna diferencia fundamental [54373] entre las economías socialista y mercantil ni en cuanto al problema con que tropiezan los teóricos al demostrar cómo un sistema económico progresa hacia una situación que podría calificarse de "racional" u "óptima" en el sentido de que cumple ciertas condiciones máximas ni en cuanto a los problemas con que los directores de empresa se encuentran en la práctica efectiva. [54374] Si admitimos una experiencia previa de la que partir, como admiten la mayoría de los socialistas y particularmente admitió Karl Kautsky en todo momento, la labor del socialismo se simplifica grandemente, por supuesto, especialmente si se trata de una experiencia del tipo de la gran empresa. [54375] Pero, en segundo lugar, de un nuevo examen de nuestro plan básico se deriva algo más, a saber: la solución de los problemas con que se enfrenta la generación socialista sería no sólo tan posible como la solución práctica de los problemas con que se enfrentan las gerencias mercantiles, sino que sería aún más fácil. [54376] De esto podemos convencernos fácilmente observando que una de las dificultades de la dirección de una gran empresa -la dificultad que absorbe la mayor parte de la energía de un director afortunado- consiste en las incertidumbres que rodean a toda decisión. [54377] Una clase muy importante de éstas consiste, de una parte, en las incertidumbres acerca de la reacción de los competidores efectivos y potenciales, y de otra parte, acerca de cómo va a evolucionar la situación económica general. [54378] Aunque en una comunidad socialista persistirían, indudablemente, incertidumbres de otras clases, estos dos grupos puede esperarse, razonablemente, que desaparezcan casi por completo. [54379] Las gerencias de las industrias y obras socializadas estarían en situación de saber exactamente lo que las demás se proponen hacer y nada les impediría unirse para una acción concertada. [54381] Esto reduciría enormemente la cantidad de trabajo que los cerebros dirigentes tienen que realizar en los talleres, de forma que, para dirigir tal sistema, sería necesaria mucha menos inteligencia de la que se necesita para pilotear un concern de alguna importancia a través de las olas y rompientes del mar capitalista. [54382] Esto basta para confirmar nuestra afirmación. [54383] Más de una docena de economistas habían insinuado la solución antes que Barone. [54384] Entre ellos había autoridades tales como F. von Wieser (Der Natürliche Wert, 1889) y Pareto (Cours d'Economie politique,vol. [54385] II, 1897). [54386] Ambos percibieron el hecho de que la lógica fundamental del comportamiento económico es la misma en la sociedad mercantil que en la sociedad socialista, de cuya similitud se deduce la solución del problema. [54387] Pero Barone, un seguidor de Pareto, fue el primero que la elaboró. [54388] Véase su artículo titulado "II Ministro della Produzione nello Stato Collettivista", en Giornale degli Economisti, 1908. [54389] No es posible ni necesario hacer justicia a la rica cosecha producida por el último trabajo. [54391] Taylor: "The Guidance of Production in a Socialist State", en American Economic Review, marzo, 1929; K. [54392] Tisch: Wirtschaftsrechnung und Verteilung im sozialistischen Gemeinwesen, 1932; H. [54393] Zassenhaus: "Theorie der Planwirtschaft", en Zeitschrift für Nationalokonomie, 1934; especialmente Oskar Lange: "On the Economic Theory of Socialism", en Review of Economic Studies, 1936-7, reeditado como libro por Lange y Taylor, bajo el mismo título, en 1938, y A. [54394] P., Lerner, cuyos artículos citaré en una nota posterior. [54395] Si los teóricos modernos pusiesen objeciones a este giro de la frase permítaseme suplicarles que consideren la cantidad de circunlocuciones completamente innecesarias que supondría emplear un modo de expresión más correcto sin ofrecer en compensación ninguna ventaja para los fines de este argumento. [54396] Esto no quiere decir que este procedimiento no cumpliría los requisitos desde el punto de vista de otra definición de la racionalidad. [54397] No se hace aquí ninguna afirmación derivada de la comparación del sistema discutido con otros sistemas. [54398] Pronto se dirá algo acerca de esto. [54399] Este principio, que se deriva de la lógica general de la elección, no fue universalmente aceptado hasta que lo subrayó Mr. A. P. Lerner y lo defendió en una serie de notas y artículos publicados principalmente en la Review of Economic Studies (también en el Economic Journal, septiembre 1937), que constituyen una contribución importante a la teoría de la economía socialista sobre la que aprovecho esta oportunidad para dirigir la atención del lector. [54401] Pero la relación entre ambas ha sido oscurecida en cierto modo por una confusión de cosas diferentes y requiere una aclaración. [54402] El concepto de costo marginal, que significa el incremento del costo total que hay que soportar si ha de ser aumentada la producción en una pequeña cantidad, permanece indeterminado en tanto que no lo pongamos en relación con un período de tiempo determinado. [54403] Por ejemplo, si la cuestión es de si se ha de transportar o no un viajero adicional en un tren, que ha de realizar su recorrido de todos modos, el costo marginal a considerar podría ser igual a cero, y, en todo caso, es muy pequeño. [54404] Esto puede expresarse diciendo que, desde el punto de vista de un período muy corto -una hora o un día o incluso una semana-, todo elemento de costo, incluso los lubricantes y el carbón, entra prácticamente en los "gastos generales", y que esos gastos generales no entran en el costo marginal. [54405] Pero cuanto más largo sea el período considerado más elementos de costo entran en el costo marginal; en primer lugar, todo lo que se comprende usualmente en la noción de costo "primario" y después, en proporción cada vez mayor, lo que los hombres de negocios llaman gastos generales, hasta que, para un plazo muy largo o desde el punto de vista de la planificación de una unidad industrial aún inexistente, no queda nada (o prácticamente nada) en la categoría de gasto general, y todo elemento de gasto, incluyendo la depreciación, hay que tenerlo en cuenta en el cálculo del costo marginal, siempre que este principio no sea modificado en el caso de algunos factores, tales como el trazado de un ferrocarril, por el hecho técnico de que estos factores solamente puede disponerse de ellos o sólo pueden emplearse en unidades muy grandes ("indivisibilidad"). [54406] Los costos marginales deben ser, por tanto, distinguidos siempre de los costos primarios (marginales). [54407] Ahora bien: nosotros vinculamos a menudo la condición que se discute con el principio de que las gerencias socialistas -exactamente igual que las capitalistas- deberían en todo momento olvidar el pasado si han de obrar racionalmente, es decir, que en sus decisiones no han de tener en cuenta los valores reflejados en los libros de las inversiones existentes. [54408] Pero ésta es solamente una regla de comportamiento a corto plazo en una situación dada. [54409] No quiere decir que estas gerencias deban hacer caso omiso ex ante de aquellos elementos que han de cristalizar en costos fijos o en gastos generales. [54411] Pero tomarlos en consideración implicará, por lo general, igualar los precios al costo total por unidad del producto en tanto que las cosas se desarrollen de conformidad con los planes, y como las excepciones se deben principalmente al obstáculo técnico que se opone a la racionalidad que representa la indivisibilidad o a desviaciones del curso efectivo de las cosas respecto de los planes, la lógica de estos planes no está expresada mal del todo, en definitiva, por el principio de hacer abstracción del pasado. [54412] Aunque en una situación a corto plazo puede ser lo más racional, esta lógica no impone, sin embargo, el funcionamiento de una industria con déficit. [54413] Esta reserva es importante observarla por dos razones. [54414] En primer lugar, porque esto ha sido negado. [54415] Incluso se ha sugerido que aumentaría el bienestar (a la larga) si los precios se igualasen siempre a los costos marginales a corto plazo, excluyendo la depreciación, y que los gastos generales (por ejemplo, el costo de un puente) deberían ser financiados mediante impuestos. [54416] Nuestra regla, tal como se expone en el texto, no quiere decir esto y tal comportamiento no sería racional. [54417] En segundo lugar, porque, en un decreto de marzo de 1936, la autoridad central rusa, al abolir para una serie de industrias el sistema de subvenciones hasta entonces en vigor, prescribía que los precios deberían ser regulados de forma que resultasen iguales al costo total medio por unidad, más un recargo por acumulación. [54418] Respecto de la primera parte de esta regla puede decirse que, aunque no es estrictamente correcta, se aparta menos de la corrección de lo que pudieran hacer suponer las formulaciones incorrectas de este principio; en cuanto a la segunda parte, hay que decir que la objeción a la misma se debilita mucho tan pronto como tenemos en cuenta las condiciones o exigencias de un desarrollo económico rápido -el lector recordará el argumento expuesto en la parte II en favor de la causa capitalista-, y que es perfectamente concebible que el gobierno soviético tuviese razón tanto al embarcarse en su política de subvenciones, que llegaba a la financiación de inversiones con pérdida, como al abolir parcialmente esta práctica en 1936. [54419] Hay excepciones a esta regla que son importantes, pero que no afectan al rumbo de nuestra argumentación. [54421] Las inversiones corrientes que se necesitan para mantener en marcha una economía estacionaria podrían y deberían ser cubiertas exactamente igual que todos los demás elementos del costo. [54422] Especialmente no devengarían interés. [54423] Podría aprovechar esta oportunidad para observar que la actitud de los socialistas hacia el fenómeno del interés no es uniforme. [54424] St. Simón lo admitía casi como una cosa incontrovertible. [54425] Marx lo excluía de la sociedad socialista. [54426] Algunos socialistas modernos lo admiten de nuevo. [54427] La práctica rusa lo admite. [54428] Es, sin embargo, un máximo demostrable, y como tal confirma la racionalidad económica de este tipo de socialismo, exactamente igual que el máximo de competencia confirma la racionalidad de la economía de competencia. [54429] Pero ni en uno ni en otro caso significa mucho esto. [54431] Esta es la línea de repliegue adoptada por la mayoría de los autores que, sin tener una convicción socialista, aceptan, sin embargo, las credenciales lógicas del socialismo. [54432] Como principales autoridades que mantienen este criterio pueden citarse los profesores Robbins y Von Hayek. [54433] Algunos autores parecen opinar que el proceso mediante el cual se alcanza el equilibrio sería el mismo que en una situación de competencia perfecta. [54434] Sin embargo, esto no es así. [54435] Un ajuste efectuado paso a paso como reacción tan sólo a las variaciones de los precios podría fácilmente errar la meta por completo. [54436] He aquí por qué en el texto hablaba de tanteos metódicos. [54437] En tanto que estos procedimientos son aplicados en las economías capitalistas su puesta en práctica es un paso muy importante hacia el socialismo. [54438] De hecho reduce progresivamente las dificultades de transición y constituye por sí un síntoma de la proximidad de la etapa de transición. [54439] Combatir esta tendencia incondicionalmente es tanto como combatir al socialismo. [54441] El bien común y la voluntad del pueblo [54442] La filosofía de la democracia del siglo XVIII puede ser compendiada en la siguiente definición: el método democrático es aquel sistema institucional de gestación de las decisiones políticas que realiza el bien común, dejando al pueblo decidir por sí mismo las cuestiones en litigio mediante la elección de los individuos que han de congregarse para llevar a cabo su voluntad. [54443] Vamos a desarrollar lo que esto implica. [54444] Se sostiene, pues, que existe un bien común, faro orientador de la política, que siempre es fácil de definir y que puede hacerse percibir a toda persona normal por medio de la argumentación racional. [54445] No hay, por tanto, excusa para no verlo ni hay, en realidad, ninguna explicación para la existencia de gente que no lo vea, a no ser por ignorancia -que puede ser eliminada-, estupidez o interés antisocial. [54446] Además, este bien común implica respuestas definidas a todas las cuestiones, de forma que todo hecho social y toda medida adoptada o por adoptar puede clasificarse inequívocamente como "bueno" (o "buena") o "malo" (o "mala"). [54447] Como todo el mundo tiene, por tanto, que estar de acuerdo, al menos en principio, hay también una voluntad común del pueblo (voluntad de todos los individuos con uso de razón) que se corresponde exactamente con el bien común o el interés común o el bienestar común. [54448] Lo único que puede ocasionar un desacuerdo, aparte de la estupidez y de los intereses siniestros, y explicar la existencia de una oposición es una diferencia de opinión en cuanto a la rapidez con que hay que llegar a la meta, la cual es común a casi todos. [54449] Así, cada miembro de la comunidad, consciente de esa meta, sabiendo lo que quiere y discerniendo lo que es bueno y lo que es malo, toma parte, activa y responsablemente, en el fomento del bien y en la lucha contra el mal, y todos los miembros juntos fiscalizan los negocios públicos. [54451] Sin embargo, esto no afecta al principio, porque estos especialistas actúan simplemente para llevar a efecto la voluntad del pueblo, exactamente igual que un médico actúa para llevar a efecto la voluntad del paciente, que es curarse. [54452] También es cierto que en una comunidad de cualquier magnitud, especialmente si acusa el fenómeno de la división del trabajo, sería sumamente inconveniente para todo ciudadano individual tener que ponerse en contacto con todos los demás ciudadanos con ocasión de cada cuestión pendiente, a fin de contribuir con su parte en el mando o gobierno. [54453] Será más conveniente reservar tan sólo las decisiones más importantes para que se pronuncien sobre ellas los ciudadanos individuales -mediante el referéndum, por ejemplo- y dejar las demás a cargo de una comisión nombrada por ellos, esto es, a una asamblea o parlamento y cuyos miembros se elegirían por sufragio popular. [54454] Esta comisión o cuerpo de delegados no representará, como hemos visto, al pueblo en un sentido jurídico, sino que lo representará en un sentido menos técnico: interpretará, reflejará o representará la voluntad del electorado. [54455] Siendo numerosa esta comisión puede desmembrarse, también por razones de conveniencia, en comisiones menores para las distintas secciones de los negocios públicos. [54456] Finalmente, entre estas comisiones menores habrá una para asuntos generales, principalmente para tratar de los asuntos corrientes de administración, llamada gabinete o gobierno y dirigida posiblemente por un secretario general o cabeza de turco, esto es, por un primer ministro, como así se llama. [54457] Tan pronto como aceptemos todas las hipótesis formuladas por esta teoría de la política -o que estén implícitas en la misma-, la democracia adquiere, en realidad, una significación inequívoca y no plantea ningún problema, a excepción del de cómo implantarla. [54458] Además, tenemos que sobreponernos a unos cuantos escrúpulos lógicos para poder añadir que, en este caso, el sistema democrático no sólo sería el mejor de todos los concebidos, sino que poca gente se preocuparía de tomar en consideración ningún otro. [54459] No es menos cierto, sin embargo, que estas hipótesis son otras tantas afirmaciones de hecho, cada una de las cuales tendría que ser probada, si hemos de llegar a esa conclusión. [54461] En primer lugar, no hay tal bien común, unívocamente determinado, en el que todo el mundo pueda estar de acuerdo o pueda hacérsele estar de acuerdo en virtud de una argumentación racional. [54462] Esto no se debe primordialmente al hecho de que algunos puedan querer cosas distintas del bien común, sino al hecho mucho más fundamental de que, para los distintos individuos y grupos, el bien común ha de significar necesariamente cosas diferentes. [54463] Este hecho, oculto a los utilitaristas, a causa de la estrechez de su visión del mundo de las valoraciones humanas, introducirá hendiduras en cuestiones de principio que no podrán reconciliarse mediante una argumentación racional, porque los valores últimos -nuestras concepciones de lo que deben ser la vida y la sociedad- están más allá de la categoría de la mera lógica. [54464] En algunos casos puede tenderse un puente sobre ellos, pero en otros casos no. [54465] Los americanos que dicen "queremos que nuestro país se arme hasta los dientes para luchar en todo el globo por lo que consideramos justo" y los americanos que dicen "queremos que nuestro país resuelva sus propios problemas, que es la única manera como puede servir a la Humanidad", están enfrentados por diferencias irreductibles de valores últimos que un compromiso sólo podría mutilar y degradar. [54466] En segundo lugar, aun cuando resultase aceptable para todos un bien común suficientemente definido -como, por ejemplo, el máximo de satisfacción económica de los utilitaristas-, [54467] esto no implicaría respuestas igualmente definidas para los problemas singulares. [54468] Las opiniones acerca de estos problemas podrían diferir hasta una extensión de importancia suficiente para producir la mayoría de los efectos de una discrepancia "fundamental" acerca de los mismos fines. [54469] Los problemas que se plantean a propósito de la evaluación de la satisfacción de las necesidades presentes frente a las futuras, incluso en el caso de la elección del socialismo frente al capitalismo, quedarían sin resolver después de la conversión de cada ciudadano singular, por ejemplo, al utilitarismo. [54471] Y así sucesivamente. [54472] Los padres utilitaristas de la teoría democrática no vieron toda la importancia de esto simplemente porque ninguno de ellos consideró seriamente una modificación sustancial del cuadro económico ni de los hábitos de una sociedad burguesa. [54473] Veían poco más allá del mundo de un herrero del siglo XVIII. [54474] En tercer lugar, sin embargo, como consecuencia de las dos proposiciones anteriores, el concepto particular de la voluntad del pueblo, o de la volonté générale, adoptado por los utilitaristas, se desvanece en aire. [54475] Pues ese concepto presupone la existencia de un bien común claramente determinado y discernible por todos. [54476] En contraposición a los románticos, los utilitaristas no tenían noción de esa entidad semimística dotada de una voluntad propia, esto es, de ese "espíritu del pueblo" que tanto apreciaba la escuela histórica de la jurisprudencia. [54477] Derivaban ingenuamente su voluntad del pueblo de las voluntades de los individuos. [54478] Y a menos que haya un centro, el bien común, hacia el cual graviten todas las voluntades individuales, a largo plazo al menos, no obtendremos ese tipo especial de volonté générale "natural". [54479] El centro de gravedad utilitarista unifica, de una parte, las voluntades individuales, tiende a fundirlas, por medio de la discusión racional, en la voluntad del pueblo, y, de otra parte, confiere a la última la dignidad ética exclusiva pretendida por el credo democrático clásico. [54481] Tanto la existencia como la dignidad de esta especie de volonté générale desaparecen tan pronto como nos falta la idea del bien común. [54482] Y ambos pilares de la teoría clásica se desmoronan en polvo inevitablemente. [54483] La voluntad del pueblo y la volición individual [54484] Por muy concluyentes que sean los argumentos anteriores contra esta concepción particular de la voluntad del pueblo no deben impedirnos tratar de construir otra concepción más realista. [54485] No es mi intención poner en tela de juicio ni la realidad ni la importancia de los hechos sociopsicológicos en los que pensamos cuando hablamos de la voluntad de una nación. [54486] Su análisis es, ciertamente, el requisito previo para abrirse paso en el estudio de los problemas de la democracia. [54487] Sería preferible, sin embargo, no conservar esta expresión, porque tiende a oscurecer el hecho de que, tan pronto como hayamos separado la voluntad del pueblo de su connotación utilitarista, construimos no meramente una teoría diferente de la misma entidad, sino una teoría de algo completamente distinto. [54488] Tenemos toda la razón para estar en guardia contra los peligros que se ocultan en la senda de esos defensores de la democracia que, al mismo tiempo que reconocen en medida creciente los hechos del proceso democrático, bajo la presión de las pruebas que se van acumulando, tratan de ungir los resultados a que da lugar ese proceso con aceite sacado de las tinajas del siglo XVIII. [54489] Pero aunque todavía pueda decirse que surge una especie de voluntad común o de opinión pública de la maraña infinitamente compleja de las situaciones, voliciones, influencias, acciones y reacciones individuales y colectivas que entran en el "proceso democrático", el resultado carecería no sólo de unidad racional, sino también de sanción racional. [54491] La falta de sanción racional significa que, puesto que esta voluntad no se acomoda ya a ningún "bien", será ahora necesario, a fin de reclamar una dignidad ética para el resultado, replegarse en una confianza ilimitada en las formas democráticas de gobierno en cuanto tales, confianza que, en principio, tendría que ser independiente de la deseabilidad de los resultados. [54492] Como ya hemos visto no es fácil colocarse en este punto de vista. [54493] Pero aun cuando nos pongamos en él el abandono del bien común utilitarista nos deja entre las manos una buena cantidad de dificultades. [54494] En particular, subsiste todavía la necesidad práctica de atribuir a la voluntad del individuo una independencia y calidad racional que son completamente irreales. [54495] Si pretendemos sostener que la voluntad de los ciudadanos constituye per se un factor político que estamos obligados a respetar, primero es preciso que exista esta voluntad. [54496] Es decir, tiene que ser algo más que un haz indeterminado de vagos impulsos que se mueven en torno a tópicos dados y a impresiones erróneas. [54497] Todo el mundo tendría que saber de un modo preciso lo que quiere defender. [54498] Esta precisión de las voliciones tendría que estar fundada en la capacidad para observar e interpretar correctamente los hechos que son directamente accesibles a cada uno para pasar por el tamiz de la crítica la información sobre los hechos que no lo son. [54499] Finalmente, de estas voliciones definidas y de estos hechos indagados tendría que derivarse una conclusión clara y rápida respecto a los problemas especiales, conforme a las reglas de la deducción lógica, y esto con un grado tan alto de eficiencia general que pudiera sostenerse sin notorio absurdo que la opinión de un ciudadano sería aproximadamente tan buena como la de cualquier otro. [54501] pues las voliciones y las conclusiones que se imponen al electorado no pueden tenerse como datos últimos del proceso democrático. [54502] La cuestión de si estas condiciones se cumplen o no en la medida necesaria para hacer funcionar a la democracia no debe ser contestada por una afirmación precipitada ni por una negativa igualmente precipitada. [54503] Solamente puede ser contestada mediante una apreciación laboriosa de todo un laberinto de pruebas contradictorias. [54504] Sin embargo, antes de ponernos a ello quiero asegurarme de que el lector aprecia plenamente otro punto que ya he señalado. [54505] Repetiré, por tanto, que aun cuando las opiniones y deseos de los ciudadanos individuales fuesen datos perfectamente definidos e independientes a elaborar por el proceso democrático, y aun cuando todo el mundo actuase respecto de ellos con racionalidad y rapidez ideales, no se seguiría necesariamente que las decisiones políticas producidas por ese proceso, partiendo de la materia prima de esas voliciones individuales, representase algo que, en un sentido convincente, pudiera ser denominado voluntad del pueblo. [54506] Es, pues, no sólo concebible, sino muy probable que las decisiones políticas a que se llegue mediante ese proceso no concuerden con "lo que el pueblo quiere realmente", sobre todo cuando las voluntades están muy divididas. [54507] Tampoco puede negarse que se obtendrá, si no exactamente lo que el pueblo quiere, sí, al menos, un "compromiso honrado". [54508] Esto puede ser así. [54509] Las probabilidades de que esto suceda son mucho mayores cuando los problemas planteados son de índole cuantitativa o permiten una gradación, como cuando se plantea la cuestión de cuánto debe gastarse en ayuda a los parados, ya que todo el mundo propugna algún gasto para este fin. [54511] Esto se ilustrará mediante un ejemplo. [54512] Yo admito que el gobierno de Napoleón, cuando era Primer Cónsul, puede clasificarse de dictadura militar. [54513] Una de las necesidades políticas que más presionaban por el momento era un concierto religioso que aclarase el caos dejado por la revolución y el directorio y llevase la paz a millones de corazones. [54514] Esto lo consiguió Napoleón mediante una serie de golpes maestros que culminaron en el concordato con el Papa (1801) y los "Artículos orgánicos" (1802), que, reconciliando lo irreconciliable, dieron justamente la debida cantidad de libertad al culto religioso al mismo tiempo que mantenían con vigor la autoridad del Estado. [54515] También reorganizó y refinanció la Iglesia Católica francesa, resolvió la delicada cuestión del clero "constitucional" y puso en marcha la nueva ordenación de la manera más favorable con un mínimo de fricción. [54516] Si ha habido alguna vez una medida política que responda eficazmente a un deseo específico de un pueblo esta ordenación proporciona uno de los mejores ejemplos de la Historia. [54517] Esto tiene que resultar notorio para todo el que contemple la estructura clasista de la Francia de aquella época, y se confirmará plenamente por el hecho de que esta política eclesiástica contribuyó grandemente a la popularidad casi universal de que gozó el régimen consular, pero es difícil ver cómo podría haber sido obtenido este resultado de una manera democrática. [54518] El sentimiento antieclesiástico no había muerto y no estaba en modo alguno confinado a los jacobinos vencidos. [54519] Las personas de esta convicción, o sus dirigentes, no podían de ningún modo haber concertado un compromiso de esa extensión. [54521] Los que compartían este sentimiento, o los dirigentes que dependían de su buena voluntad, no podrían haberse detenido en el límite napoleónico; en especial, no podrían haber tratado tan firmemente con la Santa Sede, para la cual no habría habido, además, ninguna razón para ceder en vista del sesgo que tomaban las cosas. [54522] Y la voluntad de los campesinos, que ante todo querían sus sacerdotes, sus iglesias y sus procesiones, habría sido inhibida por el miedo muy natural de que la solución revolucionaria del problema de la tierra podría peligrar una vez que el clero -especialmente los obispos- estuviesen de nuevo -en su silla. [54523] El resultado más probable de cualquier intento de resolver la cuestión democráticamente habría sido una situación de estancamiento o de lucha interminable que engendraría una creciente irritación. [54524] Pero Napoleón pudo resolverla razonablemente, precisamente porque todos estos grupos, que no habrían podido abandonar sus puntos de vista por su propio acuerdo, podían y querían al mismo tiempo aceptar la ordenación, si esta ordenación les era impuesta. [54525] Este no es, por supuesto, un ejemplo aislado. [54526] Si los resultados, que se muestran a largo plazo satisfactorios para el pueblo, en general, constituyen una prueba de gobierno para el pueblo, el gobierno por el pueblo, tal como lo concebía la teoría clásica de la democracia, dejaría a menudo de satisfacerla. [54527] La naturaleza humana en la política [54528] Falta por contestar nuestra cuestión acerca de la certidumbre e independencia de las voliciones de los votantes, de su capacidad de observación e interpretación de los hechos y de su aptitud para deducir de una manera clara y rápida las consecuencias racionales de ambas cosas. [54529] Este tema pertenece a un capítulo de psicología social que podría titularse "La naturaleza humana en la política". [54531] En particular, estas ideas han ido desestimándose progresivamente en el campo de las ciencias sociales, donde cada vez recibe más atención la importancia de los elementos extrarracionales o irracionales de nuestra conducta, como atestigua el Traité de Sociologie, de Pareto. [54532] De las muchas pruebas que se han acumulado contra la hipótesis de la racionalidad únicamente voy a mencionar dos de ellas. [54533] Una, a pesar del trabajo posterior, mucho más cuidadoso, puede seguirse asociando al nombre de Gustave Le Bon, el fundador o al menos el primer exponente efectivo de la psicología de las multitudes (Psychologie des foules). [54534] Al poner de manifiesto, si bien exagerándolas, las realidades del comportamiento humano bajo la influencia de la aglomeración -especialmente, la súbita desaparición, en un estado de excitación, de los frenos morales y de los modos civilizados de pensar y de sentir; la súbita erupción de impulsos primitivos, de infantilismos y tendencias criminales-, nos enfrentó con hechos siniestros que todo el mundo conocía, pero que nadie quería ver, y con ello dio un serio golpe a la concepción de la naturaleza humana, en la que se basaba la teoría clásica de la democracia y la creencia popular democrática acerca de las revoluciones. [54535] Sin duda hay mucho que decir sobre la estrechez de la base fáctica de las conclusiones de Le Bon, que, por ejemplo, no se acomoda nada bien al comportamiento normal de una multitud inglesa o angloamericana. [54536] Los críticos, especialmente aquellos que no simpatizaban con esta rama de la psicología social, no dejaron de sacar partido de sus puntos vulnerables. [54537] Pero, de otra parte, no hay que olvidar que los fenómenos de psicología de las multitudes no están confinados en modo alguno a las turbas que bullen en las calles estrechas de una ciudad latina. [54538] Todo parlamento, toda comisión, todo consejo de guerra compuesto de una docena de generales sexagenarios, muestra, aunque sea en una forma atenuada, alguno de los rasgos que aparecen tan claramente en el caso de la chusma, especialmente un sentido de responsabilidad reducido, un nivel inferior de energía intelectual y una sensibilidad mayor para las influencias extralógicas. [54539] Además, esos fenómenos no quedan limitados a una multitud, en el sentido de una aglomeración física de mucha gente. [54541] La otra fuente de prueba desilusionadora que voy a mencionar es mucho más humilde: de ella no mana sangre; tan sólo mana dislate. [54542] Los economistas, al aprender a observar los hechos de un modo más preciso, han comenzado a descubrir que los consumidores, aun en los actos más corrientes de la vida diaria, no viven plenamente de acuerdo con la idea que solían mantener acerca de ellos los libros de texto de economía. [54543] De una parte, sus necesidades no son apenas definidas y sus acciones a propósito de estas necesidades no son apenas racionales ni apresuradas. [54544] De otra parte, son tan sensibles a la influencia de la propaganda y de otros métodos de persuasión que a menudo parece que son los productores los que les dictan su voluntad en vez de ser mandados por ellos. [54545] La técnica de la propaganda de éxito es particularmente instructiva. [54546] Es cierto que casi siempre hay alguna apelación a la razón. [54547] Pero una simple afirmación, repetida con frecuencia, tiene más peso que un argumento racional, y otro tanto ocurre con el ataque directo a lo subconsciente, que toma la forma de intentos de evocar y cristalizar asociaciones agradables de una naturaleza plenamente extrarracional y, con mucha frecuencia, sexual. [54548] La conclusión, aunque obvia, debe ser deducida con cuidado. [54549] En el curso ordinario de las decisiones que se repiten a menudo el individuo está sometido a la influencia saludable y racionalizadora de sus experimentos favorables y desfavorables. [54551] Históricamente el deseo de los consumidores en cuanto al calzado puede haber sido configurado, al menos en parte, por la acción de un productor que les ofrecía zapatos atractivos y hacía propaganda de ellos; sin embargo, es en todo tiempo una necesidad auténtica, cuya precisión se extiende más allá de "los zapatos en general", y cuya experimentación prolongada ha eliminado muchas de las irracionalidades que pueden haberla rodeado originariamente. [54552] Además, bajo el estímulo de esos móviles simples, los consumidores aprenden a obrar en ciertas cosas (casas, automóviles) conforme al consejo de expertos imparciales, y ellos mismos se hacen expertos en otras. [54553] Es, sencillamente, incierto que las amas de casa sean engañadas fácilmente en cuestiones de artículos alimenticios, artículos domésticos conocidos y de vestido. [54554] Y, como todo vendedor sabe por propio escarmiento, la mayoría de ellas insisten en el artículo exacto que quieren, sin apartarse de su idea. [54555] Esto aparece de un modo aun más manifiesto si se observa del lado de los productores. [54556] Es indudable que un fabricante puede ser indolente, un mal juzgador de las oportunidades comerciales o incompetente por otra causa; pero hay un mecanismo eficaz que le hará reformarse o le eliminará. [54557] El taylorismo se basa, en realidad, en el hecho de que el hombre puede ejecutar operaciones manuales durante miles de años y, no obstante, seguirlas realizando de un modo ineficiente. [54558] Pero ni la intención de obrar lo más racionalmente posible ni una presión constante hacia una mayor racionalidad pueden ponerse en duda, cualquiera que sea el nivel de actividad industrial o mercantil que contemplemos. [54559] Y así acontece con la mayoría de las decisiones de la vida diaria que caen dentro del pequeño campo que abarca la mente del ciudadano individual con un pleno sentido de su realidad. [54561] Repetimos una vez más: la precisión y la racionalidad en el pensamiento y la acción [54562] no están garantizados por su familiaridad con los hombres y las cosas ni por ese sentido de la realidad y de la responsabilidad. [54563] Para esto serían necesarias otras condiciones que a menudo dejan de cumplirse. [54564] Por ejemplo, generación tras generación puede padecer por un comportamiento irracional en materia de higiene y, no obstante, dejar de relacionar sus sufrimientos con sus hábitos nocivos. [54565] En tanto que esta relación no se establezca, las consecuencias objetivas, por muy regulares que sean, no producirán, por supuesto, una experiencia subjetiva. [54566] Así ha resultado increíblemente difícil para la Humanidad llegar al conocimiento de la relación existente entre el contagio y las epidemias: los hechos la señalaban con una claridad que a nosotros nos parece inequívoca; sin embargo, al final del siglo XVIII los médicos no hacían casi nada para evitar que las personas atacadas de enfermedades infecciosas, tales como sarampión o viruelas, estuviesen en contacto con las demás. [54567] Y es de suponer que las cosas tienen que ser todavía peores cuando no sólo haya incapacidad, sino también repugnancia a reconocer las relaciones causales, o haya intereses que luchen en contra de que se reconozcan. [54568] No obstante, y a pesar de todas las limitaciones que se imponen, hay para todos, dentro de un horizonte mucho más amplio, un campo más reducido -que difiere ampliamente en extensión, según los distintos grupos o individuos, y está limitado por una zona ancha más bien que por una línea sutil-, que se distingue por su sentido de la realidad o familiaridad o responsabilidad. [54569] Y este campo alberga voliciones individuales relativamente definidas. [54571] Si, no obstante, decidimos rendir culto a la voluntad del pueblo, no encontraremos, al menos, el altar vacío. [54572] Ahora bien: esta relativa precisión de las voliciones y esta racionalidad del comportamiento no desaparecen súbitamente al apartarnos, en la casa y los negocios, de las inquietudes de la vida diaria que nos educan y nos disciplinan. [54573] En el reino de los negocios públicos hay sectores que están más al alcance que otros de la mente del ciudadano. [54574] Esto es aplicable, en primer lugar, a los asuntos locales. [54575] Pero incluso ahí encontramos una capacidad limitada para discernir los hechos, una disposición limitada para actuar de acuerdo con ellos, un sentido limitado de responsabilidad. [54576] Todos nosotros conocemos al hombre -a menudo muy buen modelo- que dice que la administración local no es cosa suya y se encoge de hombros indiferente ante prácticas que antes de padecerlas en su propia oficina preferiría morir. [54577] Los ciudadanos de espíritu elevado y disposiciones exhortatorias que predican la responsabilidad de los electores o contribuyentes individuales descubren invariablemente el hecho de que este elector o contribuyente no se siente responsable por lo que hacen los políticos locales. [54578] Con todo, el patriotismo local puede ser un factor muy importante para el "funcionamiento de la democracia", especialmente en las comunidades no demasiado grandes para impedir el contacto personal. [54579] En muchos aspectos los problemas de una ciudad son también afines a los de un concern industrial. [54581] El fabricante, el tendero o el obrero no necesitan salir de su mundo para tener una opinión defendible racionalmente (que puede ser, por supuesto, acertada o errónea) sobre la limpieza de las calles o el emplazamiento de los mercados. [54582] En segundo lugar, hay muchas controversias nacionales que atañen a los individuos y los grupos tan directa e inequívocamente como para dar origen en ellos a voliciones perfectamente auténticas y definidas. [54583] El ejemplo más importante lo constituyen aquellas medidas que llevan consigo una ventaja pecuniaria y personal para los electores individuales y para los grupos de electores, tales como los pagos directos, los aranceles aduaneros de protección, la política de protección de la plata, etc. [54584] Una experiencia que se remonta a la antigüedad muestra que los electores reaccionan casi siempre de una manera rápida y racional ante toda oportunidad de esta naturaleza. [54585] Pero la teoría clásica de la democracia tiene, evidentemente, poco que ganar de muestras de racionalidad de esta índole. [54586] Los electores demuestran con ellas ser jueces malos e incluso corrompidos de tales cuestiones [54587] y a menudo demuestran ser malos jueces de sus propios intereses a largo plazo, pues es tan sólo la promesa a corto plazo lo que toman en consideración políticamente y la racionalidad a corto plazo la única que prevalece efectivamente. [54588] Sin embargo, cuando nos alejamos de las preocupaciones de la familia y de la oficina y nos internamos en las regiones de los negocios nacionales e internacionales, que carecen de un nexo directo e inequívoco con aquellas preocupaciones privadas, la volición individual, el conocimiento de los hechos y el método de inferencia dejan pronto de desempeñar el papel que les atribuye la teoría clásica. [54589] Lo que más me sorprende de todo, y lo que me parece que es la medula de todas las dificultades, es el hecho de que se haya perdido tan por completo el sentido de la realidad. [54591] Estas cosas parecen aquí fuera de lugar; no son nada parecido a una propuesta de negocios; los peligros pueden no materializarse en absoluto y, si se materializasen, no se mostrarían demasiado graves; el ciudadano tiene, en el fondo, la impresión de moverse en un mundo ficticio. [54592] Este sentido limitado de la realidad explica no sólo un sentido limitado de la responsabilidad, sino también la falta de voliciones efectivas. [54593] Cada uno tiene, por supuesto, frases propias y deseos e ilusiones y quejas propias; especialmente tiene cada uno sus preferencias y sus aversiones. [54594] Pero ordinariamente esto no corresponde a lo que llamamos una voluntad, esto es, la contrapartida psíquica de una acción responsable y consciente de su finalidad. [54595] En efecto: para el ciudadano particular que medita sobre los asuntos nacionales no hay lugar para una voluntad tal ni para ninguna labor que pueda desarrollar. [54596] Es miembro de una comisión incapaz de funcionar, de la comisión constituida por toda la nación, y por ello es por lo que invierte menos esfuerzo disciplinado en dominar un problema político que en una partida de bridge. [54597] El debilitamiento del sentido de la responsabilidad y la falta de voliciones efectivas explican a su vez esta ignorancia del ciudadano corriente y la falta de juicio en cuestiones de política nacional y extranjera, que son más sorprendentes, si esto puede sorprender, en el caso de personas instruidas y de personas que actúan con éxito en situaciones de la vida ajenas a la política que en el caso de personas poco instruidas y de condición humilde. [54598] Estos privilegiados disponen de una información abundante y fácilmente accesible. [54599] Pero esta ventaja no parece servirles de nada y tampoco debemos maravillarnos por ello. [54601] En el primer caso, el abogado está capacitado para apreciar la relevancia jurídica de los hechos por los años de trabajo consciente de su finalidad que ha realizado bajo el estímulo definido del interés por su competencia profesional; bajo un estímulo no menos poderoso concentra sus conocimientos, su intelecto y su voluntad en el contenido del informe. [54602] En el segundo caso, no se ha tomado la molestia de capacitarse; no se preocupa de digerir la información ni de aplicarle los cánones de la crítica que tan bien sabe manejar, y se impacienta ante una argumentación larga o complicada. [54603] Todo esto viene a poner de manifiesto que, sin la iniciativa que desarrolla la responsabilidad directa, persistirá la ignorancia política, aun cuando el público disponga de la información más abundante y completa. [54604] Persiste, a pesar de los meritorios esfuerzos que se hacen para ir más allá de la presentación de conferencias, clases y grupos de discusión. [54605] Los resultados no son nulos, pero son escasos. [54606] No puede hacerse remontar la escala al público. [54607] Así, pues, el ciudadano normal desciende a un nivel inferior de prestación mental tan pronto como penetra en el campo de la política. [54608] Argumenta y analiza de una manera que él mismo calificaría de infantil si estuviese dentro de la esfera de sus intereses efectivos. [54609] Se hace de nuevo primitivo. [54611] Y esto lleva consigo dos consecuencias ulteriores deplorables. [54612] En primer lugar, aun cuando no hubiese grupos políticos que tratasen de influir sobre el ciudadano corriente, éste tendería, en la cuestión política, a someterse a prejuicios e impulsos extrarracionales o irracionales. [54613] La debilidad del proceso racional que él aplica a la política y la falta de dominio lógico efectivo de los resultados a que llega bastarían por sí para explicar esto. [54614] Además, por la simple consideración de que "no es nadie en esto" relajará sus exigencias morales habituales y cederá a impulsos oscuros que las condiciones de la vida privada le ayudarán a reprimir. [54615] Pero en cuanto al buen criterio o racionalidad de sus inferencias y conclusiones éste puede ser tan malo como abandonarse a una explosión de generosa indignación. [54616] Ello le haría aún más difícil ver las cosas en sus debidas proporciones e incluso ver más de un aspecto de una cosa al mismo tiempo. [54617] De ahí el que, si sale una vez de su vaguedad habitual y muestra la voluntad definida que postula la teoría clásica de la democracia, es muy probable que resulte más ininteligente e irresponsable de lo que es habitualmente. [54618] En ciertas coyunturas puede esto resultar fatal a su país. [54619] En segundo lugar, sin embargo, cuanto más débil sea el elemento lógico en la formación de la opinión pública, y más completa la falta de crítica racional de la influencia racionalizadora de la experiencia y la responsabilidad personales, mayores son las oportunidades para los grupos que persigan fines interesados. [54621] La sociología de tales grupos es irrelevante para el presente argumento. [54622] El único punto que interesa aquí es que, siendo como es la naturaleza humana en la política, son capaces de configurar la voluntad del pueblo e incluso de crearla dentro de unos límites muy amplios. [54623] La voluntad que observamos al analizar los procesos políticos no es ni con mucho una voluntad auténtica, sino una voluntad fabricada. [54624] Y con frecuencia este artefacto es lo único que corresponde a la volonté générale de la teoría clásica. [54625] En tanto que esto es así la voluntad del pueblo es el producto y no la fuerza propulsora del proceso político. [54626] Los procedimientos para fabricar los problemas que apasionan a la opinión y a la voluntad popular acerca de estos problemas son similares exactamente a los que se emplean en la propaganda comercial. [54627] En ellos encontramos los mismos esfuerzos por llegar a un contacto con lo subconsciente. [54628] Encontramos la misma técnica de crear asociaciones favorables y desfavorables, que son más eficaces cuanto menos racionales sean. [54629] Encontramos las mismas evasivas y reticencias y el mismo ardid para crear un convencimiento a fuerza de afirmaciones reiteradas, que tienen éxito precisamente en la medida en que evitan la argumentación racional, que amenazarían despertar las facultades críticas del pueblo. [54631] Sólo que todas estas trabas tienen infinitamente más alcance en la esfera de los negocios públicos que en la esfera de la vida privada y profesional. [54632] El retrato de la muchacha más bella que haya existido jamás resultará a la larga ineficaz para mantener las ventas de un cigarrillo malo. [54633] En el caso de las decisiones políticas no hay ninguna salvaguardia tan eficaz. [54634] Muchas decisiones de importancia funesta son de tal índole que hace imposible al público hacer experimentos con ellas en sus ratos de ocio y a un costo moderado. [54635] Aun cuando esto fuese posible no es fácil, sin embargo, llegar por regla general a un juicio, como en el caso del cigarrillo, porque los efectos son menos fáciles de interpretar. [54636] Pero tales artificios vician también, en una extensión completamente desconocida en el campo de la propaganda comercial, aquellas formas de la propaganda política que declaran dirigirse a la razón. [54637] Para el observador la apelación antirracional o, en todo caso, extrarracional al subconsciente, y la indefensión de la víctima frente a la misma, destacan con más claridad cuando dicha apelación está encubierta tras los hechos y argumentos. [54638] Ya hemos visto más arriba por qué es tan difícil difundir entre el público una información imparcial acerca de los problemas políticos y las inferencias lógicamente correctas de la misma y por qué esa información y argumentos sobre cuestiones políticas tan sólo "se toman en consideración" cuando concuerdan con las ideas preconcebidas del ciudadano. [54639] Por regla general, sin embargo, estas ideas no son bastante definidas para determinar conclusiones especiales. [54641] Así, pues, lo más probable es que la información y los argumentos que se presentan como pruebas irrefutables estén al servicio de una intención política. [54642] Como lo primero que el hombre hace por su ideal o por su interés es mentir, es de esperar, y de hecho así lo encontramos, que en materia política la información eficaz esté casi siempre adulterada o seleccionada, [54643] y que el razonamiento eficaz consista principalmente en tratar de exaltar ciertas afirmaciones a la dignidad de axiomas y borrar otras de la lista, con lo que se viene a parar a la psicotecnia mencionada más arriba. [54644] El lector que me crea indebidamente pesimista no tiene más que preguntarse si ha oído o no alguna vez -o ha dicho él mismo- que este o aquel hecho embarazoso no debe ser referido en público o que una cierta línea de razonamiento, aunque válida, es indeseable. [54645] Si los hombres que, con arreglo a la pauta habitual son perfectamente honorables o incluso de espíritu elevado, se avienen con las implicaciones de estos subterfugios, ¿no muestran con ello lo que piensan acerca de los méritos e incluso de la existencia de la voluntad del pueblo? [54646] Hay, por supuesto, límites para todo esto. [54647] Y hay mucho de verdad en el dicho de Jefferson de que el pueblo es en definitiva más inteligente de lo que puede serlo un individuo singular, o en el de Lincoln acerca de la imposibilidad de "tener engañado siempre a todo el pueblo". [54648] Pero ambos dichos subrayan el aspecto a largo plazo del problema de una manera muy significativa. [54649] No hay duda que puede argumentarse que, dando tiempo a la psiche colectiva, desarrollará opiniones que nos sorprenderán a menudo por su carácter sumamente razonable e incluso por su perspicacia. [54651] Si a corto plazo puede "engañarse" a todo el mundo y conducirlo paulatinamente a algo que realmente no quiere, y si éste no es un caso excepcional que podamos permitirnos pasar por alto, entonces ninguna cantidad de sentido común retrospectivo alterará el hecho de que, en realidad, el pueblo no plantea ni decide las controversias, sino que estas cuestiones, que determinan su destino, se plantean y deciden normalmente para el pueblo. [54652] El amante de la democracia, más que nadie, tiene toda la razón al aceptar este hecho y defender así a su credo contra los calumniadores que lo acusan de estar basado en una engañifa. [54653] Razones de la supervivencia de la teoría clásica [54654] ¿Pero cómo es posible que una teoría tan patentemente contraria a los hechos haya sobrevivido hasta nuestros días y continúe ocupando su lugar en el corazón del pueblo y en el lenguaje oficial de los gobiernos? Los hechos que la contradicen son conocidos de todos; todo el mundo los reconoce con una franqueza completa y a menudo cínica. [54655] Su base teórica, el racionalismo utilitarista, está muerta; nadie la acepta como teoría correcta del cuerpo político. [54656] Sin embargo, esta pregunta no es difícil de responder. [54657] En primer lugar, aunque la teoría clásica de la acción colectiva no puede ser apoyada por los resultados de un análisis empírico, está apoyada fuertemente por aquella asociación con la fe religiosa, sobre la cual he llamado ya la atención. [54658] Esto puede no ser obvio a primera vista. [54659] Los maestros del utilitarismo eran todo, menos religiosos, en el sentido habitual de la expresión. [54661] Estaban orgullosos de su actitud, que ellos creían que era precisamente no metafísica, y no tenían ninguna simpatía por las instituciones religiosas y los movimientos religiosos de su tiempo. [54662] Pero no tenemos más que dirigir otra mirada al cuadro que trazaron del proceso social para descubrir que contenía rasgos esenciales de la fe de la cristiandad protestante, y que, en realidad, su doctrina derivaba de esa fe. [54663] A los intelectuales que habían abandonado su religión el credo utilitarista les proporcionaba un sustitutivo de aquélla. [54664] Para muchos de los que habían conservado su fe religiosa la teoría clásica se convirtió en el complemento de la misma. [54665] Transpuesta así en las categorías de la religión, esta teoría -y, por consiguiente, la especie de convicción democrática que se basa en ella- cambia su misma naturaleza. [54666] Ya no hay necesidad de detenerse ante escrúpulos lógicos acerca del "bien común" y de los "valores últimos". [54667] Todo esto nos es dado por el plan del Creador, cuyo propósito define y sanciona todo. [54668] Lo que antes parecía indefinido o inmotivado es de repente perfectamente definido y convincente. [54669] La voz del pueblo, por ejemplo, es ahora la voz de Dios. [54671] Su significado preciso permanece dudoso y apenas hay justificación racional para exaltarla como postulado en tanto que nos movemos en la esfera del análisis empírico. [54672] Pero la Cristiandad alberga un fuerte elemento igualitario. [54673] El Redentor murió por todos; El no hizo diferencias entre los individuos de los distintos status sociales. [54674] Al obrar así atestiguó el valor intrínseco del alma individual, un valor que no admite gradaciones. [54675] ¿No es esto una sanción -y, a mi parecer, la única sanción posible [54676] - de la fórmula "cada uno cuenta como uno; nadie cuenta como más de uno", una sanción que vierte un significado supraterreno en los artículos del credo democrático para los que no es fácil encontrar ninguna otra? [54677] Esta interpretación no abarca, por supuesto, todo el terreno. [54678] Sin embargo, hasta donde llega parece explicar muchas cosas que de otro modo quedarían sin explicar y, en realidad, sin sentido. [54679] Especialmente, explica la actitud del creyente frente a la crítica; nuevamente, lo mismo que en el caso del socialismo, la disidencia fundamental es considerada no sólo meramente como un error, sino como un pecado; es causa no meramente de un contraargumento lógico, sino también de la indignación moral. [54681] En realidad, se convierte en algo que, desde otro punto de vista, he afirmado que era incapaz de convertirse, a saber: en un ideal y más bien en parte de un orden ideal de cosas. [54682] La misma palabra puede convertirse en una bandera, en un símbolo de todo lo que es más querido para un hombre, de todo lo que ama de su nación, exista o no un nexo racional entre ambas cosas. [54683] De una parte, la cuestión de saber hasta qué punto los hechos de la política están concordes con las distintas proposiciones contenidas en el credo democrático, deviene entonces para el demócrata tan irrelevante como es para el creyente católico la cuestión de cómo se concilia la conducta de Alejandro VI con la aureola sobrenatural que rodea al papado. [54684] De otra suerte, el demócrata de este tipo, no obstante aceptar postulados que entrañan importantes implicaciones acerca de la igualdad y la fraternidad, estará también en situaciones de aceptar con toda sinceridad casi todas las desviaciones de dichos principios a que puede dar lugar su propio comportamiento o su propia posición. [54685] Esto no es tampoco lógico. [54686] La mera distancia que los separa de la realidad no constituye ningún argumento contra un precepto ético o una esperanza mística. [54687] En segundo lugar, debe tenerse en cuenta el hecho de que las formas y frases de la democracia clásica están asociadas para muchas naciones a acontecimientos y evoluciones de su historia que son entusiásticamente aprobados por grandes mayorías. [54688] Una oposición a un régimen establecido es probable que utilice estas formas y frases, cualesquiera que sean su significado y sus raíces sociales. [54689] Si esta oposición triunfa y si sus desenvolvimientos subsiguientes se muestran satisfactorios estas formas enraizarán en la ideología nacional. [54691] Su propia existencia como Estado soberano está asociada a una lucha contra una Inglaterra monárquica y aristocrática. [54692] A excepción de una minoría de realistas, en la época de la administración de Grenville, los americanos habían dejado, probablemente, de considerar al monarca inglés como su Rey y a la aristocracia inglesa como su aristocracia. [54693] En la Guerra de Independencia combatieron contra los que de hecho y según su sentimiento se habían convertido en un monarca extranjero y una aristocracia extranjera, que intervenían en su política y en sus intereses económicos. [54694] A partir ya de un estadio anterior de las turbulencias presentaron su contienda, que era realmente nacional, como una contienda del "pueblo" contra sus "dominadores", fundándose en los "derechos inalienables" del hombre" y a la luz de los principios generales de la democracia clásica. [54695] El texto de la Declaración de Independencia y el de la Constitución adoptaron estos principios. [54696] Siguió un desarrollo prodigioso que absorbió y satisfizo a la mayoría del pueblo, que creyó comprobar con ello el buen fundamento de la teoría embalsamada en los documentos sagrados de la nación. [54697] Las oposiciones rara vez consiguen la victoria cuando los grupos dominantes están en la cumbre de su poder y de su éxito. [54698] En la primera mitad del siglo XIX se levantaron oposiciones que profesaban el credo clásico de la democracia y terminaron por prevalecer contra gobiernos, algunos de los cuales -especialmente en Italia- estaban notoriamente en un estado de decadencia y estaban en boca de la gente por su proverbial incompetencia, brutalidad y corrupción. [54699] Esto redundó naturalmente, aunque no lógicamente del todo, en beneficio del credo democrático, que se mostraba, además, superior cuando se le comparaba con las supersticiones oscurantistas propugnadas por aquellos gobiernos. [54701] Naturalmente, esta ventaja estaba destinada a perderse y el abismo entre la teoría y la práctica de la democracia estaba destinado a ser descubierto. [54702] Pero el encanto de la aurora tarda en palidecer. [54703] En tercer lugar, no hay que olvidar que hay síntomas sociales en los que la teoría clásica se adapta efectivamente a los hechos con un grado suficiente de aproximación. [54704] Como ya se ha señalado, éste es el caso de muchas sociedades pequeñas y primitivas que, en realidad, han servido como prototipo para los autores de esa teoría. [54705] Puede ser también el caso de sociedades que no son primitivas, siempre que no estén demasiado diferenciadas y no alberguen problemas graves. [54706] Suiza es el mejor ejemplo. [54707] Hay tan poco por qué disputar en un mundo de campesinos que, a excepción de los hoteles y los bancos, no contiene ninguna gran industria capitalista, y cuyos problemas políticos son tan simples y tan estables que es de esperar que los comprenda y esté de acuerdo en cuanto a ellos una abrumadora mayoría. [54708] Pero si podemos concluir que en tales casos la teoría clásica se aproxima a la realidad, tenemos que añadir inmediatamente que esto es así no porque describa un mecanismo eficaz de decisión política, sino tan sólo porque no hay grandes decisiones que tomar. [54709] Finalmente, puede invocarse nuevamente el caso de los Estados Unidos a fin de mostrar que la teoría clásica parece a veces concordar con los hechos, incluso en una sociedad grande y altamente diferenciada y en la que hay grandes problemas que resolver, siempre que circunstancias favorables neutralicen la ponzoña de estos problemas. [54711] Mientras estos negocios no fueron seriamente interferidos por la política nada de ella importaba seriamente al ciudadano medio, que contemplaba con bondadoso desprecio las piruetas de los políticos. [54712] Podían irritarse algunos sectores por las tarifas aduaneras, por la política de la plata, por el mal gobierno local o por una disputa ocasional con Inglaterra. [54713] La gran mayoría del pueblo no se interesaba por la política, a excepción de un caso de desacuerdo grave que condujo a un desastre nacional: la Guerra de Secesión. [54714] Y en cuarto lugar, aprecian los políticos, por supuesto, una fraseología que les permite adular a las masas y les ofrece una excelente oportunidad no sólo para evadir la responsabilidad, sino también para confundir a sus adversarios en nombre del pueblo. [54715] La teoría oficial de las funciones de un ministro de gabinete sostiene, en efecto, que es nombrado para cuidar de que en su departamento se cumpla la voluntad del pueblo. [54716] El propio significado de "la mayor felicidad" es susceptible de una seria duda. [54717] Pero, aun cuando esta duda pudiera desvanecerse y pudiera asignarse un significado definido a la suma total de satisfacción de necesidades económicas de un grupo de personas, este máximo sería todavía relativo respecto de situaciones y valoraciones dadas que tal vez sea imposible alterar o hacerles objeto de un compromiso por medios democráticos. [54718] Esto explica el carácter fuertemente igualitario tanto de la teoría clásica de la democracia como de las creencias democráticas populares. [54719] Más adelante se indicará cómo puede adquirir la igualdad el status de un postulado ético. [54721] En reconocimiento de esta imposibilidad se ha reformulado con frecuencia el postulado mismo dándole el sentido de "igualdad de oportunidad". [54722] Pero, prescindiendo incluso de las dificultades inherentes a la palabra "oportunidad", esta reformulación no nos sirve de mucho, porque es una igualdad efectiva ("y no potencial") de racionalidad del comportamiento político la que se requiere si cada voto de un hombre ha de tener el mismo peso en la decisión de las controversias. [54723] Debe observarse de pasada que la fraseología democrática ha servido para nutrir la asociación entre las desigualdades de toda especie y la "injusticia", que es un elemento tan importante en el complejo psíquico del fracasado y en el arsenal del político que la utiliza. [54724] Uno de los síntomas más curiosos de este fenómeno se ha manifestado en la institución ateniense del ostracismo o más bien el uso que a veces se hacía de ella. [54725] El ostracismo consistía en la proscripción de un individuo por voto popular, pero no necesariamente por alguna razón especial; a veces servía como método de eliminación de un ciudadano prominente molesto que daba la impresión de "contar por más de uno". [54726] Esta expresión se usa aquí en su sentido originario y no en el sentido que en la actualidad está adquiriendo rápidamente y que sugiere la siguiente definición: Propaganda es toda manifestación que emana de una fuente que no nos gusta. [54727] Supongo que la palabra se deriva del título de la comisión de cardenales que tiene a su cargo las cuestiones relativas a la difusión de la fe católica, esto es, la congregatio de propaganda fide. [54728] Por tanto, no lleva consigo ningún significado depredatorio y, en especial, no implica una distorsión de los hechos. [54729] Puede hacerse propaganda, por ejemplo, de un modo científico. [54731] Los cuerpos legislativos, aunque estaban acobardados, dejaron, en efecto, de apoyar a Napoleón en esta política. [54732] Y algunos de sus paladines más fieles se opusieron a ella. [54733] De la actuación de Napoleón podrían citarse, en efecto, otros ejemplos. [54734] Fue un autócrata que, siempre que no resultaban afectados sus intereses dinásticos ni su política exterior, procuraba hacer simplemente lo que él creía que el pueblo quería o necesitaba. [54735] Esto es lo que quería decir el consejo que dio a Eugène de Beauharnais relativo a su administración de Italia del Norte. [54736] Este es el título de un libro sincero y encantador de uno de los radicales ingleses más amables que jamás han existido: Graham Wallas. [54737] A pesar de todo lo que se ha escrito desde entonces sobre la materia, y especialmente a pesar de todos los estudios detallados del caso que hacen ahora posible verla mucho más claramente, este libro puede aún recomendarse como la mejor introducción a la psicología política. [54738] No obstante, después de haber llevado con admirable honestidad su ataque contra la aceptación sin crítica de la teoría clásica, el autor no saca de ello la conclusión obvia. [54739] Esto es tanto más notable cuanto que Wallas insiste con razón en la necesidad de una actitud mental científica y no deja de censurar a Lord Bryce por haberse declarado, en su libro sobre la commonwealth americana, "rabiosamente" decidido a ver algo de cielo azul en medio de las nubes de los hechos desilusionadores "¿Y tendríamos que decir, exclama Graham Wallas, de un metereólogo que antes de haber abierto su ventana insistiera en que ha visto un poco de cielo azul?" No obstante, en la parte constructiva de este libro adopta aproximadamente el mismo punto de vista. [54741] La primera no contiene necesariamente ninguna connotación clasista y no tiene de por sí nada que ver con un estudio de los modos de pensar y de sentir de la clase obrera, por ejemplo. [54742] En el pasaje de más arriba irracionalidad significa incapacidad para obrar racionalmente con relación a un deseo dado. [54743] No se refiere a la racionalidad que tenga el deseo mismo, en opinión del observador. [54744] Es importante tener esto en cuenta, porque los consumidores la exageran a veces, confundiendo las dos cosas. [54745] Así, el atuendo de una obrera de fábrica puede parecer a un profesor un indicio de comportamiento irracional, para el que no hay otra explicación que los artificios publicitarios. [54746] En realidad, tal vez sea lo único a que se aspira. [54747] Si esto es así, el gasto que realiza para ello puede ser de una racionalidad ideal en el sentido expresado más arriba. [54748] Este nivel varía, por supuesto, no sólo con relación a las épocas y lugares, sino también dentro de una época y de un lugar dados, según los distintos sectores industriales y las clases. [54749] No hay nada parecido a una pauta universal de racionalidad. [54751] La racionalidad del pensamiento no garantiza siempre la racionalidad de la acción. [54752] Y la última puede existir sin ninguna deliberación consciente e independientemente de toda capacidad para formular correctamente las razones que justifican los propios actos. [54753] El observador, especialmente el observador que emplea los métodos de encuestas y cuestionarios, pierde de vista a menudo esta distinción y por ello adquiere una idea exagerada de la importancia de la irracionalidad en el comportamiento. [54754] Esta es otra causa de las exageraciones que tan a menudo encontramos. [54755] Hay que observar que, al hablar de voliciones definidas y auténticas, no quiero significar que las exalta a últimos datos para todas las especies de análisis sociales. [54756] Son, por supuesto, producto del proceso social y del medio social. [54757] Lo único que quiero decir es que pueden servir como datos para la especie de análisis de fines especiales que el economista tiene en la imaginación cuando hace derivar los precios de los gustos o necesidades considerados como "datos" en un instante concreto y que no necesitan seguir siendo analizados cada vez. [54758] De un modo semejante podemos hablar para nuestros fines de voliciones auténticas y definidas que, en todo momento, se dan con independencia de los intentos de fabricarlas, si bien reconocemos que estas mismas voliciones auténticas son resultado de las influencias ambientales del pasado, incluyendo las influencias propagandísticas. [54759] Esta distinción entre voliciones auténticas y fabricadas (véase más abajo) es una distinción difícil y no puede aplicarse a todos los casos y para todos los fines. [54761] La razón por la que los partidarios de Bentham pasaron por alto esto tan por completo es que no consideraron las posibilidades de la corrupción de la masa en el capitalismo moderno. [54762] Al cometer en su teoría política el mismo error que cometieron en su teoría económica no han encontrado ningún inconveniente en postular que "las gentes" eran el mejor juez de sus propios intereses individuales y que éstos tenían que coincidir necesariamente con los intereses de todo el pueblo tomado en su conjunto. [54763] Por supuesto, esto se hacía más fácil para ellos, porque filosofaban efectivamente, aunque no intencionadamente, en términos de intereses burgueses que tenían más que ganar de un Estado sobrio que de cualesquiera sobornos directos. [54764] El "sentido punzante de la realidad" de William James. [54765] La importancia de este punto ha sido especialmente subrayada por Graham Wallas. [54766] Nos ayudará a aclararnos este punto preguntarnos por qué nos mostramos con una inteligencia y claridad de pensamiento tan superiores en una mesa de bridge, a, por ejemplo, en una discusión política entre no políticos. [54767] En la mesa de bridge tenemos una tarea definida; tenemos reglas que nos disciplinan; el éxito y el fracaso están claramente definidos y nos impide un comportamiento irresponsable el hecho de que cada error que cometamos no sólo se nos manifestará inmediatamente, sino que también nos será inmediatamente imputado. [54768] Estas condiciones, al dejar de cumplirse en el comportamiento político del ciudadano corriente, muestran por qué en la política le falta toda circunspección y el juicio que puede desarrollar en su profesión. [54769] La importancia de tales explosiones de cólera no puede ponerse en duda. [54771] El análisis mostrará en muchos ejemplos que están excitados por la acción de algún grupo y no surgen espontáneamente del pueblo. [54772] En este caso entran en una clase de fenómenos de la que vamos a tratar seguidamente. [54773] Personalmente, creo que existen ejemplos auténticos. [54774] Pero no puedo estar seguro de que un analista más a fondo no revelase algún esfuerzo psicotécnico en el fondo de ellos. [54775] Una información seleccionada, aunque sea exacta de por sí, equivale a un intento de mentir diciendo la verdad. [54776] Es posible que estos límites se mostrasen con más claridad si las controversias se decidiesen más a menudo por referéndum. [54777] Es de presumir que los políticos sepan por qué son casi invariablemente hostiles a esta institución. [54778] Obsérvese la analogía con la fe socialista, que es también un sustitutivo de la fe cristiana para unos y un complemento de ella para otros. [54779] Podría objetarse que, por difícil que sea asignar un significado general a la palabra Igualdad, tal significado puede derivarse del contexto en la mayoría de los casos, si no en todos ellos. [54781] Este significado sería bastante definido. [54782] Pero si preguntamos por qué esa afirmación debe obligarnos moral y políticamente y si rehusamos contestar "porque todo hombre es por naturaleza exactamente igual que todo otro hombre", entonces sólo podemos recurrir a la sanción divina que proporciona la fe cristiana. [54783] Esta solución va implicada posiblemente en la palabra "creados". [54784] Podría parecer que debería hacerse una excepción con las oposiciones que surgen dentro de los regímenes francamente autocráticos. [54785] Pero incluso la mayoría de éstos han surgido históricamente de una manera democrática y han basado su dominación en la aprobación del pueblo. [54786] César no fue matado por los plebeyos. [54787] Pero los oligarcas aristócratas que lo mataron empleaban también frases democráticas. [54788] LA SITUACIÓN CON QUE MARX SE ENFRENTÓ [54789] Según Engels, Marx adoptó en 1847 la expresión "comunista" con preferencia a la expresión "socialista" porque el socialismo había adquirido por entonces un sabor de respetabilidad burguesa. [54791] Eran exilados, de origen y tradiciones burguesas, fórmula que explica mucho tanto el pensamiento de Marx como de las medidas y tácticas políticas que recomendaba. [54792] Lo asombroso es la medida en que prevalecieron sus ideas. [54793] En primer lugar, el intelectual desarraigado que era Marx, con la experiencia formativa de 1848 impresa para siempre en toda su alma, abandonó su propia clase y fue abandonado por ella. [54794] Del mismo modo los intelectuales desarraigados y, en cierto grado, las masas proletarias serían en lo sucesivo lo único accesible para él y lo único que tenía en que poner su confianza. [54795] Esto explica la teoría que, como hemos visto en el capítulo anterior, tiene necesidad de explicación, esto es, la de que los obreros "habrán de emanciparse por sí mismos". [54796] En segundo lugar, el mismo intelectual desarraigado se hace naturalmente internacionalista de sentimiento. [54797] Esto significaba algo más que el no sentirse afectado por los problemas y vicisitudes de cualquier país particular -incluso de proletariados nacionales singulares-, los cuales no traspasaban nunca la periferia de sus intereses. [54798] Significaba que de esta forma le era mucho más fácil crear la religión socialista hipernacional y concebir un proletariado internacional cuyos componentes, al menos en principio, estaban vinculados unos con otros mucho más estrechamente de lo que estaba cada uno de ellos con sus propios connacionales de una clase diferente. [54799] En el terreno de la pura lógica cualquiera podría haber ideado esta concepción manifiestamente irrealista y todo lo que dicha concepción implica para la interpretación de la historia pasada y de los criterios de los partidos marxistas sobre política exterior. [54801] Ahora bien: para Marx no existían tales lazos y, al no tener él mismo ningún país, se convencía fácilmente de que el proletariado no tenía tampoco ninguno. [54802] Pronto veremos por qué -y hasta dónde- esta teoría sobrevivió y lo que llegó a significar en las distintas circunstancias. [54803] El mismo Marx aceptó, sin duda, sus implicaciones no intervencionistas y pacifistas. [54804] Ciertamente, creía no sólo que las "guerras capitalistas" no interesaban al proletariado, sino también que eran los medios de subyugarlo aún más por completo. [54805] La concesión que tal vez se hubiese decidido a hacer, a saber: que la participación en la defensa del propio país contra una agresión no es incompatible con los deberes de la fe, no era, evidentemente, más que un recurso táctico muy necesario. [54806] En tercer lugar, cualquiera que pueda haber sido su teoría, el burgués desarraigado llevaba la democracia en su sangre. [54807] Es decir, la fe en aquella parte del esquema burgués de valores que se centra en la democracia no era para él únicamente cuestión de la percepción racional de las condiciones peculiares del sistema social de su tiempo o de otra época cualquiera. [54808] Tampoco era simplemente cuestión de táctica. [54809] Es verdad que las actividades socialistas (y su obra personal) no podrían haber sido desarrolladas, con alguna comodidad, en todo caso, en ningún ambiente que profesase principios distintos de los democráticos, tal como entonces se entendían. [54811] Por supuesto, este elemento era, y en algunos países lo es incluso hoy, muy importante. [54812] He ahí precisamente, como ya he señalado, por qué las confesiones democráticas de los partidos socialistas no significan mucho hasta que su poder político se hace lo bastante grande para darles la oportunidad de una alternativa y por qué no los beneficiaba particularmente establecer ninguna relación fundamental entre la lógica del socialismo y la lógica de la democracia. [54813] Sin embargo, puede decirse con seguridad que para Marx la democracia estaba por encima de toda discusión y que todos los demás sistemas políticos estaban por debajo de ella. [54814] Esto hay que reconocérselo al revolucionario del tipo de 1848. [54815] Por supuesto, él no se planteó el problema de aceptar un artículo de fe burguesa tan importante como éste. [54816] Ello habría dejado al descubierto una extensión de terreno común demasiado grande. [54817] Pero ya hemos visto en la parte anterior que él sabía cómo obviar esta dificultad, pretendiendo temerariamente que únicamente la democracia socialista era verdadera democracia y que la democracia burguesa no era democracia en absoluto. [54818] Tal era, pues, el a priori político de Marx. [54819] No es preciso subrayar que era totalmente diferente de los a prioris del socialismo inglés medio no sólo de su tiempo, sino de todas las épocas, tan diferentes como para hacer casi imposible la simpatía mutua e incluso una comprensión mutua completa, independientemente en absoluto del hegelianismo y demás barreras doctrinales. [54821] Vástago de la misma raza, producto del mismo estrato, moldeado por una tradición cultural muy semejante, condicionado de una manera similar por la experiencia de 1848 y por la ideología de la democracia burguesa, Lassalle difiere, no obstante, de Marx de una manera que no puede ser explicada totalmente por la comparación personal. [54822] Mucho más vital que esto era el hecho de que Marx era un exilado y Lassalle no lo era. [54823] Lassalle no se desvinculó nunca de su país ni de las clases distintas al proletariado. [54824] Nunca fue internacionalista, como Marx. [54825] Por proletariado entendía ante todo el proletariado alemán. [54826] No objetaba la cooperación con el Estado existente. [54827] No ponía objeción al contacto personal con Bismarck ni con el rey de Baviera. [54828] Tales cosas son importantes, más importantes tal vez que las diferencias doctrinales más profundas; tenían importancia suficiente para producir especies de socialismo diferentes y antagonismos irreconciliables. [54829] Adoptemos ahora nuestra posición respecto al a priori de Marx y pasemos revista a los datos políticos con que se enfrentó. [54831] Incluso allí, como en la época en que él había establecido relaciones, se había desvanecido el movimiento cartista, la clase obrera se estaba haciendo cada vez más realista y conservadora. [54832] Desilusionados por el fracaso de las actividades radicales anteriores, los hombres se apartaban de los programas deslumbrantes y de sus cantos sobre su derecho al producto total. [54833] Se embarcaron prudentemente en un intento de aumentar su participación en el mismo. [54834] Los dirigentes trataban prudentemente de establecer, afianzar y aumentar el status legal y el poder económico de los sindicatos dentro del marco político de la sociedad burguesa. [54835] Por principio, así como también por consideraciones tácticas notorias, tenían que mirar las ideas o actividades revolucionarias como un estorbo y como un sabotaje estúpido o frívolo a la labor seria de los obreros. [54836] También estaban interesados por el estrato superior de la clase obrera; respecto del inferior, albergaban sentimientos que eran afines al desprecio. [54837] En todo caso, sin embargo, Marx y Engels, en las circunstancias en que se encontraban y siendo quienes eran, no podrían nunca haber pensado en ir más allá para organizar el proletariado industrial o algún grupo particular del mismo, de acuerdo con sus propias ideas. [54838] Lo único que podrían esperar era ponerse en contacto con los dirigentes y con la burocracia sindical. [54839] Al contemplar, de una parte, la actitud del obrero "respetable", y, de otra parte, la actitud de la chusma inorganizable (entonces) de las grandes ciudades, con la que apenas querían actuar, [54841] No podían dejar de reconocer la importancia del movimiento tradeunionista, que estaba realizando paulatinamente la tarea gigantesca de organizar las masas en algo semejante a un clase articulada, es decir, a resolver el problema que ellos mismos consideraban como el más importante de todos. [54842] Pero por estar completamente apartados de ella y darse cuenta del peligro de que esta clase podía adquirir una base burguesa y adoptar una actitud burguesa, tenían que disgustarles las "trade-unions" y que desconfiar de ellas tanto como a las "trade-unions" les disgustaban ellos y desconfiaban de ellos, en la medida en que tenían noticias de su existencia. [54843] De esta manera quedaban relegados a la posición que ha llegado a ser característica del socialismo clásico, y que, aunque muy reducida en su importancia, expresa hasta hoy el antagonismo fundamental entre los intelectuales socialistas y los obreros (que en casos de importancia puede equipararse, grosso modo, al antagonismo entre los partidos socialistas y los sindicatos). [54844] Para los intelectuales el movimiento tradeunionista era algo que había que convertir a la doctrina de la guerra de clases; como medio para tal conversión resultaba apropiada para el creyente una cooperación ocasional con dicho movimiento, ya que las inquietudes obreras radicalizaban a las masas y abrumaban o excitaban suficientemente a los funcionarios de las "trade-unions" para inducirlos a escuchar el evangelio. [54845] Pero en tanto que la conversión no fuese completa, y especialmente en tanto que la opinión de las "trade-unions" permaneciese adversa por principio a la acción revolucionaria o simplemente política, el movimiento no estaba en estado de gracia, sino, por el contrario, en estado de error, teniendo un falso concepto de sus fines verdaderos y dejándose engañar con trivialidades que eran peores que inútiles; de ahí que, a no ser para el fin de perturbar desde dentro, el creyente tenía que mantenerse apartado. [54846] Esta situación cambió ya durante la vida de Marx y más aún durante la de Engels. [54847] El crecimiento del proletariado industrial, que llegó a hacer de él también una potencia en el Continente, y el paro inherente a las depresiones de aquel período hicieron que aumentase su influencia con los dirigentes obreros, si bien no adquirieron nunca una influencia directa sobre las masas. [54848] Al final, sin embargo, eran los intelectuales los que les solicitaban materia de trabajo. [54849] Pero aunque su éxito en este terreno fue considerable, los intelectuales les ocasionaban más perturbaciones que la indiferencia (que a veces llegaba a la hostilidad) de los obreros. [54851] Y éstos difundían, por supuesto, un socialismo muy diferente que, al ofrecer la promesa de un beneficio inmediato, era un competidor peligroso. [54852] Había, además, intelectuales, entre los que se encontraba en primer lugar Lassalle, que habían conquistado posiciones entre las masas, los cuales eran competidores aún más directos. [54853] Y, finalmente, había intelectuales que iban bastante lejos en cuanto a ardor revolucionario, pero a los que Marx y Engels consideraban, con toda razón, como los peores enemigos del socialismo serio; éstos eran los "putschistas", como Blanqui, los soñadores, los anarquistas, etc. [54854] Consideraciones doctrinales y tácticas imponían combatir a todos estos grupos con un no inflexible. [54855] Esta base doctrinal y esta situación táctica hicieron sumamente difícil para Marx encontrar respuesta para dos cuestiones vitales que con toda seguridad se plantearía todo seguidor o posible seguidor: la cuestión de la actitud hacia las medidas políticas de los partidos burgueses y la del programa inmediato. [54856] En cuanto a la primera, no podría aconsejarse a los partidos socialistas vigilar en silencio las medidas políticas burguesas. [54857] Su labor evidente era criticar la sociedad capitalista, exponer la mascarada de los intereses de clase, señalar cuánto mejor sería todo en el paraíso socialista y batir el tambor para el reclutamiento, esto es, criticar y organizar. [54858] Sin embargo, una actitud completamente negativa, por muy satisfactoria que fuese en principio, le habría sido imposible mantenerla a todo partido que contase con cierta influencia política. [54859] Habría chocado inevitablemente con la mayoría de los deseos auténticos de los obreros organizados y, si persistía durante algún tiempo, habría reducido los seguidores a un pequeño grupo de ascetas políticos. [54861] Hasta donde creyó posible hacerlo adoptó la única posición que era lógicamente irrecusable. [54862] Los socialistas tienen que rehusar el participar en las mejoras ficticias con las que la burguesía trataba de engañar al proletariado. [54863] Tal participación -que más tarde recibió la denominación de Reformismo- significaba un error de fe, una traición a los verdaderos fines, un atentado insidioso para apuntalar lo que debe ser destruido. [54864] Los discípulos como Bebel, que hacían peregrinación a la cripta después de haberse desviado de esta manera de la senda verdadera, eran profundamente apreciados. [54865] Es verdad que los mismos Marx y Engels habían meditado la cooperación con el ala izquierda de los grupos burgueses en la época de su partido comunista de 1847. [54866] El Manifiesto Comunista reconoce también la necesidad de compromisos y alianzas ocasionales, del mismo modo que concedía que las tácticas tenían que ser diferentes, según las circunstancias de tiempo y lugar. [54867] Todo esto iba implicado en la máxima prescrita al creyente de utilizar todos los antagonismos entre los grupos burgueses dentro de cada país, ya que esto apenas puede hacerse sin una medida de cooperación con algunos de ellos. [54868] Pero todo eso no era más que limitar un principio a fin de mantenerlo de una manera más efectiva. [54869] En cada caso la excepción tenía que ser severamente escrutada, habiendo siempre una presunción en su contra. [54871] La manera cómo habrían de comportarse los marxistas cuando se enfrentasen con una política particular del enemigo burgués que beneficiase claramente al proletariado, podemos inferirla del ejemplo puesto por el maestro mismo en un caso muy importante. [54872] El libre cambio era uno de los principales puntos del programa del liberalismo inglés; Marx era demasiado buen economista para no ver el beneficio que, en las circunstancias de aquella época, confería a la clase obrera. [54873] Podría quitarse importancia al beneficio, podrían vilipendiarse los móviles de los librecambistas burgueses. [54874] Pero eso no resolvería el problema, pues seguramente los socialistas tendrían que apoyar el libre cambio, especialmente de los artículos alimenticios. [54875] Pues bien: así lo harían, pero desde luego no porque considerasen una dádiva el pan más barato -¡eso no!-, sino porque el libre cambio aceleraría el ritmo de la evolución social, y, por tanto, el advenimiento de la revolución social. [54876] El ardid táctico es admirable. [54877] El argumento es, además, completamente verdadero y permite su aplicación a muchos casos. [54878] El oráculo no dice, sin embargo, lo que los socialistas tienen que hacer con las medidas políticas que, aunque beneficien también al proletariado, no fomentan la evolución capitalista -como ocurre con la mayoría de las medidas de mejoramiento social, seguros sociales y similares- o que, aunque fomenten la evolución capitalista, no benefician directamente al proletariado. [54879] Pero si el campo burgués había de hendirse por tales cuestiones se despejaba el camino de la evolución en virtud del precepto de utilizar las disensiones capitalistas. [54881] La segunda cuestión no era menos espinosa. [54882] Ningún partido puede vivir sin un programa que mantenga la promesa de beneficios inmediatos. [54883] Pero, en lógica estricta, el marxismo no tenía tal programa que ofrecer. [54884] Toda realización positiva hecha o por hacer en la atmósfera viciada del capitalismo era inficionada ipso facto. [54885] Marx y Engels estaban, efectivamente, abrumados con esto y siempre desalentaban los programas que llevaban inherente una política constructiva dentro del orden capitalista y sabían inevitablemente a radicalismo burgués. [54886] Sin embargo, cuando ellos mismos se enfrentaron con el problema en 1847 decidieron cortar el nudo gordiano. [54887] El Manifiesto Comunista, de una manera completamente ilógica, recoge una serie de objetivos inmediatos de la política socialista, dejando simplemente la gabarra socialista al costado del vapor liberal. [54888] La educación libre, el sufragio universal, la supresión del trabajo infantil, un impuesto progresivo sobre la renta, la nacionalización de la tierra, la banca y el transporte, la expansión de la empresa estatal, el cultivo de los campos yermos, el servicio industrial obligatorio para todos, la difusión de los centros industriales por todo el país; todas estas medidas propugnadas por ellos muestran, claramente, el grado en que Marx y Engels se permitían (en aquella época) ser oportunistas, aunque se inclinaban a negar el privilegio a los demás socialistas. [54889] Pero lo sorprendente de este programa es la ausencia de todo punto que habría que reconocer como típicamente o exclusivamente socialista; de encontrarnos en otro ambiente cada uno de sus puntos podría figurar en un programa no socialista - incluso la nacionalización de la tierra ha sido propugnada, sobre bases especiales, por escritores que en lo demás son burgueses -, y la mayoría de ellos están tomados simplemente del fondo radical. [54891] Pero también era un simple recurso, intentado, evidentemente, sin otro propósito que el ocultar una debilidad práctica perturbadora. [54892] Si a Marx le hubiesen interesado aquellos puntos por sí mismos no habría tenido otra alternativa que unirse al ala radical del liberalismo burgués. [54893] La realidad es que le importaban poco y no se sentía obligado a hacer ningún sacrificio por su causa; si los burgueses radicales los hubiesen mantenido todos esto habría sido, probablemente, para Marx una sorpresa desagradable. [54894] Los mismos principios, las mismas tácticas y datos políticos similares dieron lugar a la Alocución Inaugural a la Asociación Internacional de Trabajadores (la "Primera Internacional") en 1864. [54895] La fundación de esta última significó, en realidad, un gran paso más allá de la Arbeiterbildungsverein alemana de 1847 o del pequeño grupo internacional del mismo año. [54896] No era, por supuesto, una organización de los partidos socialistas -aunque, por ejemplo, se reunieron los dos partidos alemanes y la Allgemeiner Deutscher Arbeiterverein de Lassalle cedió rápidamente-, y todavía menos una organización internacional del proletariado. [54897] Pero estaban efectivamente representados grupos obreros de muchos países y de muchos tipos, e incluso las "trade-unions" inglesas mostraban bastante interés por conllevar durante algún tiempo una alianza en cierto modo incompatible, con el ánimo más bien lleno de reservas y con vistas a ventajas inmediatas. [54898] Entre sus fundadores figuró George Odger.